Para nadie es un secreto que a las mujeres se nos conquista por el oído. No quiero decir, sólo por éste, pero sí es un órgano esencial. Habrá de todo, como en botica, pero a muchas nos seduce un buen timbre de voz, modulado correctamente, y ciertas zalamerías cuando la ocasión lo requiere. Ya puede ser el hombre más apuesto del mundo que si tiene voz de pito está todo perdido.
Constantino Romero era uno de esos tipos con una voz privilegiada que todos recocemos al instante cuando escuchamos hablar a gente como Sean Connery, Clint Eastwood, Arnold Schwarcenegger, Rutger Hauer y, sobre todo, al oscuro Darth Vader, de "La guerra de las galaxias". Hacía pocos meses que se había retirado con un escueta frase en su cuenta de Twitter: "Ha valido la pena, Un abrazo, That's all folks". Ahora ya sabemos por qué. Descanse en paz.
