Uno de esos días. Los de levantarse con la pierna izquierda (o derecha según la lateralidad cruzada con la que hayan nacido). No atinas con el despertador, pero sí tu muñeca con la mesilla, el perro se ha comido tus zapatillas y la avería de
-que te tiene sin agua caliente desde hace dos días- sigue siendo registrándose como “incidencia”. Eres la misma persona que ayer, pero con rotura de escafoides, unas zapatillas babeadas y una temperatura corporal tan baja que asustaría a la comunidad médica. Y aun así sales a la calle convencido de que el día mejorará. Eres un espíritu inquebrantable, que es parte de las mejores cosas del ser humano y también un motivo por el que las razas alienigenas creadas por
nos miran con desdén. La conclusión es que poseemos una incombustible fe en que todo va a salir bien, incluso cuando el sentido común, la experiencia y un señor con tricornio y vestido de verde nos dice: “por aquí no se puede pasar”. Esto se da en nuestro vida, pero también en la música. Normalmente no se reparará en ello, pero
El grupo del que hablamos hoy se tenían mucha fe, es la única razón para que fueran capaces de dejar un legado tan importante (y en tan poco tiempo) con todo lo que tuvieron en contra. Quizás no sea del todo cierto decir que contaban con elementos en contra. Pongamos que todo a su alrededor se desarrollaba de tal forma que, lo más sensato, sería salir corriendo sin mirar sin llevabas las piernas depiladas. Hagamos una lista: son un grupo de
Gales, un lugar donde por mucho que te pongas no puedes escribir mejor que
Dylan Thomas, jugar al fútbol mejor que
Ryan Giggs o vivir mejor que
John Benjamin Toshack. Con esas premisas, a los buenos de
Badfinger sólo les quedó dedicarse a la música. Seguimos con las cosas en contra: son uno de los primeros grupos en fichar por el sello
Apple de los
Beatles (que nacía como una gran idea comunitaria de empresa creativa y acabó teniendo un éxito pareció al
Rascapiquilandia europeo), graban un primer disco y resulta ser un fracaso comercial. En sus primeros años tampoco parecía el grupo más estable del mundo (entre 1967 y 1969 cambiaron dos veces de guitarrista y una de baterista). Y este disco tuvo que competir en las listas con el
Plastic Ono Band,
All Things Must Pass o el
Led Zeppelin II (y lo irónico es que colaboraron en dos de ellos...). Así pintaba la cosa.
Badfinger fichó por
Apple cuando todavía eran los
Iveys, grupo que ya contaba con
Peter Ham y
Tom Evans en sus filas y que se formó en los albores de los años 60. Tras unas cuantas actuaciones y ya con
Mike Gibbins como batería comenzaron a tener cierta reputación como banda gracias a que sus canciones se revelaban como pequeñas perlas cultivadas de la música pop. Sin embargo, no fue hasta que
Mal Evans (otro sexto beatle) les vio en un concierto y les fichara cuando comenzó su relación con la discográfica de la manzana, lo que para bien y para mal les cambió la identidad para siempre. Tras la firma, lanzaron su primer single, el fallido
Maybe Tomorrow, que alcanzó el top ten en
Japón, pero no en
Inglaterra o
EE.UU. El grupo, por su parte, se encontraba viviendo momentos duros: creían que
Apple no hacía bien su trabajo y
Ron Griffiths (guitarrista) tenía sus más y sus menos con
Tom Evans, lo que acabó con el primero fuera de
Badfinger.
Pete, comprendió que les faltaba algo a su sonido, lo que me suele ocurrir a mí con el cus-cus cuando no le he puesto el conjunto de especias verdes, y llegóa a la conclusión de que el ingrediente X no era otra cosa que darle a algunas de las mejores melodías de pop de las islas la rasposidad de un buen riff de guitarra eléctrica. Una mezcla ésta del
Pop y el
Rock que hoy llamamos
Power Pop y que nos parece lo más normal del mundo, pero que en esa época casi necesitó de un referéndum tipo "
Sí a la 24" para consolidarse. Conviene recordar que en los 60 el
Pop y el
Rock eran compartimentos estancos excepto si los
Beatles decían lo contrario (y en 1969 estaban ya muy ocupados autodestruyéndose).
Ya con la nueva formación (
Joey Molland se unió al trío como sustituto de
Griffiths) y con el grupo rebautizado como
Badfinger ( nombre que viene de
Badfinger Boogie, uno de los nombres que los
Beatles barajaron para el
With a little help of my friends) la cosa empieza a fructificar, primero gracias al single '
Come and Get it' escrito y producido por
Paul McCartney. Un número uno que les lleva a grabar su segundo disco, el magnífico
Magic Christian Music, una especie de tótum revolútum que incluía canciones de la banda sonora de la peli que protagonizaban
Ringo y
Peter Sellers, composiciones de los
Iveys con nuevas grabaciones del
Maybe Tomorrow (que en formato disco no había salido en ningún país anglosajón). Esta práctica, la de meter todo en una cesta y esperar que salga bonito y cohesionado por la gracia de
Cthulhu, es el truco que llevan buscando esos magos bromistas que meten tu reloj en un pañuelo, sacan un martillo y muestran una amplia sonrisa mientras proceden con el elemento percutor y tú te das cuenta de que ni es una comedia, ni el mago se llama
Splendini.
|
"Por última vez, que no vamos a tocar Help" |
Tras ese disco, el camino de
Badfinger parecía encauzado, así que no tardaron mucho en ponerse a grabar su tercer
LP,
No dice (una expresión originaria de los juegos de dados que viene a decir algo así como: “de ninguna manera”), de nuevo bajo la producción de
Mal Evans con portada a lo mata hari y lleno de canciones de toneladas de talento. El nuevo sonido del grupo es identificable desde los primeros segundos de
‘I can’t Take it’, primera muestra de la maestría de
Pete Ham como compositor: menos de tres minutos de fundamentos del
Powerpop en los que se demostraba que el grupo iba a tener una capacidad casi mística de juntar el brío de las guitarras de
Joey y
Pete con melodías que rondarán tu cabeza con una facilidad inusitada. Después de este inicio, el disco sigue demostrando sus credenciales con dos canciones que desmontan todas las ideas preconcebidas que se tuvieran del grupo: ya no eran un grupo de baladas o, por lo menos, no únicamente; eran capaces de conjugar sus dos vertientes, como bien demuestra el cambio de
'I Don’t Mind' o
'Love me do', composición de
Molland que además de un gran paso para poder diferenciarse de los
Beatles (junto con otros detalles como que eran cuatro, melenudos, grababan en su sello y si cerrabas los ojos te costaba distinguir las voces de
Tom y
Pete de las de
John y
Paul) es una conexión directa con el nuevo sonido que estaban creando.
Llegamos a
'No matter what', que fue el primer single (tras un par de arreglos en unas nuevas sesiones de grabación dirigidas por el gran
Geoff Emerick, ingeniero de los
Fab Four). Una muestra majestuosa de cómo una buena canción puede convertirse en lo que marca la diferencia entre un gran disco y una absoluta obra maestra. No creo que nunca haya hecho una lista de todo lo que tiene que tener un canción para que ganarse mi atención, pero les puedo decir que
No Matter What tiene todo eso y algunas cosas más de reserva: riffs de guitarra que te atrapan, la conjunción perfecta de tres voces trabajando las armonías eficazmente y un cambio (lo que empieza a partir de
"Knock down the old gray wall") que conjuga al mismo tiempo la complejidad y la imposible sencillez de hacer un tema completamente adictivo.
|
No pensarían que iba a resistirme a los encantos que Google Imágenes y su imparcial buscador |
Aunque si por algo pasó a la historia
No Dice es por contener la canción más recordada de
Badfinger, o mejor dicho, la canción de
Badfinger que más conoce la gente, pero que nadie sabe de quién es realmente y que se añade a esa lista de canciones originales que son menos radiadas que sus respectivas versiones (
'All Along the Watchtower', te miro a ti) Nos referimos a
'Without you', que alcanzó fama mundial gracias a la excelsa voz de
Harry Nilsson (algún día le dedicaremos un algo a ese un borrachín entrañable) y a una versión de
Mariah Carey no apta para diabéticos (a la que no dedicaremos ni un minuto más). La canción, que aquí tiene un tono más folk, deja a las claras el talento de la dupla
Ham/Evans para componer (la estrofa es obra de
Pete, mientras que el estribillo fue aportación de
Tom, ya ven, repartido como buenos hermanos). Los siguientes cortes, como
'Blowdyn' son los últimos vestigios de los
Iveys con su sonido antiguo, algo que
Better Days rompe por completo gracias a un riff que recuerda en estética y sonido a los que
Mick Ronson fabricaría para
Bowie en esa época. Del mismo modo,
'It Had To me', supone uno de los mejores momentos de Badfinger, una canción que debemos a
Mike Gibbins, el batería. De inicio emocionante, es una de esas melodías que parece que va a romper por alguna parte gracias a la interpretación de
Pete y al que siempre, y no sé por qué, lo emparento definitivamente con toda la cara B del
1# Record Big Star. palabras mayores.
Final del disco para
'Believe Me' de
Tom Evans, una aproximación -en cuanto a sonido e interpretación- a las canciones que
John Lennon entregó para el álbum blanco: honestidad ante todo y, en este caso, un estribillo vibrante.
Badfinger saben jugar como nadie con el fino equilibrio entre lo delicado y lo directo y
Pete lo vuelve a demostrar con
'We’re for the dark', un fantástico mantra tocado por la inspiración de un genio compositivo, la diestra labor de producción de
Geoff Emerick ( el sutil arreglo orquestal es una maravilla) e interpretada con una de las mejores voces que ha habido en este estilo musical. Una voz que podía llenar estadios y tocarte la fibra, ser el nexo de unión entre la exquisita educación victoriana y las pelis de golpes de
Guy Ritchie.
Decir que
Badfinger merecía mejor suerte, no es hacerle justicia del todo. Coetanos y fundadores del
Power-pop sin pretenderlo y sin ser conscientes de ello, se les puede considerar a como uno de los padres de la criatura, quizás el menos reconocido de todos y, con seguridad, el de pasado más trágico:
Pete Ham y
Tom Evans se suicidaron (con unos pocos años de diferencia) por culpa de contratos no pagados y , para más inri, por los derechos de su canción más exitosa:
'Without You'. No sabemos cómo habría continuar su carrera, pero hay seguro dos elementos claves que seguro se repetirían: el talento y la peculiar inconsistencia del ser humano para hacer lo que parece que está destinado. En el caso de
Badfinger, contaban con mucho de ambas.
Servidor: Megaupload. Contraseña: peluquin
Vuestro amigo en el tiempo,
Tomás Verlein