Desamor

Al tronco se le rompió el corazón, cuando ella grabó el nombre de otro en su corteza.

Respuesta

¡Toc, toc! Llamé a su corazón, pero sólo me contestó un eco interminable.

Obediencia

«¡No me des alas! rogó la oruga.» El ave entonces, la soltó desde lo alto.

Amenazada

Huyo en la oscuridad, sobresaltándome cada vez que creo que tu olvido está a punto de alcanzarme.

Secretismo

Foto: Le baiser de l’hôtel de ville de Robert Doisneau

Era un secreto a besos que aquella pareja ocultaba un apasionado romance.

Duda

Hechizó una sirena el interior de la caracola minúscula que llevo aquí, colgada de mi cuello, tapándola con la mano para no dejar salir su canto hasta el momento preciso. Cuando te miro desde lejos, me dan ganas de poner a tu oído este rumor de mar, y atarte de una vez para siempre a mi destino: hacer que vivas encantado junto a mí, navegando en mi cabello enriquecido por la brisa; acogido a mis pechos que han afrontado suavemente las tormentas; abrazado por este par de piernas que tienen todavía secuelas de escamas, y que aún no saben si caminar hacia ti, o esperar a que el viento sople en dirección tuya.