Por fin ha caido!
Cuando vamos a la casa que la familia Serrano tiene en Fiscal, siempre pienso en ir a hacer la vía ferrata de la Cascada de Sorrosal, que está muy cerquita, en Broto. Lo que ocurre es que tanto Gigi, como Roger, quienes siempre han dicho que es muy chula, ya la han hecho, incluso más de una vez. Sin embargo, esta vez Gigi hizo de guía y me llevo a hacerla.
Le dan una dificultad de K3, cosa que prefiero no valorar porque creo que es un tema algo subjetivo, en el que juegan muchos factores. Lo que sí diré es que, aunque no es muy técnica, es muy bonita.
Tras una corta aproximación, el itinerario va cogiendo altura hasta una faja, desde donde una serie de escaleras conectadas y paralelas a la cascada, nos llevan a un agujero en la roca.
El agujero es un túnel que tendremos que atravesar, y es el comienzo de una acequia. Es decir, en el punto en que nosotros entramos en él, sale una acequia hacia la izquierda, y en el otro extremo, al cual llegamos después de unas decenas de metros ayudados por los frontales, hay una pequeña compuerta por donde, cuando hay suficiente caudal, se recoge agua del río y se va para la acequia.
Cuando salimos del túnel, vamos resiguiendo el río hacia arriba, incluyendo un cambio de lado a través de un puente de cables. Cuando algo más arriba salimos de este tramo y se acaba el cable, no hay que guardar el equipo, ya que aunque parezca que ha acabado todo y tenemos que seguir un senderito que nos separa del río, más adelante aún hay algunos tramos equipados, hasta que llegamos a lo que se denomina el Balcón de Broto, desde donde hay una fantástica vista de Broto, de la cascada, y del itinerario que hemos seguido.
El descenso, bastante evidente, nos lleva de nuevo al pueblo, no sin antes pasar por una fuente/abrevadero con una inscripción que pone, ni más ni menos, 1936.
Bonita ferrata, que además tuvimos el lujo de hacer sin gente porque el pasado viernes era laborable. Durante el verano hay que contribuir con 2.5 euros al mantenimiento.
Sí, sí, lo que veis al final de este post es un video de Gigi tirándose por la nueva tirolina de Fiscal. Dicen que es la más rápida de Europa, hasta 160 km/h, y desciende 400 metros de desnivel en un trayecto de 2 kilómetros!
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21 may 2021
16 may 2014
Vía ferrata Cala del Molí
Su dificultad (K2) es baja, supongo debido a que su equipador, Albert Gironés, la diseñó para poder llevar a clientes sin experiencia, sin embargo desde aquí mis felicitaciones por haber conseguido la que de momento es la única ferrata colgada sobre el mar, y además entretenida y disfrutona.
Ese fin de semana Gigi y yo nos íbamos a Palamós a un congreso de salsa. ¡Sí, salsa, timba cubana, bailes afro-caribeños...!
Nos quedaba el viernes colgado, y como Roger tampoco trabajaba ese día, nos acercamos los tres a Sant Feliu de Guixols a experimentar el ferrateo a nivel del mar.
Dicen que los fines de semana va mucha gente, incluso se forman colas. Nosotros entramos a media tarde y la encontramos vacía, pero claro, era viernes. Sólo un grupito por detrás, bastante alejado, nos seguía.
El itinerario tiene dos o tres puentes de cables, una pasarela hecha con un tronco, varias travesías colgadas sobre el mar, y un único tramo más vertical, probablemente el punto más exigente y a la vez mas fotogénico de toda la ferrata.
Tan chula es la ferrata que el sábado pasado... ¡fuimos otra vez!
Unos amigos de Roger, Rut y Alex, estaban por Barcelona y les hacía gracia hacerla, así que nos fuimos a pasar el día escalando en Solius y luego a la ferrata a echar el resto.
Quizá porque era tarde, o porque estaba a punto de comenzar la final de la Champions, pero encontramos la ferrata prácticamente vacía. Únicamente un grupito de tres por delante, de los cuales tuvimos que ayudar a uno a abandonar, ya que sus compañeros iban mas avanzados y tampoco se les veía muy sueltos.
El pobre chico, que me confesó no entendía que le pasaba porque incluso había hecho algo de escalada, se quedó bloqueado y con una pierna agarrotada como una piedra en el primer puente, mucho más cerca del inicio que de la escapatoria que hay a mitad del recorrido. Le acompañamos hasta el inicio, y nosotros seguimos, disfrutando de esta ferrata tan especial.
Ese fin de semana Gigi y yo nos íbamos a Palamós a un congreso de salsa. ¡Sí, salsa, timba cubana, bailes afro-caribeños...!
Nos quedaba el viernes colgado, y como Roger tampoco trabajaba ese día, nos acercamos los tres a Sant Feliu de Guixols a experimentar el ferrateo a nivel del mar.
Dicen que los fines de semana va mucha gente, incluso se forman colas. Nosotros entramos a media tarde y la encontramos vacía, pero claro, era viernes. Sólo un grupito por detrás, bastante alejado, nos seguía.
El itinerario tiene dos o tres puentes de cables, una pasarela hecha con un tronco, varias travesías colgadas sobre el mar, y un único tramo más vertical, probablemente el punto más exigente y a la vez mas fotogénico de toda la ferrata.
Tan chula es la ferrata que el sábado pasado... ¡fuimos otra vez!
Unos amigos de Roger, Rut y Alex, estaban por Barcelona y les hacía gracia hacerla, así que nos fuimos a pasar el día escalando en Solius y luego a la ferrata a echar el resto.
Quizá porque era tarde, o porque estaba a punto de comenzar la final de la Champions, pero encontramos la ferrata prácticamente vacía. Únicamente un grupito de tres por delante, de los cuales tuvimos que ayudar a uno a abandonar, ya que sus compañeros iban mas avanzados y tampoco se les veía muy sueltos.
El pobre chico, que me confesó no entendía que le pasaba porque incluso había hecho algo de escalada, se quedó bloqueado y con una pierna agarrotada como una piedra en el primer puente, mucho más cerca del inicio que de la escapatoria que hay a mitad del recorrido. Le acompañamos hasta el inicio, y nosotros seguimos, disfrutando de esta ferrata tan especial.
Etiquetas:
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Ubicación:
Sant Feliu de Guíxols, Girona, Spain
11 may 2014
Vía ferrata Teresina y Canal del Mejillón
No hace muchos años subí a Sant Jeroni con un amigo que vino de visita a Barcelona. Mientras contemplábamos el paisaje aparecieron unos chicos que salían de una ferrata. Les pregunté, y me dijeron que salían de la Teresina. Se me abrieron los ojos como platos, y pensé...
¡Si la Teresina llega ahora hasta Sant Jeroni, yo quiero hacerla!
Cuando el Picazo abrió la Teresina, hace 20 años, ésta subía hasta la aguja de Santa Cecília, y el descenso era por la misma ruta. En aquellos años no existían los disipadores como los conocemos hoy, ni la regla de que no debes usar el cable de vida para traccionar. La ferrata fué toda una novedad, de hecho la primera en España. Prácticamente todos los que practicábamos la escalada fuimos a hacerla.
Así, cuando hace unas semanas Dani, incansable organizador de salidas, mencionó esta ferrata, rápidamente me apunté.
Y es que para mi la Teresina es algo más que una ferrata. Me quedó claro cuando en uno de los tramos finales un miembro de un grupo de tres que nos adelantó por un atajo (sendero) refunfuñaba diciendo que era un rollo porque tenía muchos tramos caminando. Un minuto antes, Cristian y yo comentábamos lo mucho que nos estaba gustando, y lo intrépidos que también fueron los que abrieron el segundo tramo de la ferrata (a partir de la aguja de Santa Cecília), que incluye un caminito colgado en mitad de la cara norte de Montserrat con unas vistas impresionantes.
Cada persona vive la misma actividad de una manera diferente, aunque vayan por el mismo sitio en el mismo momento.
Esta vez éramos un grupo de siete. El plan era subir a Sant Jeroni por la Teresina y bajar por la Canal del Mejillón, nombre acuñado gracias, o por desgracia, a las conchas de mejillones que se tiraban hacia esta canal desde el restaurante que un día había en lo más alto de Montserrat. ¡Aún hoy se ven algunos!
La ferrata es de grado K4, y no me extraña porque hay secciones bastante pulidas dónde, para no tocar la línea de vida, hay que aplicarse. El ambiente está asegurado, con buenas vistas tanto hacia el Pirineo como hacia el resto de Montserrat.
En el último escollo, una amplia chimenea, es fácil que se forme algo de cola, sin embargo incluso contemplar como los demás negocian ese tramo hace de la Teresina una ferrata muy disfrutona.
En la cumbre hicimos el bocata y las fotos de rigor, y gracias a Dani no bajamos al monasterio por el camino de Los Franceses. Todos, excepto Dani, nos pasamos el punto donde sale el senderito para coger la Canal del Mejillón. Este punto es, tal y como subes los últimos tramos de escaleras hasta Sant Jeroni, justo a la derecha donde empieza el pasamanos que llega hasta la cima.
La Canal del Mejillón requiere prestar atención a las piedras sueltas, especialmente en las secciones superiores. Nosotros hicimos, si no recuerdo mal, cinco rapels, y destrepamos el resto, ya que la canal está equipada para ser ascendida.
Al final de la canal pasamos por delante del inicio de la Teresina, y desde allí en unos minutos nos plantamos en Santa Cecília, donde unos cuantos nos despedimos.
El resto, para no romper la tradición, paramos en el bar La Roca de Monistrol a reponer fuerzas mientras comentábamos la jugada, que había salido perfecta.
Pd Gracias a los compis por compartir fotos y cámara. ¡Yo me olvidé la mía!
¡Si la Teresina llega ahora hasta Sant Jeroni, yo quiero hacerla!
Cuando el Picazo abrió la Teresina, hace 20 años, ésta subía hasta la aguja de Santa Cecília, y el descenso era por la misma ruta. En aquellos años no existían los disipadores como los conocemos hoy, ni la regla de que no debes usar el cable de vida para traccionar. La ferrata fué toda una novedad, de hecho la primera en España. Prácticamente todos los que practicábamos la escalada fuimos a hacerla.
Así, cuando hace unas semanas Dani, incansable organizador de salidas, mencionó esta ferrata, rápidamente me apunté.
Y es que para mi la Teresina es algo más que una ferrata. Me quedó claro cuando en uno de los tramos finales un miembro de un grupo de tres que nos adelantó por un atajo (sendero) refunfuñaba diciendo que era un rollo porque tenía muchos tramos caminando. Un minuto antes, Cristian y yo comentábamos lo mucho que nos estaba gustando, y lo intrépidos que también fueron los que abrieron el segundo tramo de la ferrata (a partir de la aguja de Santa Cecília), que incluye un caminito colgado en mitad de la cara norte de Montserrat con unas vistas impresionantes.
Cada persona vive la misma actividad de una manera diferente, aunque vayan por el mismo sitio en el mismo momento.
Esta vez éramos un grupo de siete. El plan era subir a Sant Jeroni por la Teresina y bajar por la Canal del Mejillón, nombre acuñado gracias, o por desgracia, a las conchas de mejillones que se tiraban hacia esta canal desde el restaurante que un día había en lo más alto de Montserrat. ¡Aún hoy se ven algunos!
La ferrata es de grado K4, y no me extraña porque hay secciones bastante pulidas dónde, para no tocar la línea de vida, hay que aplicarse. El ambiente está asegurado, con buenas vistas tanto hacia el Pirineo como hacia el resto de Montserrat.
En el último escollo, una amplia chimenea, es fácil que se forme algo de cola, sin embargo incluso contemplar como los demás negocian ese tramo hace de la Teresina una ferrata muy disfrutona.
En la cumbre hicimos el bocata y las fotos de rigor, y gracias a Dani no bajamos al monasterio por el camino de Los Franceses. Todos, excepto Dani, nos pasamos el punto donde sale el senderito para coger la Canal del Mejillón. Este punto es, tal y como subes los últimos tramos de escaleras hasta Sant Jeroni, justo a la derecha donde empieza el pasamanos que llega hasta la cima.
La Canal del Mejillón requiere prestar atención a las piedras sueltas, especialmente en las secciones superiores. Nosotros hicimos, si no recuerdo mal, cinco rapels, y destrepamos el resto, ya que la canal está equipada para ser ascendida.
Al final de la canal pasamos por delante del inicio de la Teresina, y desde allí en unos minutos nos plantamos en Santa Cecília, donde unos cuantos nos despedimos.
El resto, para no romper la tradición, paramos en el bar La Roca de Monistrol a reponer fuerzas mientras comentábamos la jugada, que había salido perfecta.
Pd Gracias a los compis por compartir fotos y cámara. ¡Yo me olvidé la mía!
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Ubicación:
Santa Cecilia, Barcelona, Spain
8 mar 2014
Vía ferrata Cágate lorito
De vez en cuando hago alguna ferrata, pero no es una modalidad que me atraiga tanto como hacer montaña o escalar. El día que Dani propuso ir a una ferrata que no nos dejaría indiferentes, no tenía ni idea de a qué se refería.
Después de ver que la Cágate lorito se encuentra en la bonita zona de Sant Llorenç de Montgai, que a las ferratas las catalogan por su nivel de dificultad y que con un K6 ésta se convierte en una de las mas difíciles de España, y también muchos comentarios de gente que no había logrado hacerla sin colgarse de la línea de vida, me picó la curiosidad, y mucho.
Por fin llegó el día D. Cristian, Eva, Dani y yo hicimos la corta aproximación en unos veinte minutos. El día era magnífico.
Mi primera impresión al ver el paño de pared por donde transcurre la ferrata que, a diferencia de la mayoría, cuando llegas arriba la puedes descender por un itinerario diferente pero paralelo al de subida, fue que había demasiados hierros.
Sin embargo, después de hacerla tengo que felicitar a sus creadores. Está super bien montada, es tremendamente divertida, han escogido un paño de pared donde la roca es lo suficientemente buena para montar una ferrata pero no lo suficiente como para abrir vias de escalada. En mi opinión, un acierto en todos los sentidos.
Desafortunadamente, Dani salía de un gripazo. Tras haber negociado el primer tramo no se encontraba del todo bien, y decidió retirarse. El resto seguimos, resolviendo los diferentes rompecabezas, y rompebrazos!, que ofrece la ruta, hasta que llegamos al famoso lorito.
Habiendo leído que el descenso es también muy exigente, hicimos una buena parada arriba, desde donde si se desea se puede abandonar caminando, y con la curiosidad por las nubes comenzamos el descenso.
Mientras que la subida es muy atlética, el descenso requiere menos físico, pero mucho mas coco! En conjunto, es una ferrata completísima con desplomes, travesías, pinchos, puente colgante, dos péndulos, tirolina, boulder, barras colgadas, una escalera colgada, y hasta una barra de bomberos!
Sin duda, una ferrata que no dejará indiferente a nadie!
Después de ver que la Cágate lorito se encuentra en la bonita zona de Sant Llorenç de Montgai, que a las ferratas las catalogan por su nivel de dificultad y que con un K6 ésta se convierte en una de las mas difíciles de España, y también muchos comentarios de gente que no había logrado hacerla sin colgarse de la línea de vida, me picó la curiosidad, y mucho.
Por fin llegó el día D. Cristian, Eva, Dani y yo hicimos la corta aproximación en unos veinte minutos. El día era magnífico.
Mi primera impresión al ver el paño de pared por donde transcurre la ferrata que, a diferencia de la mayoría, cuando llegas arriba la puedes descender por un itinerario diferente pero paralelo al de subida, fue que había demasiados hierros.
Sin embargo, después de hacerla tengo que felicitar a sus creadores. Está super bien montada, es tremendamente divertida, han escogido un paño de pared donde la roca es lo suficientemente buena para montar una ferrata pero no lo suficiente como para abrir vias de escalada. En mi opinión, un acierto en todos los sentidos.
Desafortunadamente, Dani salía de un gripazo. Tras haber negociado el primer tramo no se encontraba del todo bien, y decidió retirarse. El resto seguimos, resolviendo los diferentes rompecabezas, y rompebrazos!, que ofrece la ruta, hasta que llegamos al famoso lorito.
Habiendo leído que el descenso es también muy exigente, hicimos una buena parada arriba, desde donde si se desea se puede abandonar caminando, y con la curiosidad por las nubes comenzamos el descenso.
Mientras que la subida es muy atlética, el descenso requiere menos físico, pero mucho mas coco! En conjunto, es una ferrata completísima con desplomes, travesías, pinchos, puente colgante, dos péndulos, tirolina, boulder, barras colgadas, una escalera colgada, y hasta una barra de bomberos!
Sin duda, una ferrata que no dejará indiferente a nadie!
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Ubicación:
Sant Llorenç de Montgai, Lleida, Spain
8 ago 2013
Vía ferrata de Obarra
Aprovechando que estaba por el Pirineo (ver post anterior) me fuí a ver a Miguel unos días. Un amigo suyo, Xavi, estaba también por el valle de Benasque con la familia, y quedamos para hacer la vía ferrata de Obarra, que por algún motivo que desconozco, le llaman Croqueta.
[edito] para agradecer el comentario aclarando que la ferrata se llama Ferrata de Obarra, y sube a la aguja de la Croqueta.
En un día espectacular, el comando Croqueta se reunió en el aparcamiento al lado del túnel donde empieza la ferrata.
El comando lo compondría un servidor delante para taponar a Albert, quien parece ser, y pronto ví que tenían razón, es capaz de hacer una ferrata de 3 o 4 horas en 15 o 20 minutos. Detrás de Albert iría Marise, su guapa e intrépida madre. A continuación Ari, que a sus 11 añitos me dejó absolutamente impresionado con como subió. Elegancia y seguridad me viene a la cabeza. Su padre Xavi iría detrás, también haciendo de paparazzi como yo, y babeando de tanto en tanto viendo como Ari negociaba los pasitos más exigentes. Cerrando el comando estaría Miguel, que en algunas fotos veis estirándose porque de lo contrario no iba a chupar mucha cámara.
En alguna reseña he visto que hablan de dejar un segundo coche en algun otro punto para hacer el regreso, sin embargo creo que no es para nada necesario. La bajada es evidente, pasando por el pueblito de Ballabriga, y además te da la oportunidad de ir comentando las pequeñas anécdotas que sin duda surgen mientras haces una ferrata de esta longitud, con tres puentes colgantes, uno de ellos con un solo cable para poner los pies. Tranquila, Marise, no mencionaré que en ese puente el comando tuvo un momentazo cuando dijiste que te negabas a pasar!
Toda la ferrata está super bien equipada, incluso con descuelgues de dos argollas por si se quiere deshacer rapelando. Rápidamente se coje bastante patio, y tiene tramos verticales donde se convierte en muy aérea y espectacular. Los puentes son bien divertidos, y el único punto que hay que recordar durante todo el recorrido es la posible caida de piedras. Por ejemplo, tras un primer tramo hay unos metros en que se sigue un senderito, para entonces afrontar un tramo bastante vertical. Antes de llegar a esta vertical nosotros nos esperamos a que una pareja que iba por delante salieran, ya que alguna piedra iban tirando.
¿Y que más os voy a contar que no veais en las fotos? Albert se pasó todo el rato haciendo poses cuando veía que yo iba a tirar una foto, como si estuviera escalando un extraplomo de 8b, y decía... Venga, una para el perfil de facebook!
Todo fueron risas y más risas, y la cervecita nos la fuimos a tomar al precioso pueblo de Roda de Isábena.
[edito] para agradecer el comentario aclarando que la ferrata se llama Ferrata de Obarra, y sube a la aguja de la Croqueta.
En un día espectacular, el comando Croqueta se reunió en el aparcamiento al lado del túnel donde empieza la ferrata.
El comando lo compondría un servidor delante para taponar a Albert, quien parece ser, y pronto ví que tenían razón, es capaz de hacer una ferrata de 3 o 4 horas en 15 o 20 minutos. Detrás de Albert iría Marise, su guapa e intrépida madre. A continuación Ari, que a sus 11 añitos me dejó absolutamente impresionado con como subió. Elegancia y seguridad me viene a la cabeza. Su padre Xavi iría detrás, también haciendo de paparazzi como yo, y babeando de tanto en tanto viendo como Ari negociaba los pasitos más exigentes. Cerrando el comando estaría Miguel, que en algunas fotos veis estirándose porque de lo contrario no iba a chupar mucha cámara.
En alguna reseña he visto que hablan de dejar un segundo coche en algun otro punto para hacer el regreso, sin embargo creo que no es para nada necesario. La bajada es evidente, pasando por el pueblito de Ballabriga, y además te da la oportunidad de ir comentando las pequeñas anécdotas que sin duda surgen mientras haces una ferrata de esta longitud, con tres puentes colgantes, uno de ellos con un solo cable para poner los pies. Tranquila, Marise, no mencionaré que en ese puente el comando tuvo un momentazo cuando dijiste que te negabas a pasar!
Toda la ferrata está super bien equipada, incluso con descuelgues de dos argollas por si se quiere deshacer rapelando. Rápidamente se coje bastante patio, y tiene tramos verticales donde se convierte en muy aérea y espectacular. Los puentes son bien divertidos, y el único punto que hay que recordar durante todo el recorrido es la posible caida de piedras. Por ejemplo, tras un primer tramo hay unos metros en que se sigue un senderito, para entonces afrontar un tramo bastante vertical. Antes de llegar a esta vertical nosotros nos esperamos a que una pareja que iba por delante salieran, ya que alguna piedra iban tirando.
¿Y que más os voy a contar que no veais en las fotos? Albert se pasó todo el rato haciendo poses cuando veía que yo iba a tirar una foto, como si estuviera escalando un extraplomo de 8b, y decía... Venga, una para el perfil de facebook!
Todo fueron risas y más risas, y la cervecita nos la fuimos a tomar al precioso pueblo de Roda de Isábena.
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Ubicación:
Ferrata de Obarra, Huesca, Spain
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