Llovió de madrugada y amaneció mojado el suelo de la calle. Por alguna razón lo que veía por la ventana me recordó a un cuento de Cheever. No consigo explicarme el motivo, porque en los cuentos de Cheever raramente llueve.
Estuve media hora en la ducha. Me afeité. (Mal, me lo hicieron ver a última hora de la tarde).
Dormí una siesta de la que salí con dolor en un hombro.
Fuimos a ver "Up in the air", la nueva película del guapete George Clooney. Parece que es una obra maestra. Eso dicen las críticas que he leído. Lo mejor de la temporada, dicen. A mí me pareció una gilipollez.
Comencé a ver en la tele, a las tantas de la madrugada, “Qué verde era mi valle”, de John Ford. Yo solo, frente al televisor y tras la charla de Garci. Qué película. De 1941. Emociona. Me fui a la cama cuando ya estaba terminando, enardecido por esos mineros galeses que cantan como fieras.
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domingo, enero 24, 2010
sábado, diciembre 19, 2009
Ayer
Amaneció el día claro.
Fui a Ikea y me enfadé conmigo mismo por sentirme parte del rebaño. Compramos accesorios innecesarios para cocinar, una maceta, una lámpara y cinco frascos de arenques en salsa de pimienta.
Tomé café con pasteles.
Ví por primera vez la iluminación navideña de Madrid.
Pensé en todos los cuentos que no he escrito.
Fui a Ikea y me enfadé conmigo mismo por sentirme parte del rebaño. Compramos accesorios innecesarios para cocinar, una maceta, una lámpara y cinco frascos de arenques en salsa de pimienta.
Tomé café con pasteles.
Ví por primera vez la iluminación navideña de Madrid.
Pensé en todos los cuentos que no he escrito.
viernes, diciembre 18, 2009
Ayer
Hizo frío, y me abrigué.
Fuimos a comprar y el supermercado estaba lleno. La gente compraba jamones empaquetados en cajas como si fueran a acabarse.
Me acordé del Sr. Nilson, el mono de Pippi Langstrumpf, y de Pequeño Tío, su caballo.
Pensé que todo en esta vida está en equilibrio y que lo que se nos da por una parte, por otra se nos quita.
Me visitó, de nuevo, el insomnio.
Fuimos a comprar y el supermercado estaba lleno. La gente compraba jamones empaquetados en cajas como si fueran a acabarse.
Me acordé del Sr. Nilson, el mono de Pippi Langstrumpf, y de Pequeño Tío, su caballo.
Pensé que todo en esta vida está en equilibrio y que lo que se nos da por una parte, por otra se nos quita.
Me visitó, de nuevo, el insomnio.
jueves, diciembre 17, 2009
Ayer
Me dolió la cabeza toda la mañana.
Fuimos a comprar unas aletas de goma para que A. las utilice en la piscina.
Se fundió una luz de la lámpara del salón.
Revisité algunos blogs que tenía olvidados.
Comencé a leer Carpe Diem, de Saul Bellow.
Fuimos a comprar unas aletas de goma para que A. las utilice en la piscina.
Se fundió una luz de la lámpara del salón.
Revisité algunos blogs que tenía olvidados.
Comencé a leer Carpe Diem, de Saul Bellow.
miércoles, diciembre 16, 2009
Ayer
Quedaban hojas en los árboles. Amarillas, con manchas, arrugadas.
En el trabajo, una señora, apoyada en el mostrador, me dijo: "A que estoy guapa". Yo contesté que sí, y creo que me sonrojé, y ella me contó que había ido a la peluquería, que su hija estaba de Erasmus en Austria, que estudiaba arquitectura, que le mandaba un paquete con comida. "Adios,hijo, adios", pagó, sonrió y se fue.
Pasé más de una hora en un atasco. Con vaho en los cristales.
Me enteré de que un conocido sufre una enfermedad grave. Tiene una hija que se llama como la mía.
Compré lotería.
En el trabajo, una señora, apoyada en el mostrador, me dijo: "A que estoy guapa". Yo contesté que sí, y creo que me sonrojé, y ella me contó que había ido a la peluquería, que su hija estaba de Erasmus en Austria, que estudiaba arquitectura, que le mandaba un paquete con comida. "Adios,hijo, adios", pagó, sonrió y se fue.
Pasé más de una hora en un atasco. Con vaho en los cristales.
Me enteré de que un conocido sufre una enfermedad grave. Tiene una hija que se llama como la mía.
Compré lotería.
martes, diciembre 15, 2009
Ayer
Nevó. Débilmente, por la mañana.
Desayuné un café con leche muy cargado y muy caliente.
Me acordé del Capitán Trueno, de mi infancia, de los coches de choque en las fiestas de Vicálvaro, de una canción de la que no recuerdo el título, de las noches de finales de verano.
Miré por la ventana y apoyé la frente en el cristal frío.
Casqué una nuez.
Desayuné un café con leche muy cargado y muy caliente.
Me acordé del Capitán Trueno, de mi infancia, de los coches de choque en las fiestas de Vicálvaro, de una canción de la que no recuerdo el título, de las noches de finales de verano.
Miré por la ventana y apoyé la frente en el cristal frío.
Casqué una nuez.
lunes, diciembre 14, 2009
Ayer
Ayer desayuné pronto.
Ayer no compré el periódico.
Ayer dimos un paseo y se me heló la cara. Me sentí bien.
Ayer vi en la televìsión una entrevista con Antonio Muñoz Molina. Me parece una buena persona y un escritor pesado.
Ayer cenamos tomates al horno con rúcula.
Ayer no compré el periódico.
Ayer dimos un paseo y se me heló la cara. Me sentí bien.
Ayer vi en la televìsión una entrevista con Antonio Muñoz Molina. Me parece una buena persona y un escritor pesado.
Ayer cenamos tomates al horno con rúcula.
domingo, diciembre 13, 2009
Ayer
Ayer amaneció el día frío y con niebla.
Ayer volví a pensar que se avecinan las Navidades.
Ayer no me afeité. Me miré en el espejo.
Ayer tapé con un trapo de algodón la jaula de los pájaros, porque, según dicen, se avecinan noches en las que helará.
Ayer leí Miles City, Montana, un cuento de Alice Munro y me emocioné. La escritura de esa mujer se parece a la lluvia cayendo al mar.
Ayer volví a pensar que se avecinan las Navidades.
Ayer no me afeité. Me miré en el espejo.
Ayer tapé con un trapo de algodón la jaula de los pájaros, porque, según dicen, se avecinan noches en las que helará.
Ayer leí Miles City, Montana, un cuento de Alice Munro y me emocioné. La escritura de esa mujer se parece a la lluvia cayendo al mar.
viernes, mayo 15, 2009
Ayer
Ayer estuve triste.
Ayer anduve y corría un viento de cara, fuerte y molesto.
Ayer no pude concentrarme en el trabajo y me faltaron 20 euros en la caja al final de la mañana.
Ayer cené pizza con sabor a salsa barbacoa.
Ayer leí en la cama unas páginas de los diarios de Trapiello y me reí un rato y me puse las manos en la barriga, contento.
Ayer estuve triste.
Ayer anduve y corría un viento de cara, fuerte y molesto.
Ayer no pude concentrarme en el trabajo y me faltaron 20 euros en la caja al final de la mañana.
Ayer cené pizza con sabor a salsa barbacoa.
Ayer leí en la cama unas páginas de los diarios de Trapiello y me reí un rato y me puse las manos en la barriga, contento.
miércoles, abril 11, 2007
Ayer
Hice un largo viaje por carretera y al llegar a casa vi que una ventana estuvo abierta todos estos días.
Vi llover, y, desde casa, correr a una mujer que se tapaba con el periódico.
Saltó aceite de la sartén mientras cocinaba, y me quemé el brazo.
Alguien llamó por teléfono y colgó.
Deseé estar cansado.
Hice un largo viaje por carretera y al llegar a casa vi que una ventana estuvo abierta todos estos días.
Vi llover, y, desde casa, correr a una mujer que se tapaba con el periódico.
Saltó aceite de la sartén mientras cocinaba, y me quemé el brazo.
Alguien llamó por teléfono y colgó.
Deseé estar cansado.
domingo, marzo 25, 2007
Ayer
Vi el sábado pasar.
Una mujer, en la cola del supermercado, al volverse, casi me metió el dedo en el ojo y luego me pidió perdón riéndose.
Comí lentejas y bebí vino tinto.
Vi un partido de fútbol y me aburrí, y pensé en cosas que debo hacer.
Me acosté sin sueño y leí unas páginas de Carver en las que se habla de una madre triste.
Vi el sábado pasar.
Una mujer, en la cola del supermercado, al volverse, casi me metió el dedo en el ojo y luego me pidió perdón riéndose.
Comí lentejas y bebí vino tinto.
Vi un partido de fútbol y me aburrí, y pensé en cosas que debo hacer.
Me acosté sin sueño y leí unas páginas de Carver en las que se habla de una madre triste.
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