24 de enero de 2017

Collage (REC)

-No quiero volver a verte nunca más -dijo la pequeña agitando su varita mágica.
La muñeca de porcelana mayor se fue desvaneciendo poco a poco hasta que la nada ocupó su lugar. La mediana se arrodilló temblorosa e imploró perdón. Mientras, los soldaditos de plomo avanzaban sigilosamente por debajo de la cama para poder apresar a la pequeña. La ratita presumida, que lo observaba todo desde su hamaca rosa, mordió la manzana envenenada y durmió para siempre. El espejito mágico volvió a reconstruirse y el lobo feroz pudo regresar por fin a los pies de la pequeña muñeca malvada.

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