México es un país de costumbres por demás extrañas, particularmente cuando se trata de la política y cada sexenio los comportamientos de la sociedad mexicana se decantan en acciones que se repiten sistemáticamente. Una de esas prácticas es la del chivo expiatorio del sexenio, el cual permite que la sociedad mexica desahogue todo su odio contra una sola persona que, sea dicho de paso, es la víctima perfecta para que los otros políticos entonces pasen desapercibidos.
Este es el caso de Rosario Robles, que ahora, curiosamente en estos tiempos electorales, ha sido señalada como la posible responsable de un fraude de miles de millones de pesos. Pero corrijo, no es ella la señalada, sino la institución que preside, la Sedatu (Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano) y antes la Sedesol (Secretaría de Desarrollo Social). En ambos casos se le acusa de dar contratos millonarios a ciertas organizaciones del propio gobierno, saltándose así la obligada licitación, en donde estas instituciones contratadas subcontratan a su vez a terceros y de pronto se pagan las cantidades de los contratos sin que haya ningún "entregable".
Rosario Robles fue al noticiero de Loret de Mola a aclarar las cosas, indicando que ella es la más inocente. A mí me llama la atención que a las interrogantes del periodista, la Robles contestaba empezando con un "a ver...", como si todo lo que le preguntaban fuese de una estupidez o ignorancia supina. Este es el video
Y no sé si Rosario Robles sea culpable o no. Lo que sí sé es que es el probable chivo expiatorio del sexenio. En alguno anterior, el ex-regente de la ciudad, Espinosa Villareal, huyó del país ante un sinfín de acusaciones en su contra y se refugió en Nicaragua, si mal no recuerdo. Eventualmente regresó y arregló sus problemas, aunque en algún momento salió a decir que él no sería el "chivo expiatorio del sexenio".
Es evidente que las costumbres de los políticos se dan de estas bizarras maneras porque les funcionan. Este sexenio, a todo esto, estuvo lleno de escándalos: estafas maestras, robo descarado de los gobernadores priístas, casa blanca de Peña, etcétera. Pero aún así, poner a un chivo expiatorio no parece ser mala idea. La idea es calmar la ira del pueblo, que está literalmente hasta la madre de estos cínicos ladrones. Este mecanismo les ha funcionado antes pero ahora los políticos que pueden caer en estos asuntos se están protegiendo para evitar que se los cargue el payaso, por decirlo coloquialmente.
Si Rosario Robles, que me parece en lo personal muy estúpida, no se "pone las pilas", podría ser el ansiado chivo que expiará las culpas de todos los políticos. Ya la señora en cuestión tuvo antes un lindo escándalo con un empresario argentino de apellido Ahumada, el cual fue el que desató todo el circo de las ligas y el dinero que se le entregó a un operador político de López Obrador, René Bejarano. Ante las acusaciones de ese momento, Rosario Robles fue al noticiero a mostrar que no tenía los grandes millones de pesos en sus cuentas y mostró una cuenta de un banco con unos dos mil pesos. Eso era su dinero en el banco, lo cual demuestra que cree que el respetable es estúpido por definición.
Lo que le ocurre hoy a Rosario Robles se lo tiene bien ganado. Es una política lamentable, sin ningún principio ideológico, nada. Se va como veleta para donde vaya el viento. Vamos a ver qué pasa en las siguientes semanas.