Decía un cliente mío que siempre es mejor perder un cliente que un proveedor. Sin embargo, hay veces que uno cruza la raya.
_________________________________________ <- La raya
Hoy hemos recibido una llamada de una consultoría que, según nos ha dicho, estaba haciendo un informe económico de nuestra empresa a petición de un cliente suyo, a su vez proveedor nuestro, para un seguro de crédito*. Ha empezado a hacernos preguntas del tipo facturación anual, principales proveedores, principales clientes, nº de trabajadores, nº de socios, bienes de la emrpesa... Sólo le ha faltado preguntarme de qué color era mi ropa interior (hablando finamente).
Sorprendida le he preguntado quién era el proveedor para saber a quién le estaba dando la información y me contesta que no me lo puede decir. Mi socio se ha hecho cargo de la conversación, donde no le ha contestado prácticamente a nada y yo he llamado al posible proveedor que podría pedir tal informe. Reproduzco la conversación:
- Yo: Hola proveedor. ¿Habéis sido vosotros los que habéis solicitado el informe?
- Proveedor: Sí, es para asegurar el cobro de los recibos.
- Yo: Ah, vale. Es que me ha llamado un tío que no me ha querido decir quién solicitaba la información y la verdad es que me ha sentado un poco mal.
- Proveedor: Bueno, pero eso es la forma de trabajar que tienen ellos. Yo sólo les pido un informe. No puedo decirles cómo hacer su trabajo.
- Yo: Ya, pero si trabajan para vosotros y yo, tu cliente, te llamo para decirte que me ha sentado mal que me hiciesen esas preguntas, podrías por lo menos decírselo a ellos.
- Proveedor: Es que yo no tengo contacto con ellos y en toda mi vida es la primera vez que llama un cliente para quejarse.
Total, que la cosa ha subido de tono porque él no quería reconocer que la forma de pedir los datos es intrusiva, sin ni siquiera avisar de que alguien iba a llamar para hacerlo. Y yo no quería reconocer que, al parecer, es una práctica normal entre empresas (por lo visto, si eres una SL como tus datos están en el registro mercantil es más fácil acceder a ellos; pero como este no era ese caso pues directamente llaman). Entre todo eso le he dicho que eso es un problema de comunicación básico, que simplemente es cuestión de hablar un departamente con otro o con el proveedor.
Y como nos hemos calentado, yo le he dicho que por lo menos podría disculparse por las formas de su proveedor, lo que le ha tocado el orgullo pero de lleno y él ha empezado a decirme que eso es lo normal y que no tenía por qué disculparse, que es como cuando vas a comprar un coche. que te hacen mil preguntas antes de darte el dinero (gracioso porque la que paga soy yo y además le hice una transferencia del 50% por adelantado). Y ya, remate final le he soltado que sería la primera y la última vez que trabajaba con ellos.
Bonito discurso en el que para finalizar le he dicho que me llamase cuando estuviese listo el pedido y que, para que vea que soy de confianza, se lo pagaré a tocateja encima de la mesa. Fin de la conversación.
Cinco minutos después me llama y me comunica que me devuelve el adelanto y que no me hace el pedido. Que para ser la primera y la última vez, prefiere que no sea ninguna de las dos. Catástrofe.
Ahí ha llamado mi socio haciendo gala de sus inmensas dotes diplomáticas y ha hecho ver que el jefe era él para subsanar la metedura de pata. Y lo ha conseguido (¡olé!) diciendo que se ocuparía personalmente él de ese tema y que un malentendido entre él y yo no tenía por qué ser un problema entre nuestra empresa y la suya. ¡Bravo!
Yo sólo quería que el proveedor me dijese "Ah, pues perdona por las formas del proveedor" o "perdona, es que se me olvidó llamarte para avisarte" o "pues hablaré con ellos para pedirles que den mi nombre (aunque fuese mentira)". Pero seguramente ha tenido una mala noche y le he pillado con el morro torcido.
En fin, que más vale ser dos para que si uno la jode el otro lo arregle. Yo me he calentado pero realmente pienso que él no tenía razón, que yo le había demostrado mi predisposición a trabajar adelantandole el 50% sin haberle visto la cara jamás y dándole mi nº de cuenta para que me girase el otro 50%. Y lo más gracioso es que todo esto es por 215 €.
*seguro de crédito: valoración de riesgo a la hora de girar cobros a terceros que ofrecen un rango de precios entre los que es seguro operar con ellos.