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miércoles, 16 de marzo de 2016

PALEOFICHA: Simosuchus clarki

Nombre común: No tiene. Su nombre latinizado sería "simosukus clarki", de cariño le podemos decir "pugosukus".

Nombre científico: Simosuchus clarki (Si-mo-su-kus   clar-ki).

Significado del nombre: "Cocodrilo nariz de pug".

Descrito por: Gregory A. Buckley, Christopher A. Brochu, David W. Krause y Diego Pol en el año 2000*.

Grupo taxonómico: El pugosukus pertenecía a un grupo de crocodiliformes (Crocodylomorpha) denominado zifosuquia (Ziphosuchia).

Reconstrucción esquelética de Simosuchus clarki. Fotografía de D. Gordon E. Robertson.

Rango temporal: Cretácico tardío (Maastrichtiano), hace unos 70-65.8 millones de años.

Encontrado en: La formación geológica Maevarano, cuenca de Mahajanga, al noroeste de Madagascar.

Conocido a partir de: UA 8679 holotipo que consta de un esqueleto parcial con cráneo y mnadíbula completos. También se conoce gran parte del esqueleto postcraneal y el arreglo de los osteodermos, así como el cráneo de al menos otros cinco especímenes.

Reconstrucción de un Simosuchus clarki durmiendo, obra de Oscar Calva y asesorada por un servidor.

Talla de un Simosuchus clarki comparado con un humano de 1.74 cm de altura (le yo). Composición de Oscar Calva.

Curiosidades: La primera que nos salta en la cara es que este pequeñín haya sido descrito como un "cocodrilo pug" y es que su cráneo extremadamente chato les recordó a sus descriptores a esta raza de hermosos perros, que sucede son el perro más "chato" de todos. Pero su cráneo alberga más sorpresas. Contrario a otros crocodilomorfos, este reptil (de la talla de un pug) tenía dientes filodontos (con forma de hoja) que revelan una curiosa adaptación secundaria hacia el consumo de vegetación, este "pug" era un vegetariano consumado y si bien, no es el primer crocodilomorfo con esta dieta, sí es el más pequeño conocido. Cuando se le describió se creyó que era un notosúquido (familia Notosuchidae), pero análisis posteriores demostraron que en realidad era un zifosuquio más primitivo y que los notosúquidos (como familia), no existen y son una agrupación no natural (no tienen un único ancestro común inmediato). Quizá merezca familia propia o ser integrado a la familia Libycosuchidae, donde encontramos un pequeño zifosuquio un tanto chato y con dieta más proclive hacia la omnivoría. Cabe destacar que nuestro pugosukus era completamente terrestre y habitaba en zonas planas de inundación, alimentándose quizá de la vegetación baja (helechos y plantas avasculares), mientras ésta lo ocultaba. Debido a la configuración de sus patas, los paleontólogos que lo estudian están casi seguros que no podía correr y se sugiere que pudo haber sido de hábitos semi fosoriales (con cierta capacidad para excavar, pero sin habitar madrigueras subterráneas). El hecho de no poder escapar a los depredadores puede explicar su pesada y muy extendida armadura corporal. Sin duda, este pequeñín era uno de los crocodilomorfos más raros que hayan vivido en nuestro planeta.

Descripción original: *Buckley, G. A., Brochu, C. A., Krause, D. W., & Pol, D. (2000). A pug-nosed crocodyliform from the Late Cretaceous of Madagascar. Nature, 405(6789), 941-944.

Literatura consultada:

Turner, A. H., & Sertich, J. J. (2010). Phylogenetic history of Simosuchus clarki (Crocodyliformes: Notosuchia) from the Late Cretaceous of Madagascar. Journal of Vertebrate Paleontology, 30(sup1), 177-236.

Georgi, J. A., & Krause, D. W. (2010). Postcranial axial skeleton of Simosuchus clarki (Crocodyliformes: Notosuchia) from the Late Cretaceous of Madagascar. Journal of Vertebrate Paleontology, 30(sup1), 99-121.

Kley, N. J., Sertich, J. J., Turner, A. H., Krause, D. W., O'Connor, P. M., & Georgi, J. A. (2010). Craniofacial morphology of Simosuchus clarki (Crocodyliformes: Notosuchia) from the Late Cretaceous of Madagascar. Journal of Vertebrate Paleontology, 30(sup1), 13-98.


martes, 3 de noviembre de 2015

PALEOFICHA: Sebecus icaeorhinus

Nombre común: No tiene, pero podemos latinizar su nombre... Sería algo como "sebeco", no... mejor lo dejamos así.

Nombre científico: Sebecus icaeorhinus (se-be-cus / i-ceo-rri-nus).

Significado del nombre: El género es en honor al dios egipcio Sobek, dios del nilo y toda su abundancia. El epíteto específico deriva de εικαίοs (eikaíos), aleatorio y ῥύγχος ‎(rhúnkhos), hocico; por lo que significa "hocico aleatorio", en referencia a lo inusual del mismo.

Descrito por: George Gaylord Simpson en 1937.

Grupo taxonómico: crocodilomorfos notosuquios zifosuqios del grupo Sebecosuchia y de la familia Sebecidae, hoy todos extintos.

Réplica del cráneo reconstruido de Sebecus icaeorhinus (espécimen AMNH 3160) en el Museo Americano de Historia Natural. Foto de Smokeybjb.

Rango temporal: Eoceno temprano (entre hace 55.8 a 48 millones de años). Y posiblemente más si es que las otras especies del género resultan ser sinónimos.

Encontrado en: Argentina (el holotipo procede de Cañadón hondo, Chubut).

Conocido a partir de: Restos craneales, incompletos y casi completos, así como abundante material postcraneal aislado y fragmentario, de los que destacan los de un juvenil casi completo que incluye vértebras, el coracoides izquierdo, un húmero, un radio fragmentario, una ulna completa, partes de la cadera, un par de fémures, una tibia y algunos elementos tarsales y uno carpal. 

Reconstrucción de Sebecus icaeorhinus por Oscar Calva. Asesorada por un servidor. La escala está basada en el cráneo del espécimen tipo adulto y el esqueleto juvenil recientemente descrito por Pol et al. (2012) redimensionado y tomando las proporciones de crocodiliformes similares.

Curiosidades: Sebecus icaeorhinus es uno de los pocos taxones de crocodiliformes nombrados en honor a una deidad crocodiliana. El cráneo de S. icaeorhinus es tan inusual que en un principio se le identificó como un dinosaurio, hasta un estudio más formal donde se creyó que era un cocodrilo raro y luego se supo que no era un cocodrilo verdadero, sino un crocodilomorfo antiguo cuyo linaje era el último sobreviviente de un grupo que otrora reinara el final del Mesozoico. El nombre del grupo donde se anida actualmente Sebecus hace referencia a la anatomía de sus dientes (zifodontos), similares a los de los dimetrodontes y dinosaurios carnívoros extintos; se trata de dientes comprimidos lateralmente y con presencia de dentículos que servían para mejorar la superficie de corte. Este bicho no era acuático,  como podría esperarse de un crocodiliforme, era terrestre y llenó el nicho dejado por los dinosaurios depredadores hasta que los mamíferos los desplazaron completamente en el Mioceno. Se conoce un molde endocraneal de Sebecus que revela un excelente sentido del olfato y una visión y audición bastante buenos. Esto y que los paleontólogos piensen que era un buen corredor lo ponen a uno a temblar un poco de pensar lo que sería de un pobre ser humano en Sudamérica durante el Eoceno.

Descripción original: Simpson, G. G. (1937). New reptiles from the Eocene of South America. American Museum of Natural History. 927: 3pp.

PALEOFICHAS ANTERIORES:

1. - Tyrannosaurus rex.
2. - Diplodocus spp.
3. - Lystrosaurus spp.
4. - Protorosaurus speneri.
5. Paraceratherium spp.
6. Cryolophosaurus ellioti.
7. Huehuecanauhtlus tiquichensis.
8. Thectardis avalonensis.
9. Diplomystus spp.

Literatura consultada:

Colbert, E. H., Simpson, G. G., & Williams, C. S. (1946). Sebecus, representative of a peculiar suborder of fossil Crocodilia from Patagonia. Bulletin of the AMNH; v. 87, article 4.

Pol, D., Leardi, J. M., Lecuona, A., & Krause, M. (2012). Postcranial anatomy of Sebecus icaeorhinus (Crocodyliformes, Sebecidae) from the Eocene of Patagonia. Journal of Vertebrate Paleontology, 32(2), 328-354.

domingo, 23 de agosto de 2015

Pobres cocodrilos

Los cocodrilos y las aves son los únicos arcosaurios vivientes, los últimos de un gran linaje de criaturas que entre otras, produjo a los dinosaurios y a los pterosaurios (los primeros vertebrados volantes). A diferencia de sus primos cercanos, los lepidosaurios, los arcosaurios escamosos son poco variables, es decir, casi todo cocodrilo tiene una forma muy conservadora.

En términos no científicos y generales, este es el plan corporal de los cocodrilos modernos.

Su diseño corporal es tan único que no es difícil ver que un cocodrilo, un caimán, un gavial y un aligátor son parientes. Pero ¿qué es un cocodrilo? Si somos muy, pero muy estrictos, un cocodrilo es un animal del género Crocodylus y los demás son crocodilianos es decir, miembros de un grupo llamado Crocodylia. Y en el sentido más amplio (pero válido), un cocodrilo verdadero es miembro del grupo Eusuquia, palabra que significa "cocodrilo verdadero".

Tal y como explico en mayor detalle en esta entrada (clic para ver), sólo deberíamos decirle "cocodrilo" a los miembros del género Crocodylus (sensu stricto) o a los miembros del orden Crocodylia o del grupo Eusuquia (sensu lato); estos grupos están representado en este árbol evolutivo con puntos naranjas. Siluetas de Phylopic e ilustraciones (siluetizadas) de Kawasaki Satoshi y Jaime A. Headden.

Pero ¿por qué diantres podría ser importante darle nombres separados a los cocodrilos? ¿no sería más fácil llamar cocodrilo a todo lo que se le parezca? Después de todo, los medios lo hacen y los documentales también. Bueno, si sería fácil y sin duda es una herramienta muy buena para que la gente entienda cuáles son los parientes vivos más cercanos de los bichos que nos ponen en pantalla.

Desmastosuchus, un animal que en documentales ha sido referido como cocodrilo vegetariano y ni siquiera era un crocodilomorfo, pero sus primos lejanos vivos más cercanos son los cocodrilos. Si yo no fuera paleontólogo o paleofriki no sabría ni de chiste que esto es un pariente lejanísimo de los cocodrilos y quizá hasta pensaría que es un jabalí raro o un armadillo. Imagen del documental "When dinosaurs roamed".

Pero lo fácil no siempre es lo correcto. Si no, yo estaría escribiendo sobre animalismo y veganismo en vez de paleontología o robaría en vez de trabajar. Y el reconocer a las cosas por su nombre nos facilita no sólo el comunicarnos, sino que además sirve para poder reconocer la profundidad de la historia evolutiva de los grupos biológicos. En este sentido, es importante decirles a los bichos por el nombre. Y si no me creen viene el argumento que inició este tema... Pobres cocodrilos, nadie los reconoce y llaman cocodrilo a lo que sea que se les parezca aunque sea un poco.

El Sarcosuchus del documental Planet Dinosaur parece tanto un cocodrilo que en el documental lo refieren como tal. Caso curioso es que los cocodrilos pequeños, sí son cocodrilos, aunque en la Formación Elrhaz (de donde vienen los restos de Sarcosuchus) no hay evidencia de ellos. Adicionalmente, el sarcosuco es en realidad un crocodilomorfo (como cualquier cocodrilo vivo), pero del grupo de los folidosáuridos (familia Pholidosauridae) y no es ni un Eusuquio, Crocodiliano o cocodrilo verdadero.

Y para poner las cosas en perspectiva, haré algunas comparaciones...

Nadie tiene problemas en llamar "ave" a cualquier miembro de los nodos en naranja, desde Archaeopteryx y los avialanos (punto inferior), las euornitas "aves verdaderas" (punto medio) o las neornitas (punto superior). Pero nadie nunca jamás en sus cinco sentidos llamará "ave" a un Velociraptor, a un Therizinosaurus, a un Gallimimus o a un Tyrannosaurus, incluso si sabemos que anatómicamente son extremadamente similares a las aves. ¿Entonces por qué sí lo hacemos con los cocodrilos? Ilustraciones de Kawasaki Satoshi.

¿Aún no estás convencido de que es injusto llamar cocodrilo a los crocodiliformes no crocodilianos? Te pongo otro ejemplo ilustrativo.

Algo similar ocurre con los dinosaurios, no nos resulta nada difícil extrañarnos e incluso ofendernos si alguien dice que un Pteranodon es un dinosaurio volador, alguien más observador también verá con extrañeza que le digan dinosaurio a Silesaurus o a Lagerpeton, pues esos no son dinosaurios, son dinosauromorfos y dinosauriformes respectivamente, que tienen familias propias. Pero de alguna manera está bien hacérselo a los cocodrilos, total, ellos ni sienten (por aquello de las lágrimas de cocodrilo). Ilustraciones de Kawasaki Satoshi, excepto Lagerpeton, que es de Nobu Tamura.

Y así podría seguir con los humanos, con los primeros vertebrados con patas (tetrápodos), etc. El punto es que con otros grupos biológicos sí tenemos una terminología clara y precisa, un T. rex es un tiranosáurido y no un ave, un Pterodactylus es un pterosaurio y no un dinosaurio, un Ventastega no es un tetrápodo, es un tetrapodomorfo, un Australopithecus no es humano, etcétera. Pero para los cocodrilos no usamos algo similar, llamamos a diestra y siniestra como "cocodrilo" a todo lo que se le parezca, despojando a estos pobres animales prehistóricos de sus nombres (nadie siente casi nada por los esfagesáuridos, los sebécidos, los uruguaysúquidos, estomatosúquidos, mahajangasúquidos, folidosáuridos, metriorínquidos, teleosáuridos, etc, etc, etc.) y de que en realidad la diversidad de formas que tuvieron es mucho más grande que un panqueque verde de río con muchos dientes.

Armadillosuchus arrudai, un favorito personal a quién no le degradaré a decirle simplemente "cocodrilo", pues no lo era, era un notosuquio esfagesáurido. ¿Apoco no les dan ganas de investigar o saber más de sus parientes cercanos? Ilustración de Jakub "kahless28".

Así que ya lo sabes estimado lector, todos estos anónimos "cocodrilos" en realidad no lo son y tienen sus nombres, ¡hagamos uso de ellos!


viernes, 27 de junio de 2014

¿Qué es un cocodrilo?

Cocodrilo es una palabra que ha sido usada tanto que ya se desgastó. Su grado de ambigüedad moderna es tan grande que casi cualquier arcosaurio es un cocodrilo. Pero ¿qué opinan los científicos sobre qué es un cocodrilo? Bueno, a diferencia de la prensa, los paleontólogos estamos obligados a usar con precaución los términos, incluso los comunes, ya que su uso incorrecto produce que no nos podamos entender apropiadamente.

Para poder entendernos, tenemos que usar las mismas palabras.

Entonces ¿qué es un cocodrilo? Desde un punto de vista estricto, un cocodrilo es un miembro del género Crocodylus.

Crocodylus acutus, uno de 13 especies de cocodrilos vivos. Foto de Tomás Castelazo.

Un crocodílido es un miembro de la familia Crocodylidae. Esta familia está integrada por los géneros vivos Crocodylus, Osteolamus y Tomistoma.

Crocodílidos. Siluetas obtenidas de Phylopic (Mike Keesey) e ilustraciones de Kawasaki Satoshi y Jaime A. Headden.

Ahora, desde un punto de vista más amplio, un cocodrilo, es un miembro del orden Crocodylia (también escrito a veces como Crocodilia). Usando esta definición, se integran los aligátores y los gaviales como cocodrilos. Sin embargo, el término que debemos usar es crocodiliano (y no me equivoqué, se dice "croco" y no "coco" debido a que la raíz latina es Crocodylus y de hecho, los hispanoparlantes somos los únicos que decimos "coco").

Crocodilianos. Siluetas obtenidas de Phylopic (Mike Keesey) e ilustraciones de Kawasaki Satoshi y Jaime A. Headden.

Ahora, si queremos usar como punto de partida la taxonomía (ciencia que ordena los nombres científicos de las criaturas vivientes), entonces un cocodrilo es cualquier miembro del grupo conocido como Eusuchia, término que por su etimología significa "cocodrilo verdadero". Pero ¿me baso en pura etimología? No. Existen además características importantes que distinguen a un cocodrilo verdadero. Están por ejemplo, la presencia de paladar óseo secundario (que permite a los animales de este grupo respirar mientras tienen la boca abierta bajo el agua) y la presencia de escudos óseos (osteodermos) en un arreglo tetraserial (en cuatro series). Ahora, estas características se tienen que presentar juntas.

Cocodrilos verdaderosSiluetas obtenidas de Phylopic (Mike Keesey) e ilustraciones de Kawasaki Satoshi y Jaime A. Headden.

Entonces ¿qué pasa con todos esos pobres bichos que son llamados cocodrilos en las noticias? Simple, no son cocodrilos, sino crocodilomorfos. Esta palabra significa "con forma de cocodrilo" y precisamente indica que todas estas criaturas se asemejan a un cocodrilo, pero no lo son. Es cierto que son parientes, pero no son lo mismo. Incluirlos como cocodrilos sin más, es semejante a incluir como ave a cualquier criatura bípeda con plumas o a cualquier criatura bípeda con sacos de aire. Simplemente ninguno de esos criterios es válido y debemos depender de la nomenclatura de los grupos para decidir qué es un ave y qué no lo es, de la misma forma que lo hacemos con los cocodrilos.

Nadie con sentido común aseguraría que los grupos que aparecen en azul son aves sólo porque tienen plumas ¿cierto? Entonces ¿por qué nosotros si sesgamos la diversidad de los crocodilomorfos y los encerramos a todos bajo el nombre cocodrilo? Seamos consecuentes, sólo porque las diferencias anatómicas no nos salten en la cara, no significa que estos animales no tienen historias evolutivas separadas. Siluetas de Phylopic.

Así que ya lo sabe estimado lector. Esos grupos de peculiares animalitos con forma de cocodrilo, no son cocodrilos, sino crocodilomorfos con nombres propios (que le proporciono en los nodos de cada ramificación).


lunes, 26 de mayo de 2014

Kiwis, balrog y Súper Mario

No, no es una banda rara de nada, es el anuncio de tres descubrimientos recientes que pudieran resultar interesantes para algunos. Les cuento...

El primero de ellos es un estudio publicado en la revista "Science" (ciencia) y trata sobre la filogenia (relaciones de parentesco) y la biogeografía de las aves ratitas (Ratitae), con especial énfasis en Kiwis y los extintos Pájaros elefante de Madagascar. ¿Qué es una ratita? Es un grupo de aves que incluyen entre sus miembros a las aves gigantes no voladoras clásicas de ayer y hoy. El grupo contiene avestruces, ñandúes, casuarios, emúes, kiwis, pájaros elefante, tinamúes (los únicos voladores del grupo) y moas. En este estudio se utilizó ADN moderno y antiguo de distintos miembros de las ratitas y se llevó a cabo una filogenia. El resultado fue inesperado, pues los pájaros elefante de Madagascar (Aepyornithidae), que son las aves más grandes que ha visto el planeta resultaron ser parientes cercanos de los kiwis (Apterygidae). Esto no sólo cambiará la nomenclatura de los órdenes dentro de Ratitae, sino que además sugiere que los ancestros de todas estas aves eran voladoras. Esto porque según la evidencia molecular, su origen está entre hace 100 y 70 Ma, tiempo en el cual los continentes donde viven hoy estas aves, ya no estaban en contacto.

Izquierda, comparativa de tamaños entre un pájaro elefante (ilustración por Carl Buell) y un kiwi (ilustración de autor desconocido). En medio, análisis filogenético donde se aprecia en rojo el parentesco de los pájaros elefantes y los kiwis (modificado de Mitchell et al. 2014). Derecha, evolución continental y biogeografía de ratitas; en rojo el clado de los kiwis (tomado de de Mitchell et al. 2014).

El otro artículo se publicó en la revista "Historical Biology" (biología histórica) y trata sobre la descripción de un nuevo crocodilomorfo dirosáurido (Dyrosauridae) de Colombia. Los dirosáuridos fueron crocodilomorfos que sobrevivieron como grupo a la extinción de finales del Cretácico y que perecieron hasta el Eoceno tardío. El recién llegado se denomina Anthracosuchus balrogus, que significa "Cocodrilo-carbón Balrog" en honor a la bestia mitológica de Tolkien y al hecho que se descubrió justo por debajo de un estrato de carbón (que es explotado por una mina cercana). El "chatito" data del Paleoceno (58 a 60 Ma) y ocupa un lugar relativamente primitivo en su árbol familiar.

Izquierda, cráneo de Anthracosuchus balrogus (tomado de Hastings et al. 2014). Derecha, balrog tolkeniano (por el artista Rodney Buchemi).

Finalmente, pero no menos importante, se describió una nueva especie de felino. Se trata de un gato que vivió durante el Mioceno tardío en lo que hoy es que procede de Karaslari, en la región de Veles, República de Macedonia. El gato se caracteriza por tener una talla entre un lince y un chita y por poseer un hocico corto y una cabeza ancha, similar a las proporciones de un gato doméstico. Este felino fue llamado Yoshi garevskii, el epiteto específico es en honor al paleontólogo Risto Garevski, quien contribuyera al descubrimiento del gato; mientras que el nombre genérico es por el gato favorito de uno de los autores... aunque todos sabemos que Yoshi es el nombre de otra criatura (¬_¬). Otro de los aportes del trabajo es que reclasifica a "Metailurus" minor a  Yoshi minor (Yoshi menor, jeje).

Izquierda, cráneo de Yoshi garevskii (modificado de Spassov y Geraads,2014), barra de escala a 5 cm. Derecha, reconstrucción de Yoshi garevskii por Roman Uchytel.

Sin duda, estos descubrimientos son interesantes y poseen cualidades nomenclaturales algo inusuales. Espero que el tema les haya agradado, les deseo un buen día.

FUENTES:
Mitchell, K. J., et al. (2014). "Ancient DNA reveals elephant birds and kiwi are sister taxa and clarifies ratite bird evolution." Science 344(6186): 898-900.

Hastings, A.K., J.I. Bloch y C.A. Jaramillo. 2014. A new blunt-snouted dyrosaurid, Anthracosuchus balrogusgen. et sp. nov. (Crocodylomorpha, Mesoeucrocodylia), from the Palaeocene of Colombia. Historical Biology. DOI: 10.1080/08912963.2014.918968

Spassov, N., & Geraads, D. (2014). A New Felid from the Late Miocene of the Balkans and the Contents of the Genus Metailurus Zdansky, 1924 (Carnivora, Felidae). Journal of Mammalian Evolution, 1-12.

jueves, 16 de enero de 2014

Nueva especie de sebecosuqio brasileño

Este mes se publicó en la revista PLoS ONE la descripción de una nueva especie de crocodilomorfo del grupo sebecosuquia. Fue nombrada Sahitysuchus fluminensis que significa "Cocodrilo enojado de Río de Janeiro". Su importancia radica en que es uno de los pocos sebecosuqios con cráneos completos conocidos y representa uno de sólo dos linajes de crocodiliformes sobrevivientes a la catástrofe que eliminó a los dinosaurios.

Reconstrucción propiedad de Museu de Ciências da Terra, do Museu Nacional e da Universidade Federal do Rio de Janeiro.

Cráneo del holotipo de Sahitysuchus fluminensis en vista dorsal (arriba), ventral (abajo) y esquemática (derecha). Modificado de Kellner et al. (2014).


RESUMEN EN ESPAÑOL:
Se describe un nuevo crocodiliforme, Sahitisuchus fluminensis gen. et sp. nov., basado en un cráneo completo, mandíbula inferior y vértebras anteriores cervicales, colectadas en la cuenca São José de Itaboraí de Rio de Janeiro, Brasil. El espécimen es uno de los crocodilifomes mejor conservados de depósitos del paleoceno y representa un sebecosuquio, uno de los pocos clados que sobrevivieron la crisis biótica del Cretácico-Paleógeno (sic). Este nuevo taxón se encuentra en los mismos depósitos que un aligatórido, un grupo que experimentó gran diversificación durante el Paleógeno. El registro de sebecosuquios sugiere que luego de la crisis biótica del Cretácico-Paleógeno, los miembros menos especializados de este clado, caracterizados por un alto número de dientes comparados con los de los sebecosuquios baurusúquidos sobrevivieron, algunos tenían hábitos terrestres mientras que otros desarrollaron un estilo de vida semiacuático (e. g. Lorosuchus). Empezando el Eoceno, los sebecosuquios sebécidos se especializaron, con una mayor oreinirostria (acortamiento del rostro) como se observa en Sebecus y Langstonia, pero no mostraban la típica reducción dental desarrollada por los sebecosuquios baurusúquidos del Cretácico. La posición basal de Barinasuchus arveloi, un sebécido de hocico largo del Mioceno, indica la ocurrencia de algún linaje independiente algún tiempo después de la crisis biótica del Cretácico-Paleógeno que desarrolló una oreinirostria acentuada, sugiriendo una historia más compleja para la radiación de los crocodiliformes post Cretácico-Paleógeno.

FUENTE:
Kellner AWA, Pinheiro AEP, Campos DA (2014) A New Sebecid from the Paleogene of Brazil and the Crocodyliform Radiation after the K–Pg Boundary. PLoS ONE 9(1): e81386. doi:10.1371/journal.pone.0081386

jueves, 25 de julio de 2013

Vecinos peligrosos

Este tema es parte de la mecánica "quiero saber más". En esta ocasión le daré seguimiento al tema "Vecinos amables" (clic para ver), donde conocimos a algunos de los vecinos de los primeros dinosaurios, a los vegetarianos. Esta vez, toca el turno a los carnívoros.

Los dinosaurios más antiguos conocidos aparecieron en Sudamérica entre hace aproximadamente 231.6 y 229 millones de años. La fauna en la que se encuentran se denomina "zona Scaphonyx-Exaeretodon-Herrerasaurus" y en ella sólo representan el 11% del total de especies conocidas en esa asociación. Estos son algunos de sus vecinos no tan amables.

El común: Exaeretodon fue un género de reptiles semejantes a mamíferos del grupo de los cinodontos ("dientes de perro"). En el Valle de la Luna (yacimiento de los más antiguos dinosaurios conocidos) aparecieron hace 235 millones de años y desaparecieron hace 205.6 millones de años. Estos reptiles tenían algunas características de los aún no existentes mamíferos, como dientes de leche y embarazos. Estos bichos alcanzaban una talla promedio de 1.8 metros cuando eran adultos aunque al parecer crecían un poco más, pues se ha demostrado que un cinodonto más grande, llamado Ischignathus es en realidad un Exaeretodon argentinus muy grande y viejo. Estos reptiles pudieron haber supuesto una amenaza para las crías de los dinosaurios y para algunos adultos pequeños.

Reconstrucción de Exaeretodon frenguelli de autor desconocido.

El mamiferiano: Ecteninion lunensis fue un reptil cinodonto avanzado, cercanamente emparentado a los reptiles semejantes a mamíferos que dieron origen a los verdaderos mamíferos. Se conoce a partir de un cráneo de 11 centímetros de longitud. Su talla estimada es de apenas 65 centímetros de longitud. A pesar de ser pequeño, este reptil era carnívoro y se alimentaba de pequeños vertebrados entre los que podrían figurar dinosaurios bebé. Al igual que Exaeretodon, mudaba sus dientes y paría vivas a sus crías.

Reconstrucción de Ectenion lunensis por el paleoartista 'Theropsida'.

El cabezón: Probelesodon fue un reptil cinodonto primitivo de talla muy reducida. Estos reptiles medían a lo sumo  35 centímetros de longitud. Vivieron desde hace 245, hasta hace 216. 5 millones de años en Sudamérica. Estos diminutos vecinos de los dinosaurios difícilmente pudieron haber representado una amenaza para los adultos, pero pudieron haber supuesto un riesgo para los recién nacidos.

Reconstrucción de Probelesodon lewisi por el paleoartista Smokeybjb.

El más pequeñoProbainognathus fue un género de reptil cinodonto primitivo, emparentado con Ecteninion. A diferencia de este último, Probainognathus era extremadamente pequeño, alcanzaba apenas 10 centímetros de longitud máxima. Algunos sostienen que su dieta era carnívora, pero su dentición apunta hacia hábitos insectívoros.

Reconstrucción de Probainognathus por el paleoartista 'Theropsida'.

El más grande: Saurosuchus fue uno de los géneros de arcosaurios (reptiles emparentados a cocodrilos y dinosaurios) rauisuquios (reptiles vagamente similares a un cocodrilo cuadrúpedo erguido) más grandes, si no es que el más grande. Alcanzaba entre 6 y 9 metros de longitud, lo que junto a su dieta eminentemente carnívora, lo sitúan como el depredador ápice del ecosistema del Triásico tardío en el Valle de la Luna. Estos colosales carnívoros vivieron desde hace 235, hasta hace unos 205.6 millones de años en Norte y Sudamérica.

Modelo de Saurosuchus en la exposición Titanes de Ischigualasto. Fotografía por Ezequiel Vera.

El menos conocido: Trialestes es un género de reptil "esfenosuquio", emparentado a los primeros cocodrilos verdaderos. Sus restos son tan fragmentarios que al principio se lo consideró un dinosaurio. Estudios más detallados han revelado que se trata de un reptil crocodiliforme y no un dinosaurio. Consta de una única especie: Trialestes romeri, conocida únicamente del yacimiento del Valle de la Luna.

Reconstrucción del esqueleto de Trialestes. Los huesos en negro representan elementos desconocidos del esqueleto. Reconstrucción tomada de Paleofile.com 

El raro: Venaticosuchus fue un género de reptiles arcosaurianos que pertenecían al grupo conocido como ornitosúquidos. Estos arcosaurios eran particularmente raros, pues tenían garras compactas a los lados, diastema (área sin dientes) en la mandíbula superior donde encajaban dientes agrandados de la mandíbula inferior y una articulación de tobillo rara. La única especie conocida de este género es Venaticosuchus rusconii, un saurio de unos 2 metros que vivió entre hace 235 y 221.5 millones de años sólo en lo que hoy es Argentina.

Reconstrucción de V. rusconii por Nobu Tamura.

El inesperadoProterochampsa fue un género de reptil arcosaurio similar a un cocodrilo, aunque muy lejanamente emparentados a estos últimos. La similitud se debe a la convergencia evolutiva, producto de hábitos semejantes. Este reptil es inesperado en la fauna del Valle de la Luna debido a que era de hábitos acuáticos y requería de cuerpos de agua estables para vivir, lo que supone que en algún lugar del prehistórico y desértico Valle de la Luna existieron más que simples canales producto de las lluvias.

Reconstrucción de Proterochampsa por Nobu Tamura.

El nuevoChanaresuchus ischigualastensis es el arcosaurio que ha sido descrito más recientemente. En 2012 se encontró en el Valle de la Luna. Es un pariente cercano de Proterochampsa, pero a diferencia de este, no era acuático. Chanaresuchus era un reptil de apenas un metro de longitud total cuyos hábitos están en disputa. Algunos piensan que se trata de un reptil semiacuático y otros lo consideran terrestre. La presencia de Proterochampsa en el Valle de la Luna indica que existió al menos un cuerpo de agua estable y que quizá esta especie era anfibia.

Reconstrucción de Chanaresuchus bonapartei, una especie similar a C. ischigualastensis. Reconstrucción por el paleoartista Smokeybjb

Estos reptiles representan sólo la fauna que se ha podido rescatar e indican un ecosistema bastante diverso en ambientes y nichos. El tiempo y futuros hallazgos nos revelarán más sobre estos vecinos de los primeros dinosaurios.

FUENTE:
Colombi, C. E., Fernández, E., Currie, B. S., Alcober, O. A., Martínez, R., & Correa, G. (2012). Large-Diameter Burrows of the Triassic Ischigualasto Basin, NW Argentina: Paleoecological and Paleoenvironmental Implications. PloS one, 7(12), e50662.

lunes, 18 de marzo de 2013

Notas cortas: cocodrilos cenaban bebés de dinosaurio

Un nuevo artículo publicado recientemente en la revista PLOSone presenta evidencias que sugieren que los crocodiliformes (cocodrilos y parientes similares) del Cretácico no sólo comían peces, sino pequeños bebés dinosaurio. La evidencia anterior sugería que los crocodiliformes grandes eran los depredadores tope de sus hábitats (los ríos, lagos y otros cuerpos de agua). Por mucho tiempo se desconocía si existían especies más pequeñas o si el papel que desempeñaban los juveniles en estos ecosistemas era relevante. Si bien, se cree que géneros como Deinosuchus o Sarcosuchus depredaban dinosaurios, no existe evidencia contundente al respecto.

Izquierda: Deinosuchus depredando a un tiranosáurido. Derecha: Sarcosuchus depredando a un sucomímido. Ilustraciones de Raúl Martín.

En este estudio nuevo se presentan evidencias de que pequeños dinosaurios de la familia Hypsilophodontidae (hipsilofodontide) fueron devorados por crocodiliformes de talla pequeña. Los restos fueron hallados en la Formación Kaiparowits, del Cretácico superior (Campaniense) de Utah, Estados Unidos. Los restos examinados comprenden varios individuos de una especie desconocida, pero emparentada a los géneros Oryctodromeus, Orodromeus y Zephyrosaurus. Las tallas estimadas van desde juveniles de 30 cm de largo a adultos de 2 m de largo. El juego completo de restos incluyen varios juveniles y pocos adultos y subadultos.

Restos de dinosaurio con evidencias de haber sido masticados por un crocodiliforme pequeño. A) reconstrucción esquelética del hipsilofodóntido no identificado. B) escápula izquierda UMNH VP 21104. C) escápula izquierda con marcas de mordida. H) parte de un fémur derecho UMNH VP 21107. I) marca de punción en el fémur derecho. D), F), G) acercamientos del elemento B) en los colores C). E) marca de mordida de aligátor moderno. J) detalle de la punción en H) con el color de I). K) punción de aligátor en hueso de vaca. L) Hipótesis de mordedura en H). M) hipótesis de fractura de diente en H). Tomado de Boyd et al. 2013.

Este estudio aporta no sólo la primer evidencia de depredación de jóvenes de dinosaurio por parte de crocodiliformes, sino que además apunta una nueva dirección en el estudio de las interacciones entre los componentes faunísticos del Cretácico y sugieren una complejidad trófica semejante a la moderna.

EVIDENCIAS:
- Restos de dinosaurio con marcas de dientes
- Parte del diente de un crocodiliforme embebido en un hueso de dinosaurio
- Tomografías, microfotografías

FUENTE:

viernes, 8 de marzo de 2013

Notas cortas: vecinos amables

En esta semana de "quiero saber más" daremos un vistazo más profundo al tema "Vecinos de los primeros dinosaurios" (clic para ver la nota).

Sabemos que en la biota más antigua donde al parecer aparecieron los dinosaurios, estos sólo representaban el 11% de la fauna de vertebrados. Los dinosaurios no eran para nada las formas dominantes y compartían su espacio con distintas criaturas, carnívoras y herbívoras, emparentadas o no con los futuros amos del mundo. En este tema veremos a algunos de estos bichitos.

Algunos de los dinosaurios de Ischigualasto. De mayor a menor: Herrerasaurus ischigualastensisPanphagia protos, Eoraptor lunensis, Pisanosaurus mertii. Ilustración del artista Jakub "Kahless28".

El más común: "Scaphonyx" (ahora Hyperodapedon), era un género de rincosaurios, unos arcosaurios (parientes de cocodrilos, dinosaurios y pterosaurios) del tamaño de un cerdo pequeño, de 1.3 m de largo, que poseían picos córneos (hechos de un par de dientes semejantes a los de un roedor) y unas "mejillas" muy abultadas. Estos bichos eran apacibles vegetarianos que quizá vivieran en grupos de unos cuantos individuos.

Hyperodapedon, el rincosaurio más común en la biota de los primeros dinosaurios. Ilustración del artista Jakub "Kahless28".

El más blindado: Aetosauroides, era un género de arcosaurios vegetarianos que estaban fuertemente acorazados, estaban cubiertos por una serie de escudos (osteodermos) similares a los de los actuales cocodrilos que a diferencia de estos, sus escudos se fusionaban para formar una coraza en el lomo y por debajo de la cola y el vientre. Tenían ademas una especie de hocico similar al de un puerco en su forma, aunque se desconoce su función.

Aetosauroides subsulcatus, pariente de A. scagliai, el vegetariano más protegido de la biota de Ischigualasto. Ilustración del artista Ezequiel Vera.

El más gordoIschigualastia, era un género de sinápsidos (reptiles emparentados a los mamíferos) dicinodonto. Estos bichos eran los vegetarianos más pesados de la biota de Ischigualasto, a diferencia de sus parientes, este animal no contaba con un par de "colmillos" prominentes que funcionaban en una forma similar a como lo hacen los de los cerdos salvajes de hoy en día, sino que sus "colmillos" estaban reducidos y formaban parte funcional de sus hocicos, ampliando la superficie de sus picos córneos. Es posible que estos gorditos vivieran en grupos, pero no existen evidencias que lo sugieran.

Ischigualastia jenseni, un miembro de la biota de Ischigualasto. Ilustración del artista Dmitry Bogdanov.

El más raroSillosuchus, era un género de rauisuquio (parientes lejanos de cocodrilos y dinosaurios) que pertenecía a la familia más bizarra de estos saurios: los shuvosáuridos (Shuvosauridae), un grupo de reptiles similares a cocodrilos, pero que eran sorpresivamente ¡bípedos ágiles! Pero aún más raro: no tenían dientes, sino un pico desdentado que usaban probablemente para consumir vegetales.

Shuvosaurus, pariente cercano de Sillosuchus, un animal similar a un cocodrilo, pero bípedo y herbívoro. Ilustración del artista Jeff Martz.

Esta fauna de bichos "raros" eventualmente cedería ante las presiones ambientales como el cambio climático y el vulcanismo y acabaría por extinguirse. Los dinosaurios, por quienes nadie apostaría al verlos en el paisaje del Carniense (Triásico tardío) sobrepasarían las expectativas y se convertirían en vegetarianos mucho más sofisticados que sus primeros vecinos.

EVIDENCIAS:
- Restos fósiles de diversos bichos
- Estudios estratigráficos para corroborar coexistencia
- Anatomía comparada para corroborar identidad taxonómica

FUENTE:
Ezcurra M. D. (2010). "A new early dinosaur (Saurischia: Sauropodomorpha) from the Late Triassic of Argentina: a reassessment of dinosaur origin and phylogeny". Journal of Systematic Palaeontology 8: 371–425. doi:10.1080/14772019.2010.484650.


lunes, 23 de abril de 2012

Nuevo eusuquio africano postula cambio en el origen biogeográfico de cocodrilos modernos


Tomado del Blog hermano Bios et al. (Artículo Por: Roberto Díaz Sibaja, administrador de este blog)

Los cocodrilos son un grupo de reptiles arcosaurianos cuyos parientes más cercanos no son las lagartijas y otros reptiles vivientes, sino los dinosaurios –y por extensión las aves-. Estos reptiles son objeto de debate nominal debido a que de forma común se le dice cocodrilo a cualquier cosa que sea pariente de ellos y que lo parezca, aunque esto no sea lo apropiado. De hecho, estos “cocodrilos mediáticos” deben ser denominados crocodilomorfos (con forma de cocodrilo).

Figura 1. Cocodrilo mediático.

Tomando en cuenta lo anterior, los crocodilomorfos (superorden Crocodylomorpha) existen desde hace unos 228Ma, originándose durante el Triásico superior (Carniense). Estos impresionantes bichitos dieron origen a especies herbívoras, carnívoras, piscívoras, terrestres, anfibias e ¡incluso marinas!

Figura 2. Terrestrisuchus gracilis, uno de los primeros crocodilomorfos.

De este grupo de cocodrilomorfos se derivaron durante el final del Triásico los Mesoeucrocodylia o “cocodrilos medio verdaderos”, que eran formas avanzadas que no incluían a los pequeños reptiles bípedos de antaño pero si a extrañas formas carnívoras marinas, terrestres y algunos herbívoros con corazas completas; algunos de ellos perduraron hasta el Mioceno con formas terrestres. Ya entrado el Jurásico, esta rama dio origen a los Neosuchia o “cocodrilos nuevos”, entre los que se hallaban algunas de las formas más grandes que se hayan visto; este grupo vio su final durante el Eoceno. Este grupo de reptiles es el ‘padre’ de los “cocodrilos verdaderos”, el llamado suborden Eusuchia. Dentro de este grupo surgieron los cocodrilos modernos (orden Crocodilia). Este grupo moderno incluye a los actuales cocodrilos (familia Crocodylidae), aligátores (familia Alligatoridae) y gaviales (familia Gavialidae). Pero nada mejor que un buen gráfico para entender este revoltoso asunto.

Figura 3. Arreglo filogenético de los cocodrilos donde se muestra al nuevo cocodrilo descrito este año.

Teniendo más o menos claro que cuando decimos cocodrilo lo hacemos pensando en Eosúquidos y demás parientes avanzados, entremos en materia. Este mes se publicó en la revista PLoS ONE un artículo* donde se describe una nueva especie de cocodrilo. El recién descrito lleva por nombre Aegisuchus witmeri, nombre que significa “Cocodrilo con escudo de Witmer”, esto debido a un pequeño escudo que posee en el tope de la cabeza, justo detrás de los ojos. Data del Cenomaniano, entre hace 99.6 y 93.6 millones de años antes de la época presente y según el Dr. Holliday es el “más antiguo antecesor de los modernos cocodrilos de África”. La anterior declaración se puede prestar a la desinformación puesto que según la escuela de reconstrucción de la historia evolutiva de los organismos vivos conocida como Cladismo, todos los ancestros son hipotéticos; esto es: que dado que es extremadamente difícil –o imposible en la mayoría de los casos- el decir qué especie fósil dio origen a que otro conjunto de especies, se opta por categorizar a todo ancestro como hipotético; de esta forma nos interesa más el reconstruir el “árbol genealógico” mostrando la relación de parentesco –siempre como “primos”- de los especímenes que se analizan. Esto implica que en realidad Aegisuchus representa uno de los grupos más antiguos de cocodrilos verdaderos y que estaba más emparentado a los ancestros de estos que los cocodrilos más recientes que él.

Figura 4. El Dr. Holliday posando junto a un Saurosuchus (un arcosaurio vagamente similar a un cocodrilo).

Pero ¿en qué consisten los restos de este animalito? Bueno, en realidad es una especie erigida con una única caja craneana que preserva lo suficiente como para ser utilizada en análisis filogenéticos. Recordemos que en paleontología, escaso material no es sinónimo de mala calidad ni de conjeturas infundadas. Estos restos incluyen la caja en tan buen estado que inclusive se ha recreado el aspecto del cerebro a partir de imágenes producidas por escaneo de resonancia electromagnética.

Figura 5. Restos fósiles de Aegisuchus witmeri. A-D Caja craneana en diversas orientaciones anatómicas. A’ Caja craneana escaneada con CAT. B’ Modelo del cerebro de Aegisuchus. Imágenes tomadas de Holliday y Gardner (2012).

Ahora bien, en las reconstrucciones como en la que se muestra a continuación se le dibuja gran parte del cuerpo pero ¿cómo saben los paleontólogos cómo era? Sencillo, el análisis de filogenia lo sitúa como grupo hermano de otro cocodrilo verdadero poco estudiado pero bastante completo, el Aegyptosuchus y como los paleontólogos tienen una buena idea de cómo lucía este último, trasplantaron su “look” a Aegisuchus.

Figura 6. Reconstrucción de Aegisuchus witmeri por Henry P. Tsai.

Pero ¿Qué tiene de nuevo este cocodrilo y cómo es que viene a trastornar lo que se sabe del origen biogeográfico de estos? Bueno, resulta que Aegisuchus y Aegyptosuchus son lo más cercanamente emparentados con los cocodrilos modernos vivos (orden Crocodilia) por lo que el punto de convergencia de estos dos clados (cocodrilos modernos y el par del que discutimos) indicará no sólo el tiempo de origen de los cocodrilos modernos sino su localización y es precisamente lo que este cocodrilo nuevo aporta a la ciencia: el cuándo y dónde de los cocodrilos modernos vivientes.

Las actuales hipótesis biogeográficas y filogenéticas sugieren que la evolución de los “cocodrilos verdaderos” (Eusuchia) ocurrió principalmente en el supercontinente de Laurasia, durante el Cretácico inferior y que el origen de los cocodrilos modernos (Crocodylia) ocurrió durante el Cretácico Superior en Norteamérica. Lo que Aegisuchus witmeri nos dice es que los cocodrilos modernos vieron la luz del día en algún punto de la región circundante al mar de Tetis (hoy el desierto del Sahara y el mar muerto) y no en Norteamérica. El cambio es monumental: ¡es como sugerir que la especie humana no surgió en África, sino en México! Sin lugar a dudas este aporte es de valiosa utilidad y contribuye a nuestro entendimiento del desarrollo de la vida sobre nuestro planeta.

Figura 7. Análisis filogenético resumido (izquierda), junto con mapas del punto de origen de los cocodrilos modernos (derecha). Jurassic= Jurásico; E. Cret.= Cretácico inferior; L. Cret.= Cretácico superior; Cenozoic= Cenozoico. Imágenes tomadas de Holliday y Gardner (2012).

Literatura recomendada

Video:

Cocodrilo-escudo:descubrimiento (activar los subtítulos)