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miércoles, 11 de abril de 2018

10 hechos sobre quimeras que quizá no sabías...

En esta ocasión les traigo el fruto gráfico de un trabajo de ¡casi una semana! Este podría ser considerado un feo repost, pues lo colgué en la página de Facebook Palaeos, pero casi nunca comparto el contenido de la página de FB acá y me parece una buena idea tener esta suerte de "respaldo". Además de que este trabajo fue una chulada de hacer. Así que sin más les dejo la siguiente galería:


El grupo mayor que contiene a todas las quimeras (extintas y modernas) es la subclase Holocephali. Sin embargo, las quimeras modernas se agrupan en el superorden Holocephalimorpha, que no sólo incluye a las quimeras modernas, sino también a muchos grupos extintos, pero cercanos. Las tres familias de quimeras modernas se agrupan en el orden Chimaeriformes y en el suborden Chimaeroidei. ¡Qué lío! Y todo porque las quimeras son abundantes en el registro fósil y se han descrito muchas familias.
 

En español, también son llamadas "peces rata", pero esto es copiado del inglés. Originalmente fueron llamadas quimeras o tiburones fantasma. La mayoría de las especies son llamdas "quimera" y se acompaña de algún descriptivo como su lugar de origen. Por ejemplo: quimera cubana (Chimaera cubana)... Sólo Callorhinchus callorhynchus se libra del estigma y es llamado "pez gallo" o "pejegallo". ¿Kikiriki?


Hasta ahora ninguna quimera ha sido registrada en el abismo, aunque suena cool decirle así a las zonas profundas del mar. Pero el abismo en realidad se define como la zona que está por debajo de los 4 kilómetros de profundidad. Como curiosidad, la mayoría de las quimeras de la familia Rhinochimaeridae fueron descritas en la segunda mitad de siglo XX. Mientras que la mayoría de las de la familia Chimaeridae fueron descritas a partir del 2002 y por hallazgos fortuitos. Al parecer la pesca industrial cada vez llega a mayores profundidades.


Esta es una de las razones por las que las quimeras parecen una amalgama de otros peces. El opérculo era exclusivamente conocido en los peces óseos, aunque en estos está conformado de una serie de placas óseas y es móvil. Si ves una quimera dibujada con esas aperturas branquiales típicas de tiburón, sabes que no está bien hecha. Otra curiosidad: los arcos branquiales de los elasmobranquios siempre están por detrás del cráneo, pero las de las quimeras están justo por debajo del mismo, de forma similar a varios peces óseos. ¿Raro no?


Por cierto, sólo los machos poseen dentículos, pues son los únicos que portan tentáculos y cláspers. Las hembras van 100% desnudas todo el tiempo.


Si te preguntas entonces ¿como o qué come una quimera? La respuesta es que comen cosas duras que trituran con tres juegos pares de placas que tienen en la boca y ese alimento se muele otro poco más en el esófago (que es contráctil). El intestino sólo funge como superficie de absorción de nutrientes. ¿Alguien dijo gastritis? ¡No en las quimeras!


Y encima de eso, esos poros abdominales comunican el celoma con el exterior... Los ictiólogos sospechan que es para regular la flotabilidad, aunque no hay datos concluyentes. Otros "peces" que portan esos poros los usan como medios de expulsión de esperma, pero los machos de quimera tienen órganos intromitentes que sirven para esa función y sus testículos no descargan esperma directo a la cavidad abdominal.


Lo curioso es que en otros organismos marinos venenosos existen glándulas especiales que secretan el veneno. En las quimeras, existen lagunas de dentina (el mismo material del que están rellenos nuestros dientes) que portan el tejido secretor de veneno... Ponzoñozas como la cola de la mítica quimera, con cabeza de serpiente.

Bonus: radiografía de muslo de pescador con una espina de quimera bien enterrada. Tomada de: Hayes, A. J., & Sim, A. J. W. (2011). Ratfish (Chimaera) spine injuries in fishermen. Scottish medical journal, 56(3), 161-163.


El proceso en acción en esta hembra juvenil de Chimaera monstrosa.


Dato curioso, muchos embriones de peces óseos, desarrollan primero la ceratotriquia y esta es reemplazada por la lepidotriquia. Como en la bella historia de Haeckel, la ontogenia parece recapitular la filogenia.


En la "familia" de las quimeras podemos encontrar algunos "peces" fósiles famosos, pero que casi siempre con mal, muy mal reconstruidos. Como el famosísimo Helicoprion y el extraño Edestus, que son retratados como tiburones genéricos que algún bromista pegó unos dientes en espiral y otros en forma de tijeras... Cuando veas un Helicoprion o un Edestus pregúntate... ¿dónde está la espina de la aleta dorsal? ¿por qué omiten la segunda aleta dorsal (o a veces la primera)? ¿por qué les hacen branquias de tiburón si seguramente tenían opérculo? ¿por qué tienen aletas de piel gruesa si seguramente tenían aletas similares a la de las quimeras? ¿por qué llevan la narizota de fuera como tiburón si en realidad estaría en posición ventral y parcialmente oculta por los dobleces de los labios? Y más importante ¿por qué siempre dibujan hembras? ¿y los claspers?





Espero el tema sea de su agrado. Hasta la próxima.


sábado, 7 de marzo de 2015

10 cosas que probablemente no sabías de: la paleontología y los paleontólogos

Bienvenidos a otro tema de esta sección. Si deseas consultar los anteriores "10 cosas que probablemente no sabías de..." puedes hacer clic en el siguiente vínculo. Así que sin más, comencemos.

10. Paleontología no es lo mismo que arqueología.

Aunque parezca obvio para los paleo entusiastas, para la inmensa mayoría de las personas no es el caso. Y es que muchas confunden a la paleontología con la arqueología. En este blog escribí un tema al respecto, si gustas leerlo puedes hacer clic en el siguiente enlace. El caso es que no son ciencias iguales, tienen diferencias importantes. Por ejemplo, la paleontología estudia fósiles que solo en pocas ocasiones son humanos, mientras que la arqueología se enfoca principalmente en vestigios dejados por seres humanos. Un paleontólogo difícilmente sabrá algo de vasijas y otros elementos culturales, del mismo modo que un arqueólogo encontrará la tarea de describir una nueva especie de pez del Carbonífero como toda una odisea. Hay excepciones y a veces estas ciencias trabajan juntas, como en el caso de la paleoantropología o la zooarqueología. Finalmente, cabe mencionar que la arqueología pertenece al grupo de las ciencias sociales y las humanidades, mientras que la paleontología pertenece al campo de las ciencias naturales y exactas. Y cabe aclarar que ninguna es mejor que la otra, ambas son muy importantes, pero no hay que confundirlas.

Ahora lo saben, el buen Indiana no buscaba fósiles, sino reliquias de civilizaciones humanas (olviden que lo de los aliens pasó alguna vez). Foto de Rob Young.


9. La paleontología no sólo estudia dinosaurios.

La mayoría de las personas que no están familiarizadas (y alguno que otro despistado) creen que los paleontólogos solo estudian dinosaurios. En más ocasiones de las que recuerdo me han preguntado "¿a qué te dedicas?" y cuando les comento que soy paleontólogo, inmediatamente me preguntan que cuántos dinosaurios he descubierto. Luego de refunfuñar un poco, me dedico a explicar que no todos los paleontólogos trabajamos con dinosaurios y si el tiempo me lo permite, procedo a explicar que los paleontólogos trabajan con más de un grupo biológico. Claro, en este punto ya perdí la atención de todos y generalmente estoy hablando solo... Lector, ¿lector? No, no te vayas, mira, ¡un dinosaurio malote y un súper paleontólogo!

Fotografía de The Conmunity - Pop Culture Geek from Los Angeles, CA, USA.

Y ya que estamos en ello, la paleontología no sólo estudia animales. Este blog es pecaminoso y casi siempre habla de animales, específicamente de vertebrados y deja de lado flagrantemente a muchos otros grupos como:

Bacterias y algas unicelulares, estudiadas por la Micropaleontología.
Plantas y afines, estudiadas por la Paleobotánica.
El polen y las esporas, estudiadas por la Palinología.
Invertebrados de todo tipo, estudiados por la Paleontología de invertebrados.

Grupos no tan populares entre los paleoaficionados. Arriba izquierda, estromatolito fotografiado por James St. John. Arriba derecha, diatomea (un tipo de alga) fósil por Dhzanette. Abajo izquierda, polen fósil de Aquilapollenites attenuatus por Antoine D. Bercovici. Abajo derecha, amonite de Portugal por LMCoelho. La verdad es que el autor de este blog los deja un poco de lado porque es un tremendo ignorante en estos temas.

Y no sólo la paleontología estudia más grupos biológicos, sino que tiene muchísimos campos de estudio que sobrepasan a la dinosaurología (el estudio formal de los dinosaurios). Tales como: la paleobiología, paleoecología, paleoclimatología, estudio del ADN antiguo (digámosle paleogenética a falta de un nombre formal), bioestratigrafía, etcétera etcétera. Así que ya lo sabe estimado lector, la paleontología se trata de mucho más que sólo dinosaurios. Pasemos ahora a el siguiente punto.

8. La paleontología se vale de otras ciencias.

Un hecho simple y bien conocido por los paleontólogos, pero un tanto desconocido por los aficionados y el público en general es que la paleontología se vale de otras ciencias. La creencia popular es que el paleontólogo sólo sabe de paleontología, pero eso no es cierto. La paleontología es una ciencia integrativa. Es decir, no es una ciencia desnuda que trabaja en solitario, sino que integra los conocimientos de otras ciencias (un tanto más básicas) para poder funcionar. Para ser paleontólogo profesional, uno debe aprender (no memorizar, eso de nada sirve) un montón de cosas, cosas de ciencias como: Geología, Estratigrafía, Sedimentología, Zoología, Botánica, Bacteriología, Micología, Ficología, Taxonomía, Sistemática, Anatomía comparada, Anatomía descriptiva, Estadística, Mecánica, Geoquímica, Química, Fisiología animal, Fisiología vegetal, Biogeografía, Climatología, Bioquímica, Biología molecular, Genética, Embriología, Embriología comparada, Evolución, Etología, Ecología y mucho, mucho más.

Con todo lo que un paleontólogo tiene que saber para poder ejercer bien su carrera, acaban siendo verdaderos gusanos de biblioteca, sus hogares casi siempre son monumentos al libro. Oh, y se tornan más guapos y sensuales, olvidé mencionarlo.

7. La mayoría de los paleontólogos se especializa en un grupo particular de organismos.

La era de los grandes sabelotodo (en el mejor de los sentidos y no como un ignorante resentido) llegó a su fin conforme la era de la comunicación se desenvolvió y con el creciente tsunami de conocimientos que se generaba. De tal forma que los últimos paleontólogos que lo supieron todo vivieron hasta finales de siglo XIX.

Joseph Leidy fue sin lugar a dudas el último paleontólogo que lo supo todo. Murió el 30 de abril de 1891 en Filadelfia, Pensilvania a la edad de 67. Un libro sobre su obra es este.

Hoy, nadie puede aspirar a saber un décimo de lo que supo Leidy. Y es que, la tendencia de ser experto en todo desapareció y abrió paso a la era de la especialización. Gracias a ello, los paleontólogos modernos saben mucho de poco. Es decir, son especialistas. El mismo paleontólogo que describe una nueva especie de hipopótamo no puede (por lo general) aspirar a describir (adecuadamente) la microestructura de la madera fósil de una benetita del Jurásico. El "pobre" se ha especializado. Pero ¿qué no nos enseña el registro fósil que la especialización conlleva a la extinción? En este caso no. La especialización permite que hayan más y más paleontólogos. De hecho hoy hay más paleontólogos que nunca antes y eso es muy bueno para la ciencia. Pero se vuelve un problema cuando tratas de buscar trabajo, pero venga, que no sacaré mis traumas por hoy (*seca sus lágrimas*).

6. Los organismos completos son la excepción.

A no ser que se trate de paleontólogos que estudien fósiles microscópicos, la colosal mayoría de los restos de organismos macroscópicos (los visibles a ojo desnudo) son fragmentarios. La imagen de los esqueletos completos fue propiciada en un inicio por los museos que tenían exposiciones con restos completos y/o restaurados para parecer completos.

Bellísimas exposiciones como esta generaron la idea que los fósiles se encontraban completos en el suelo, esperando a ser sacados.

El "tiro de gracia" se dio en 1993 con el evento más grande de popularización de la paleontología desde la era de los museos. ¿Qué pasó? Pues llegó la cinta Jurassic Park y mostró que excavar un dinosaurio es tan fácil que hasta con las manos se puede hacer. Y no sólo eso, sino que mostró que los restos aparecen siempre completos. Desde el "raptor" esquelético que se excava casi místicamente, hasta los "raptores" enterrados en el suelo y sólo visibles con un radar mágico, todos estaban enteritos.

Estas escenas no sólo contribuyeron a que yo fuera paleontólogo, también hicieron que recientemente un señor entrara en nuestro laboratorio y nos dijera "¿y para qué juntan puros pedacitos?" refiriéndose a nuestra colección paleontológica. Imagen propiedad de Universal Studios.

La "triste" realidad que cualquier paleontólogo de confianza puede constatar es que en campo, rara, rarísima vez encuentras algo completo, articulado y posando. Claro, hay excepciones (y si vienes a comentar que tú si has excavado así, te digo de una vez: te odio e ¡invítame a excavar!). Pero OJO, esos "pedacitos" tan comunes no son inútiles, son valiosos y producen mucha información. Para aprender un poco más sobre estos "trocitos de historia" puedes hacer clic en este enlace.

5. Sin la paleontología la extinción hubiera sido un concepto más tardío.

Hoy casi todos sabemos qué es la extinción biológica, o por lo menos tenemos idea de qué va el asunto. Pero no siempre fue así. Hubo un tiempo "inocente", una era en la que la extinción era un fenómeno completamente desconocido. ¿Cómo? se preguntarán. Pues es que la gente no sabía de la existencia de los fósiles y por lo tanto, no sabían que habían tantos bicharrajos raros (y plantas) que ya no existían.

Imagina la cara de asombro de los pobres mineros que en 1770 desenterraron este monstruoso cráneo. ¿Qué habrán pensado? Hoy la gente piensa "¿cuánto me pagarán por él? pero en ese entonces seguro que pensaron que aún existían estas criaturas.

Pero además, no había pasado suficiente tiempo como para que las ilustres sociedades victorianas le dispararan a todos los bichos de una especie como para extinguirla a punta de plomo. Y finalmente, la idea generalizada de un creador perfecto que no podía permitir que el hombre (o cualquier otra fuerza que no fuera el mismo creador) exterminara su creación, era regla. Por ello, nadie sabía nada de la extinción.

"Mira Adán, un Aepycamelus en el fondo"... Pintura de Jan Breughel (II).

Eso fue hasta que llegaron los mugrosos científicos a arruinarlo todo. Encontraban cada vez más y más especies que no eran encontradas vivas por ningún lado. Incluso, se cuenta que cuando Darwin envió piel de perezoso gigante de Sudamérica a Inglaterra, la reina demandó que le mandaran uno de esos animalejos vivos. Fue entonces que se comenzó a sospechar que muchas especies se extinguían y jamás volvían a aparecer. ¿Entonces sin los fósiles jamás hubiéramos sabido que las especies se extinguen? No, pero de seguro nos hubiéramos tardado más en enterarnos y quizá hubiera sido luego de habernos cargado decenas de miles de especies. Este es el papel casi nunca reconocido a la paleontología por parte del conservacionismo moderno.

4. Hay más de una forma de volverse paleontólogo.

Sucede muy a menudo que quienes quieren estudiar para ser paleontólogos profesionales buscan la carrera de paleontología en su país y no la encuentran. Este es el caso particular de México y otros países de Centro y Sudamérica. Otros cuantos piensan que si uno no tiene escrito en el título "Señor Don Paleontólogo", su profesión no es válida. A mi me tocó un simpático personaje que me preguntó "¿y qué carrera estudiaste?", le dije "Biología" y procedió a decirme "entonces no eres paleontólogo", luego dije "si, porque en eso hice mi especialidad, verás, hay muchos tipos de..." *me interrumpe salvajemente* "NO, entonces NO eres paleontólogo".

Por más que quise hacer eso, no pude... no había mesas cerca.

Pero la realidad es que son pocos los países y las universidades hispanoamericanas que ofrecen la carrera como tal. ¿Significa eso el fin de los sueños y aspiraciones de muchos o que hay muchos falsos paleontólogos? Nop. Pues resulta que para ser paleontólogo hay más de un camino. Aparte del camino amarillo que lleva a un título con la palabra paleontología en él, existen dos rutas alternativas a Oz. La primera está llena de rocas y es: estudiar geología. Los paleontólogos que estudiaron esta ciencia terminan por lo general siendo paleontólogos de invertebrados. El otro camino está lleno de alimañas y es: estudiar biología. Los paleontólogos que se formaron como biólogos generalmente acaban siendo paleontólogos de vertebrados o de plantas. Y aunque muchos claman que una cosa es mejor que la otra, yo tengo que ser imparcial e informar que ninguno de esos paleontólogos es mejor que el otro, ambos tipos son necesarios para estudiar la vida del pasado.

Ya sea con piedras o con bichos, hay dos caminos generales para ser paleontólogo. El de los bichos produce a los más guapos claro...

Ahora un pequeño caso real en México:
La SEP (Secretaría de Educación Pública) por medio de la Dirección General de Profesiones (DGP) emite cédulas profesionales que son de carácter legal. Es decir, permiten que el profesionista ejerza de forma legal. Que un biólogo haga un inventario faunístico o que un médico haga una cirugía. Yo no puedo operar a nadie como biólogo que soy, pero ningún médico puede ser el curador de una colección de paleontología. Esto es un reconocimiento legal, no una limitación de funciones. De tal forma, un Licenciado en Biología puede ejercer dentro de sus facultades como Paleontólogo, Ornitólogo, Entomólogo, Malacólogo, Botánico, Micólogo, Bacteriólogo, etc. Este estatus legal NO es restrictivo hacia la academia. En la academia no hace ninguna diferencia que la cédula diga "Biólogo", "Geólogo" o "Paleontólogo", la academia no se lleva por estas disposiciones legales. De otro modo, no habría ningún zoólogo mexicano por ejemplo.

3. Los fósiles son más que sólo huesos.

Quizá una de las creencias más arraigadas en la sociedad acerca de los fósiles es que son "huesos viejos". Cuando pregunto qué otros tipos de fósiles conocen, casi siempre mencionan dientes, pero nada más. Hasta ahí llega el conocimiento de la mayoría sobre fósiles. Quizá sea culpa de los que divulgamos o no, pero existen más tipos de fósiles. Ahora, un pequeño listado en unas cuantas imágenes:

Tipos de fósiles 1. De izquierda a derecha y de arriba a abajo, conchas (foto por Daderot), exoesqueletos (por Jason Boddy), impresiones vegetales (por Daderot), impresiones animales (por Daderot), madera petrificada (por Andrew Curtis), ámbar con inclusiones (por Kaldari).

Tipos de fósiles 2. De izquierda a derecha y de arriba a abajo, huella (foto por Ballista), sendero de huellas o rastro (por Keith Burns), polen de Alnus speciipites (por U.S. Geological Survey), madriguera con todo y su constructor (por Claire H.), rastro de alimentación de trilobite (por Luis Fernández García) y diatomea fósil (por Hannes Grobe).

Tipos de fósiles 3. De izquierda a derecha y de arriba a abajo, huevos (foto por Daderot), embrión (por 乌拉跨氪), plena cópula (por Klimov y Sidorchuk {2011} An enigmatic lineage of mites from Baltic amber shows a unique, possibly female-controlled, mating), esperma fósil (por Matzke-Karasz et al. {2014} Subcellular preservation in giant ostracod sperm from an early Miocene cave deposit in Australia), pluma (por Tommy "the paleobear") y pelo (por Daderot).

Tipos de fósiles 4. De izquierda a derecha y de arriba a abajo, escamas de pez (foto por Ghedoghedo), escamas de reptil (por Paleopod), fósil preservado en alquitrán (por Kevmin), 'momia' congelada de ardilla (por Ryan Somma), vómito fósil de ictiosaurio (por Patrick Barth) y coprolito o excremento fósil (por Poozeum).

Estos no son todos los tipos de fósil que existen. Faltan los fósiles químicos, los urolitos (marcas de orina fósil) y muchos más. Si te interesa saber más al respecto, te recomiendo el artículo en la página número 13 de este link.

2. Rara vez la paleontología brinda respuestas certeras y/o absolutas.

Lo fácil siempre seduce más que lo difícil y a este respecto, la paleontología es un monstruo horrendo antisensual que es anunciado como la supermodelo más guapa del mundo. Es decir, en los medios como documentales, revistas y páginas de internet se presentan "hechos" paleontológicos que son repetidos una y otra vez como verdades absolutas.

Imagen de la paleontología ante el público general y los fanboys. Algo hermoso, simplón y muy fácil de hacer, con respuestas simples como "claro que si amiguito" o "no, eso no pudo ser jamás pequeño(a) príncipe(princesa)".

Algunas de esas supuestas verdades incluyen éxitos como "es poco probable que Tyrannosaurus rex hubiera tenido plumas", "Deinonychus era un feroz depredador gregario", "Los dinosaurios eran de sangre caliente", "Anomalocaris era el depredador más temible de su tiempo", "Gastornis (alias Diatryma) era una feroz depredadora de caballos", "Liopleurodon medía 25 metros de largo", "Los humanos tienen 2 millones de años sobre la tierra", "Los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años", "Los humanos extinguieron a la megafauna del Pleistoceno", "Spinosaurus tenía las patas traseras largas", "Los dientes de sable rugían y eran gregarios", etc.

La paleontología real no es muy atractiva para el público general y los fanboys. La gente quiere cosas sencillas, respuestas absolutas y cero frases que empiecen con "posiblemente..." y prosigan con cosas aburridísimas como "por que...". Imagen de Toonverctors.com

Y es que odio romper su corazón, pero en realidad muchas de esas afirmaciones son falsas o bien, son de carácter muy, muy dudoso. La paleontología como toda ciencia, no presenta afirmaciones absolutas y sus descubrimientos son constantemente actualizados y reemplazados por nuevos conocimientos. El problema viene cuando se quiere una respuesta rápida a una pregunta "sencilla", pues muchas veces no existe respuesta a esa pregunta y para poder responderla se requieren ensayos que aún no se practican o que son difíciles de hacer. Y en la mayoría de las veces, la respuesta a las preguntas paleontológicas es "aún no se sabe". Esta es una de las caras menos atractivas de la paleontología, pero es su cara real. Desconocemos mucho. Pero como en toda ciencia, estamos trabajando para resolverlo. Pero vayamos al punto 1 que es quizá el más interesante.

1. La paleontología no inició como una ciencia.

Así es. Por difícil que parezca, la paleontología en sus humildes inicios no era una ciencia, era un hobby. Resulta que ni siquiera el término fósil tenía el significado moderno, que está limitado a restos orgánicos dejados por organismos pretéritos y se se conserva en el registro de rocas. Que va, antes un fósil era cualquier cosa que estuviera enterrada. El origen de la palabra fósil es francés, con la palabra "fossile" que derivaba a su vez del latín "fossilis", que significa "algo desenterrado". Y en los albores del siglo XVII un fósil podía ser una piedra con forma curiosa, un mineral, puntas de flecha, vestigios artesanales antiguos y de cuando en cuando, un fósil real.

Fósiles de ayer... las rocas con formas curiosas como de cabezas de pato (foto de portablerockart.blogspot.com), herramientas líticas (foto por Gerbil), minerales (foto de RRUFF Project) y elementos arquelógicos (foto por Heironymous Rowe) eran considerados fósiles. Y ahora una anécdota.. Resulta que aún hoy en muchos foros de internet, la gente cree que tienen fósiles muy interesantes, cuando en realidad sólo tienen una roca de forma curiosa, me tocó un personaje que se molestó con todos los que le dijeron que su roca pulida no era un embrión de pterosaurio.

Luego llegó don Nicolás Steno y tomó las llamadas "lenguas de piedra", las estudió y concluyó en 1667 que eran dientes de un tiburón antiguo y no lenguas de piedra como se pensaba literalmente. Con este estudio y sus afirmaciones se llegó a la conclusión que la muchos de los así llamados fósiles, eran en realidad antiguos organismos vivos. Fue entonces (aunque no de inmediato) cuando los "fósiles" de la imagen anterior, dejaron de ser llamados fósiles y el término quedó limitado a restos orgánicos pretéritos.

El buen Steno y la ilustración que usó para demostrar que las "lenguas de piedra" eran en realidad 'dientecillos' de un tiburón.

Pero aún y con el avance de Steno, la paleontología aún no había surgido como ciencia. Es más, la palabra aún no se inventaba... pasarían ¡155 años! para que se inventara el término. Éste surgió en 1822 en francés (de nuevo) como "Palæontologie" y fue inventado por Henri Marie Ducrotay de Blainville, que era un zoólogo y anatónomo francés (y estudiante del inventor de la anatomía comparada, Georges Cuvier) que por aquel entonces fungía como editor de la revista "Journal de Phisique"..

En esta página se plasmó por primera vez el uso de la palabra "paleontología". En el primer párrafo leemos: "Palæontologie. La gran preponderancia sobre el estudio de la Geología  se mantiene en las ciencias naturales y se forma un tipo de escuela que permite el estudio de los cuerpos orgánicos fósiles para distinguir formaciones de sedimentos, teniendo una gran cantidad de trabajos en esta rama de la historia natural.". 

Si lo leemos literal, la paleontología surge como una rama de la geología, destinada a correlacionar estratos. Pero si continuamos con la lectura, veremos que Blanville menciona "Vayamos primero a la segunda edición de las investigaciones del maestro Georges Cuvier, de las osamentas fósiles de cuadúperos vivíparos y ovíparos; que publicó en dos volúmenes"... Por lo que la paleontología no sólo trata de fósiles en estratos y su utilidad para relacionar los mismos, sino que el estudio mismo de los fósiles es parte de la paleontología. Y así es como ha sido desde entonces.

Blainville fue el señor que se inventó la palabra "paleontología", ésta se volvió extremadamente popular en Europa al poco tiempo de su invención en 1822.

Desde entonces, existen paleontólogos que se hacen preguntas sobre el pasado de la vida en el planeta y estudian los restos dejados por esos organismos, para tratar de responder a esos cuestionamientos y encontrar sentido al mundo vivo del pasado distante.


“Esta publicación participa en el XI Carnaval de Geología alojado por Educandonaturaleza


viernes, 25 de abril de 2014

10 cosas que probablemente no sabías de: Los pingüinos

Hoy es el día mundial del pingüino, el ave de las diéresis. Antes de irse a festejar con esas criaturas hay algunas cosas que quizá te interese saber sobre ellos.

10. Tienen plumas.

Los pingüinos son aves no voladoras del orden Sphenisciformes (es-fe-ni-ci-for-mes). Que a diferencia de lo que muchas personas creen, están cubiertos de plumas como cualquier otra ave. La diferencia estriba en que estas plumas no están adaptadas al vuelo y por lo tanto no dan la apariencia de serlo y son más similares al pelo mamiferiano vistas desde lejos.  Por la arquitectura de su superficie, estas plumas están adaptadas para ser impermeables y para conservar aire, mismo que cumple dos funciones: dentro del agua le proporciona al pinguino boyancia (flotabilidad) y fuera del líquido funciona regulando la temperatura, como una especie de abrigo protector.

Pluma de pingüino bajo el microscopio electrónico. Fotografía de Steve Gschmeissner. Caso curioso es me consta de primera mano que hay personas que creen que estas aves son peludas o pelonas, pero no emplumadas, ¡ni pensarlo!


9. Son monógamos (...un tiempo).

Nos gusta pensar en los animales como humanos y solemos darles propiedades humanas que son "buenas" o "malas", una de estas propiedades es la capacidad de formar parejas únicas, acto conocido como monogamia. Cualquiera que ha visto cintas animadas o producciones documentales encaminadas a la antropomorfización (hacer humanos a los animales), sabe que los pingüinos son monógamos. Lo cierto es que estas criaturas lo son, pero sólo durante la temporada reproductiva. Los estudios conducidos por etólogos y ornitólogos indican que rara vez una pareja formada este año se volverá a formar el año siguiente. Así que si bien, los pingüinos son fieles, lo son sólo durante un tiempo.

Pareja de pingüino juanito (Pygoscelis papua). Fotografía de David Vaughan. Chistoso que algunas piensen que estas aves son el ejemplo máximo de fidelidad y "hombría", a menos que quieran que las botemos al año (o menos si somos estrictos), no creo que el modelo pingüino sea una buena idea.


8. Son las aves que menos huevos ponen*.

Mientras que aves como los galliformes (faisanes, pavos, gallinas y sus parientes) ponen varios huevos y pueden construir varios nidos por temporada, los pingüinos son más modestos y sólo ponen de uno a dos huevos por temporada. Todas las especies conocidas de estas aves ponen dos huevos, con excepción del pingüino emperador (Aptenodytes forsteri) y el pingüino rey (Aptenodytes patagonicus) que sólo ponen un único huevo. Gracias a esta adaptación, los pollos son más protegidos y cuidados por sus padres, pero también tiene el inconveniente de poder eliminar la descendencia de un año completo (además de romper el corazón de miles en la pantalla grande).

*Sólo el cóndor de los andes (Vultur gryphus) supera a los pingüinos en cuanto a tamaño de la nidada... más o menos. El cóndor pone igual de uno a dos huevos, pero a diferencia de los pingüinos, lo hace cada dos años.

Pingüino rey asegurando su huevo. Fotografía de Gerald y Buff Corsi, Visuals Unlimited. Contrario a lo que suponen los documentales, algunos pingüinos construyen nidos (de rocas) y ponen hasta dos huevitos... no todos son de la monarquía.


7. Los pingüinos caminan "sentados".

A primera vista esta afirmación parece ser un chiste o el producto del consumo de drogas del autor de estas líneas, la verdad es que el caminar sentados es una realidad. Las piernas de los pingüinos (así como las de casi todas las aves) son usadas no sólo para la locomoción, sino también para la termorregulación, pues contienen una gran cantidad de vasos sanguíneos. Esta es una característica ventajosa en los ancestros tropicales de estas aves, pero una pésima idea si se quiere vivir en las gélidas aguas del océano antártico. Como la evolución actúa de forma eficiente y no reconstruyendo por completo partes, los pingüinos ancestrales optaron por hacerse de un cuerpo al rededor de las patas que las protegiera del frío y así consiguieron una postura de pie para siempre "sentados".

Esqueleto montado de pingüino rey. Fotografía de Dave Lunt. Note cómo el fémur (hueso solitario de la pierna) está horizontal y los de las piernas (tibia y fíbula) están verticales, es una posición similar a la que tengo ahora, sólo que yo estoy sentado escribiendo.


6. Fueron necios para irse.

Cuando la biogeografía de estas aves se comenzaba a estudiar, poco se sabía de la historia climática de la Antártida (donde moran las especies más icónicas) y por tanto se asumió que sus ancestros venían de zonas más cálidas y que progresivamente se fueron adaptando a la Antártida. Hoy sabemos que en realidad, los ancestros de los pingüinos vivieron en la Antártida cuando ésta no estaba congelada. Esto explica el por qué muchas especies anidan en el clima más hostil para cualquier ave si esto no ofrece ninguna ventaja sobre aquellas especies que anidan en islas menos hostiles.

Distribución geográfica de las 17-20 especies de pingüinos modernos. Note que es un rango esperado si surgieron en la antigua y descongelada Antártida. Tomado de Wikimedia Commons.


5. Son extremadamente aerodinámicos.

Este hecho es un poco desconcertante, especialmente si consideramos que estas aves y sus ancestros dejaron de volar desde al menos hace 62 millones de años. Y aún con ello, cuando se mete un modelo de pingüino a un túnel de viento, resulta que son más aerodinámicos que muchas de las especies voladoras conocidas. El problema del pingüino es que él no usa esta ventaja para surcar el cielo, sino el océano. Existe una gran cantidad de aves marinas, pero los pingüinos son los únicos que viven todo el tiempo en el mar. Gracias a ello tienen la forma perfecta para desplazarse grandes distancias sin necesidad de hacer un gran gasto de energía propulsándose. Además son increíblemente veloces y algunos pueden nadar a 32 Km/h, lo cual es mucho en el agua, considerando que la máxima velocidad de Michael Phelps es de "sólo" 7.23 Km/h.

Aeropingüino FESTO, un modelo inflado con helio y con la forma de un ave real, vuela majestuosamente imitando los movimientos de su análogo biológico. Si quieres ver un video de esto haz clic aquí. Fotografía de Philippe Psaila.


4. Su color es un tipo de camuflaje.

Pareciera que vestir un esmoquin todo el tiempo es la peor manera de pasar desapercibido y de hecho lo es, pero sólo en tierra. En el agua esta coloración tiene como propósito hacer "invisible" al pingüino frente a sus depredadores, dependiendo de la dirección desde donde se le mire. Si uno es una foca leopardo (un depredador implacable de pingüinos) y ve una de estas aves desde el fondo, se topará con una panza blanca que imita el tono de la superficie (recordemos que los mamíferos no son los mejores viendo a color y menos bajo el agua). Si por el contrario, uno anda nadando en la superficie y un pingüino anda en la profundidad, el color negro del dorso lo hará parecer parte del fondo. Este patrón de color es conocido en muchas especies acuáticas e incluye a especies de reptiles extintos de la era de los dinosaurios, lo que prueba que no sólo es convergente, sino muy útil.

Pingüino rey bajo el agua. Fotografía de Kevin Schafer. Note cómo el dorso obscuro lo pierde aún a esta distancia. Ahora imagina que eres una foca leopardo miope y daltónica...


3. No se conocen pingüinos terrestres.

El registro fósil de pingüinos es pobre, pero superior a aquel de otros grupos de aves. Gracias a ello sabemos que el primer pingüino del registro fósil es Waimanu manneringi de Nueva Zelanda, que vivió durante el Paleoceno, entre hace 60 y 62 millones de años, a un parpadeo de la extinción de los dinosaurios. Uno esperaría que con un ave de tal antigüedad, se apreciaran hábitos al menos anfibios (como el de muchas aves marinas buceadoras) pero no es así. Waimanu era un pingüino en forma y hábito. Esto nos hace sospechar que los primeros pingüinos vivieron durante el tiempo de los dinosaurios no avianos y que fue ahí cuando fueron volaron por última vez, durante el Cretácico.

Reconstrucción de Waimanu por el artista Nobu Tamura.


2. Existen pingüinos fósiles tan grandes como hombres.

A pesar de lo que se pudiera pensar, la mayoría de los pingüinos son de tallas medianas a pequeñas, la excepción es el género Aptenodytes, integrado por los pingüinos emperador y rey. Estas aves alcanzan 1.22 y 1 m de altura máxima respectivamente. En el pasado, existieron pingüinos gigantes que superaban a estos gigantes modernos. Por una parte tenemos al rey de la altura, Anthropornis nordenskjoldi de hasta 1.7 m, con 90 Kg de peso, que vivió entre hace 45 y 37 millones de años. Y por otra parte tenemos al rey del peso, Pachydyptes ponderosus de sólo 1.6 m de altura, pero más de 100 Kg, que vivió entre hace 34 y 37 millones de años. Ambas especies se conocen de los mares del hemisferio sur y son kilo a kilo y centímetro a centímetro, los pingüinos más grandes de todos.

Pingüinos gigantes a escala. Composición del autor de este blog, ilustraciones de Kawasaki Satoshi.


1. Son "impostores" de nombre.

¿Hasta ahora hemos hablado sobre pingüinos cierto? Resulta curioso que de no ser por la extinción de un ave muy peculiar, estos pájaros acuáticos celebrados hoy y tan discutidos serían referidos como "pájaros bobo", pues el nombre pingüino era para referirse a un ave completamente distinta. Esta ave, el original pingüino era el ahora conocida como alca gigante, que se extinguió por actividades impulsadas por el hombre en 1844, antes del descubrimiento de los "pingüinos" del sur. 

Alca gigante disecada y modelo de huevo. Fotografía de Mike Pennington. Este es el verdadero pingüino.

Si no me cree estimado lector, sólo eche un ojo al nombre científico del alca gigante: Pinguinus impennis (literalmente "pingüino sin plumas"). Este nombre científico surgió en 1758 y fue acuñado por el padre de la taxonomía, Linneo; mientras que el nombre científico de los impostores sureños surgió en 1760 y fue acuñado por Mathurin Jacques Brisson usando como tipo al género Spheniscus. Caso curioso, Linneo describió en su obra de 1758 a un pingüino, Spheniscus demersus (el pingüino africano), pero creía que era una especie de albatros por lo que le dio el nombre de Diomedea demersus.

El pobre e infortunado pingüino de El Cabo (Spheniscus demersus) que fue confundido por Linneo como un albatros raro.

El cambio de nombre fue un feliz accidente que tomó lugar cuando navegantes que conocieron al alca gigante se encontraron con estas otras aves no voladoras y marinas en sus viajes hacia el sur del mundo. De inmediato se les colocó el mote de pingüinos y hoy es un nombre que les pertenece al ya no existir más el original.

Espero que este tema les haya resultado de su agrado. Si es así no olviden votar al final y si gustan pueden compartirlo o dejar un comentario. ¡Feliz día del pingüino!