Piedra y Acero

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Soy como la PIEDRA: firme y resistente,... pero me deshago en ensoñaciones, y ¡me agrieto por contarlas!, por ayudarlas a escapar, a escurrirse como el ACERO fundido; relatando, en su huida, vidas inventadas y verdaderas mentiras.
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15 de mayo de 2014

Tolerancia, bondad, humanidad


Un exhibicionista, eso es lo que era… 
Siempre le gustó llamar la atención. Como aquella vez que sembró el huerto del difunto Julián, sin el permiso de los herederos… 
El caso es que nos fastidió las fiestas… 
Los mozos. Lo descubrieron los mozos. Cuando llegaron a la plaza, la charanga enmudeció, según contaba el hijo del farmacéutico, el pequeño, el opositor, el redicho y simpático como su madre, no la chica, esa parece que todos le olemos mal … 
Dice la Justa que se quedaron pasmaos… 
¡Qué va! Se subiría con ayuda de algún emigrante de esos. Porque a esta familia no creo que le quedaran muchos amigos en el pueblo. Quienes acogen a gentecilla rara les pasa lo que les pasa… 
Sí, colgaba del balcón del ayuntamiento... 
No, no le sirvió de nada. Al día siguiente echaron de la casa a la mujer y a los hijos. 
Los pobres no tienen consideración ni escrúpulos. ¡Mira que elegir el día de la fiesta mayor para manifestarse contra el poder o lo que sea! 



Petra Acero (15/05/2014)

Esta es mi aportación a la primavera indignada de La Colina Naranja . La Primavera de Microrrelatos Indignados pretende que el 15 de mayo de 2014 la red se llene de microrrelatos indignados que denuncien el avance de la desigualdad social, las injusticias, los abusos de poder, las humillaciones colectivas, las corrupciones impunes o la desprotección social que en los últimos tiempos estamos padeciendo. 

16 de mayo de 2013

Una vida del montón



Cada vez me duele más la espalda. Hoy cumplo cuarenta y tres años. ¿Sabes qué día es hoy, cariño? Rafa se ha dado la vuelta y ha seguido durmiendo. Ayer también me mareé al levantarme. La sombra cuadrada del cartel “Vende Particular”, que colgué el otro día en el balcón, me recuerda que tengo que conseguir cajas para la mudanza... Desde lo del vestido de la niña, los escaparates se me han vuelto opacos como los táper de la oficina. Elenita hace la comunión este fin de semana. A Rafa se le termina el paro al mes que viene... El jefe de planta quiere hablar con nosotras. ¡A ver qué tripa se le ha roto ahora!… El jueves me gustaría ir a la peluquería. ¿Desde cuándo no piso una peluquería?... Desde que se casó la hermana de Rafa. Entonces me corté y me di mechas: ¡un dineral! Y el viernes al súper (en el estado en que está Rafa, no se puede contar con él para nada)… ¡Cada vez que me pongo el sujetador me roza el bulto del pecho!… Mañana mismo pido hora para el ginecólogo....Bueno, después de la comunión de la niña. O a la semana que viene... ¡Ahora no está la cosa como para ir pidiendo permiso en el trabajo!… ¡Tampoco es un dolor tan fuerte! 

Amparo Martínez Alonso (16/05/2013)

En La colina naranja, hoy, más relatos indignados de la 3ª jornada de la Primavera de microrrelatos indignados 2013. Porque mucha gente lo está pasando mal, muy mal. 

18 de abril de 2013

Llamamiento al "movilismo"


Vi cómo una anciana tejía y otra deshacía lo que acababa de tejer. Vi penélopes de todas las edades. Vi gente corriendo, buscando, señalando alturas, calculando distancias. Vi sonrisas nuevas, comprometidas. Vi cuadrados desentonando con el miedo y la apatía. Vi guirnaldas descaradas, uniendo deseos vecinos. Vi tejidos de colores adornando árboles, farolas, balcones, abrigando alguna señal de tráfico. Vi cómo la gente se echaba a la calle y sacaban sus armas de lana. 
Cada cuadrado medía veinte por veinte centímetros (“Lo que viene a ser un palmo”, según me demostró Fortunata). Y ella los iba uniendo unos a otros… formando cadenas blanditas de colores. “Porque estamos hartos de acumular ira e inmovilismo, porque ahora vamos a crear. Todos juntos. Contra la indignación, la frialdad y el pasotismo”. 

En el centro de Madrid, hay una plaza, la del Dos de mayo, que conmemora el alzamiento, la indignación de un pueblo contra la ocupación injusta, el despotismo de sus gobernantes y las leyes abusivas. Hoy, después de ciento cinco años, sus vecinos engalanan los árboles, las farolas y balcones con cuadradros multicolores de ganchillo. Demuestran, así, públicamente, que  el trabajo en equipo, la creación y colaboración de un pueblo contra la desigualdad, la injusticia y el inmovilismo es posible. "Porque también se puede manifestar y concienciar, creando".

Amparo Martínez Alonso (18/04/2013) 

Ayer, hablando con unos amigos, coincidimos en que tras la indignación ha de responderse con la acción. La ira que circula (cada vez a más velocidad) por nuestras mentes y tripas, no debe llegar a los puños... pero sí a las manos, a las manos creativas. Paso a paso, impulsando la colaboración, el compromiso. 
¡Ah!, Fortunata existe. Y este relato va dedicado a ella y a todas las Fortunatas que desean y actúan para cambiar el mundo.
En La colina naranja, hoy, más relatos indignados en la 2ª jornada de la Primavera de microrrelatos indignados 2013

21 de marzo de 2013

Hoy, ayer y mañana



Hoy, como cada mañana, Nora se repite la misma cantinela: “Tengo mucha suerte, tengo un techo donde vivir”. Entonces se levanta animada, coge su toalla y va al cuarto de baño, no se ducha ni se lava la cabeza porque hoy no es domingo. Regresa al saloncito, se viste, dobla las sábanas y la manta, recompone el sofá y entra en la cocina: tiende la toalla y desayuna sola. Coge su mochila, llena de pañuelos de papel, y guarda la bufanda rosa que Consuelo le trajo ayer para su hijita. Sonríe imaginando la cara de la niña cuando vea el regalo. Sale de la casa cerrando la puerta sin hacer ruido para no despertar al matrimonio. En la calle, camina en busca de un buen semáforo, en otro barrio más concurrido. 
La señora Consuelo se levantará más tarde, a las ocho, preparará el desayuno de Eulogio, y lo aviará antes de irse a limpiar las dos casas de los martes. Regresará sobre las tres de la tarde, lo sentará y le dará la comida. Si hace bueno, abrirá el balcón para que el sol le alegre. Sabe que a él le gusta, aunque ya no diga nada. 
Antes, Nora trabajaba en un supermercado y vivía en la buhardilla con su hijita. Ahora, la niña está en una casa de acogida, y ella acepta la hospitalidad del matrimonio amigo. Cuando Nora encuentre trabajo comprará una silla de ruedas para Eulogio… 
¡Qué sería de Nora sin trabajo, sin casa y sin Consuelo!

Amparo Martínez Alonso (21/03/2013)


Hoy, 21 de marzo, todos estamos un poco más indignados que ayer (esperamos que menos que mañana). Demasiada gente lo está pasando mal...
En La colina naranja, esta primavera, se vuelven a recoger más y más Microrrelatos Indignados. Este es solo mi granito de arena... naranja.