En Enero del 2018, una mujer decidió trabajar en un buque oceanográfico, el García del Cid.
Carmen tuvo la osadía de solicitar allí un trabajo de camarera, olvidando que un buque, es un lugar de hombres, para hombres.
Apenas habían pasado unos meses cuando fue violada por un compañero, a continuación, el resto de la tripulación en vez de enfrentarse al agresor fue desacreditada por ellos con sus mensajitos de WhatsApp.
Los actos, de los cobardes.
El agresor de Carmen continuó durante un año acosándola para mantener relaciones con ella e intentando superar el miedo, la baja autoestima y el sentimiento de culpa, como nos dicen las instituciones : hay que denunciar…y hacer de tripas corazón.
Carmen denunció a su compañero, ante sus superiores, que no hicieron nada.
Entonces cursó la denuncia al
Consejo Superior de Investigaciones
científicas.(CSIC)
La denuncia se archivó, el agresor continuó trabajando y ella tuvo una baja médica muy prolongada.
En el verano del 2023, la llamaron para reincorporarse a su trabajo, según el informe medico ya estaba en disposición de hacerlo, pero tanto ella como su familia insistieron en que no la envíen al buque “García del Cid” ya que allí seguía trabajando tranquilamente su agresor.
-No habría ni que insistir, la lógica dicta otras cosas.
A ella, la empresa le obligó a hacer un curso de prevención de acoso laboral.
No, no me he equivocado de
pronombre, ….a ELLA....junto a todos sus compañeros, incluido el violador.
EL CSIC la reincorpora en el mismo buque que su agresor y si somos capaces de ponernos en su piel, nos empiezan a temblar las piernas, a sudar las manos y a darnos una taquicardia…
Por supuesto que se encuentra con su agresor.
El día 10 de Septiembre del año 2023 se encuentra una nota de ella que dice:
“Nadie hace nada, si no me encontráis, es que me tiré por la borda”.
Hoy en día no se ha encontrado su cuerpo.