Llevo dos días alucinando con los argumentos sin sentido de la Liga de Fútbol Profesional, en boca de su presidente José Luis Astiazarán, quién apela una y otra vez a la pérdida de competitividad de nuestro fútbol si el Gobierno sube los impuestos a los (jugadores) extranjeros que trabajan en España de un 24% a un 43%, igualándoles a los españoles. Incluso, mañana los clubes podrían decidir en la Asamblea de la LFP realizar un parón (una huelga vamos) si se confirma la subida del IRPF.
Astiazarán dice que las estrellas extranjeras ya no vendrán a nuestra Liga al disminuir la ventaja fiscal. ¿Pero no somos la mejor Liga del mundo? ¿No es suficiente atractivo jugar aquí o es que resulta que sólo vienen los cracks porque aquí pagan menos impuestos? Si es que estaríamos en similares condiciones al resto de países, no significa que estarmos en desventaja. Y aunque así fuera, ¿no hacíamos oídos sordos a las críticas de las otras Ligas por la ventaja que tenían nuestros clubes para fichar? Parece que da igual la justicia o no de la Ley si se sale beneficiado.
Asimismo, Astiazarán apunta que el jugador español se vería perjudicado porque estar rodeado de estrellas mundiales favorece su crecimiento (!?). Como es lógico, varios jugadores nacionales y también Pochettino (argentino nacionalizado español) han saltado rápidamente a desmontar ese absurdo argumento: los jugadores de aquí tendrían más minutos y, por tanto, una mejor perspectiva para crecer deportivamente.
Si el futbolista español paga un 43%, ¿por qué no lo va a hacer el extranjero y más el que ingresa más de 600.000 euros anuales? Si van a tener que pagar un 43% los jugadores que firmen a partir de enero de 2010, ¿por qué no se aplica también a los que ya tienen contrato en vigor? En fin, que es increíble que se proteste por esto y que luego nadie diga nada por la subida de impuestos que va a afectar mucho a los ciudadanos de clase media-baja, ni por las listas de espera en los médicos, ni por el precio de la vivienda, ni por el número de parados, ni por ...