Se sentía cansado, llevaba mucho tiempo buscando médicos, medicinas, y soluciones para la enfermedad de su nieta, pero no había dado con nada. Como todas las enfermedades "raras" no había dinero suficiente para investigación, él sabía lo que era eso, decidir donde iban a parar los fondos públicos, elegir entre lo urgente y lo necesario, y lo que querían quienes mandaban de verdad. Pero no se sentía culpable por ello, su trabajo había sido en Medio Ambiente y no en Sanidad.
Cuando todo estaba perdido, y la pobre criatura se debatía entre el aquí y el allá, sonó el teléfono. Era un científico, un viejo conocido, le habló de una posible cura, de las investigaciones llevadas a cabo en su laboratorio, de los progresos conseguidos. Su sonrisa se dibujó por unos momentos hasta que el viejo investigador le dijo que la medicina se hubiera podido fabricar, pero que la especie necesaria para ello se había extinguido hacía unos años.
Conocía bien al bicho palo palmero, quebradero de cabeza durante muchos años, respiró tranquilo cuando le dijeron, hacía años, que por fin se había extinguido y ya podían construir aquél campo de golf donde habitaba.
Microrrelato escrito por Ana Vidal (http://relatosdeandarporcasa.blogspot.com)
Ilustración hecha por Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)
Se podría titular "Repercusiones"... está claro que nuestras decisiones tienen consecuencias, sí. Muy bien narrado Luisa, abrazos
ResponderEliminarRocío, la historia es de Ana. Genial para abrir boca.
ResponderEliminarMenuda paradoja!! Cómo es la vida, o nosotros, que somos quiemes nos maecamos muchas veces el destino con nuestras propias manos. Besos
ResponderEliminarGracias Luisa (y a Ana, por supuesto) por intentar crear conciencia, es importante que todos sumemos...
ResponderEliminarPor cierto, no soy dibujante e ilustrador, eso me queda muy grande...símplemente me entretengo dibujando y me conozco un poco mejor de esta manera.
Un abrazo a todos y todas!!!
Ahora no sé dónde, pero ya lo había leído. Y la segunda lectura es exactamente igual de impactante que la primera.
ResponderEliminarHay que tener mucho cuidado con lo que se hace porque puede tener consecuencias imprevisibles en tu vida.
ResponderEliminarMuy bien narrado, Luisa.
Puñado de besos.
Si algunos nos llamamos microrrelatistas porque juntamos dos palabras mejor que 1000 o eso nos creemos. Juanlu, tú eres iustrador o dibujante porque dibujas.
ResponderEliminarTodos somos aprendices, y eso es bueno porque quiere decir que queremos seguir aprendiendo, que no es poco.
Una pareja-micro y dibujo y viceversa- bien compenetrada, un buen recordatorio de que nada es gratis.
ResponderEliminarUn saludo.