CIUDAD DE CRISTAL
PAUL AUSTER
EDITORIAL SEIX BARRAL
COLECCIÓN BOOKET
167 PÁGINAS
SINOPSIS
En mitad de la noche, alguien llama por teléfono a Daniel Quinn, un escritor de novelas policíacas que firma bajo pseudónimo y que, descorazonado, ha renunciado a su carrera como poeta. La voz al otro lado de la línea pregunta insistentemente por un investigador, un tal Paul Auster, porque quiere encomendarle una misión. Quinn decide dejarse llevar por la casualidad y asumir la identidad de detective, como si se tratara del protagonista de una de sus novelas.
Las pesquisas le llevarán hasta Stillman, un curioso personaje que requiere protección para salvar su propia vida. Para ello el detective se perderá en el laberinto de las calles de Nueva York.
Con Ciudad de cristal, la inauguración de La trilogía de Nueva York, Paul Auster reinventó el género policíaco con una aventura quijotesca y un diálogo sobre la identidad y la realidad contemporáneas.
Paul Auster es un autor mundialmente conocido que seguía siendo un desconocido para mí. A finales del año pasado,
Meg, nos propuso el Reto Paul Auster, por aquel entonces una servidora se apuntaba a todas las batallas habidas y por haber, algo que para este próximo año intentaré remediar, ya que los agobios no son buenos y prefiero alejarme un poco de tantos compromisos y obligaciones (¿Lo conseguiré?). Mi intención era leer "El palacio de la luna", una novela que desde hace tengo en la estantería, los meses han pasado y yo sin acercarme a "la luna", aunque muchas veces parece que vivo en ella. Por suerte, en el club de lectura eligieron "Ciudad de cristal" para leer y comentar, algo que agradezco por poder cumplir con el reto y descubrir un libro "distinto".
"Ciudad de cristal" es el primero de los libros pertenecientes a la Trilogía de Nueva York: "Ciudad de cristal" (1985), "Fantasmas" (1986) y "La habitación cerrada" (1986). Nos encontramos ante los inicios de este autor, una trilogía que le llevó a ser un escritor reconocido.
Daniel Quinn, un joven de 35 años, dedicó parte de su juventud a escribir libros de poesía, ensayo y teatro. A partir del fallecimiento de su mujer e hijo su vida cambia, se siente perdido, sin fuerzas para escribir y desaparece por entre las calles laberínticas de Nueva York, una soledad que le provoca un vacío interior. Necesita alejarse y decide escribir novelas de misterio bajo el seudónimo de William Wilson, así consigue que se olviden de Quinn. Durante un par de noches recibe llamadas en las que piden por Paul Auster, un detective, para contratar sus servicios. Al final decide hacerse pasar por ese señor y acepta el encargo.
La novela empieza como una novela negra o de intriga, en la que Quinn es contratado por Virginia Stillman. Su misión es vigilar a Stillman, el padre de su marido Peter, para que no se acerque a su hijo ni le haga daño. Peter tuvo una infancia horrible, su padre le encerró durante 9 años en una habitación oscura, aislado y recibiendo únicamente el contacto de las palizas. Quinn, bajo el nombre de Paul Auster, irá a la estación de tren con una fotografía de Stillman para empezar su investigación y seguirle los pasos. Llega un momento en que la resolución del caso va por otros derroteros que una novela de intriga, lo importante pasa a ser irrelevante.
Auster con esta novela pretende abrirnos los ojos acercándonos a las casualidades, al azar, a los marginados, a los laberintos y a las doble personalidades. Nos encontramos ante un espejo en el que hay el Paul Auster que sale en la guía teléfonica y el Paul Auster interpretado por Quinn, dos Stillman, dos cuadernos rojos... Infinitas simetrías reflejadas en el cristal del espejo. Y "cristal" también hace referencia a la fragilidad humana, a lo vulnerables que somos y en como nos puede cambiar la vida por diversas circunstancias. ¿Realmente somos conscientes de quienes somos? No nos comportamos igual en todos los ámbitos, ¿Tenemos múltiples personalidades?
La vida nos ofrece infinitas preguntas y no siempre es fácil dar con la respuesta adecuada. Es por esto que Paul Auster pasa del misterio a la metaliteratura de la mano de Don Quijote. Un personaje con las mismas iniciales que Daniel Quinn y por el que Auster siente una gran admiración. No solo hay rasgos de novela quijotesca, también Kafka está muy presente en esta obra. Esta historia es una combinación de realidad y ficción, un buen reflejo de las experiencias e inquietudes de Paul Auster como autor. El publicar bajo seudónimo para llevar una vida independiente, el crear personajes profundos y reales que llegan a tener más importancia que el autor, un cuaderno rojo como vida y alma, etc.
-¿Tiene usted algún problema, señor?
Quinn sonrió débilmente.
- No -dijo-. Sólo me preguntaba si le gustaba el libro.
La chica se encogió de hombros
- Los he leído mejores y los he leído peores.
Quinn deseó cortar la conversación en ese mismo momento pero algo en él persistió. Antes de que hubiera podido levantarse y marcharse, las palabras habían salido de su boca.
-¿Lo encuentra emocionante?
Creo que a todos los que nos apasiona la lectura nos encanta asomarnos a ver que libros lee la gente, siendo capaces de hacer el pino si hace falta por descubrir lo que llevan en las manos los lectores. Y más intrigante y emotivo debe ser para un autor ver a alguien por la calle con un ejemplar de cosecha propia.
En definitiva, "Ciudad de cristal" es una novela que me ha sorprendido gratamente, me ha dejado con ganas de leer otras novelas de Paul Auster y que me ha conmovido. Es una lectura atrapante, a momentos algo asfixiante y que da para pensar mucho en lo frágiles que somos y más en una gran ciudad, en este caso Nueva York. La soledad es muy triste, oscura y fría, debemos alejarnos de ella, no encerrarnos en nosotros mismos ni buscar lo que no somos.