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viernes, 10 de junio de 2016
Delirio
Es viejo y camina con un braceo dolorido. A gritos avisa a los conductores: "a la plaza azul" o "a la verde". Su trabajo imaginario son doce horas atronando inútilmente la calle, haciendo como que hace. Como Rajoy. La muerte es inevitable. Aterra la locura. La imprevisible demencia de Podemos. La esquizofrenia de los españoles.
martes, 26 de agosto de 2014
Sexo Oral
No, no me refiero a ESO. Sino a charlar sobre el TEMA. Dicen que hablo demasiado de sexo. No tengo esa sensación y menos de hacerlo de forma grosera o prolija. Al revés. Creo que cuento menos de lo que muchas mujeres relatan con un escote. Escribo poco de sexo. Quizá debería hacerlo más, porque hablar de sexo es hablar de vida. De la esencia del ser hombre o mujer. De Eros vivo y Tanatos muerto. Es sano, creo yo.
miércoles, 11 de junio de 2014
Las Flores Marchitas
Una explosión de color cautiva mi mirada. Las flores del salón están ajadas pero bonitas. Éste esplendor durará unas horas, el final asoma en sus hojas, luego se marchitarán y morirán. Escribo sobre la senectud. Unos afirman que los viejos huelen mal y otros que delicioso. Creo que los sucios huelen mal y los otros a muerto. Nuestra vieja España disimula porque está guapa. Pero ya huele a cadaverina.
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España,
Flores en el parque,
muerte,
viejo
domingo, 2 de febrero de 2014
Muertos Creativos en Puerto Rico
Comenzó como extravagancia y la Ley no sabe qué hacer ante la pesadilla de funerales en los que el difunto esta “parado” en vez de tumbadito en su ataúd. Hay muertitos manejando ambulancias, motoristas sobre la moto, un Ché con su puro y el último, Christopher "Perrito" Rivera, un joven asesinado a tiros al que han velado vestido de boxeador. Muertos pero no sencillos. Es última moda.
sábado, 25 de enero de 2014
Nacidos para Morir
Al ser concebidos da la vuelta la clepsidra y comienza nuestra cuenta atrás. Cuenta THE TIMES la inmensa cantidad de personas entre 75 y 85 años que mueren al serles negado tratamiento contra el cáncer por la edad o por no poder acudir a la quimio. Son ancianos solitarios que carecen de habilidades para exigir atención médica ni comprenden las vías de comunicación para hacerlo. Ser viejo es ser invisible.
viernes, 8 de marzo de 2013
El que más duerme palma antes
domingo, 8 de julio de 2012
¿Les gusta el sexo en mis novelas?
Mis lectores me conocen. Si se descuidan salta la liebre. La otra noche un buen amigo me exigió más sexo en el próximo libro. En Balas de Carmín follaban tanto que había que leerla con chubasquero. Salpicaba. La Noche de los Gitanos tiene sexo, aunque no es un alegre folleteo, es doliente. Pero, en la que perpetro ahora, empujar es arriesgar la vida.
lunes, 11 de julio de 2011
Belén Esteban y Rubalcaba, la farsa de la trivialidad
Ayer una visitante silente dijo sin ninguna pena: “Usted escribía de política, ahora veo mucho corazón”. Les comenté aquí que necesitaba purgarme de política. Créanme, en mis post de “vísceras” y de “política”, siempre escribo de los mismos eternos temas: Dios, el sexo y la muerte. Con más ligereza, eso sí. Pero, tal para cual.
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Belén Esteban,
Dios,
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Rubalcaba,
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lunes, 25 de octubre de 2010
Claro que jode que un francotirador te apunte con mira telescópica
Ayer fue un día nefasto. Entre molestias gripales recibí constantes llamadas. Ha muerto el hermano de tu colega, tu sobrina está en una silla de ruedas, han operado a un amigo y van a intervenir a otro, nuestra madre agoniza, a tu prima le ha dado un ictus, susurraba alguien angustiado cada vez que respondí al teléfono.
Normal, me dicen. Parece que, sin llegar a viejo, estoy en ese kilómetro 0 en el que uno se detiene, observa, cavila y, con suerte, asiste únicamente como espectador a los daños colaterales de la vida en su entorno. Miento, imposible ser sólo público. A estas alturas ya he visto morir tíos, padre, hermano y primos. También a muchos desconocidos. Y el dolor me ha marcado a navajazos.
Soy un macho adulto que comienza a sentirse como esos viejos venados señalados por los monteros al cazador que selecciona la especie. Peor aún, he dejado de idolatrar becerros de oro sin haberlos sustituido por nuevos ídolos. Y, cada vez queda menos tiempo. Debe ser la gripe.
Normal, me dicen. Parece que, sin llegar a viejo, estoy en ese kilómetro 0 en el que uno se detiene, observa, cavila y, con suerte, asiste únicamente como espectador a los daños colaterales de la vida en su entorno. Miento, imposible ser sólo público. A estas alturas ya he visto morir tíos, padre, hermano y primos. También a muchos desconocidos. Y el dolor me ha marcado a navajazos.
Soy un macho adulto que comienza a sentirse como esos viejos venados señalados por los monteros al cazador que selecciona la especie. Peor aún, he dejado de idolatrar becerros de oro sin haberlos sustituido por nuevos ídolos. Y, cada vez queda menos tiempo. Debe ser la gripe.
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