4 de diciembre de 2013

Gorriones pardos (REC I)

Se durmió soñando que él también podía volar, como su compañero de habitación que subió al cielo para abrazar a Dios y no le dejaron porque le ataron las manos a la espalda y lo encerraron en el cuarto luminoso. Él no quería volar al cielo para abrazar a Dios; tan solo quería preguntarle, de colega a colega, dónde estaban los cuchillos de hierro. Con los de goma no podía cosechar más almas. El trato era sencillo: almas por gorriones pardos.

8 comentarios:

  1. Ese chico llegará lejos Henry, no sé si como psicópata, como banquero o como ministro de hacienda, pero hará cosas sonadas, ya verás, tú déjale los cuchillos, je je.

    Abrazos.

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    1. Ya hay muchos de esos sueltos, lo que pasa es que aún no saben lo de los cuchillos.
      Un saludo

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  2. Seguro que algún dios le dice dónde están esos cuchillos... Menuda idea
    Un saludo
    JM

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    1. Entonces lo tendrá que buscar de otro modo, y no como su compañero de habitación.
      Un saludo

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  3. Tremenda imaginación, del chico y del que escribe...
    Abrazo.

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    1. Gracias Genessis.
      ...estar loco es lo que tiene.

      Besos

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  4. Un micro muy REC, jaja... raro es que no lo eligieran...
    Si de cuchillos se trata hay unos suecos que cortan de maravilla. Claro, suecos. Aquí somos más de serrucho...

    Un besote amigo y ánimo con la siguiente apuesta.

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    1. Me llamaron, pero les amenacé con un cuchillo de goma para que ganara yo esta semana :D
      ... a ver si la siguiente...
      Besos

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