Ella te quiere aunque odie tus ojos, aunque ahogue tu remolino en colonia para bebés y desprecie tu hoyuelo que crece sin besos.
Cada mañana, ella acaricia tu frente que no le recuerda a ninguna otra, y te lleva dormido a casa de la vecina. Baja al metro, saca su viejo libro para que la protagonista se vuelva a casar y sea feliz. Ella casi sonríe, pero cierra los ojos y piensa que tiene que comprar más colonia para dominar ese remolino que le recuerda tanto a tu padre, y camina por pasillos ennegrecidos que embadurnan cualquier imagen del pasado, y entra en la fábrica donde trabajaban los dos, y se cambia de ropa y coge el carrito de la limpieza que huele a lejía, como la mano que le tapó la boca...
Pero tu madre te quiere, aunque te parezcas tanto a él.
Con este relato he participado en Vendaval de Microrrelatos 2012. Podéis leerlos todos aquí.
Petra Acero (24/06/2012)
Desgarrador, Petra. Y la suma imagen/palabras me eriza la piel.
ResponderEliminarHa sido un placer publicar tu trabajo.
Gracias por enviar tu soplo.
Un fuerte abrazo
¡Petra,este relato hace temblar!Un beso Martha
ResponderEliminarun trabajo amargo este tuyo, Petra, doloroso. Claro que ella le quiere, aunque intente no mirarle a sus ojos de bebé para no reconocer la luz maligna de aquel que tanto daño le hizo; claro que le quiere, porque es carne de su carne, aunque esa carne le huela a aquella que se montó sobre ella por la fuerza arrebatándole toda su dignidad de mujer, matando todo lo que ella tenía. Le quiere pero lo rocía de colonia, para borrar el olor de la violación, y de paso camuflar ese recuerdo. Pero cada vez que pone lejía en su cubo le viene el tufo de la mano que calló su boca.
ResponderEliminarUn gran relato, niña, estupendo, amargo y desgarrador, y para colmo real como la vida misma.
Qué duro es tu relato, por cierto se me ha pasado pero aquí estoy para decirte que a pesar de su crudeza es de cruel actualidad, este fin de semana los maltratadores se han cebado y bien...
ResponderEliminarBesicos guapa, yo acabo de publicar el mío en mi ventana...
Un día me tendrás que explicar cómo haces para poner tu nombre en las fotos con tanto arte...Más besicos
¡Ah, se me olvidaba!
EliminarDesde este momento tú también estás en mi ventana,esa dónde me gusta asomarme...
Gracias, Cabopá. Me encanta asomarme por tu mar... y ahora más cerquita todavía, me alegra saberlo. Un beso.
EliminarUn corazón roto de dolor y a la vez maternalmente protector.
ResponderEliminarUna batalla de sentimientos hasta el último de sus días.
Una tragedia clavada en el alma.
Besos.
Cuantos olores tiene tu micro, incluso he podido oler esas manos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la parte en que lee en el metro, en donde el protagonista es feliz; me la he imaginado leyendo el mismo capítulo día tras día.
Besos
¡Qué tierno y qué duro a la vez! Me pregunto si algo así se puede superar para llegar a sonreír algún día sin el "casi". Muy bueno el contraste entre la colonia y la lejía: el olor del bebé contra el de los malos recuerdos. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué relato tan potente, tan estremecedor. Ese remolino y esos ojos que le recuerdan a su padre me han puesto la piel de gallina. Lo has escrito con sentimiento y eso agudiza el dolor que trasmite. Muy buen relato.
ResponderEliminarUn beso
Desgarrador pero tierno, doloroso pero esperanzador. Excelente manejo del contraste: odia tus ojos/acaricia tu frente;libro con final feliz/pasillos ennegrecidos; colonia/lejía... Y además, has parido una frase genial: "...y desprecie tu hoyuelo que crece sin besos".
ResponderEliminarUn beso
Un soplo muy bueno Petra.
ResponderEliminarBesos ddesde el aire
Describes muy bien los sentimientos encontrados de esa madre.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Es impresionante como los humanos tienen la capacidad de amar entre agua cristalina y oscura.
ResponderEliminarMe encanta lo que escribes
un abrazo
Tremendo, pero como te dije allí, aún más atroz, si cabe, si como entiendo, el violador era su marido.
ResponderEliminarUn abrazo, Petra.
Doloroso. Hay gente horrible.
ResponderEliminarNo participé en ese vendaval, pero seguiré su viento.
Un abrazo.
Esta muy bien el narrador, aunque me has liado con ello que lo sepas y he tenido que leerlo varias veces, asi que te bajo la nota de sobresaliente a notable, jeje
ResponderEliminarun saludo!
Creo que te dije allí algo parecido a esto porque es lo que sigo sintiendo: Muy duro, Petra, de los que me ponen nerviosa pero que deben ser escritos. De verdad que consigues conmover y remover sentimientos.
ResponderEliminarBesitos
qué fuerte
ResponderEliminarDuro, muy duro, como todos habéis coincidido en señalar.
ResponderEliminarUna situación ficticia, que he tratado de asimilar, de ponerme en la postura de una mujer que alimenta, acaricia y besa al fruto de su violación: tiene que ser tremendo (como dice Miguelángel), atroz (CDG), amargo (Ángela), cruel (Cabopá) desgarrador (Fran), fuerte (Inma), estremecedor, potente, poner piel de gallina (Paloma), amargo (Aniagua); hace temblar (Martha), eriza la piel (Patricia)... pero la realidad casi siempre supera a la ficción.
El hijo producto de una violación... lo tiene que notar, tiene que sentir rechazo, falta de caricias, de cariño, de dedicación, de sonrisas... Y la madre, ¿qué debe o puede hacer la madre? ¿Abortar? Es muy complicada la postura de esa madre. Es contradictoria, es amar y odiar. Es combatir con un sinfín de sentimientos encontrados, como casi todos mencionáis (Nieves, Fran, Ángela, Toro, Yolanda, Aniagua).
Pero como dice Ángela: para colmo es real como la vida misma.
Muchas gracias a todos por leer y comentar este soplo (como lo ha llamado Rosa) de denuncia, de rabia, de amor-desamor.
Un relato que aunque nos ponga nerviosos hay que "contar", debe ser escrito, como dice Elysa. Incluso con una media sonrisa, imaginando la felicidad ajena: la de la protagonista del libro que la madre relee cada día (Henry).
Un beso a todos.
Este VENDAVAL nos ha unido, y eso es maravilloso.
Diremos a los organizadores que no esperen otro año... (¡Patricia!)
Del dolor insufrible a un sufrido amor: itinerario tortuoso quizá con final feliz, aunque siempre cargado de posos amargos.
ResponderEliminarItinera usted muy bien la desconstrucción ¿positiva?: apuñalar, tapó la boca, lejía, imagen del pasado, pasillos ennegrecidos, padre, remolino, colonia, casi sonríe, su viejo libro, acaricia, te quiere ...
Mis respetos.
El dolor marca, Mariscal. Como bien ha dicho: del dolor insufrible a un sufrido amor, siempre cargado de posos amargos (y usted, siempre, tan poético).
EliminarSaludos, y felicitaciones por su sobresaliente,... o ha sido matrícula de honor???
Hola muy fuerte el relato, lo malo es que en la vida hay locos así que andan sueltos por ahi.
ResponderEliminarque tengas un buen fin de semana.
un saludo.
Hola, Ricardo.
EliminarMuchas gracias por leer y comentar el micro.
La vida inspira a la ficción, y en este caso es una pena.
Un saludo.
Hola Petra Acero. Tremenda historia condensada en la brevedad de este relato. Es interesante esta mirada que informa de varios personajes a la vez y de la trama truculenta que entre ellos se urde, todo ello además en pocas líneas, sin embargo, siento que técnicamente hay problemas con el narrador y el texto no tiene la claridad necesaria para que la historia salga a la luz sin que el lector tenga que hacer esfuerzos por aprehenderla.
ResponderEliminarGracias por tu visita a La Cala, yo también creo en el Amor y en la Palabra y en el poder de las ideas y el disenso, en el poder de las mutuas reflexiones y los intereses compartidos.
Un saludo fraterno!
Hola, Eva. Se nota que eres una persona (además de inteligente, estudiosa, investigadora...) sensible. Llevas toda la razón. A veces, como escritora tienes información que no poseen los lectores y ves claras situaciones o actuaciones de los personajes que resultan enfarragosos, oscuras o incoherentes al lector que no dispone de ella.
EliminarSeguiré visitándote. Estos días he ido más justa de tiempo, siempre pasa lo mismo antes de las vacaciones.
Un beso sincero.
Hola Petra, primera ves que te leo, y he quedado impresionado por la fuerza de tu relato. Logras dibujar un drama muy doloroso para esa mujer que ama y odia a la vez.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo y te seguiré leyendo.
Gracias, Moli.
EliminarSerá un placer tenerte por aquí.
Un abrazo
Petra, no sé si he entendido bien tu relato. Yo veo cuatro personajes, el niño, la madre violada, el violador que después "de matar al marido, le tapa la boca a ella" dices además que "eran tres los que trabajaban", entonces cuento el marido,como cuarta figura, que se nombra de soslayo. Y luego sin contar la figura del narrador.
ResponderEliminarMuy bonito relato aunque sea duro. Expresa muy bien la lucha de esa mujer para querer al hijo producto de una violación y que encima tiene ese parecido con el padre violento, ese remolino que tiene que domar con colonia. Ese hoyuelo del niño que crece sin besos. ¡Qué duro y qué real en sentimientos!.
De todas formas la ley ampara ante una violación, no estás obligada a recibir a ese hijo... pareceré cruel con lo que digo pero yo no sé si tendría la fortaleza de traer al mundo a un hijo producto de una violación.
Esta tragedia la viven muchas mujeres cuando hay guerras. Los hombres mueren mayormente pero las mujeres son violadas, a veces reiteradamente, por grupos, que aún es más duro.
Bueno Petra, te envío un abrazo. Ana U.
¡Anaaaa!!!
EliminarUn placer tenerte aquí con tus concienzudos y esmerados comentarios (haz los que gustes, los leeré todos).
Has acertado de pleno en la trama.
Un beso grande.
Prepárate para septiembre, en "A doble o nada" ¿eh?
Hola, Petrita, ¿he acertado en la trama? ¡qué bien!
ResponderEliminarDisfruta de tus vacaciones, haz algo nuevo, huele algo diferente, toca de diferente forma, oye y escucha ritmos nuevos, bebe y come sabores especiales y mira todo ello con ojos de recien crecido. Tus dedos que descansen porque si no los borrarás de la pantalla y están muy divertidos dibujados.
Nos prepararemos, pero que conste que no nos das miedo... bueno, solo un poquillo.
Disfruta tus vacaciones. Un besoooooo00000000000000, desde aquí. Ana U.