- Porque somos diferentes, debemos ser tratadas como iguales
- La violencia nunca es un medio
- La violencia nunca es un fin
- Dialoga ¡es bueno para la salud!
- La empatía es una habilidad que te permite ver con los ojos del otro ¡ejercítala!
martes, 14 de octubre de 2008
CINCO PASOS A SEGUIR
jueves, 9 de octubre de 2008
DÉJAME SER PERSONA...
Vístete de cordura
adorna mis carnes con suaves tules
tus manos la seda que acaricie mi piel
haz que sienta el orgullo de ser mujer
desnuda mi alma como desnudas mi cuerpo
Suelta las cadenas que me atan a ti
solo en libertad podré amar
aleja de mi el látigo de tus palabras
desata los nudos que sujetan mis pies
Ponme alas y volaré alto
aparta las barreras que has forjado
olvida los celos que anidan en tu mente obtusa
defiende tu postura con palabras
Seca mis lágrimas con justicia
acaba con mis dudas con respuestas
tratame como a un igual
déjame ser PERSONA...
Cada gota de sangre derramada, cada lágrima robada, cada hueso roto, cada morado, cada losa puesta en una tumba, cada injusticia, es culpa del maltratad@r, pero también tenemos, los demás, algo de responsabilidad, si no actuamos de alguna manera; denunciando, gritando, ayudando, colaborando...
MALTRATO, DISCRIMINACIÓN
Racismo, xenofobia, machismo... tantas y tantas injusticias...
GRACIAS Y BESOS
Silvia,"Paseando por Terra"
domingo, 5 de octubre de 2008
La misma historia de siempre
Fuera llovía, por eso retrasaba el momento de salir de la oficina e irse a su casa. Le daba demasiada pereza salir al frío y tenía la mojadura asegurada.
Esta semana había sido realmente dificíl. No dejaba de llamarla, de acosarla, de amenazarla con robarle la vida si no volvía a su lado. La misma historia de siempre. Había caído varias veces en sus trampas, en sus promesas de no volver a hacerla daño. Pero ahora había aprendido la lección, era una mujer fuerte e independiente y no volvería jamás a los brazos de aquella persona que había intentado matarla a golpes en más de una ocasión.
Por fin se decidió a emprender el camino a casa. Cerró el portal de la oficina y se dirigió a la parada del autobús más cercana. Oyó unos pasos e instintivamente aceleró los suyos. Cuando acabaría ese horror? El semáforo estaba en rojo, pero no tenía tiempo para comprobar si venía algún vehículo. Cuando oyó la bocina del camión y el frenazo de sus ruedas, supo que aquello había acabado. Giró su cabeza y vió un gran charco de sangre tiñendo el blanco del paso de cebra.
Podéis ver esta entrada, con sus comentarios, en mi blog.
sábado, 27 de septiembre de 2008
Chantaje emocional
Sus lágrimas no lograrían esta vez convencerl@, pues sus lágrimas son puro atrezo y por fin lo sabe. Son opacas y le ciegan. No le dejan ver a su pareja, no le dejan ver que no sólo no la ama, sino que lo único que pretende es conservar lo que cree que es suyo.
Sus lágrimas no son más que llamadas de atención. Nunca, propósitos de enmienda.
Son lágrimas inmaduras, lágrimas que vencen nuestra estima, pues la postergamos. Se valen, pues, de la bondad de quien las observa, y que relega entonces su bienestar a las presuntas obligaciones. Es su instinto el que se impone.
Sólo entonces, disfrazados de cachorros indefensos, l@s violent@s apelan al "sin ti no soy nada", al "te necesito", al "te quiero". Y aquel "no volverá a suceder", tiene un terrible trasfondo. Y, pese a ello, pese a que es hediondo, somos incapaces de detectarlo. Estamos tan acostumbrad@s a una convivencia tan insalubre que los besos, que saben a agua de cloaca, nos parecen extraordinarios, y creemos que lo que nos sorprende o nos eleva es el sentimiento, pese a que a éste le mataron con tanto menoscabo. Lo que nos desarma, realmente, es la infrecuencia que creemos entonces derrotada.
Pero un día, UN BUEN DÍA, ese chantaje emocional pierde su fuerza. El instinto es superado por la razón y las lágrimas de atrezo ya no logran su propósito.
UN BUEN DÍA, las lágrimas ya no le convencieron y UN BUEN DÍA DECIDIÓ, POR FIN, RETOMAR LAS RIENDAS DE SU VIDA.
Sus lágrimas no son más que llamadas de atención. Nunca, propósitos de enmienda.
Son lágrimas inmaduras, lágrimas que vencen nuestra estima, pues la postergamos. Se valen, pues, de la bondad de quien las observa, y que relega entonces su bienestar a las presuntas obligaciones. Es su instinto el que se impone.
Sólo entonces, disfrazados de cachorros indefensos, l@s violent@s apelan al "sin ti no soy nada", al "te necesito", al "te quiero". Y aquel "no volverá a suceder", tiene un terrible trasfondo. Y, pese a ello, pese a que es hediondo, somos incapaces de detectarlo. Estamos tan acostumbrad@s a una convivencia tan insalubre que los besos, que saben a agua de cloaca, nos parecen extraordinarios, y creemos que lo que nos sorprende o nos eleva es el sentimiento, pese a que a éste le mataron con tanto menoscabo. Lo que nos desarma, realmente, es la infrecuencia que creemos entonces derrotada.
Pero un día, UN BUEN DÍA, ese chantaje emocional pierde su fuerza. El instinto es superado por la razón y las lágrimas de atrezo ya no logran su propósito.
UN BUEN DÍA, las lágrimas ya no le convencieron y UN BUEN DÍA DECIDIÓ, POR FIN, RETOMAR LAS RIENDAS DE SU VIDA.
lunes, 22 de septiembre de 2008
Una nueva vida...
No se si algún día lo quise, francamento ya no lo recuerdo. Su sola presencia me produce repulsión y malestar, no soporto que me toque. Me siento atrapada en una vida que odio, quiero huir, necesito huir.
Hace tiempo sus desprecios e insultos me provocaban amargura y tristeza, sin embargo ahora solo siento frío, mucho frio... Pero, no sé a donde ir, ha conseguido borrar y anular todo rastro de mi vida anterior. Me ha separado de mis amigas, de mi trabajo e incluso de mi familia, para ir vaciandome poco a poco, hasta dejarme completamente hueca. Aun así tengo que escapar, debe ser hoy, ahora mismo, antes de que el vuelva, sino tal vez mañana no me atreva.
Recojo mis cosas apresuradamente, que van almacenadose desordenadamente en el maletero de mi coche. Estoy muy nerviosa, tengo miedo de que por un infortunio del destino llegue mas temprano que de costumbre y me sorprenda. El corazón me late de forma acelerada, y amenaza con salirseme del pecho. Corro de un lado a otro, incapaz de poner en orden mis pensamientos. Tengo miedo, pero al mismo tiempo me siento eufórica, por salir por fin de ese infierno que ha dominado mi vida durante los últimos años.
Me subo en mi coche, no hay nadie fuera, pero, aun así pongo el seguro. Después arranco a toda velocidad. Ni siquiera me molesto en mirar por el espejo retrovisor las cuatro paredes, que han sido mi prisión todo este tiempo. A mediada que me alejo, mis nervios van relajandose, por primera vez en años me siento realmente feliz y libre...
Me he ido para no volver, esta vez no hay marcha atrás, de nada servirá que me llame ofreciendome mil promesas que nunca cumple, no me importan sus amenazas, hoy he retomado las riendas de mi vida, ahora decido yo.
Fue justo en este momento cuando empecé a vivir de nuevo, el primer paso para convertirme en la mujer libre e independiente que soy hoy. ¿ficción? no, la realidad siempre la supera...
Hace tiempo sus desprecios e insultos me provocaban amargura y tristeza, sin embargo ahora solo siento frío, mucho frio... Pero, no sé a donde ir, ha conseguido borrar y anular todo rastro de mi vida anterior. Me ha separado de mis amigas, de mi trabajo e incluso de mi familia, para ir vaciandome poco a poco, hasta dejarme completamente hueca. Aun así tengo que escapar, debe ser hoy, ahora mismo, antes de que el vuelva, sino tal vez mañana no me atreva.
Recojo mis cosas apresuradamente, que van almacenadose desordenadamente en el maletero de mi coche. Estoy muy nerviosa, tengo miedo de que por un infortunio del destino llegue mas temprano que de costumbre y me sorprenda. El corazón me late de forma acelerada, y amenaza con salirseme del pecho. Corro de un lado a otro, incapaz de poner en orden mis pensamientos. Tengo miedo, pero al mismo tiempo me siento eufórica, por salir por fin de ese infierno que ha dominado mi vida durante los últimos años.
Me subo en mi coche, no hay nadie fuera, pero, aun así pongo el seguro. Después arranco a toda velocidad. Ni siquiera me molesto en mirar por el espejo retrovisor las cuatro paredes, que han sido mi prisión todo este tiempo. A mediada que me alejo, mis nervios van relajandose, por primera vez en años me siento realmente feliz y libre...
Me he ido para no volver, esta vez no hay marcha atrás, de nada servirá que me llame ofreciendome mil promesas que nunca cumple, no me importan sus amenazas, hoy he retomado las riendas de mi vida, ahora decido yo.
Fue justo en este momento cuando empecé a vivir de nuevo, el primer paso para convertirme en la mujer libre e independiente que soy hoy. ¿ficción? no, la realidad siempre la supera...
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