martes, 11 de julio de 2023

Blancazo (again)

Hace mogollón que no escribo (ni aquí ni en ningún sitio). Y lo que es aún más preocupante, ni siquiera leo. Y ¡ojo!, que venía de una racha lectora muy buena de hasta ocho libros por mes. Pero llevo 60 días en blanco, con la mente paralizada, en encefalograma plano.

Le echaría la culpa a la leche que me di en la mano que me ha tenido cuatro semanas casi manca y pudiendo usar el ordenador poco, mal y a paso de tortuga, pero lo cierto es que esta paralización empezó mucho antes. Y tampoco es un bajón anímico, porque no es una mala época, estoy tranquila, normal. Incluso me está pasando alguna cosa buena. No tengo ni repajolera idea de lo que ha ocurrido para que, de repente, la parte artística-creativa (como queráis llamarlo) de mi cerebro se haya puesto en huelga, sin previo aviso. Pum, apagón, como si se le hubiera acabado la batería. No hay quien saque nada en limpio de ahí.

No se me ocurre nada. Lo poco que se me ocurre me da pereza escribirlo y cuando logro hacerlo me parece un zurullo como un piano. Cojo un libro y leo el mismo párrafo una y otra vez, en la página 50 aún no me acuerdo de como se llama el protagonista y me sorprende oír hablar del funeral de personajes que no sabía que se habían muerto.

Ni leer. ¡NI LEER, COLEGAS! ¿Qué leches me pasa?

sábado, 1 de julio de 2023

Falsa alarma

Lo que son las cosas, oye. Mira que el reverso tenebroso es fuerte en mi y mira que de normal, para mi desgracia, soy de las que se fijan en un donut y solo ven el agujero. Pero esta vez, por lo que sea, conservé la fe, esperé contra toda esperanza. Y por una vez me salí con la mía. 

¡¡ESCAYOLA FUERA!! ¡AR! ¡ROMPAN FILAS!

Así es, amiguis, falsa alarma. El médico que me la puso ("no se ve nada en la radiografía pero te vas enyesada, porque el escafoides siempre se rompe"), mis fisios ("no te hagas ilusiones, algo llevarás, una fisura mínimo"), SpeedyDad alias la alegría de la huerta ("mentalízate para dos meses inmovilizada"), TODOS se empeñaban en hundirme la moral. Pero yo no desesperaba, confiaba en la radiografía de esta semana, en la repetición a cámara lenta, en la fotofinish. El partido no se acaba hasta el pitido final. Y este miércoles...

"En la radiografía no se ve nada, pierdes la escayola, pero te llevas una venda superapretada, el juego del programa y este maravilloso aplauso del público".

Así que ahora aparte de un subidón espectacular y una alegría tremenda, tengo un brazo dolorido de color morado -verdoso -negro que aún no puedo usar porque veo las estrellas, pero con todos sus huesos enteros. Que no es poco. A partir de aquí cuidado y paciencia hasta que la contusión se cure y después libreeee, como el sol cuando amanece y Nino Bravo yo soy libreeee, como el mar. Esto merece pinchar el temazo veraniego más mítico de los 90.





Pd:25 minutos he tardado en teclear esta mierdilla sólo con la mano izquierda.  Aún queda sufrimiento por delante