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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Push-(the lie)-up

Un gato es de Castellón de la Plana. Lo ha sido siempre. Si tiene algo más de pecho en un momento dado, es porque tiene la regla, o ha engordado (el triple de culo y de piernas que de tetas, por supuesto) o las dos cosas a la vez.

Pero después de una adolescencia miserable al lado de dos amigas (las gemelas buenorras, tetas de la 105 C desde los trece años), un gato acabó por aceptar lo que había y sacarle partido a la ropa como mejor pudiera.

Heme aquí que, sin embargo (y como ya contó Misia en una ocasión) me entero con 34 años de que llevo toda la vida con la talla de sujetador equivocada. A todas las que tengáis dudas, coged una cinta métrica y comprobad vuestra talla en esta tabla de la wikipedia.

Ni que decir tiene que me he sentido aliviada al saber que hay sujetadores que no me van a sacar las mollas de la espalda, triturándome el contorno para que la copa tenga la medida adecuada para mis pequeñas. Pero ha llegado el momento complicado de la historia: comprar un sujetador de mi talla. Que no hay. Debe ser que las mujeres con una espalda así de ancha deberían tener más tetas... así que mi talla con mi copa A (la copa de las de Castellón) no se compra fácilmente.

He ido en distintas ocasiones, a distintas tiendas, a lo largo de los últimos dos meses, buscando un sujetador de mi talla, no sólo no he llegado a encontrarlo y comprarlo, sino que he terminado de comprobar que hay dos grandes perversiones a las que las mujeres españolas nos tenemos que enfrentar para comprar lencería.

La primera, la de que se nos llame imbéciles. Como en el anuncio del sostén chungo de la teletienda:

- ¡Un ochenta por ciento de las mujeres llevan una talla de sujetador equivocada!

Lerdacas. Si es que somos unas lerdacas. El hecho de que haya cuatro copas distintas entre las que se mueven la mayoría de las mujeres (que se fabrican en España escasamente) y otras siete u ocho en el resto del mundo (que aquí ya ni las contemplamos), puede tener algo que ver... Ya que en la mayoría de sitios venden sólamente la puta copa B.

¿Qué podemos hacer entonces las pechiplanas, tetorrillas y supertetorras? Pues pillar la copa B que mejor se adapta a lo que tienes y conformarte con triturarte la espalda, comprar extensiones o hacerle un nudo en la espaldilla al sujetador (recuerdo a las gemelas tetudas hacerlo, para que aquello sujetase algo). Sí, puede que el 80% de las mujeres no seamos gilipollas: tenemos en el mercado lo que tenemos y con éso nos tenemos que vestir.

Yo he descubierto que en el Tajo Británico, que lo venden teóricamente TODO, y cobran bien por ello, sólo puedo comprarme un sujetador de mi talla en la marca Calvin Klein. Que me parece un timo, así que me niego.

Pero viene la segunda perversión, que nos afecta más a las de tetas pequeñas o normales: el afán por enfermarnos a todas con el síndrome de la teta amígdala. El mensaje es el siguiente: "si tienes una copa A o B, tienes las tetas pequeñas. Así que te vamos a ayudar metiéndote relleno de cojines en el sujetador, porque tan plana como tú no se puede ir a la calle, nena". Además, nueve de cada diez veces el relleno será integrado, así que no se lo vas a poder quitar aunque el resto del sujetador te guste.

Resultado número 1: la teta balón de rugby. Tienes una teta de relleno dentro del sujetador, y la tuya sobresale por arriba, de suerte que la glándula mamaria acaba haciendo desaparecer las clavículas. Que queda muy fino con un escote, oye. A veces el volumen de relleno es tal que cuesta mantener el pezón dentro del cacillo, pero bueno, mal menor.

Resultado número 2: el fiasco. Sí, porque si con el push-up se consigue una estupenda hard on, cuando dejamos de push, cabe la posibilidad de que pasemos de on a off. Una putada. El hombre se siente traicionado y la mujer... pues se siente menos.

Y me jode sobremanera, porque hay miles de cuerpos estupendos, pero si se empeñan en meternos prótesis para corregir algo que no es un defecto, acabamos pensando, el día menos pensado, que lo mejor es invertir en unas tetas de silicona. Y así ya estaremos bien.

Desde aquí, y con la acritud que me dan mi mala leche hormonal y genética y mi hartura vital, reivindico:

TENGO LAS TETAS QUE TENGO Y ME PARECEN BIEN.

A tomar por culo fabricantes, distribuidores y dependientas del corte inglés "este queda fantástico, deberías probártelo". ¡¡Tus muertos, que no quiero que me revienten los botones de las camisas!! ¡que si me vendes este sujetador, me tengo que comprar un armario nuevo, hombre ya!

Chicas, todas vuestras tetas son perfectas. Que nadie os diga lo contrario. Coñio.

viernes, 29 de abril de 2011

Misión trombo

[Merece la pena poner a cargar los vídeos antes, que el youtube está muy tonto y una coplus interruptus no, que es malo para la salud]

Primero un pie, después el otro... busco en el Ipod del Rebi la lista de reproducción "Gato". Paso con la rueda y me topo con la primera.

Play. A correr.



Madre mía, hace ya diecisiete años y sigue sonando de puta madre esta canción. ¿Habrán hecho algo éstos después del Pocket Revolution? Habrá que investigar...

Arf, qué buena,y ya llevo cinco minutos. A ver si aguanto más que ayer, que hay que ver qué mala me puse. La verdad es que me molesta el ovario. ¿Será...? A ver si voy a tener el síndrome del tampax tóxico ése, que no recuerdo haberme quitado el último... y tendré una infección por dentro, que a saber, por éso me sienta tan mal el ejercicio... ¡Huy ésta cómo mola!



¡Phresheer, puchin daun on miií, preesin daun on yu, no manasfó!!

Un gato sabe que el Rebi la oye desde fuera, canturrear sin aliento; no es grave, se ríe pero no la abandona. El que la ha abandonado es el desodorante, pero tampoco mucho, así que sigue. Feliz. Corriendo feliz en la habitación.



"Ain so hapi, costudey ai foun mai frends [...] YEEEEEIYÉ, YEEEEEEIYEE!!"

Soy feliz, y mi cuelpo inteliol, que se mueve, también. De hecho unas partes conversan con otras. Lorza 1 le dice a lorza 2 que hacía tiempo que no se movía tanto, y cartuchera les vacila a las dos.

- Yo vine para quedarme. Estoy instalada.

Un gato lo sabe, se ha planteado que la operación bikini hace años que no tiene sentido: lo suyo es la misión trombo. Evitar la muerte por accidente cardiovascular por ser más sedentaria que la madre de Gilbert Grape. El ejercicio le aburre, y por éso se refugia en la música (my headphones, they saved my life!)

Así que se busca canciones que inciten a la lucha y a la resistencia, para despertarse por las mañanas con las deportivas puestas...



Como éstas. ¿Tenéis más?

miércoles, 7 de octubre de 2009

Vuelta al cole II

Y llegó la segunda clase. Perli, yo llegué a la hora. Y el noventa por ciento de la clase también. Pero la profe no. Llegó casi veinte minutos tarde y a modo de disculpa, esgrimió:

- ¡¡Qué puntuales sois!!

Cuando la ví pensé en Sailor Moon. No porque fuese tan mona como ella:


Es que esta Sailor Moon en cada capítulo se ponía un traje nuevo, para enfrentarse al nuevo enemigo. A juzgar por el primer día, a la profe le gusta lo de la moda (a su estilo, no me malinterpretéis). Por éso he pensado llamarla Sailor y así os voy explicando sus modelitos...

Para vosotras:
Sailor nos deleita hoy con otra de sus camisetas de algodón flojo y gran avertura en escote para permitir esa sensual caída al hombro que ya conocemos en ella. La cosa ha mejorado al cambiar el color del tejido por un blanco transparentoso que nos deja entrever cuanto presume tapar. De igual modo se la ajusta al cachete del culo con un cinturón negro de inmensa hebilla rococó en plata. Lleva unos pantalones negros ajustados para sordomudos (así le pueden leer los labios), y unas botas negras estilo superhéroe clásico. Se acompaña el modelo con un despeinado grunge de lo más in, conseguido con la innovadora técnica de dormir con gorra oliver twist y peinar con los dedos al despertar.

Para vosotros:

No lleva sujetador y además hoy se transparentan los pezones.

El punto álgido de la clase vino a media mañana. Igual que se tiene vergüenza ajena, se puede sentir empatía con el padecimiento ajeno, y como yo soy una empática psicosomática de mierda me entraron hasta sudores con la explicación del modelo 145.

El modelo 145 es ése que todos tenéis que rellenar para que en laboral os practiquen las retenciones de IRPF que os corresponden. Ésto hace unos años era mucho más fácil, cuando los solteros eran solteros, los casados casados y todo éso. Pero ahora, como somos unos modernos de mierda, a ver dónde enmarcamos a un divorciado que paga pensión de un hijo y que tiene a su cargo al hijo mayor de su novia y acaba de tener con ella un bebé, pero que no son ni pareja de hecho ni nada. Chúpate ésa.


El caso es que ella daba un supuesto y un alumno no estaba de acuerdo con la interpretación de las opciones (porque, al final, hay que interpretar lo mejor que se pueda y punto). Descubrimos que Sailor, cuando alguien no comprende, tiene una estrategia pedagógica aplastante. Repite exactamente lo mismo que ha dicho con anterioridad pero, para hacerlo, se aproxima de manera extrema al alumno con dudas, acompañando su explicación con movimientos rápidos de brazos a ambos lados de la cabeza del pupilo. De resultas, el alumno sufre un verdadero acoso de punching de las tetas de Sailor.


Mientras veía sufrir al pobre muchacho, hijo de divorciados, que intentaba exponer su propia experiencia para rellenar el modelo 145, el libre albedrío de las delanteras de Sailor me inspiró y la música en mi cabeza me hizo volar. Tuve que contenerme para no levantarme a bailar en medio de clase:

Al final, el chico no entendió nada, pero se rindió:

- Bueno, vale, no importa.


¡¡Sí importa!! ¡¡No te rindas compañero!! ¡¡Comprendo tu debilidad, yo también tendría miedo, pero...

la interpretación de la ley de IRPF,
bien lo merece!!

(y sin haberlo preparado me ha salido un pareado).


En fin, para dar una justa valoración a su labor, he de decir que nos enseñó a calcular las retenciones a mano, y ahora, un gato sabe hacerlo

domingo, 4 de octubre de 2009

Vuelta al cole

Ayer empecé en el cole. Hacía tiempo que buscaba una formación para mis puntos más flacos (no son físicos, que a mí me gusta mucho de comer) y por fin creía haberla encontrado. Así que me monté en el metro con una libreta y un boli y me planté en la escuela. Como tenía que coger la línea 6, que es una patata, llegué un cuarto de hora tarde, así que el chico de la entrada me acompañó hasta la clase.

Yo me había hecho una serie de expectativas con respecto a la clase, el profesorado y los alumnos, por estar relacionado con el cole oficial de abogaddors, aunque tenía mis dudas.

Al abrir la puerta del aula mis dudas se resolvieron. Bueno, las cambié por otras, porque entre todas las estampas que me hubiera podido dibujar sobre el profesor, nunca apareció nada parecido a lo que vi. Que fue ésto:


La modelo lleva una camiseta amplia de algodón flojo negro, colocada con gracia sobre la cadera con ayuda de un cinturón negro. Los jeans son ajustados al cuerpo para resaltar la figura y las botas de serraje en color pardo, que hacen juego con el gorro de lana tupida marca Pica-pica en tu cabeza, que recoge un pelo de color oscuro pero por lo demás aspecto desconocido. Para dar un aire más casual y confortable las aberturas de las mangas de la camiseta son amplias y permiten descubrir, junto con el relieve de las aureolas a través del fino algodón, que la letrada no lleva sostén. El punto picante de este conjunto lo pone, junto al coqueto hombro desnudo, el foulard estilo sado suave, con cuerdas de aspecto lanudo trenzadas y anudadas emulando un maravilloso látigo. Finalmente el look se completa con el khol negro alrededor de los ojos, resaltando el oscuro natural de sus ojeras.


Pedí disculpas por llegar tarde en cuanto me recuperé de la impresión. No sé cuanto tardé. Porque de hecho, el bamboleo de sus... delanteras me hipnotizó de modo que llegué a sentir dudas sobre mi identidad sexual. Sus botas hacían el ruido de vaquero a en un duelo a muerte, y mientras hablaba utilizaba el ochenta por ciento de su foulard para jugar con él enrollándolo en su mano y sujetándolo mientras ondeaba el brazo al viento en expresivos gestos que ayudan mucho a comprender ciertos conceptos de derecho. Poner el veinte por ciento restante del foulard alrededor del cuello era una maniobra de anclaje camuflada de complemento.

- La ley de presupuestos generales del estado - tucún, tucún, schaaassshhh- se publica anualmente y en ella encontraremos blabla bliblibla- Tucún. - ¿Queda claro?

Se dejó el móvil encendido con el volumen a toda leche y su teléfono sonó 4 veces, lo cogió dos y se excusó una. En la otra, como estábamos haciendo un ejercicio se extendió en una conversación con un amigo-cliente diciéndole socarronamente que no cambiase la actividad principal para la cuenta de cotización, que no la jodiera ahora que había preparado todo con la anterior propuesta.

Me estoy volviendo una nazi. Primero las hijas del presidente y ahora ésto. Voy a tener que contenerme un poco. De momento espero y me comporto cual alumna borrega, porque, sin ser infalible, la profe controla bastante bien el tema que nos tiene que dar y pese a que sus ademanes nerviosos me estimulan negativamente, tengo que reconocer que es mejor éso que el estilo muermo habitual de la gente que suele dar estas materias. Y porque hay otros en clase con experiencia que la retan con casos reales y se confrontan interpretaciones, así que creo que va a ser provechoso.

Pero, por dios, ¿por qué alguien decide ir a dar clase de derecho vestido como para hacer un video musical? Me inquieta. Os seguiré contando sobre este fenómeno. A vosotras, sobre el estilismo. Y a vosotros, os contaré siempre si se ha puesto sujetador o no, os lo prometo.