Adiós hermanos, adiós.
Adiós padre, adiós madre muerta.
Para todos tengo un adiós.
Adiós amigos que me acompañaron a vivir,
esta vez para siempre me voy.
Tomo el navío del símbolo en la frente
lleno de pasajeros conocidos,
la sombra del mundo que me inventé
y sus tripulaciones, todas buenas gentes.
Adiós para todos adiós,
en el otro puerto que seguro llegaré
las costumbres serán distintas.
No se golpeen el pecho preguntando por qué.
Mi vida, no sé cómo llamarla,
digamos eso que ocupé
el espacio igual al de ustedes,
con suave sensación
de cosa y movimiento desintegrado,
una inquietud raíz de mis ganas de vivir.
Dejo esa inquietud,
lo mío, el yo, no fue más.
A todos, para todos adiós.
Sepan que me confundí de viaje
y perdí el regreso.
Luis Luchi
Argentino (1921 – 2000)
De: Paseo por la capital de Luis Luchi - Antología
Ed. Último Reino – 2003
Ellos son malos
egoístas
perversos
antisemitas
antinegros
superficiales
ignorantes
ahorrativos
insidiosos
cuenteros
solitarios
repulsivos
calculadores
fusiladores
propietarios
sarcásticos
mentirosos
sensuales
respetan los símbolos
pegan a los hijos
pegan a los hambrientos
pegan a los inseguros
pegan
a los versificadores
a los prosistas
acumuladores
escribanos
turistas
son y lo cuidan
son y no mueren
son y son viejos.
Saben calcular
saben lo que les espera
saben leer
saben pagar
saben.
Mienten a las esposas
mienten al fisco
mienten a los hijos
mienten a las amantes
mienten al médico
mienten.
Temen a la muerte
en el hospital
en la cama
en el satélite
en las películas
temen la poliomielitis
temen al ajedrez
temen que ocurra lo que no esperan
temen.
Ellos son
ministros
jefes de policía
masculinos femeninos
ebrios a las seis
solitarios
malos
egoístas
ambiciosos
ignorantes
odian a los inquietos
a los inseguros
a los que dudan
a los que pegan fuerte
a los que no pagan
a los que no siguen
a los que no quieren
a los que leen
a los que dudan
no son dóciles
la horca
no son canallas, fusilarlos
no son carneros, expulsarlos
no son propietarios, expulsarlos
no son incondicionales, expulsarlos
no son solitarios, aislarlos.
Ellos sobornan
televisión
revistas
diarios
cigarrillos
cocaína
preservativos
comidas
sueños de viajes.
Ellos sobornan
mantienen bebidas
mujeres
vinos
y canto
pagan
Viena
pagan
técnicas sexuales de amor incondicional
pagan
las experiencias.
Compañeros: ellos mueren
no quieren morir
morirán igual
lo digo yo
quién soy yo
en esta época de la
decadencia absoluta
del capitalismo
financiero imperialista
lo digo yo
que tengo un poema
completo preparado
sobre lo que somos nosotros
en esta época
del capitalismo
agonizante
decrépito
agonizante
lo digo yo y basta
soy responsable únicamente
ante mí
ante mi mujer que quiero
ante mis hijos
por quienes tiemblo
ante mis amigos
unos notables adolescentes crecidos
que son rebeldes
porque el mundo no les gusta
en cuanto les guste
firmarán mi orden de ostracismo
soy responsable ante el
almacenero
a la vez bolichero
descendiente directo de los antiguos bolicheros que expendían
el alcohol cuando Juan Moreira, Martín Fierro, José
Hernández, Federico Wernicke, podían caer en cualquier
momento de sorpresa
ante el estado federal comunal provincial
ante el crepúsculo
que no sé bien por qué me persigue.
Responsabilidad
ante las mujeres que amé
y nunca se enteraron
las que se enteraron
y me rechazaron
las que vivieron conmigo
las que me acunaron
las que me delataron
las que me quisieron.
Pero sepan yo no como más
no bebo más
no lloro más
no espero más
no grito más
no lamento más
no quejo más
no más
bebo más
bebo más
bebo más.
Luis Luchi
Argentino (1921 – 2000)
Exilado en Barcelona desde 1976, murió en esa ciudad en octubre de 2000. En vida nunca obtuvo más premio y reconocimiento que el de sus lectores e innumerables amigos.
Salgo para la guerra llegó el momento la mochila se pasó toda la vida preparada le faltaba mi espalda y el final de los finales de mi incertidumbre despilfarrada mi acción en ingenuidades de heroismo en los campos de teruel sierras morenas los angeles vietnams norte y sur en salta dejándome la barba en canelones usando peluca de oruro aprendiendo a revolear el machete yo que temblaba cuando hervía la pava me incorporo y da vueltas el disco a veces cantando a veces silbando; estado asambleario todo el poder a los soviets derribar los muros de las cárceles de los palacios de justicia de las panaderías de las confiterías de los canales de televisión con premios para todos destituyendo a los jefes reirnos de las competencias y ganar con la mayor cantidad de gente posible para que den todas sus posibilidades y se lleven todo lo que necesitan y algo más, que eso va a haber.
Luis Luchi (de Mishiadura..., 1933)
Ilustración: El Catecismo de los Mafaldos - Alfredo Sábat
Sé un poco para mí Sena, que otros poetas te poseyeron. Me encuentro tan lejos para nadarte o andarte en bote. Si tuviera montones de dinero bien sabes que apoyaría en las barandas de tu ruta encajonada mi cabeza con penas. Y diría, esto lo imaginaba, aquello está en su lugar. O pronto descubriría un recodo que gocé y viví y estaré en condiciones de prever: ahora voy a ejecutar tal palabra, tendré una aventura imitaré la luna o reconoceré que estoy soñando. Lo más seguro es que estaré soñando. Y cómo me gustaría, Sena, andar por tus orillas en una ola sin reposo de tus períodos de paz. Presiento que las primaveras me envolverán y estarán inquietas cuando no me sienta feliz y yo les explicaré, nunca podría dejar de explicarles, que no estoy triste por ellas, que todo lo que pueda irme bien aquí me ocurre. Que a pesar de haber llegado sin ser joven, es posible que me miren y estimen nada más que porque escribo versos, nada más que por eso. Y puede ser que me decida, por qué no, a tirarme en tus aguas y morir. Y contarán de mí, eso espero, un poeta, argentino, dejaré mis documentos en regla; se hundió en el Sena porque lo quería habiendo tantos ríos en el mundo y en su país.
Luis Luchi Nació en Buenos Aires en 1921 (vivió y amó Parque Chas) y murió en Barcelona en 2000, días después de cumplir 79 años. Volvió varias veces al país, pero sólo de visita.
El obelisco y otros poemas (1959) El ocio creador (1960) Poemas de las calles transversales (1964) La vida en serio (1964) Vida de poeta (1966) El muerto que habla (1970) Poemas cortos de genio (1970) Ave de paso (1973) Los rostros (1973) Poemas 1946-1955 (1976) La pasión sin Mateo (1976) ¡Gracias, Gutenberg! (1980) Resumen del futuro (1984) Antología poética (1986) Fuera del margen (1992) Mishiadura en las dos ciudades (1993) Jardín zoológico (1995) Contestarse a sí mismo en el canto (1997) Poemas y pinturas (1999) Amores y poemas en Parque Chas (2001)