Los lunes, reunión
El lunes es ese odiado día en el que se desvanece el oasis semanal llamado weekend y marca el amanecer de la semana laboral que dista cuatro lunas del esperado viernes, en el que al fin, se puede exclamar: TGIF! (Thanks God/Goodness It's Friday). Por eso, no hay crueldad mayor que empezar los lunes con una macroreunión de proyecto cuyas secuelas se extenderán como una marea negra a lo largo de la semana propiciando el entorno de chapapote laboral.
Seguro que fue idea del gestor tenebroso convocar la reunión los lunes por la mañana en su ánimo de incomodar al prójimo, aunque sospecho que pudo ser inducido por el gestor entusiasta, que al contrario que el resto de los mortales recibía el primer día de la semana con energías renovadas. Fuese quien fuese el causante de la fatídica fecha, allí se reunían un ramillete de ingenieros que trabajaban de sol a sol sin orden ni concierto.
Como toda reunión tenía su puesta en escena:
ACTO PRIMERO
Los ingenieros ocupan sus sitios y cuando ya están todos sentados aparece la santísima trinidad gestora: el gestor entusiasta, el gestor tenebroso y el gestor tranquilo, tres gestores distintos y un solo presupuesto verdadero.
El gestor entusiasta despliega su oratoria animando a las tropas ingenieriles a redoblar esfuerzos para conseguir los objetivos del proyecto. El discurso discurre desde la motivación emocional hasta derivar en los aspectos más sórdidos del vil metal. Tal que así:
"Sois los elegidos, los destinados a las más grandes proezas tecnológicas, los que abriréis nuevos caminos en las telecomunicaciones, porque, no obstante, sois los que más habéis promocionado el último año, los que habéis cobrado más incentivos y los que podréis llegar más lejos. ¡Lo conseguiremos!"
El gestor entusiasta le da la palabra al gestor tenebroso y hace mutis por el foro. Se va para no tener que ver la cruda realidad.
ACTO SEGUNDO
El gestor tenebroso con gesto adusto empieza a enumerar las entregas inminentes del proyecto interrogando con mirada de rayos-X a los distintos responsables. En este punto la reunión se convierte en una partida de póker llena de faroles. Todo el mundo sabe que lleva retraso pero nadie está dispuesto a confesar. Las tretas para ocultar la verdad desafían las leyes de la lógica y dan lugar a excusas y acusaciones mutuas. El grupo x dice que su servicio está listo y que se lo ha pasado al grupo y para que lo pruebe. Los del grupo y contestan que no han podido probar el servicio de baja porque el grupo x aún no ha desarrollado el servicio de alta. Sin despeinarse el grupo x defiende sin reparos que su servicio de baja funciona perfectamente y que van en fechas.
El gestor tenebroso empieza impacientarse y deja muy claro que además de las entregas se ha comprometido personalmente con el cliente en realizar unas funcionalidades adicionales y que si hay que salir a las 12 de la noche, se sale y que si se ha venir el fin de semana, se viene. Después de decir: "Quién no está conmigo está contra mi" le pasa el testigo al gestor tranquilo y abandona el escenario, digo la reunión.
ACTO TRERCERO
En este punto se ha caldeado el ambiente y la basca ingenieril ha empezado a elevar el tono y el grosor de las palabras. El gestor tranquilo deja que el caos reine por la reunión pero a los quince minutos pide silencio con esas palabras: "Ya es suficiente, ya os habéis desahogado, ahora vamos a trabajar". Vuelve a la carga con la lista de las entregas y pacientemente y con buenas maneras va enmarronando a cada uno de los responsables.
Después de cuatro horas, parece que a los ingenieros les han hecho una lobotomía y salen en fila india camino de la máquina del café. Se reúnen en pequeños grupos y critican el caos del proyecto. Una vez con la cafeína de máquina en vena se irán su mesa de trabajo a currar a destajo y posiblemente cenen una pizza en la oficina.
FIN
Imagen tomada del blog de Julen