Esta semana mi
RUMS está entre la ecología, la higiene personal, el ahorro... ¿quién da más?
Hace ya bastante tiempo que empecé a indagar por la web en busca de alternativas ECO para ciertas cosas, como el lavavajillas, el detergente o el champú. Y las alternativas aparecieron, claro, y se resumen fácilmente: aceite usado, sosa, bicarbonato y vinagre. El bicarbonato resultó un descubrimiento espectacular, sirve para muchísimas cosas!! Pronto se convirtió en mi champú, el blanqueador de mi lavadora y el desodorante de mi nevera. Y faltaba encontrar la alternativa para mi propio desodorante...
La receta está en Ecocosas, sólo hace falta almidón de maíz (¿os suena la maizena? pues eso es), bicarbonato, aceite de coco y aceites esenciales antibacterianos y antimicóticos. Apenas tendré que retocarla un poco para adaptarla a mí: en origen es un desodorante en barra, sólido, pero a mí me gustan más en crema. La alternativa que da para hacerlo en crema necesita una crema base (que no conseguiría fácilmente) y prescinde de la maizena (que va estupendamente para quitar un poco la humedad), así que creo que mi apaño la próxima vez será poner menos maizena para que quede más blando, a ver si hay suerte, porque el aceite de coco en invierno a temperatura ambiente es sólido, pero se ablanda rapidísimamente con el mismo calor de los dedos. Mientras tanto, en verano lo usé tranquilamente porque con el calor se reblandece un poco, y ahora en invierno pongo el tarrito encima del radiador del baño mientras me ducho, con lo que el calor ablanda el aceite de coco y al salir de la ducha tengo una crema fácil de aplicar.
Con el doble de la receta original (no, no es que yo suela probar las recetas haciendo el doble, fue que me equivoqué en una de las medidas y la solución fue duplicarlo todo!) me salieron estos dos tarritos de desodorante, que llevo usando desde el verano... y como veis aún no acabé el primero! ¡¡caro desde luego no me sale!!
Y funciona, os lo puedo asegurar. Yo no es que sea de sudar una barbaridad, pero sí que en cuanto me descuido de usar desodorante, a nada que sudo empiezo a oler. A oler mal, claro. Es un asco, pero es el cuerpo que me tocó y a estas alturas ya no me apetece odiarlo, la verdad, así que mejor nos adaptamos para una convivencia pacífica... Pues con esta crema-ungüento-potingue-pringue-llamadlo como queráis, no huelo. No tiene perfume, apenas se nota el olor del aceite esencial al aplicarlo, y luego ya no se nota nada, pero simplemente el sudor tampoco huele. En todo el día. Entre asombrada y encantada de la vida me tiene. De los aceites esenciales que propone, yo usé sólo el de árbol del té porque era el que tenía, y creo que no voy a cambiar porque me va estupendamente!
Bueno, otro RUMS que pasa sin enseñar cosas cosidas... así es la vida, el sudor no es glamuroso, pero existe! Jajajaja y yo tampoco soy glamurosa, pero me joroba oler mal!