30 noviembre 2007
Una semana de frases (y V)
Durante el pasado Salón del Libro de Barcelona, se realizaron varias mesas redondas para celebrar el 25 aniversario del Consell Català del Llibre Infantil i Juvenil. Pude asistir a la mesa redonda sobre mediación, en la que participaron (los tienen en la foto, de izquierda a derecha) Pep Molist como crítico, Cecília Lladó como profesora, Mercè Escardó como bibliotecaria, Roser Ros que moderaba a los tertulianos y Rosa Viñallonga como librera. Todas, personas que se encuentran entre el libro y los lectores.
De la sesión, rescato una pregunta que se (nos) hizo Mercè Escardó, que es la frase de hoy para cerrar el ciclo de esta semana.
Si ya tenemos bibliotecas renovadas y bien acondicionadas y profesionales formados y convencidos de su papel, ¿Por qué todavía no leemos con la misma naturalidad con la que andamos, caminamos o comemos? ¿Por qué todavía necesitamos "mediadores" en la lectura"? Lo importante de esta pregunta, no es tanto contestarla , sino hacérsela.
Como bien contestó uno de los participantes de la mesa, la pregunta del millón. ¡Si supiéramos cual es la respuesta! Yo, por mi parte, creo que sí que leemos con la misma naturalidad con la que respiramos. Pero del acto reflejo de leer (carteles, anuncios, direcciones postales, instrucciones, etc.) al acto de amar la lectura, hay el mismo salto que de comer a ser un amante de la comida. Todos hacemos lo primero, pero no todos lo convertimos en algo central para nuestras vidas...
29 noviembre 2007
Una semana de frases (IV)
La literatura es el único consuelo y el único analgésico posible. No elimina la causa del dolor pero ayuda a soportarlo.
[Lo dijo uno de los autores españoles que más pasiones (a favor y en contra) desata, Arturo Pérez Reverte, en una entrevista publicada en El País el 30 de septiembre de 2007. La imagen es de Rakesh Vaghela.]
28 noviembre 2007
Una semana de frases (III)
En 2005 la revista bibliotecaria holandesa Bibliotheek publicó diversos artículos que describían las modalidades con las que las bibliotecas de aquel país gestionaban el sistema de préstamo. En algunas bibliotecas se tienen diferentes formas de acceso al préstamo: un carné "de lujo" cuesta 65 euros y permita sacar en préstamo 400 libros al año, mientras que con un carné normal, que cuesta 29 euros, se pueden sacar en préstamo un máximo de 60 libros al año.
Del artículo "El derecho negado" de Siv Wold-Karlsen, publicado en el número 160 de la revista Educación y Biblioteca.
¿En qué punto hacia esa situación creen ustedes que nos encontramos en España?
Escandaloso. Vergonzoso. Imperdonable.
Del artículo "El derecho negado" de Siv Wold-Karlsen, publicado en el número 160 de la revista Educación y Biblioteca.
¿En qué punto hacia esa situación creen ustedes que nos encontramos en España?
Escandaloso. Vergonzoso. Imperdonable.
27 noviembre 2007
Una semana de frases (II)
Hacía tiempo que no me quedaba ante el televisor hasta casi medianoche, pero el otro día, empalmando de programa en programa, llegué hasta La hora del lector. Teniendo en cuenta que el invitado era el responsable del título del programa, Josep Maria Castellet (autor de, entre otros, "La hora del lector" - Más información en la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana), pensé que valía la pena aguantar un poco más y quedarme a ver el programa. ¡Y no me arrepiento de haberlo hecho! A las carcajadas que se me escaparon ante la para mí desconocida comparación de la literatura catalana con la fiesta de cumpleaños de la "tieta paralítica", debo añadir que la siguiente reflexión despertó en mí la necesidad de organizarme.
"No hi ha manera d'organitzar un pla de vida satisfactori"
[o... no hay manera de organizar un plan de vida satisfactorio.]
Quizá no la haya. Es posible que por mucho que planifiquemos las cosas salgan todas al revés; pero la vida todavía no se había topado conmigo (al menos que yo recuerde), y he decidido que al menos en lo que se refiere a lecturas, debo organizarme. Y cuando yo decido que voy a organizarme, puedo ser muy (pero que muy) persistente...
La situación queda así:
- Por las mañanas: lecturas "obligatorias" (para reseñas, informes de lectura, charlas, blog, etc...)
- Por las noches: lecturas por placer.
- Los fines de semana: prensa, blogs, otros textos breves y misceláneos.
Si hasta hace escasos meses, era de corriente contínua, debo decir que en los últimos meses he cambiado de hábitos y ahora soy, definitivamente, alterna, y para gestionar el cambio necesitaba organizarme un plan de lectura satisfactorio. Creo que lo he conseguido, y debo decir que en los cuatro días que llevo aplicándolo funciona a la perfección...
Gràcies, senyor Castellet. Miraré de contradir-li. Sé que tinc totes les de perdre, però si ho aconsegueixo, li faré saber.
"No hi ha manera d'organitzar un pla de vida satisfactori"
[o... no hay manera de organizar un plan de vida satisfactorio.]
Quizá no la haya. Es posible que por mucho que planifiquemos las cosas salgan todas al revés; pero la vida todavía no se había topado conmigo (al menos que yo recuerde), y he decidido que al menos en lo que se refiere a lecturas, debo organizarme. Y cuando yo decido que voy a organizarme, puedo ser muy (pero que muy) persistente...
La situación queda así:
- Por las mañanas: lecturas "obligatorias" (para reseñas, informes de lectura, charlas, blog, etc...)
- Por las noches: lecturas por placer.
- Los fines de semana: prensa, blogs, otros textos breves y misceláneos.
Si hasta hace escasos meses, era de corriente contínua, debo decir que en los últimos meses he cambiado de hábitos y ahora soy, definitivamente, alterna, y para gestionar el cambio necesitaba organizarme un plan de lectura satisfactorio. Creo que lo he conseguido, y debo decir que en los cuatro días que llevo aplicándolo funciona a la perfección...
Gràcies, senyor Castellet. Miraré de contradir-li. Sé que tinc totes les de perdre, però si ho aconsegueixo, li faré saber.
26 noviembre 2007
Una semana de frases (I)
La semana pasada fue la semana de las frases. A cada paso que daba, pum! (o bang!), tenía que sacar lápiz y papel para anotar alguna frase para compartir con ustedes. Con algunas estoy totalmente de acuerdo, con otras todo lo contrario; con algunas se me pusieron los pelos de punta, con otras se me escapó una sonrisa. Pero todas, las podrán leer aquí a lo largo de esta semana.
Para empezar:
"Literatura e infantil son conceptos antagónicos. La literatura es un lenguaje ajeno al coloquial."
Lo dijo Paco Antón, director de la editorial Vicens Vives, y lo leí en el reportaje "Lectura escolar: ¿placer o tortura?" de la revista Qué Leer del pasado mes de septiembre de 2007.
A este señor, si me lo encontrara un día por la calle, más que decirle nada le daría una lista de libros para leer, porque me parece que se le han pasado por alto una buena cantidad de libros infantiles INDUDABLEMENTE literarios... Podría empezar por Noche de tormenta, de Michèle Lemieux, o por Como todo lo que nace, de Elisabeth Brami... o por esos libros de los que tanto les hablo, de Henning Mankell, que ahora (¡sí, no solo en Argentina, también en España!) Siruela y DeBolsillo (y en catalán, Columna) han editado en un solo volumen titulado Viaje al fin del mundo.
¿Y ustedes?
¿Qué le recomendarían ustedes a al señor Antón que se leyera?
Para empezar:
"Literatura e infantil son conceptos antagónicos. La literatura es un lenguaje ajeno al coloquial."
Lo dijo Paco Antón, director de la editorial Vicens Vives, y lo leí en el reportaje "Lectura escolar: ¿placer o tortura?" de la revista Qué Leer del pasado mes de septiembre de 2007.
A este señor, si me lo encontrara un día por la calle, más que decirle nada le daría una lista de libros para leer, porque me parece que se le han pasado por alto una buena cantidad de libros infantiles INDUDABLEMENTE literarios... Podría empezar por Noche de tormenta, de Michèle Lemieux, o por Como todo lo que nace, de Elisabeth Brami... o por esos libros de los que tanto les hablo, de Henning Mankell, que ahora (¡sí, no solo en Argentina, también en España!) Siruela y DeBolsillo (y en catalán, Columna) han editado en un solo volumen titulado Viaje al fin del mundo.
¿Y ustedes?
¿Qué le recomendarían ustedes a al señor Antón que se leyera?
23 noviembre 2007
En todo este tiempo
No crean que durante estos dos últimos meses tan solo he leído los cinco libros sobre fomento de la lectura que han ido desfilando por la sección “Lo que estoy leyendo ahora” y por las citas de las entradas. No... Muchas más cosas han pasado.
- Leí y leí y leí libros y cuentos que giran en torno a la escuela. Me reí con las historias del pequeño Nicolás, me emocioné con L’escola Buida de Tahar Ben Jelloun (1), descubrí a las entrañables ratoncitas de Kevin Henkes (Crisantemo y Prudencia) y de camino a la escuela (2) encontré historias de todos los continentes. Cuando hube terminado con todos ellos (y fueron muchos), me fui a una biblioteca a hablar sobre estos libros a papás y mamás (bueno, en realidad todo fueron mamás...).
- Fue mi santo y me regalaron el escalofriante The Rabbits (texto de John Marsden e ilustraciones de Shaun Tan) y la entrañable Selma, de Jutta Bauer (3). También fue el cumpleaños de Enhac y le regalé dos cómics de la mazmorra y un libro infantil sobre una pingüina muy artística que le robó el corazón.
- Descubrí y me convertí en una fan, todo al mismo tiempo, de Daniel Nesquens, del que ahora empiezo a leer Mi familia sabiendo que me gustará todavía más que Puré de guisantes (4)
- Leí y leí y leí material sobre Gianni Rodari (5). Artículos y ensayos y también algunos libros suyos, y luego escribí un breve artículo sobre él que publicarán en una revista.
- Reencontré un libro perdido… no es que lo hubiera comprado y no supiera dónde lo había metido en casa, sino que lo vi en una librería, pensé en apuntar el título pero no lo hice, y luego fui incapaz de recordarlo y en la librería ya no estaba donde lo vi por primera vez. Pero ayer, en la librería Loring, lo tenían en una de las mesas. Esta vez no lo dejé escapar. Se trataba de La Casa de papel, de Carlos María Domínguez con ilustraciones de Peter Sís, publicado por Mondadori.
Y así, en todas estas cosas, ando metida.
Y a pesar de todas las lecturas, siguen quedando tantos libros por leer...
(1) - ¿Entonces, maestro, qué es lo peor del mundo?
- Lo peor del mundo no es la muerte, ni la enfermedad, ni el miedo, sino la ignorancia.
“Lo dijeron los antiguos, nuestros antepasados, nuestros maestros,
“los que nos precedieron en la vida, en el bien y en el dolor,
“los que reflexionaron sin haber pisado las grandes universidades,
“los que leyeron libros y descifraron los mensajes de las nubes y los bosques,
“los que leen la corteza de los árboles y los ojos de las madres y saben interpretar la música del viento,
“los que no tenían grandes certezas,
“los que decían ‘quizás’, ‘es posible’, ‘sólo Dios lo sabe’, ‘espera a verlo’, ‘ten paciencia’, ‘toma el tiempo que necesites para pensar’, ‘mira como fluye el agua del río’...,
“los que no afirman nada definitivo,
“los que yo llamo los antiguos, que han abrazado el tiempo y en él han descubierto las huellas de la sabiduría,
“los que han sido humildes y modestos, dignos y graves,
“los que nunca cerraron el camino que lleva a la escuela y al conocimiento,
“los que han citado al Profeta, que decía que hay que adquirir el conocimiento aunque para conseguirlo sea necesario ir hasta la China,
“los que no desenterraron nunca sus raíces para plantarlas en una tierra árida,
“los que decían que lo peor del mundo no es ni la muerte, ni la enfermedad, ni el mido, sino la ignorancia.
[Fragmento de L’escola buida, de Tahar Ben Jelloun. Traducción casera del catalán.]
(2) De tanto uso, el libro de texto se ha estropeado. Tiene las esquinas dobladas y los bordes sucios, gruesos y astillados. Tan solo las imágenes conservan su esplendor. Al pasar las hojas, semana tras semana, y leer repetidamente cada párrafo, se termina conquistando el texto. Las palabras adquieren un aire familiar. Poco a poco, se han ido convirtiendo en imágenes. Al final de año, ¿qué significa “saber leer”? ¿Que el libro es muy grueso bajo el codo izquiero y muy fino bajo el codo derecho? ¿Que las palabras tienen rostro? ¿Que nos hablan, que nos cuentan su historia? ¿Que toparse nuevamente con una página que nos gusta es recorrer con una sonrisa un camino mil veces visitado?
[Fragmento de De camino a la escuela, texto de Anne Bouin, editado por SM.]
(3)
- Leí y leí y leí libros y cuentos que giran en torno a la escuela. Me reí con las historias del pequeño Nicolás, me emocioné con L’escola Buida de Tahar Ben Jelloun (1), descubrí a las entrañables ratoncitas de Kevin Henkes (Crisantemo y Prudencia) y de camino a la escuela (2) encontré historias de todos los continentes. Cuando hube terminado con todos ellos (y fueron muchos), me fui a una biblioteca a hablar sobre estos libros a papás y mamás (bueno, en realidad todo fueron mamás...).
- Fue mi santo y me regalaron el escalofriante The Rabbits (texto de John Marsden e ilustraciones de Shaun Tan) y la entrañable Selma, de Jutta Bauer (3). También fue el cumpleaños de Enhac y le regalé dos cómics de la mazmorra y un libro infantil sobre una pingüina muy artística que le robó el corazón.
- Descubrí y me convertí en una fan, todo al mismo tiempo, de Daniel Nesquens, del que ahora empiezo a leer Mi familia sabiendo que me gustará todavía más que Puré de guisantes (4)
- Leí y leí y leí material sobre Gianni Rodari (5). Artículos y ensayos y también algunos libros suyos, y luego escribí un breve artículo sobre él que publicarán en una revista.
- Reencontré un libro perdido… no es que lo hubiera comprado y no supiera dónde lo había metido en casa, sino que lo vi en una librería, pensé en apuntar el título pero no lo hice, y luego fui incapaz de recordarlo y en la librería ya no estaba donde lo vi por primera vez. Pero ayer, en la librería Loring, lo tenían en una de las mesas. Esta vez no lo dejé escapar. Se trataba de La Casa de papel, de Carlos María Domínguez con ilustraciones de Peter Sís, publicado por Mondadori.
Y así, en todas estas cosas, ando metida.
Y a pesar de todas las lecturas, siguen quedando tantos libros por leer...
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FRAGMENTOS
(1) - ¿Entonces, maestro, qué es lo peor del mundo?
- Lo peor del mundo no es la muerte, ni la enfermedad, ni el miedo, sino la ignorancia.
“Lo dijeron los antiguos, nuestros antepasados, nuestros maestros,
“los que nos precedieron en la vida, en el bien y en el dolor,
“los que reflexionaron sin haber pisado las grandes universidades,
“los que leyeron libros y descifraron los mensajes de las nubes y los bosques,
“los que leen la corteza de los árboles y los ojos de las madres y saben interpretar la música del viento,
“los que no tenían grandes certezas,
“los que decían ‘quizás’, ‘es posible’, ‘sólo Dios lo sabe’, ‘espera a verlo’, ‘ten paciencia’, ‘toma el tiempo que necesites para pensar’, ‘mira como fluye el agua del río’...,
“los que no afirman nada definitivo,
“los que yo llamo los antiguos, que han abrazado el tiempo y en él han descubierto las huellas de la sabiduría,
“los que han sido humildes y modestos, dignos y graves,
“los que nunca cerraron el camino que lleva a la escuela y al conocimiento,
“los que han citado al Profeta, que decía que hay que adquirir el conocimiento aunque para conseguirlo sea necesario ir hasta la China,
“los que no desenterraron nunca sus raíces para plantarlas en una tierra árida,
“los que decían que lo peor del mundo no es ni la muerte, ni la enfermedad, ni el mido, sino la ignorancia.
[Fragmento de L’escola buida, de Tahar Ben Jelloun. Traducción casera del catalán.]
(2) De tanto uso, el libro de texto se ha estropeado. Tiene las esquinas dobladas y los bordes sucios, gruesos y astillados. Tan solo las imágenes conservan su esplendor. Al pasar las hojas, semana tras semana, y leer repetidamente cada párrafo, se termina conquistando el texto. Las palabras adquieren un aire familiar. Poco a poco, se han ido convirtiendo en imágenes. Al final de año, ¿qué significa “saber leer”? ¿Que el libro es muy grueso bajo el codo izquiero y muy fino bajo el codo derecho? ¿Que las palabras tienen rostro? ¿Que nos hablan, que nos cuentan su historia? ¿Que toparse nuevamente con una página que nos gusta es recorrer con una sonrisa un camino mil veces visitado?
[Fragmento de De camino a la escuela, texto de Anne Bouin, editado por SM.]
(3)
[Así empieza Selma, de Jutta Bauer, editado por Zambón Iberoamericana]
(4) La música comenzó a sonar. Mamá me cogió de la mano, la puso sobre su cintura y me invitó a bailar. Mamá descalza, vestida como una princesa; yo, en pijama. El disco se acabó y la cena comenzó.
- Mamá, ¿puedo abrir una lata de mejillones? – le pregunté.
- Claro, rey mío – y me acarició la cabeza como solo ella sabe.
[Fragmento de Puré de guisantes, de Daniel Nesquens. Editorial Anaya.]
(5) Una técnica se puede aprender a pescozones: igual se aprende la técnica de la lectura. Pero el amor a la lectura no es una técnica, es algo mucho más interior vinculado a la vida, y, a pescozones (reales o metafóricos) no se aprende.
[Fragmento de 9 maneras de enseñar a los niños a odiar la lectura, de Giannir Rodari, en CLIJ número 187 – noviembre 2005.]
(4) La música comenzó a sonar. Mamá me cogió de la mano, la puso sobre su cintura y me invitó a bailar. Mamá descalza, vestida como una princesa; yo, en pijama. El disco se acabó y la cena comenzó.
- Mamá, ¿puedo abrir una lata de mejillones? – le pregunté.
- Claro, rey mío – y me acarició la cabeza como solo ella sabe.
[Fragmento de Puré de guisantes, de Daniel Nesquens. Editorial Anaya.]
(5) Una técnica se puede aprender a pescozones: igual se aprende la técnica de la lectura. Pero el amor a la lectura no es una técnica, es algo mucho más interior vinculado a la vida, y, a pescozones (reales o metafóricos) no se aprende.
[Fragmento de 9 maneras de enseñar a los niños a odiar la lectura, de Giannir Rodari, en CLIJ número 187 – noviembre 2005.]
21 noviembre 2007
La extensión de mis brazos
Hablando de la vida, un bibliotecario se siente como un psicólogo de andar por casa. De la vida podría hablar mucho mucho el psicólogo mismo, o bien un filósofo, un sociólogo, un médico... Un bibliotecario, en cambio, es una persona a moverse por el campo de batalla de la vida no con una espada de guerrero, ni con unas tijeras de sastre, ni con un diván donde la gente se desprende de sus historias y preocupaciones, sino con los libros. Y desde su posición de intermediario entre la vida de los libros y la de los lectores, puede hablar. Él mantiene, a diario, un diálogo con los libros y con sus lectores. Él conoce las inquietudes de estos y conoce las obras que les pueden dar una respuesta. Los libros, tranquilos o no, como la vida, son la extensión de sus brazos, y su trabajo consiste, entre otras cosas, en recomendarlos, hacerlos llegar a cada lector, según las necesidades, el humor y los deseos de cada momento.
[Fragmento de Els llibres tranquils - Editorial Pagès - de Pep Molist. El texto original, en catalán, lo podéis encontrar en los comentarios. Existe una traducción del libro - Los libros tranquilos, editorial Anaya - pero en este caso la traducción del fragmento es, como viene siendo habitual, de cosecha propia. La imagen es de Sara Haj-Hassan y corresponde a la Rhodes College Library.]
[Fragmento de Els llibres tranquils - Editorial Pagès - de Pep Molist. El texto original, en catalán, lo podéis encontrar en los comentarios. Existe una traducción del libro - Los libros tranquilos, editorial Anaya - pero en este caso la traducción del fragmento es, como viene siendo habitual, de cosecha propia. La imagen es de Sara Haj-Hassan y corresponde a la Rhodes College Library.]
19 noviembre 2007
Bibliosfera
Con este nombre tan familiar estrena la Diputación de Barcelona una serie de boletines en los que informará sobre temas de interés del sector del libro y de las bibliotecas públicas. No he sido capaz de encontrar el enlace navegando desde el portal de bibliotecas, pero pueden acceder directamente desde aquí y suscribirse para recibir los nuevos boletines por correo electrónico.
16 noviembre 2007
La victoria de la humanidad sobre el tiempo
Para acabar de rematar el libro de Teresa Duran y Roser Ros (ya saben, Primeres literatures: llegir abans de saber llegir), les propongo una adivinanza. Por supuesto, con premio para el primero que dé con la respuesta correcta...
Era – i és – la revolta i l’orgull de l’home que es permet el luxe de transmetre la seva innegable intel·ligència més enllà – infinitament més enllà – del temps i l’espai on li ha tocat viure. [¿?] és la victòria de la humanitat sobre el temps.
Era – y es – la rebelión y el orgullo del hombre que se permite el lujo de transmitir su innegable inteligencia más allá – infinitamente más allá – del tiempo y del espacio en el que le ha tocado vivir. [¿?] es la victoria de la humanidad sobre el tiempo.
¿Qué dos palabras (artículo + sustantivo) se esconden tras [¿?]?
[La imagen es de Marc Garrido i Puig]
Era – y es – la rebelión y el orgullo del hombre que se permite el lujo de transmitir su innegable inteligencia más allá – infinitamente más allá – del tiempo y del espacio en el que le ha tocado vivir. [¿?] es la victoria de la humanidad sobre el tiempo.
¿Qué dos palabras (artículo + sustantivo) se esconden tras [¿?]?
[La imagen es de Marc Garrido i Puig]
15 noviembre 2007
Novedades (noviembre 2007)
Este mes no voy a esperar al último día para hablarles de algunas de las novedades que nos han llegado a la biblioteca. No importa que no sepan de qué biblioteca hablo: si les apetece catar alguno de los platos de este menú, pasen por su biblioteca más cercana...
Como entrantes, pueden escoger entre
- Tapa de grabados japoneses (editorial Taschen).
- Sopa de las mejores frases de Woody Allen (editorial Columna) [En Wikiquote también hay...].
- Ensalada de árboles en la poesía catalana (edicions 3i4).
De primero tenemos unos especiales librosféricos
- El No-libro, de Elio Aprile.
- Horas en una biblioteca, de Virginia Woolf.
Como plato principal, pueden escoger entre
- La biografía Diane Arbus, de Patricia Bosworth.
- M/T y la historia de las maravillas del bosque, de Kenzaburo Oé.
Y para terminar, el postre
- Así empezó todo: 34 historias sobre el origen del mundo (ilustrado por Jutta Bauer).
- Por encima de las nubes (ilustrado por Jordan Crane).
Como dice mi amigo el senyor festuc... que vingui de gust!
Como entrantes, pueden escoger entre
- Tapa de grabados japoneses (editorial Taschen).
- Sopa de las mejores frases de Woody Allen (editorial Columna) [En Wikiquote también hay...].
- Ensalada de árboles en la poesía catalana (edicions 3i4).
De primero tenemos unos especiales librosféricos
- El No-libro, de Elio Aprile.
- Horas en una biblioteca, de Virginia Woolf.
Como plato principal, pueden escoger entre
- La biografía Diane Arbus, de Patricia Bosworth.
- M/T y la historia de las maravillas del bosque, de Kenzaburo Oé.
Y para terminar, el postre
- Así empezó todo: 34 historias sobre el origen del mundo (ilustrado por Jutta Bauer).
- Por encima de las nubes (ilustrado por Jordan Crane).
Como dice mi amigo el senyor festuc... que vingui de gust!
14 noviembre 2007
SLB 2007
Si viven en la provincia de Barcelona, ya pueden ir a la biblioteca pública que les quede más cerccana y pedir (por favor, siempre...) una invitación para ir al Saló del Llibre de Barcelona, que empieza dentro de una semana exacta. Yo ya tengo la mía. Desconozco si este año vuelve a haber concurso y viaje (Màrius, on ets?), pero no solo de premios vive el hombre, así que no se pierdan la oportunidad de pasar un día rodeado de libros...
13 noviembre 2007
Ménage à trois
Los mejores lectores que conocemos – aquellos apasionados de la lectura cualitativa de cualquier tipo, medida y género – son también, casi siempre, cinéfilos con mayúscula, exquisitos catadores de músicas, exigentes televidentes, y excelentes conversadores. No debe ser casualidad... Son, en general, gente ávida de todo aquello que se puede escuchar, ver, o sentir emotivamente [...]. Son, en definitiva, lectores. Porque, en el núcleo de todas las artes que les apasionan, entre las cuales podríamos incluir la pedagogía – que no se debe confundiar jamás de los jamases con la didáctica –, está siempre la comunicación. Y la comunicación, tal y como saben los eruditos, está hecha de mensajes. Da igual que la forma de este mensaje se llame guión, argumento, relato, explicación o sensación. Un lector es siempre un receptor. Capaz, a su vez, de ser emisor, utilizando, si más no, el habla, el más senzillo de los vehículos transmisores.
[...]
En la difusión del libro, de la lectura entendida como praxis vivencial del arte, el sistema del boca-oreja es fundamental. Seguramente insustituible. Es sobre todo de nuestros amigos de quien esperamos un consejo crítico antes de ir al cine, de visitar una exposición, de entrar a un restaurante, de comprarnos un vestido, de emprender una excursión, o... de leer un libro. Todo lo que puede convertirse en regalo o fiesta es bueno que nos llegue de boca de un amigo. ¡Como si no hubiéramos hablado lo suficiente de la importancia de la comunicación en estas páginas! El libro, pues, necesita de buenos amigos lectores, para enamorarnos. De alguien que se haya sentido cautivado ante tal o cual historia, tan implicado emotivamente en ella, que si no la extiende, rebienta. Estos términos pueden parecer exagerados – y de hecho, lo son – pero no están tan alejados de la realidad como para no dar en el blanco. [...] ¿Cuántas veces tendremos que decir que un libro forma parte de un ménage à trois?
[Fragmentos de Primeres literatures: llegir abans de saber llegir, de Teresa Duran i Roser Ros. La traducción es casera. La versión original en catalán, en los comentarios. Las imágenes, de Maarten Uilenbroek. Me río yo sola de pensar en la cantidad de gente que acabará leyendo esta entrada cuando en realidad iban buscando otra cosa, je je...]
[...]
En la difusión del libro, de la lectura entendida como praxis vivencial del arte, el sistema del boca-oreja es fundamental. Seguramente insustituible. Es sobre todo de nuestros amigos de quien esperamos un consejo crítico antes de ir al cine, de visitar una exposición, de entrar a un restaurante, de comprarnos un vestido, de emprender una excursión, o... de leer un libro. Todo lo que puede convertirse en regalo o fiesta es bueno que nos llegue de boca de un amigo. ¡Como si no hubiéramos hablado lo suficiente de la importancia de la comunicación en estas páginas! El libro, pues, necesita de buenos amigos lectores, para enamorarnos. De alguien que se haya sentido cautivado ante tal o cual historia, tan implicado emotivamente en ella, que si no la extiende, rebienta. Estos términos pueden parecer exagerados – y de hecho, lo son – pero no están tan alejados de la realidad como para no dar en el blanco. [...] ¿Cuántas veces tendremos que decir que un libro forma parte de un ménage à trois?
[Fragmentos de Primeres literatures: llegir abans de saber llegir, de Teresa Duran i Roser Ros. La traducción es casera. La versión original en catalán, en los comentarios. Las imágenes, de Maarten Uilenbroek. Me río yo sola de pensar en la cantidad de gente que acabará leyendo esta entrada cuando en realidad iban buscando otra cosa, je je...]
12 noviembre 2007
Frato
No conocía el trabajo de Frato (alter ego de Francesco Tonucci), así que debo agradecer a Graó que haya publicado 40 anys amb ulls d’infant. Humor gráfico sobre la infancia, la educación, la p/maternidad... agudo, incisivo, crítico... si, como yo, no lo conocían, les hago partícipes de mi descubrimiento.
09 noviembre 2007
Nueve
Ya que empezamos la semana hablando de televisión, justo es que la terminemos del mismo modo. Para ello, la primera de las “9 maneras de enseñar a los niños a odiar la lectura”, según Gianni Rodari. [Texto incluido en el libro La escuela de la fantasía, pero en mi caso extraído del número 187 de la revista CLIJ, noviembre de 2005]
“Lee, en lugar de mirar la televisión”;
“Si no te veo leer, vendo el televisor”;
“Agarra el libro de la escuela, en lugar de perder el tiempo con esas estupideces”.
No pretendo conocer todas las expresiones particulares que usan quienes sostienen este sistema casi infalible. Los niños saben que la televisión no es una “estupidez”: la encuentran divertida, agradable y útil. Puede ocurrir que le sacrifiquen un poco de tiempo más del necesario, puede suceder que en ocasiones queden reducidos a ese estado de semiinconsciencia en el que cae el telespectador habitual, niño o adulto, después de cierto tiempo, y del que es síntoma la total pasividad con la que acepta cualquier programa de la pantalla, sin elegir y sin reaccionar. Esto no quita que en su conjunto los méritos educativos de la televisión superen sus deméritos.
La televisión enriquece el punto de vista, nutre el vocabulario, pone en circulación una cantidad inverosímil de informaciones, inserta a nuestros pequeños analfabetos en un círculo más amplio que el familiar, que no siempre está animado por las informaciones, por la cultura y por las ideas. Casi se podría decir que la televisión disminuye las dificultades de la lectura. Al mismo tiempo, porque crea (aunque sea a un nivel discretamente bajo) una especie de unidad nacional de la lengua, y ayuda al oído del niño a superar el obstáculo de las profundas diferencias entre el dialecto nativo y materno y la lengua escolar. Después, porque hace familiares, a través del sonido y la imagen, un cierto número de “palabras difíciles”, de esas con las que los pequeños lectores tropiezan inevitablemente; y quizás en la actualidad tropiezan menos que antes.
Psicológicamente, además, no me parece que negar una diversión, una ocupación placentera (o sentida como tal, que es lo mismo) sea el modo ideal de hacer que amen otra: será más bien la manera de lanzar sobre esta otra una sombra de fastidio y de castigo.
[Para los curiosos, las restantes ocho maneras de enseñar a los niños a odiar la lectura son: presentar el libro como una alternativa a la historieta, decir a los niños de hoy que los niños de otra época leían más, considerar que los niños tienen demasiadas distracciones, echar la culpa a los niños si no aman la lectura, transformar el libro en un instrumento de tortura, negarse a leerle al niño, no ofrecer una opción suficiente y ordenar leer. Si nuestros niños leen, no será porque no ponemos el suficiente empeño en lo contrario...]
“Lee, en lugar de mirar la televisión”;
“Si no te veo leer, vendo el televisor”;
“Agarra el libro de la escuela, en lugar de perder el tiempo con esas estupideces”.
No pretendo conocer todas las expresiones particulares que usan quienes sostienen este sistema casi infalible. Los niños saben que la televisión no es una “estupidez”: la encuentran divertida, agradable y útil. Puede ocurrir que le sacrifiquen un poco de tiempo más del necesario, puede suceder que en ocasiones queden reducidos a ese estado de semiinconsciencia en el que cae el telespectador habitual, niño o adulto, después de cierto tiempo, y del que es síntoma la total pasividad con la que acepta cualquier programa de la pantalla, sin elegir y sin reaccionar. Esto no quita que en su conjunto los méritos educativos de la televisión superen sus deméritos.
La televisión enriquece el punto de vista, nutre el vocabulario, pone en circulación una cantidad inverosímil de informaciones, inserta a nuestros pequeños analfabetos en un círculo más amplio que el familiar, que no siempre está animado por las informaciones, por la cultura y por las ideas. Casi se podría decir que la televisión disminuye las dificultades de la lectura. Al mismo tiempo, porque crea (aunque sea a un nivel discretamente bajo) una especie de unidad nacional de la lengua, y ayuda al oído del niño a superar el obstáculo de las profundas diferencias entre el dialecto nativo y materno y la lengua escolar. Después, porque hace familiares, a través del sonido y la imagen, un cierto número de “palabras difíciles”, de esas con las que los pequeños lectores tropiezan inevitablemente; y quizás en la actualidad tropiezan menos que antes.
Psicológicamente, además, no me parece que negar una diversión, una ocupación placentera (o sentida como tal, que es lo mismo) sea el modo ideal de hacer que amen otra: será más bien la manera de lanzar sobre esta otra una sombra de fastidio y de castigo.
[Para los curiosos, las restantes ocho maneras de enseñar a los niños a odiar la lectura son: presentar el libro como una alternativa a la historieta, decir a los niños de hoy que los niños de otra época leían más, considerar que los niños tienen demasiadas distracciones, echar la culpa a los niños si no aman la lectura, transformar el libro en un instrumento de tortura, negarse a leerle al niño, no ofrecer una opción suficiente y ordenar leer. Si nuestros niños leen, no será porque no ponemos el suficiente empeño en lo contrario...]
07 noviembre 2007
028 Lib
Pueden ustedes crear las suyas propias en el Catalog Card Generator de John Blyberg.
Como todo últimamente, me ha llegado casi el mismo día a través de varias fuentes (el Librarian's Index to the Internet y el Bloc de Lletres - que cada vez me sorprende más gratamente... ¡hoy descubro que usan delicious!).
Como todo últimamente, me ha llegado casi el mismo día a través de varias fuentes (el Librarian's Index to the Internet y el Bloc de Lletres - que cada vez me sorprende más gratamente... ¡hoy descubro que usan delicious!).
05 noviembre 2007
Y que dure
[Dedicado a los amigos de Tökland, que sé que les gustará... porque no todo van a ser ilustraciones, ¿verdad?]
Un exceso de academicismo fruto del siglo XIX – cronológicamente paralelo a un gran impulso literario, a la implantación de la educación obligatoria, y a la revolución industrial – puede no sernos demasiado útil en el siglo XXI y el interés en separar el grano de la paja puede no dejarnos entender que “El ninot de neu” en vídeo distribuido por Aura [Barcelona, 1992] contiene un mensaje narrativo muy interesante para un niño, absolutamente paralelo al que obtendría con el libro “El muñeco de nieve”, de Raymond Briggs [Editorial Altea, 1989], porque ambos son la misma historia, fruto de un mismo autor, que se insertarán en la memoria del jovencísimo lector al haberle proporcionado una experiencia cognitiva similar. Solo que una cosa es un vídeo y la otra un libro. Un libro sin ni gota de texto, un vídeo exquisitamente sonorizado. Pero a ambas cosas vale la pena llamarlas literatura, y de la buena, y como tal las inculcaríamos (*). Una cosa tiene un coste – económico y técnico – y la otra tiene otro. Una te la puedes llevar a la cama y la otra no. El gesto, la atención, la recreación y el aprendizaje mecánico – quizá deberíamos llamarlo psicomotriz – entre la una y la otra difieren, y para determinados objetivos una es más válida que la otra, en determinados casos y en determinadas ocasiones, entre las cuales nos es posible optar, elegir, escoger. Ante cualidades paraleas, la libertad de opción es más grande. Y por tanto tenemos que estar preparados para poder hacer una buena elección según la hipótesis previa que nos hayamos planteado.
El placer de leer, del cual se habla tanto, deriva de otro gusto que tiene menos publicidad. Y que es el siguiente: conocer, saber, aprender es, per se, placentero (**). Para provocar este último – y prioritario – placer, todos los medios son buenos. Ya sean vídeos o libros, textos o imágenes, pantallas telemáticas o multimedia.
Y solo porque el libro, más concretamente el libro para niños pequeños, con todo el abanico de posibilidades comunicativas que ostenta actualmente, es una de las puertas más dúctiles, pluriformes y ricas en opciones de acceso a su saber que nuestra sociedad nos pone al alcance, vale la pena, hoy por hoy, mostrar sus infinitas variedades, y erigirlo como una de las herramientas educadoras más válidas, positivas y fáciles de manejar (***) que nunca la humanidad haya tenido. Un libro infantil de calidad es, a finales del siglo XX, una obra de arte de cabo a rabo. Accesible a todas las narrativas, visuales o literarias, medio de muchas vías comunicativas. Y que dure.
[Lo afirma Teresa Duran en Primeres literatures: llegir abans de saber llegir (Pirene, 1995), libro que firma junto a Roser Ros. La traducción es casera. Como el fragmento es bastante largo, les dejo la versión original, en catalán, en los comentarios.]
(*) Quien no pueda imaginarse a tal o cual crítico – de los academicistas mencionados más arriba – echándose las manos a la cabeza, que levante la mano.
(**) Al alcance de cualquiera. Solo basta sentir el cosquilleo que nos recorre el cuerpo cuando resolvemos un sudoku.
(***) Me gustaría saber la opinión de la autora hoy en día, en que a los niños les resulta infinitamente más fácil utilizar la wikipedia (un nuevo medio) que no una enciclopedia en varios volúmenes (libros, al fin y al cabo).
Un exceso de academicismo fruto del siglo XIX – cronológicamente paralelo a un gran impulso literario, a la implantación de la educación obligatoria, y a la revolución industrial – puede no sernos demasiado útil en el siglo XXI y el interés en separar el grano de la paja puede no dejarnos entender que “El ninot de neu” en vídeo distribuido por Aura [Barcelona, 1992] contiene un mensaje narrativo muy interesante para un niño, absolutamente paralelo al que obtendría con el libro “El muñeco de nieve”, de Raymond Briggs [Editorial Altea, 1989], porque ambos son la misma historia, fruto de un mismo autor, que se insertarán en la memoria del jovencísimo lector al haberle proporcionado una experiencia cognitiva similar. Solo que una cosa es un vídeo y la otra un libro. Un libro sin ni gota de texto, un vídeo exquisitamente sonorizado. Pero a ambas cosas vale la pena llamarlas literatura, y de la buena, y como tal las inculcaríamos (*). Una cosa tiene un coste – económico y técnico – y la otra tiene otro. Una te la puedes llevar a la cama y la otra no. El gesto, la atención, la recreación y el aprendizaje mecánico – quizá deberíamos llamarlo psicomotriz – entre la una y la otra difieren, y para determinados objetivos una es más válida que la otra, en determinados casos y en determinadas ocasiones, entre las cuales nos es posible optar, elegir, escoger. Ante cualidades paraleas, la libertad de opción es más grande. Y por tanto tenemos que estar preparados para poder hacer una buena elección según la hipótesis previa que nos hayamos planteado.
El placer de leer, del cual se habla tanto, deriva de otro gusto que tiene menos publicidad. Y que es el siguiente: conocer, saber, aprender es, per se, placentero (**). Para provocar este último – y prioritario – placer, todos los medios son buenos. Ya sean vídeos o libros, textos o imágenes, pantallas telemáticas o multimedia.
Y solo porque el libro, más concretamente el libro para niños pequeños, con todo el abanico de posibilidades comunicativas que ostenta actualmente, es una de las puertas más dúctiles, pluriformes y ricas en opciones de acceso a su saber que nuestra sociedad nos pone al alcance, vale la pena, hoy por hoy, mostrar sus infinitas variedades, y erigirlo como una de las herramientas educadoras más válidas, positivas y fáciles de manejar (***) que nunca la humanidad haya tenido. Un libro infantil de calidad es, a finales del siglo XX, una obra de arte de cabo a rabo. Accesible a todas las narrativas, visuales o literarias, medio de muchas vías comunicativas. Y que dure.
[Lo afirma Teresa Duran en Primeres literatures: llegir abans de saber llegir (Pirene, 1995), libro que firma junto a Roser Ros. La traducción es casera. Como el fragmento es bastante largo, les dejo la versión original, en catalán, en los comentarios.]
(*) Quien no pueda imaginarse a tal o cual crítico – de los academicistas mencionados más arriba – echándose las manos a la cabeza, que levante la mano.
(**) Al alcance de cualquiera. Solo basta sentir el cosquilleo que nos recorre el cuerpo cuando resolvemos un sudoku.
(***) Me gustaría saber la opinión de la autora hoy en día, en que a los niños les resulta infinitamente más fácil utilizar la wikipedia (un nuevo medio) que no una enciclopedia en varios volúmenes (libros, al fin y al cabo).
03 noviembre 2007
II Otoño Tökland de Ilustración (y V)
Ilustración de Jordi Cuyàs para la guía de LIJ "Més de 100 llibres que busquen lector", realizada por la Biblioteca Pública Pompeu Fabra de Mataró (selección de libros a cargo de Lola Casas y Vicenç Lloret).
02 noviembre 2007
II Otoño Tökland de Ilustración (IV)
Ilustración de Pablo Auladell. [Le tomé una fotografía al original en la exposición que le dedicaron en el Saló del Còmic del año pasado.]
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