Hace unos años en el trabajo (la
Agencia Nacional de Meteorología) me dijeron que escribiera un libro con
refranes, afortunadamente no me pusieron ninguna cortapisa ni en la forma, ni
en el estilo, ni en las fechas.
Después, con el paso del tiempo y ya
con una idea en la cabeza, las palabras fueron poco a poco ocupando su sitio
hasta convertirse en un par de cientos de páginas, cosa que en un principio
parecía absolutamente imposible.
Hoy puedo decir que el trabajo está
hecho y el libro La meteorología en los
refranes se va a convertir en un regalo institucional de la Agencia porque
en él, cosa rara, no hay ni datos, ni predicciones, ni fórmulas, ni física,
solo unos cuantos refranes clasificados, ordenados y presentados bajo el muy
particular punto de vista de la meteorología.
Es lo que es y ha sido como ha sido,
de modo que si alguien te dice que se lee fácil, que es ameno, solo puede ser
considerado un señor piropo.
En el caso de que alguien quiera comprar el libro, lo más fácil es pedirlo a través de este enlace: Atención al público.