A principios de septiembre yo estaba en Vic, y desde una protectora de animales derivaron a una perrita callejera, Kira, a la clínica Vet House, para que le quitaran un tumor que tenia en la parte posterior del cráneo.
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Marta, la veterinaria, me dio permiso para estar en el quirófano mientras realizaba la intervención. La verdad es que es una experiencia interesante, muy interesante... la de ver sangre y vísceras en directo. Tuve un pequeño incoveniente (no había desayunado más que un cola-cao) y me mareé.
Yo me encargé de pasarle la morfina a Marta, la veterinaria, para que la perrita dejara de sentir dolor, porque aunque estaba anestesiada, respiraba muy fuerte. La respiración rapida y el pulso acelerado indican que el paciente esta sintiendo dolor pese a la anestesia.
Si sois personas que no soportan la vista de la sangre, no os recomiendo seguir bajando, porque lo que viene ahora son las fotografías de la intervención... hay imágenes muy duras.
Kira ya está recuperada y esperando una familia que quiera adoptarla, no se sabe cuanto tiempo ha pasado en la calle, pero es una perra muy cariñosa.
Entrevista a Becky Francis
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