Se acabó lo bueno, vuelta al trabajo pero también vuelta a la pesca un poco más en serio de lo que hice en agosto, en que me dediqué básicamente a meter el gusanillo a las nuevas generaciones con bastante éxito. Mi hijo Leo pudo estrenarse con los chocos, y con los vinilos pequeños menudo estilo que tiene, ya le gustaría a muchos mayores que conozco........ para muestra....
Yo por mi parte hice algunas pescas variadas aunque centradas más bien en los abadejos pues las lubinas estaban desaparecidas los días que fui, cierto es que las condiciones no eran las adecuadas con mar como un plato y ambiente veraniego, pero también es verdad que en días asi alguna sorpresa me he llevado, aunque pocas.
La semana pasada en compañía de mi amigo Miguel, gran mosquero y pescador de salmón, fuimos una tarde a jigear un poco en busca de abadejos. De camino paramos un rato en unos bajos lubineros y Miguel tuvo la suerte de clavar una kilera en los primeros lances con el ultra eel, ninguna picada más, con el mar plato ya me parecía bastante. Al llegar al pesquero euipados de jigs de 100 grs y escabelas tuvimos la suerte de dar con unos cuantos abadejos incluyendo uno majo que nos hicieron pasar una tarde entretenida. Al volver parada de nuevo en el sitio de la lubina y picada buena al crazy eel de fiiish, una chopa kilera, que por lo que tiraba pensé que sería un robalito. La verdad es que este señuelo que el primer dia no me gustó nada cada vez me convence más y para lo poco que lo utilizo debo reconocer que da bastante pescado. Seguiré probando.
Este fin de semana tuve una tarde libre asi que volví a la carga, la cosa no pintaba bien pues el dia era como casi todos, muy veraniego. aún asi decidí ir a dar un paseo y probar por la zona donde antes del verano pesque un gran abadejo. Dos o tres horas lanzando aquí y alla, en todoi tipo de profundidades, desde los 15 mts hasta los 60 mts, usando jigs, vinilos, y nada de nada, ni una mísera caballa, increíble. Aburrido y asumiendo un más que probable bolo, cambié el chip y decidí ir de exploración, ya que no picaba nada por lo menos dar un paseo a ver si veía algún sitio nuevo. Me alejé unas 4 millas más mar adentro en busca de fondos de 100 mts y al llegar a una zona en la que la sonda parecía marcar levemente un fondo de piedra monté un jig de 150 grs con una escabela y a pescar. Nada más llegar al fondo picadón brutal doy a clavar y parece que se suelta vuelvo a notar picada y ahora si lo voy subiendo lentamente. Desde 100 mts la sensación es muy fuerte, no apto para problemas de espalda, a los tirones del pez hay que sumarle la presión del agua, y tras unos interminables minutos llega arriba entregado un abadejo de kilo y medio enganchado en la escabela, perooooo, sorpresa!!!!, sin el jig, algo me había partido el flurocarbono del 40, posiblemente estaba tocado. Flipando por la experiencia en el primer lance, monté otro jig y vuelta a empezar. Tras varias capturas más, en una bajada noto una retención como la del primer lance, el jig se para en seco y me mete varias carreras, ahora si que me ha picado un bicho, con cuidado y lentamente va subiendo, hasta medias aguas las embestidas son curiosas. Al llegar arriba flipo, tremendo abadejo de casi 5 kilos acompañado de otro de unos 2 kilos en la escabela, con razón me tiraba tanto. Más abadejos, un cabracho y otro doblete con uno de 3 kilos y decidí dar por terminada la jornada. Feliz por el descubrimiento, buena opción para los días de calma chicha. La Fe , la Fe...........