La última vez que me ausenté unos días de mi trinchera habitual, a la vuelta me encontré con la triste desaparición de DIO. El jueves os dejaba con otra pérdida antes de mi partida a Bilbao. Y al poco de regresar me entero de un nuevo mazazo: GARY MOORE ha muerto y para colmo, en un hotel de Estepona. Increible.
Nunca llegué a ver al célebre guitarrista pero suya fue una de las primeras canciones que aprendí a tocar en mis ya lejanas clases de guitarra. En unos días, le dedicaré una entrada con más tiempo, como se merece.
Descanse en paz.
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