Los mas leídos...cada uno sus motivos

Mostrando entradas con la etiqueta encuentros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta encuentros. Mostrar todas las entradas

martes, 14 de enero de 2014

Motivos: Libros sin "pre-historias"

Hace pocos meses, días antes de su lamentable cierre y gracias al genial consejo de alguien a quien sigo por aquí, tuve la suerte de chusmear en las estanterías de una librería maravillosa de Barcelona. 
Barcelona, noviembre 2013
Era uno de esos sitios mágicos que hacen que disfrutes durante horas mirando y rebuscando en su desordenado “orden”, donde no existe lógica alfabética por autor o nombre, y donde la suerte de colocar los ojos en el lugar preciso y en el momento adecuado hace que encuentres aquello que sin buscarlo era exactamente lo que querías , y el no ponerlos te deja con la sensación de que tienes que volver, porque no hay duda de que está ahí, convirtiéndose en misión ineludible dar con él, como si del amante perfecto se tratase.
A escasas horas de volver a esta ciudad, esta vez con excusa laboral ampliada por mi inevitable necesidad, me asusta pensar lo que pueda encontrar en su lugar si a mis pasos les da por dirigirse hacia allí.
Barcelona, noviembre 2013
De mi visita salió un libro. ¿Los motivos?  Los motivos fueron que por alguna razón captó mis ojos, un ex-libris personalizado del que debía ser su anterior dueño, cuya vida me produjo en el acto una inevitable curiosidad, y una primera frase que lo mantuvo pegado a mi mano irremediablemente. No necesité más, tenía que comprarlo, y no entendí que unos días más tarde, un amigo se mofara de mis motivos llamándome, con cariño, raruna. Raruna…, vaya, menos mal que no le conté que me gusta olerlos. Es curioso, siempre pensé que todos teníamos motivos de esos que, como bien decía Pascal, la razón no entiende, y que se asumían como "pseudoracionales", ya que no en vano en demasiadas ocasiones son, al menos para mí, determinantes en la decisión. Sin embargo, como viene siendo más habitual de lo que me hubiese gustado, vuelvo a encontrar que, lo que considero común a la mayoría, no es más que una mera opinión entre, como diría un grande, más de 100 motivos. 
Bien pues,...motivos..., motivos de esos que a priori a nadie interesan y que de algún modo despiertan mi curiosidad..., motivos como ¿Qué nos mueve a comprar libros de los que no tenemos más referencia que ese primer instinto de cogerlo de la estantería? 
Mi muestra es seguro, una selección  nada válida para un sociólogo que se precie, pero a mí me vale por el respeto que profeso a los que consulté y por ese curioseo poco ortodoxo que buscaba cuando recibí sus respuestas.
Es curioso cómo, sin mirar sus nombres hubiese podido averiguar de quien era cada una de ellas. También es curiosa la asunción por parte de la mayoría de que últimamente ya no compra libros sin referencia, son malos tiempos para algo mas que para la lírica. 
En cualquier caso aquí dejo, agrupados pero sin tratar para respetar su frescura, esos motivos que los mueven cuando osan comprar libros sin “pre-historias”:

- Formato: “Letra grande”, “calidad de la impresión”, "que no sea demasiado grande, no me gustan los libros mazacotes, me resultan pesados antes de empezar…”. “Líneas ni muy separadas ni muy juntas”

- Editorial y edición: “yo era fan de  "S_____" tuve una temporada que me compraba uno al mes”, “el número de edición o una buena traducción”.

Portada: “portada llamativa, con un buen diseño” (muy recurrente), “Portadas con foto triste... gris nube, viento, libertad, cadenas, amor, te quiero, sexo… o portada naranja girasol o portada que diga... Neruda o Camus o Cortazar o…”

- El título: “Los grandes títulos que no he leído”. “Un título de impacto”. “Títulos con palabras que identifique con mi momento”. “Títulos graciosos”.

- El autor:Que sea un escritor de moda”. “Que ya haya leído algo suyo”.

- Colocación en la tienda:muy visible en la tienda o en el escaparate”; “que tenga un cartel de Best Seller”, o por el contrario “que no sea un Best Seller”

- Leer algoPrólogo o sinopsis:”Si me llena lo que leo es mío, es una manía, un pellizco” Aunque también están los que opinan: “Ah, las sinopsis intento no leerlas porque muchas veces son como los trailers,  te destripan la peli”.  
Leer  unas páginas al azar: “que sea hermoso o fresco de leer”.  “Que no tengan muchos datos y poca literatura, para eso cojo una enciclopedia”

Por temas: “Me compro de forma impulsiva tratados de psicología”, “Novela histórica”, “Clásicos”, “Novela asiática, especialmente china o japonesa”.

- Estado de ánimo:“compré "-----" en un buen momento pero luego pasé una racha enfadada con el mundo y lo tuve que dejar a medias. El puto libro me sacaba de quicio!!!”; “ En rachas raras me apetece leer novela negra, de crímenes, libros tenebrosos",  tengo los clásicos de desamorCreo que si los colocase por orden cronológico de compra sabría quién me rompió el corazón en cada libro”

Estos son sus/nuestros motivos, solo me queda dar las gracias a los que aportaron su granito y decir que me encantaría, si tenéis a bien, saber que os hace dar la oportunidad a un libro del que no sabéis.



miércoles, 26 de junio de 2013

Una cara "amiga"

Me gustan los aeropuertos, es de los pocos sitios donde no me importa esperar, con medida claro. Cinco horas por huelgas sin certeza de partir o aquellas interminables esperas, cuando una compañía abocada a la quiebra unificaba vuelos y convertía mis ansiados Madrid - Barcelona en algo más propio de un Madrid - Buenos Aires, no me agradan nada.
Pero si es razonable, reconozco cierto disfrute en los pasillos de esta especie de delegación de la ONU donde se comparte aire, asientos, intenciones y en muchos casos ilusiones. Me gusta mirar, observo con la curiosidad y el descaro de un niño, osadía que me permito por lo fugaz de los momentos.
Sonrío al tipo que facturó delante de mí y que casi se lleva por error mi bolsa, esos dos segundos de confusión nos han convertido en algo así como la cara amiga, cruzando miradas y compartiendo simpatía antes de despedirnos para siempre cuando cada uno siga su rumbo.
Pienso que tiene una bonita sonrisa que despliega ladeando la cabeza al paso de la imponente rubia de piernas infinitas que cruza delante de nuestras miradas. Anda un poco raro, como una de esas máquinas con cabeza y patas que recorrían la luna de Endor en El Retoro del Jedi. Los tacones más altos jamás calzados son los culpables de que las rodillas se doblen dando ese aspecto extraño. “No sé cómo puede sostenerse...'' murmura mirándome (cara amiga). Me limito a sonreír y levantar las cejas, mientras miro mis sandalias planas y siento lo que debe ser un leve pellizco de admiración y envidia hacia esas magnificas piernas y la destreza al manejar los tacones. Nadie las quita ojo, solo mi cara amiga que vuelve a sonreírme y regresa a su revista.
Tras el embarque le pierdo la pista, hasta aquí ha llegado nuestra fugaz relación, pienso mientras extiendo mis desvaríos a aquellas personas con las que he tenido algún tipo de acercamiento fugaz, espontáneo, raro o atípico. He intentado, sin mucho éxito recordar a algunas de ellas. Seguía madejando estos pensamientos cuando tomamos tierra.
“Uuff qué calor!”, volví a sonreír, mi cara amiga se situaba a mi lado en el autobús que acerca a la terminal. No sé muy bien por qué me alegré enormemente de volver a verlo. “Sí”, respondí, “pero aquí no hay playa a la que ir”...típicas conversaciones de ascensor, de tiempos o espacios cortos... Mientras esperábamos el equipaje, comentamos lo rápido que fue el vuelo y lo mucho que en proporción tardaban las maletas...era una conversación relajada, amable y cálida. “Por fin...esa es la mía”, me ayudó a bajarla de la cinta y nos quedamos en una extraña quietud mientras me preparaba para salir. “Bueno, espero que la tuya no tarde”, sonrisa, “sí, yo también”, sonrisa,...silencio...doble sonrisa...”bueno, adiós”...sonrisa...”adiós”...
No miré más hacia atrás, ese sí era el final. Mi cara amiga no volvería a sonreírme, al menos no esta.
Mientras recorro los pasillos buscando la salida pienso en la curiosa necesidad de relacionarnos, de tener un amable aliado, aunque solo sea para unos minutos, alguien que nos sirva de referencia, como un sutil punto de apoyo. Entonces veo a mi hermano con aspecto despistado esperando y claro,sonrío.

martes, 26 de febrero de 2013

Intenso

Siempre que voy a Barcelona lo limitó a un par de días o tres y siempre vuelvo con la impresión de que debería haber ido por más tiempo.
En esta ocasión me llevo haber podido dedicar tiempo a amigos a los que en demasiadas ocasiones me perdí en el pasado.
Por otro lado también me traigo haber disfrutado de una noche surrealista que comenzó escuchando a Sabina en un bar canalla de la calle Aribau, calle recurrente estos días. Ponía la voz un desconocido-conocido por compartir afición y que fue tan amable de dedicarme una canción. No quería pasarlo por alto ni olvidar agradecerle el buen rato que pasé. Después ya no había otra que acabar muy tarde y con una afonía importante para un domingo de resaca que no permitía tirarse sofá, había que tirarse a la filosofía en aquel que es el mejor turco de Barcelona, según ellas, las que son capaces de relacionar a Aristóteles con Kubrick. Hacen de una conversación lo más interesante, pasional, intenso y revelador, eso si con toques de frivolidad recurrentes que la convierten en realmente divertida, perfecta, y mojada de buen caldo que favorece el ingenio e iguala la capacidad de abstracción.
 Vuelvo con la sensación de haber aprovechado al máximo y sin embargo, como a menudo me ocurre cuando vuelvo de viaje, siento cierta nostalgia, como si algo por dentro se rebelase al retorno. Supongo que el cansancio no ayuda...supongo...