Premier League y Manchester United han ido unidos de la mano casi en su totalidad desde que la Premier es Premier. Con el cambio de nombre, patrocinadores y formato, allá en 1992, la Premier ha ganado año a año en prestigio, por su fútbol vistoso y por la acumulación de talento futbolístico en sus clubes gracias a jugosos acuerdos televisivos en gran parte. De las 19 Premier Leagues disputadas desde entonces, el United se ha hecho con 12 de ellas.
Hoy sin embargo se ha visto atropellado por el impredecible Manchester City, capaz de lo mejor y lo peor, que ha sacado a pasear su mejor cara en Old Trafford. 1-6 es el histórico correctivo que se han llevado los red devils tras 38 partidos oficiales seguidos sin perder en casa. Rompe así una racha deliciosa que se ha tornado amarga tras ver como el rival de la ciudad les vapuleaba de inicio a fin. Si bien la herida se ha hecho histórica tras quedarse con 10 el United y un tiempo de descuento de máxima pasividad de los de Ferguson, el resto de minutos habían dejado patente que mucho deben cambiar las cosas en los próximos meses si no quieren hincar la rodilla y cederles la corona de campeones a sus enemigos más cercanos.
Pero el dinero ha puesto tierra de por medio entre un histórico del pasado más presente y otro de uno más lejano. El primero no ha sabido reforzarse con los casi 100 millones que dejó Cristiano Ronaldo al abandonar Inglaterra; el segundo a cada nuevo golpe de talonario es más temible sobre la pizarra.
En el Manchester United este año han aterrizado Ashley Young, Phil Jones y De Gea, mientras que el año pasado lo hicieron Valencia y Chicharito. El coste de estos jugadores tiene una media de entre 15 y 20 millones de euros con lo que podemos decir que quedan amortizados así los 94 que dejó CR7. ¿Vale un jugador lo que cinco? Óbviamente no. ¿Pero es más determinante ese uno que los otros cinco juntos? La respuesta es sí. El United no ha sabido llenar el espacio que el luso dejó, ni con talento ni con acierto. El principal error es la creación, un auténtico desierto donde habitan Carrick, Fletcher, Park, Giggs y Anderson. Ninguno de estos jugadores es capaz de llevar el timón así como tampoco existe un perfil talentoso que enlace con Rooney y compañia en la delantera.
Mientras tanto, figuras de aquel United tricampeón entre 2006 i 2009 se han convertido en jugadores vulgares. Ni Ferdinand es el muro que fue, ni Scholes venía siendo hasta su retirada el centrocampista con llegada que era, ni Giggs el puñal que necesitaba el juego eléctrico y de transición del United. Apuestas como Anderson o Nani han naufragado en el peligroso océano de los cracks prematuros, que a tantos jóvenes talentos ha engullido. Si bien el portugués ha tenido excelentes partidos en los últimos años, siempre ha necesitado del buen juego de su equipo para lucirse, siendo incapaz de echarse el equipo a la espalda como hace el "veterano" Rooney.Un United desfigurado, por los seis arañazos del City de Mancini y por su falta de figuras en la plantilla, con un portaestandarte como es Wayne Rooney que mira a lado y lado en busca de un compañero con el que compartir esa pesada carga.
Redactor - Roger Llorens
