martes, 29 de octubre de 2013
Cristina Peri Rossi
LA FRACTURA DEL LENGUAJE DE LOS LINGÜISTAS
APLICADA A LA VIDA COTIDIANA
Le dije que me gustaba, y quedé insatisfecha.
La verdad era que a veces no me gustaba nada,
pero no podía vivir sin ella.
Le dije que la quería,
pero también quiero a mi perro.
Después le dije que la amaba,
pero mi incomodidad fue mayor aún:
no tenía un cúmulo de buenos sentimientos,
a veces mis sentimientos eran muy malos,
quería secuestrarla, matarla de amor,
reducirla a la esclavitud, dominarla.
A veces, sólo quería su placer.
La complicidad que reclamé
era imposible: ¿qué complicidad se puede establecer
con alguien cuya sonrisa nos lleva al paraíso
y cuya indiferencia nos conduce al infierno? (William Blake)
Decidí prescindir del lenguaje,
entonces me acusó de no querer comunicarme.
Desde hace unos años, sólo existe el silencio.
Encuentro, en él, una rara ecuanimidad:
la de los placeres solitarios.
ORACIÓN
Líbranos, señor,
de encontrarnos,
años después,
con nuestros grandes amores.
Cristina Peri Rossi
Uruguay – 1941
De: “Inmovilidad de los barcos”
Ed. Bassarai – España – 1997
Obra: Dama de azul - Héctor Acevedo
sábado, 26 de octubre de 2013
Raúl González Tuñón
El poeta
Como la incorruptible Diana, severa y suave,
que gobierna la luna y los canales
secretos de la rosa;
amiga de las nubes errabundas
y de la piedra perdurable,
mi fantasía nace de las corrientes subterráneas
y de la superficie diversa y palpitante;
los rumores menudos o solemnes del bosque,
la guarida fantástica donde se forma el viento,
la umbría soledad y los acantilados.
¡Libre de toda servidumbre!
Pero sale y se interna en el mundo y sus islas
siempre en vital contacto con las raíces hondas
que registran los cantos remotos del Eleusis.
Allí nutre el poema, ese sueño que habla,
la fábula concreta del amor y la lucha.
¡La realidad, errante y generosa!
Poema en la órbita del futuro
A Gogarin
Va la magia del hombre,
la fantasía del conocimiento.
Rumbo de la ilusión, va por el aire.
La poesía viaja en busca de la Rosa
de los vientos.
Allá, quizá un indicio del origen de la vida
que viene de la noche de los tiempos
-quién sabe de que sombra, de qué lucha tremenda,
de qué vaga tiniebla silenciosa y errante-
tal vez esté esperando esas voces lejanas
de esta Tierra del hombre,
de este mundo que un día fue también una estrella.
Y las gentes en todos los países
que caben en la inmensa diversidad del mapa,
se miran, se interrogan, se hacen más amigos,
graves y fraternales.
Raúl González Tuñón
De "Demanda contra el olvido" - Ediciones La Rosa Blindada - 3ra Ed. 2006
Argentino (1905 – 1974)
Fotografía extraída: http://old.kaosenlared.net
miércoles, 23 de octubre de 2013
Horacio Salas
Inventario de mis días
Como no sé vivir
y ya no encuentro cómodo
llorar cada mañana,
como no sé vivir —insisto—
mientras vivo y desvivo
levanto el inventario de mis días.
Me palpo, me recorro,
con cualquier cosa compruebo mi existencia,
por medio de una voz,
de una sonrisa
o de cualquier mujer,
sé que estoy vivo.
Antes de despedir la madrugada
busco, revuelvo entre los trastos viejos,
y encuentro una palabra,
la desarmo,
le abro su panza de aserrín,
vuelvo a coserla igual que un minucioso cirujano
y escribo mi poesía.
Dando vueltas junto a los minuteros
tropiezo con el mismo ángulo recto
que invade a la mañana la oficina.
Prolijamente saludo a los relojes,
me anticipo a los pájaros ficticios,
digo que sí y que no con la cabeza.
Alargo inútilmente la memoria,
busco números claves con anteojos,
recorro con los dedos el lomo de la tarde,
giro sobre un sillón de cuero con sordina,
sumo porcientos grises, cifras azules y columnas rojas,
escribo sobre libros tremebundos,
pronuncio la palabra bibliorato
ochenta y cuatro veces por minuto;
comento un accidente, un crimen, media guerra,
y elogio los dobleces de algún sueño
para arrugarlo luego.
Enarbolo la pipa sobre el labio,
vuelvo a decir que sí de mala gana,
me angustio, resoplo, dramatizo,
a veces nombro a Sartre, a Dios, a Sanfilippo.
Huyo de mí,
me ignoro,
no me quiero.
Después, cuando el cansancio
comienza a recorrerme por la espalda,
saco de los bolsillos mi amor doblado en cuatro,
lo ejerzo tenazmente
y luego con vergüenza lo describo
o tan sólo amontono palabras y las tiro.
Antes de cada noche me apuntalo,
me miro en los espejos,
aliso mi soledad contra la almohada.
Sin que nadie me invite
me meto entre los sueños
o crezco con furia en otros muslos.
A veces también duermo.
O desvarío ante una biblioteca,
ante un poema de Eluard,
ante un Chagall plagiado,
o ante un tango.
Otras veces me siento a la orilla de mis ojos
y me miro asombrado y con espanto.
Me olvidaba,
a veces, también como.
En días de nostalgia
prefiero recordarme
o inventarle memorias a la tarde.
De vez en cuando vuelvo a leer a Borges.
Con la paciencia repito al acostarme
la delantera de Boca en el cincuenta
o escucho a Gardel contra el silencio.
Me desbordo de amigos casi siempre:
ya tengo tantos que nunca alcanza el tiempo
a descifrar sus nombres.
Cuando me quedo solo de espaldas a la noche
enumero los días transcurridos,
vuelvo a la infancia, al olor de los juegos,
converso con mi madre;
Los domingos mi padre sabe todas las respuestas
y todas las historias de aventuras.
Cuando se acaba el juego
evoco a algunos muertos,
voy al cine,
me reflejo en mis ojos preferidos,
aprendo los artículos del Código,
pienso en mi propia muerte
y mientras tanto crezco.
Como no sé vivir,
como no aprendo,
como no me interesan los deberes
ni tampoco me aplico para pasar de grado,
como no sé vivir —insisto—
me conformo con tratar de cambiar,
o simplemente
con inventar la vida
cada día.
Horacio Salas
Nació en Buenos Aires. Es poeta, ensayista e historiador, ha publicado más de treinta títulos. Desde 1976 hasta 1983 vivió en España, exiliado, donde publicó cuatro volúmenes.
Entre sus libros de poesía se destacan Memoria del tiempo (1966), La corrupción (1969), Mate pastor (1971), Gajes del oficio (1979); Cuestiones personales (1985) y Dar de nuevo (2003) y han aparecido tres antologías de su obra, en España y la Argentina. Como ensayista ha publicado: La poesía de Buenos Aires (1968), La generación poética del 60 (1976);
domingo, 20 de octubre de 2013
Miguel Hernández
Menos tu vientre
Menos tu vientre,
todo es confuso.
Menos tu vientre,
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre,
todo es oculto.
Menos tu vientre,
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre,
todo es oscuro.
Menos tu vientre
claro y profundo.
Miguel Hernández
España (1910 – 1942)
Música: Joan Manuel Serrat
viernes, 18 de octubre de 2013
Javier Bello
para Ana Rossetti
I
Cuídate de los viajes, hijo mío,
cuídate de los viajes y de los trenes
y del tambaleo de los barcos en la batalla del amanecer.
Cuídate de los trenes
y de la tierra donde baila sepultada una llama,
cuídate de los barcos y de los fuegos fatuos
como escondes tus rodillas del tormento de la tempestad.
Nunca entenderás el recorrido de los animales
por las veredas y los parques,
los animales malos que se comen la sed.
Nunca entenderás los ojos de los perros
que desaparecen tras el silbido de los cazadores.
No me digas que no has visto
los animales negros que tienen cara de anciano.
No me digas que no has visto
los caballos cansados que cruzan con sus patas la verdad.
Ten cuidado de los viajes,
ten cuidado de los trenes y de las potencias malignas
y de perderte entre tus propias aguas.
No dejes tu sombrero fuera de la casa,
no dejes tus guantes lejos del amanecer,
porque las hormigas te golpearán con sus antenas hasta causarte daño,
porque las piedras arderán en tus zapatos negros,
para que aprendas a no jugar con las líneas de tus manos,
para que recuerdes, hijo mío,
que el norte de las brújulas se come la cabeza de tu propio animal.
Cuídate de los viajes,
cuídate de los viajes y de los trenes
y del tambaleo de los barcos en los mares sin ley,
porque en los viajes va la muerte hablándote al oído,
porque en los trenes va la muerte sentada
y en los barcos va la muerte de pie.
De "Las jaulas" (Madrid, Visor, 1998)
Nació en Concepción, Chile, 1972. Es Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica de la Universidad de Chile.
Obra: Mariana Zuñiga
http://marianazunigatorres.com/pintura/
Obra: Mariana Zuñiga
http://marianazunigatorres.com/pintura/
martes, 15 de octubre de 2013
María Elena Walsh
Sábana y mantel
Sábana y mantel.
Sábana y mantel.
Son trapos de ser humano
si humano lo dejan ser.
Sencilla gala de pobre
y no lujo de burgués
que se puede tener mucho
pero no tener con quién.
Sábana y mantel.
Sábana y mantel.
El hijo de la intemperie
los teje más de una vez
y puede con hoja verde
adornar su desnudez.
Salvaje quien duerme avaro
y mata el hambre de pie.
Sábana y mantel.
Sábana y mantel.
No te los dan en la cárcel
y por más que te los den
en el destierro no suelen
aliviar sueño ni sed
porque no saben la historia
escrita sobre tu piel.
Sábana y mantel.
Sábana y mantel.
Uno manchado de vino
que señal de gozo es
y la otra humedecida
con rocío de querer
que no le falten a nadie
en este mundo tan cruel.
Sábana y mantel.
Sábana y mantel.
María Elena Walsh
Nació en Ramos Mejía, Buenos Aires, (1930-2011) fue una poeta, escritora, música, cantautora, dramaturga y compositora argentina.
sábado, 12 de octubre de 2013
Carlos Patiño
Vientos del sur
Bufa, gime, arremolina, bate, silba, canta.
Si lo dejas te lleva a culatear contra los alambrados
o contra las paredes de las casas cerradas,
te zambulle en el mar si no te cuidas
o te lleva a dar con los arbustos espinosos que
enojados
te insertan sus agujas.
O acaso a topetar contra esa mujer que camina de espaldas
tratando de engañarlo
y que por casualidad es tu enemiga
porque te amó o la amaste o no te amó o porque no la amaste
o acaso contra quien amaste, amas o te amará
pero ninguno ve los rostros ni musita perdón civilizado
y siguen ateridos su camino
como si fueran viento también ellos.
Son cosas que a este viento bien del sur
jamás le importarán.
Él bufa, gime, arremolina, bate, silba, canta.
porque no sabe de ninguna otra cosa.
De donde viene, desde allá, de las nieves,
desde las montañas inabordables
desde el silencio mentiroso de los hielos
tiene ese mandato de arrastrar con todo aquello que se cruce delante
con la furia, el enojo, la prepotencia y la arrogancia de los impunes.
Porque el viento es impune.
La montaña es impune.
Los atardeceres son impunes.
Por eso este viento del sur bufa, gime, arremolina, bate, silba, canta
con la impiedad y la grandeza de las cosas que son.
Carlos Patiño
De "Los rumbos del viento" (Os rumos do vento)
Antología de Poesía - TRILCE EDICIONES (2005) Salamanca - España
Pintura: Amantes en el viento - Peter Rudolfo
Anécdota: año 2005, estaba como tallerista de Carlos Patiño, con varios compañeros mas, un día Carlos nos comenta de su participación en esta antología y que le habían regalado dos ejemplares de este libro.
Dijo: uno me lo quedo yo y el otro lo sorteamos entre todos ustedes.
Imagen escaneada:
miércoles, 9 de octubre de 2013
José Martí
PENAS
¡Penas! ¿Quién osa decir
Que tengo yo penas? Luego,
Después del rayo, y del fuego,
Tendré tiempo de sufrir.
Yo sé de un pesar profundo
Entre las penas sin nombres:
¡La esclavitud de los hombres
Es la gran pena del mundo!
Hay montes, y hay que subir
Los montes altos; ¡después
Veremos, alma, quién es
Quien te me ha puesto al morir!
José Martí
De "Versos Sencillos" 1891
(La Habana, 1853 - Dos Ríos, Cuba, 1895) Político y escritor cubano. Nacido en el seno de una familia española con pocos recursos económicos, a la edad de doce años José Martí empezó a estudiar en el colegio municipal que dirigía el poeta Rafael María de Mendive, quien se fijó en las cualidades intelectuales del muchacho y decidió dedicarse personalmente a su educación.
Versión coral: Coro de Cámara Exaudi - Cuba
Arreglos: Beatriz Corona - Cuba
Datos biográficos:http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marti.htm
sábado, 5 de octubre de 2013
Tamara Kamenszain
Freud
“Me voy hacia la luz”
me decía en un sueño mi padre muerto.
Su sonrisa esfumada en doble lejanía
acercaba sin embargo una tranquilidad luminosa:
había un mensaje literal
enunciado clarísimo donde la luz es la luz es la luz es la luz
y donde irse es replegarse en eco
como sólo un padre sabe hacerlo
envuelve el alma en blanco tiende una fundita
y apoya de los hijos en blanco la cabeza
ahí escribe premoniciones futuras
un destino de grandeza una vía regia
que él firma y confirma como médico
dejándonos en una cura formidable
su desaparición.
Arbol de la vida
Mi duelo, lo que estoy viendo
es el Gran Buenos Aires desde un cementerio judío.
Con cara de cansado pasa arrugando un rabino
la página de kaddish en el bolsillo.
En mangas de camisa lejos de esta pira de piedras
asará los restos del domingo sobre otro mausoleo.
En la puerta la florista se persigna
ante un cortejo de parientes y vecinos
solideos improvisados, mujeres de llanto fácil
se congregan en la fila de los deudos
no es por mi duelo, me segregan, los estoy viendo
no me sumo a esa muchedumbre abatatada
me resta a contramano mi pérdida solitaria
por Quilmes y Ezpeleta hasta La Tablada flotando
bajo el humo de chorizos arrebatados,
de calles barrosas sin apisonar
vías muertas y, al final, una tarima evangelista.
“Pare de sufrir” anuncia la humorada del cartel
cuando piedra sobre piedra entierro
mal traducida la fotocopia de kaddish
en el fondo de mi cartera qué me dice
la tradición a expensas de tu muerte
una verdad menos que revelada
no hay rabino que ayune ganas de saber
no hay duelo lo que estoy viendo es lo que es
calles del Gran Buenos Aires transidas de domingo
un vehículo negro pasea en relieve el nombre de su cochería
de éste al otro lado del suburbio lo que estuve viendo
se distancia. En el campo sin límites de la mirada
verde sobre verde avanza el paisaje de todos
todos cuelgan sobre ese horizonte la esperanza de estar vivos
somos una muchedumbre abatatada volcando sobre los colectivos
un pasaje de salida. Me fui del cementerio
yo tampoco merezco otro domingo en tinieblas.
Mi duelo, lo que estoy viendo
será de aquí en más este verdor que te dedico.
Hoy florecen en las copas de los árboles todas mis raíces.
Tamara Kamenszain
De "El ghetto" - Sudamericana, Buenos Aires, 2003
Nació en Buenos Aires en 1947. Es poeta y ensayista.
Audio extraído de: Audiovideoteca de Buenos Aires
Fotografía: www.eluniverso.com
miércoles, 2 de octubre de 2013
Leopoldo Castilla
L
¿Cuándo no haya dónde
haremos pie en los sueños?
La manada duerme y expulsa
campos voladores, ciudades suspendidas
con hombres tenues
y mares ingrávidos.
¿Podremos allí sembrar, cantar?
¿Intangíbles
seremos como el color
un tacto irreal
para que todo se emocione
o una tiniebla que alumbre
igual que las lunas dentro de la madre?
Noche a noche la humanidad y sus finados
construyen esos lugares sin sangre.
Una nueva tierra, un comienzo,
una niñez errante.
Nosotros, como los viejos sefardíes
cargaremos
si esa levedad resiste
una llave
y la penuria
de una lengua transparente.
LVII
Ya ocurrió. Se fueron los colores,
la sombra se sumergió en el hombre,
ya se angeló,
lo dividió el infinito
y por la boca
humea.
Se ha vuelto un punto
que se hunde
mientras todo
piadosamente calla.
Da un paso.
Lo que hubo de él
cicatriza
y se borra
y es todo blanco
él y sus distancias.
Ya ocurrió. Esta es la salvación:
la inmensidad despenándose
Nieve
hasta que nos desconozca
la forma de la nada.
Leopoldo Castilla
De "manada" - Edic. El Mono Armado (2009)
Nació en Salta, Argentina (1947).
Fotografía: http://objetolibro.com
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Poesía del Mondongo
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