Han pasado ya casi 2 meses, lo cierto es que me demoré mucho, no era la intención, pero en ocasiones me organizo raro.
Era un 19 de diciembre, Madrid estaba frío y la gripe acechaba en cada esquina, pero yo tenía el plan perfecto para aquella noche.
Llevé a mi hermana preferida, preferida por ser la única y preferida porque no podría imaginar ninguna mejor.
Al entrar busqué sin encontrar, desde luego era el sitio y casi la hora. La barra, pequeña, estaba llena y nos sentamos en una mesa de la esquina, sin molestar, mirando hacia donde estaba todo preparado y donde tantas tardes de gintonic arreglando el mundo malrecuerdo.
Durante unos instantes tuve la sensación de haberme colado en una fiesta privada en la que no conocía a nadie, solo me mantenía la certeza de que nadie hace tantos kilómetros para faltar a una cita.
Con la primera cerveza se abrió la puerta y entró, azorado por el retraso, pero no podía dejar pasar la oportunidad de captar las imágenes del evento, perfectamente comprensible para mi, que paso el día retratando momentos.
Cuando comenzó a hablarnos, suave, dulce... sentí que ese, desde luego, era el sitio donde debía estar, que tenía invitación y que no me sacarían a puntapiés los de seguridad.
Las presentadores describieron de un modo hermoso lo que todos los que estábamos allí, de algún modo ya sabíamos.
Era un 19 de diciembre, Madrid estaba frío y la gripe acechaba en cada esquina, pero yo tenía el plan perfecto para aquella noche.
Llevé a mi hermana preferida, preferida por ser la única y preferida porque no podría imaginar ninguna mejor.
Al entrar busqué sin encontrar, desde luego era el sitio y casi la hora. La barra, pequeña, estaba llena y nos sentamos en una mesa de la esquina, sin molestar, mirando hacia donde estaba todo preparado y donde tantas tardes de gintonic arreglando el mundo malrecuerdo.
Durante unos instantes tuve la sensación de haberme colado en una fiesta privada en la que no conocía a nadie, solo me mantenía la certeza de que nadie hace tantos kilómetros para faltar a una cita.
Con la primera cerveza se abrió la puerta y entró, azorado por el retraso, pero no podía dejar pasar la oportunidad de captar las imágenes del evento, perfectamente comprensible para mi, que paso el día retratando momentos.
Cuando comenzó a hablarnos, suave, dulce... sentí que ese, desde luego, era el sitio donde debía estar, que tenía invitación y que no me sacarían a puntapiés los de seguridad.
Las presentadores describieron de un modo hermoso lo que todos los que estábamos allí, de algún modo ya sabíamos.
Entonces nos habló de la comodidad de lo sólido, pero no del libro, nos habló del concepto, de su experiencia, de su necesidad de superarlo. En ese momento fue cuando, por un lado temí que dejase de prodigarse definitivamente en estos espacios, y por otro descubrí otra forma de admirarlo.
El evento fue emotivo, tierno, donde los mas osados leyeron aquellas entradas por él elegidas, y que el resto reconocíamos con una sonrisa.
Me quedé sin foto Humberto, me quedé sin ella fruto de un compromiso fraternal, mojado con margaritas, previamente adquirido, ya lo siento.
Me demoré mucho, pero no se me ocurre mejor momento que una tarde lluviosa de domingo con noche de Goyas, ambientada con músicas más propias de vinilo y acompañada de café, quizás demasiado pero un día es un día.
El evento fue emotivo, tierno, donde los mas osados leyeron aquellas entradas por él elegidas, y que el resto reconocíamos con una sonrisa.
Me quedé sin foto Humberto, me quedé sin ella fruto de un compromiso fraternal, mojado con margaritas, previamente adquirido, ya lo siento.
Me demoré mucho, pero no se me ocurre mejor momento que una tarde lluviosa de domingo con noche de Goyas, ambientada con músicas más propias de vinilo y acompañada de café, quizás demasiado pero un día es un día.
Enhorabuena por este magnífico trabajo que nos hace disfrutar tanto, y que se ha convertido en parte de mi mesilla de noche, para leerlo desordenado, eso no puedo evitarlo, siempre que así se me antoja.
Gracias por el esfuerzo de entregárnoslo en persona.