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sábado, marzo 20, 2010

Los lunes, reunión


El lunes es ese odiado día en el que se desvanece el oasis semanal llamado weekend y marca el amanecer de la semana laboral que dista cuatro lunas del esperado viernes, en el que al fin, se puede exclamar: TGIF! (Thanks God/Goodness It's Friday). Por eso, no hay crueldad mayor que empezar los lunes con una macroreunión de proyecto cuyas secuelas se extenderán como una marea negra a lo largo de la semana propiciando el entorno de chapapote laboral.

Seguro que fue idea del gestor tenebroso convocar la reunión los lunes por la mañana en su ánimo de incomodar al prójimo, aunque sospecho que pudo ser inducido por el gestor entusiasta, que al contrario que el resto de los mortales recibía el primer día de la semana con energías renovadas. Fuese quien fuese el causante de la fatídica fecha, allí se reunían un ramillete de ingenieros que trabajaban de sol a sol sin orden ni concierto.

Como toda reunión tenía su puesta en escena:

ACTO PRIMERO

Los ingenieros ocupan sus sitios y cuando ya están todos sentados aparece la santísima trinidad gestora: el gestor entusiasta, el gestor tenebroso y el gestor tranquilo, tres gestores distintos y un solo presupuesto verdadero.

El gestor entusiasta despliega su oratoria animando a las tropas ingenieriles a redoblar esfuerzos para conseguir los objetivos del proyecto. El discurso discurre desde la motivación emocional hasta derivar en los aspectos más sórdidos del vil metal. Tal que así:

"Sois los elegidos, los destinados a las más grandes proezas tecnológicas, los que abriréis nuevos caminos en las telecomunicaciones, porque, no obstante, sois los que más habéis promocionado el último año, los que habéis cobrado más incentivos y los que podréis llegar más lejos. ¡Lo conseguiremos!"

El gestor entusiasta le da la palabra al gestor tenebroso y hace mutis por el foro. Se va para no tener que ver la cruda realidad.

ACTO SEGUNDO

El gestor tenebroso con gesto adusto empieza a enumerar las entregas inminentes del proyecto interrogando con mirada de rayos-X a los distintos responsables. En este punto la reunión se convierte en una partida de póker llena de faroles. Todo el mundo sabe que lleva retraso pero nadie está dispuesto a confesar. Las tretas para ocultar la verdad desafían las leyes de la lógica y dan lugar a excusas y acusaciones mutuas. El grupo x dice que su servicio está listo y que se lo ha pasado al grupo y para que lo pruebe. Los del grupo y contestan que no han podido probar el servicio de baja porque el grupo x aún no ha desarrollado el servicio de alta. Sin despeinarse el grupo x defiende sin reparos que su servicio de baja funciona perfectamente y que van en fechas.

El gestor tenebroso empieza impacientarse y deja muy claro que además de las entregas se ha comprometido personalmente con el cliente en realizar unas funcionalidades adicionales y que si hay que salir a las 12 de la noche, se sale y que si se ha venir el fin de semana, se viene. Después de decir: "Quién no está conmigo está contra mi" le pasa el testigo al gestor tranquilo y abandona el escenario, digo la reunión.

ACTO TRERCERO

En este punto se ha caldeado el ambiente y la basca ingenieril ha empezado a elevar el tono y el grosor de las palabras. El gestor tranquilo deja que el caos reine por la reunión pero a los quince minutos pide silencio con esas palabras: "Ya es suficiente, ya os habéis desahogado, ahora vamos a trabajar". Vuelve a la carga con la lista de las entregas y pacientemente y con buenas maneras va enmarronando a cada uno de los responsables.

Después de cuatro horas, parece que a los ingenieros les han hecho una lobotomía y salen en fila india camino de la máquina del café. Se reúnen en pequeños grupos y critican el caos del proyecto. Una vez con la cafeína de máquina en vena se irán su mesa de trabajo a currar a destajo y posiblemente cenen una pizza en la oficina.

FIN

Imagen tomada del blog de Julen

¡¡Ni me menees!!

viernes, febrero 19, 2010

Lo suyo era puro teatro


La semana pasada hablaba del Gestor astuto, esta semana lo mostraré en acción protagonizando una reunión que me dio que pensar y en la que aprendí más que en un Master Business. No hay mejor escuela para la gestión que ver actuar a alguien que lleva años ejerciendo el poder.

El relato lo voy a estructurar como una pieza teatral en tres actos porque aquello fue una puesta en escena en la que el gestor astuto fue el director y los que asistimos fuimos actores sin saberlo.


Acto primero


La obra de teatro transcurre en una sala de reuniones donde se congregan un grupo de ingenieros que han desarrollado un producto SW y los componentes de una oficina de proyectos que tienen que aceptar dicho producto.

Los ingenieros desprecian a los miembros de la oficina de proyectos por ignorantes y corruptos y son correspondidos por éstos con un desprecio hacia su prepotencia ingenieril.

Cuando se había implantado casi la mitad de la versión V3 del producto SW de los ingenieros, la oficina de proyectos había dado marcha atrás para volver a la versión V2. Todo un escándalo. Los reunidos habían sido convocados para resolver esta crisis a las 5 de la tarde, hora dramática tanto para los protagonistas de las reuniones como de la Fiesta Taurina.

Están solo en la sala los mandos intermedios. Los directores han avisado para que empezara la reunión sin ellos ya que se incorporarían más tarde. En una enorme mesa rectangular están sentados los ingenieros en un lado y los miembros de la oficina de proyectos al otro. Solo un ingeniero, gallego él, se ha sentado en zona intermedia, con los ingenieros a su derecha y los de la oficina a su izquierda.

Comienza una agria discusión entre los dos bandos en una espiral de reproches alimentados por el "y tú más". Tras una hora de discusión no solo no se ha resuelto la crisis sino que los ánimos estaban aún más enconados.


Acto segundo


Llegan los directores, el de los ingenieros y el de la oficina de proyectos, nuestro gestor astuto. Vienen de comer juntos, se les ve joviales con ese brillo en los ojos que solo sabe aflorar el alcohol de la sobremesa.

Se sienta cada uno con sus chicos.

Los mandos intermedios ponen a los directores al corriente de la suma de reproches. Ya están desgastados por la discusión y escuchan sin rechistar un speech de un cuarto de hora del Gerente astuto sobre los objetivos de la empresa para implantar la versión V3 y la necesidad de alcanzar un acuerdo, amenazando con no salir de la habitación sin una solución.

Una vez finalizado su discurso dio la palabra a los mandos intermedios que volvieron a la espiral de reproches. Permitió media hora de discusión y empezó a meter baza. Consiguió definir los diez mayores problemas que impedían desplegar la versión V3 de nuevo. También consiguió mapear problemas a personas.

Abrió una vía de negociación con frases de este tipo: ¿Qué tendría que hacer el ingeniero x para solucionar el problema y? dirigidas a la gente de su equipo, poniéndoles en la tesitura de "mojarse". En esta segunda vuelta consiguió la lista de las acciones necesarias y el responsable.

Al cabo de un par de horas los ingenieros vieron con asombro cómo el Gerente astuto iba minimizando la importancia de los problemas y "parecía" favorable a desbloquear la implantación de la nueva versión.


Acto tercero


Empezó a enmarronar a los ingenieros haciéndoles aceptar la ejecución de las acciones para solucionar los problemas como un compromiso personal ante el silencio del director de los ingenieros. Estos compromisos excedían con mucho lo que estaba acordado en el contrato y suponía una pérdida de dinero.

Se puso fecha a la nueva implantación de la versión V3 y todos salieron pasadas la 21:00 pensando que habían ganado.


En realidad….


El único ganador fue el Gerente astuto que tenía un bonus importante por la implantación de la V3 y que sus chicos casi le arruinan por "mear para fuera". De paso, pudo vender cara a sus jefes que había conseguido funcionalidades adicionales a coste cero.

Los ingenieros hicieron jornadas maratonianas para cumplir sus compromisos por las que fueran recompensados con el salario emocional de ver implantada su versión.

Los miembros de la oficina estaban satisfechos viendo a los ingenieros asfixiados de trabajo y esperándoles para la siguiente versión. Pero se quedaron sin catar el jamón ibérico a costa de los ingenieros.


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La foto del corral de comedias de Almagro en Flickr es de .Bambo. Vista en el blog de Julen.

¡¡Ni me menees!!

sábado, noviembre 03, 2007

El sobre moderno

Un vecino muy querido me inspiró este post con este comentario en la entrada "El sobre" :

“desgraciadamente mi sobre laboral es de los modernos... sí, de esos que tienen los triángulos laterales muy pequeños y la solapa muy arriba”

Va por ti Muxfin.

nota: la ilustración es cortesía de Brain

Cuando escribí el post de "El sobre" lo hice con la miopía propia de quien no ve más allá de su nariz. Tan solo vi mi entorno, una jaula dorada con recursos suficientes para alimentar a una cantera de hidalgos/burgueses y de aristócratas. Pero los paraísos laborales se sustentan en otros entornos laborales más magros a los que les van chupando poco a poco la poca grasa que les queda.

Son las empresas subcontratadas, en primera, segunda o tercera instancia las que se estructuran de acuerdo al sobre moderno, con los mismos apartados: trabajo, reunión, viajes y comidas, pero con distinta distribución. Si trazamos con la imaginación (no me atrevo a mancillar la ilustración de Brain) de izquierda a derecha tres líneas paralelas en el sobre moderno podemos ver que los estados varían respecto del sobre clásico de la siguiente forma:

  1. El primer escalón, el de solo trabajo, se sitúa en el borde inferior del sobre igual que en el sobre clásico. La única diferencia se encuentra en que el salario será más escaso. Allí se ubicarán los becarios precarios o los nuevos.

  2. El segundo nivel, el de la adaptación al puesto de trabajo, se diferencia bien poco del primero: alguna reunión y algún viajecito esporádico para apagar algún fuego. En este caso los viajes suelen ser en condiciones muy modestas tanto de transporte como de alojamiento. En este nivel se ubican las fuerzas del trabajo también conocidas como mileuristas, por su techo salarial.

  3. El tercer peldaño, ¡oh sorpresa! es casi igual que el anterior. Parece que el mileurista completa la etapa de integración en la estructura de la empresa sujeto al mismo techo salarial que en el segundo nivel pero con responsabilidades añadidas. No hay margen para las comidas de trabajo, ni opción a la hidalguía laboral. Tiene que organizar el trabajo de otros y seguir realizando el suyo. ¡Esto es lo que hay!

  4. La cuarta morada es un salto tanto cuantitativo (en sueldo) como cualitativo (en privilegios). En este caso la línea paralela se tiene que aproximar bastante a la parte superior del sobre porque es una zona muy pequeña. Muchos son los contratados pero pocos los que acceden al nivel en que se reúne, se come y se viaja. A diferencia de los colegas del sobre clásico, no se comportan como clase ociosa sino como negreros implacables.

  5. En la línea superior se encuentra el mandamás que se pasa el día invitando a comer a los que están en los niveles 4 y 5 del sobre clásico. Esto equilibra el sistema ya que da sentido laboral a la clase ociosa de los paraísos laborales.

Como se puede observar, el sistema funciona y se retroalimenta. El sobre clásico mantiene una abundancia que alimenta a los sobres modernos que administran de forma “eficiente” los recursos. De esta manera los paraísos laborales presentan bonitas cifras de eficiencia ante sus accionistas y los analistas porque con muy pocos recursos “propios” facturan muchísimo.

A veces me pregunto ¿qué pasaría si la "eficiencia" llegara de verdad al sobre clásico?

¡¡Ni me menees!!

viernes, octubre 26, 2007

El sobre

Chascarrillo recogido de la tradición popular del management y adaptado a mi modo de ver las cosas.

El sobre tiene dos connotaciones laborales, una interna y otra externa. La primera corresponde al antiguo incentivo en metálico que se envolvía dentro de un sobre y se repartía de forma totalmente secreta y arbitraria entre los colaboradores. Ahora se le llama variable y se viste bajo el honorable manto de los objetivos. En realidad, solo ha cambiado la forma, adornada de palabrería huera, y se sigue distribuyendo tan confidencial (menos para Hacienda) e injustamente como antes.

Pero en este post se va a tratar el aspecto externo del sobre, poniendo el foco en su dorso. En la parte posterior del sobre se encuentra la solapa impregnada de pegamento seco que cobra vida al contacto con la lengua para fundirse con los otros pliegues del sobre. Al cerrase, quedan a la vista cuatro triángulos mágicos a los que se ha bautizado como: trabajo, reuniones, viajes y comidas. Trazando tres líneas paralelas de izquierda a derecha del sobre se consigue determinar cinco posibles estados de la vida laboral.


  1. Es la iniciación en la vida laboral. Se sitúa en el borde inferior del sobre. La línea solo atraviesa el triangulo del trabajo. En este nivel se encuentran el aprendiz, destinado a las más pesadas cargas del trabajo. En algunos sitios se le llama becario o "el nuevo".

  2. Corresponde a la adaptación al puesto de trabajo. Está delimitado por la primera paralela al borde inferior del sobre que atraviesa las zonas de reuniones, trabajo y viajes. En este momento laboral, el círculo de conocidos se amplía y se inicia esa cansina tarea de las reuniones y algún viaje esporádico. En esta fase se encuentran el grueso de las fuerzas del trabajo.

  3. Engloba a la integración en la estructura de la empresa. Se alcanza este nivel cuando la segunda paralela al borde inferior atraviesa el triangulo de la comida además de las reuniones, trabajo y viajes. Es el inicio de la hidalguía laboral, en el que el trabajo empieza a ser insignificante frente a las actividades de relación.

  4. Es la etapa de la consolidación en la élite empresarial. Se llega a este estado de gracia cuando la tercera paralela desde la parte inferior del sobre abandona para siempre el triangulo del trabajo y solo atraviesa las reuniones, comidas y viajes. En este nivel se sitúa la aristocracia laboral, exenta de cargas laborales y ocupada tan solo en actividades de relación con sus iguales. Allí se practica la caza del zorro con jauría de perros y otros entretenimientos de las clases ociosas.

  5. El último escalón corresponde a la coronación laboral. Es el estado al que todos desean llegar pero en el que solo uno puede estar. Corresponde con la línea superior del sobre que tan solo atraviesa el triangulo de la comida. Allí se encuentra el rey, habitando la planta más alta del edificio y rodeado de su pequeña corte empresarial. La soledad del líder se manifiesta en la ausencia de reuniones.

En el largo camino laboral cada uno se va planteando en qué estado está y en cual quisiera estar. Desde mi pequeño nivel de influencia solo pido que prevalezca la inteligencia, por favor.

¡¡Ni me menees!!

sábado, septiembre 15, 2007

Reunión esperpéntica


De las muchas reuniones esperpénticas de trabajo a las que he asistido, recuerdo una que daría para el guión de una obra del teatro del absurdo. Ni todo el ingenio de Tip y Coll sería capaz de imaginar algo así. La realidad supera siempre la ficción. Aunque han pasado tres años, y mi imaginación puede adornar un poco los hechos, puedo garantizar que el grado de exageración es mínimo y que en el fondo subyace la verdad.

La reunión se convocaba a las cinco de la tarde para evaluar la fase I de un grupo de proyectos de innovación y determinar su continuación en una segunda fase. A las cinco de la tarde en la enorme sala, como una plaza de toros, se encontraban la Gestora del Presupuesto de innovación, el Coordinador del Grupo de proyectos y los jefes de proyecto .

Las cinco de la tarde era la hora de las corridas de toros antes del cambio horario. Sucedió algo dramático como lo que cantaba Federico García Lorca en llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Uno a uno fueron muriendo todos los proyectos presentados, a las cinco de la tarde, por el asta inmisericorde de la Gestora del Presupuesto salpicando de sangre a todos los allí reunidos.

La Gestora del Presupuesto era una mujer alta, estilosa, muy bien vestida, mejor calzada y con mucha desenvoltura social. Un compañero la describió como "Un demonio vestido de Loewe", y con esa definición se quedó. A los humildes innovadores les abrumaba tanta elegancia ya que, en comparación, sus vestimentas parecían de un todo a 100. Hasta los innovadores más frikis murmuraban acerca de la marca de sus zapatos y aseguraban que eran Manolos. Demasiado glamour para los ambientes Blade Runner de los laboratorios de los innovadores.

El Coordinador del Grupo de proyectos era una réplica de Freddie Mercury con corbata. Su cargo de gerente le daba un grado más de elegancia que la de sus tutelados, pero no llevaba precisamente un traje de Armani. No era del agrado del Gestora del Presupuesto porque no era uno de los suyos y ella prefería, a falta de hombres de mundo a su altura, rodearse de bufones de la corte.

El demonio vestido de Loewe tomó asientos, sí asientoS: Uno para el enorme bolso, otro para el abrigo de visón y el tercero para ella. Desparramó por la gigantesca mesa de reuniones sus gadgets, entre ellos una BlackBerry. El Coordinador del Grupo de proyectos tomó la palabra apoyado en un ppt. A la tercera transparencia sonó la BlackBerry. La elegante gestora inició una conversación telefónica haciendo una señal a Freddie para que siguiera con la presentación, que terminó cuando ella seguía aún hablando por su gadget. Durante todo este tiempo Freddie mantuvo el tipo aunque fue varias veces interrumpido por ella, que abandonando por unos instantes la conversación telefónica le decía: ¡No me está convenciendo nada de lo que cuentas!.

Los jefes de proyecto no dábamos crédito a lo que pasaba, pero la fiesta no había hecho más que empezar. Cuando llegó el turno de la deliberación de proseguir con la segunda fase, fueron cayendo uno a uno los proyectos con los más dispares razonamientos. Uno de los criterios de evaluación aplicado fue que un proyecto de innovación que no es producto en tres meses, no era de innovación.

La tortura duró el doble que una corrida de toros, salimos a las 21:00, con la cara de espanto escrita en la cara y pensando en qué trabajaríamos al día siguiente. Aunque todos coincidíamos que era un alivio no tener que volver a trabajar para la elegante Gestora.


Sección-Expedientes-X

¡¡Ni me menees!!