Una
de las encaramadas calles que suben el cerro de nuestro monte de Sagunto hacia
su fortaleza conocida con el nombre de Castillo, es la que en el año 1887 se
dedicó al militar catalán Luis María Andriani i Escoffett, sustituyendo su anterior
denominación de Calderers. Esta calle parte de la calle Mayor y conecta con la
subida de la calle de San Miguel, dejando en su trayecto el acceso a la calle
Abylix, antes llamada de Barta y conocida popularmente como del Eco.
Luis
María Andriani, el personaje que da nombre a la calle de la que hablaremos hoy, nació en Barcelona el 24 de septiembre de
1773, en el seno de una familia militar, su padre fue el brigadier Felipe
Andriani. Realizó sus estudios en el seminario de Nobles de Barcelona para después
ingresar en el cuerpo del ejército, participando con tan solo diecinueve años
en la defensa de Ceuta.
Ya
en la Guerra de la Independencia fue segundo jefe de Estado Mayor del cuerpo de
ejército de Cataluña, en Tarragona, en 1811, participando en la defensa de
Tortosa, y poco después fue nombrado gobernador del Castillo de San Fernando de
Sagunto, en agosto de 1811.
El
cronista decimonónico de Sagunto, Antonio Chabret y Fraga, cerca de setenta
años después de ocurridos aquello hechos, que concernieron a nuestra ciudad
durante el periodo luctuoso de la Guerra de Independencia, recogía en un
detallado relato las actuaciones de los militares españoles y franceses en
Sagunto, en aquel comienzo de otoño de 1811,
siguiendo para ello las memorias que escribiera el propio brigadier Andriani.
Comienza
así su relato Chabret: “En esta desmantelada fortaleza entraron dos mil
novecientos hombres á la caída de la tarde del 22 de setiembre, la mayor parte
gente bisoña, algunos sin vestuario y sin contar con la oficialidad que
correspondía á los cinco batallones que formaban. Fue encomendada la defensa de
dicho fuerte al coronel del Ejército Luis María Andriani, militar pundonoroso y
entendido, que comprendiendo lo crítico y delicado de su cargo, lo aceptó tan
sólo como buen patriota, aun á costa de su adquirida reputación”.
A
pesar de que en un primer momento Andriani rechazó los primeros embates del
general Suchet sobre el Castillo, lo que le valió que fuera ascendido a
Brigadier, y de la dura y decidida defensa que emplearon, los asedios cruentos
de los franceses a la maltrecha fortaleza, la fatiga de la guarnición y la
escasez de víveres, decidieron a adoptar, finalmente, tras convocar una Junta
de Jefes, la rendición que les propuso la mañana del día 26 de octubre el
general napoleónico, Luis Gabriel Suchet.
Andriani
fue conducido como prisionero a Francia, de donde volvería tras tres años de
confinamiento, publicando en Madrid, en 1815, un Extracto del manifiesto de la defensa del retrincheramiento no
concluído en 1811, conocido por castillo de San Fernando de Sagunto que hizo su
gobernador. Unos años después, en 1838, volvería a publicar el Manifiesto, con notables diferencias, al
tiempo que editaba una Memoria sobre la
defensa de Sagunto en 1811, por el general Andriani en refutación de un pasaje
de la historia de la guerra de la independencia de España, que dio a luz en
1835 a 1837 el Ecmo. Sr. Conde de Toreno.
Siguió
Andriani, después de la contienda hispano-francesa, su carrera militar desempeñando
diversos cargos, como los de Coronel del Regimiento infantería de León entre
1819 y 1823, Mariscal de campo en 1835, y segundo cabo de la capitanía general
de Madrid. El Gobierno de la Nación le concedió en 1840, por su defensa del
Castillo de Sagunto, la gran cruz de San Fernando, y en 1855, un año antes de
su muerte, recibió la cruz pensionada de San Hermenegildo.