martes, 31 de mayo de 2011

Noticias de baja estofa (I): Sting

Sting hará una mini gira tocando en pozos como homenaje al episodio de los Simpsons “Radio Bart”, en el que fue la estrella invitada del mismo.

El artista británico conocido como Sting realizará una mini gira de tres conciertos por pozos ubicados en tres pueblos aun por determinar. Según ha confirmado el ex miembro de The Police se le ocurrió la idea mientras se asomaba a un pozo: “Me asomé a un pozo en Entrepeñas (Zamora), empecé a entonar un verso de “Englishman In New York” y quedé asombrado de su acústica. Me dije a mí mismo que sería una oportunidad fantástica de darle otro enfoque a mis canciones”.

Si hay algo que achacar en un dibujo Simpsons es cierto aire de pelo Mullet que lleva Sting. No pasa nada porque lo pueden reciclar como caricatura de Joey Gladstone

Tras tocar en escenarios de medio mundo, bosques abulenses y en casas de la Toscana, Sting se hará acompañar para esta ocasión de la orquesta sinfónica de Múnich. “Quería ir con la filarmónica de Berlín, pero son demasiados y no entramos todos. He completado la banda con la tuna de Ingenieros Agrícolas, el que toca la pandereta es un excelente músico, cuando la gente vea el solo que se marca en Roxanne sabrán de lo que hablo”.

Sobre el episodio de los Simpsons que ha inspirado su nueva idea declara que se siente “Realmente orgulloso de haber participado en el mismo. Cavar pozos fue uno de mis primeros trabajos aunque siempre acababa con la mano llena de callos y sólo podía tocar al bajo "Bolero a Murcia", y el dibujo que realizaron era mucho más cachas y con más pelo del que tengo ahora. Me encantó.”

El precio de las entradas oscilará entre los 50 y los 150 euros más gastos de gestión, según sea la altura a la que esté ubicado el asiento y la humedad que haya en el mismo. “Creo que es muy buen precio por una gira única, la orquesta son muchas bocas que alimentar, los de la tuna beben un montón de sangría y yo me llevo sólo un 90 % de los ingresos de la taquilla”.

Sobre el asunto de que muchos de sus fans tiraran a un pozo alguno de sus últimos trabajos por lo decepcionados que se sentían con ellos, el artista no ha querido hacer declaraciones al señor bajito del departamento de investigación de garajeland.
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martes, 24 de mayo de 2011

7´´, 45 r.p.m. y cuatro pequeños trozos plásticos: The Jam

The Jam 1978s singles.

Con una memoria en pleno proceso de huelga, pero aun puedo recordar las clases de filosofía, cuando esta asignatura se impartía incluso a los que no sabíamos qué hacer y estábamos en ciencias porque había que estar en algún sitio. Y seguimos estando en algún sitio, aunque ese es otro tema. Sentado en dos patas de la silla por algún lugar que en una botella de Mahou sería más cerca del culo que de la boquilla. En chándal, porque los vaqueros se sacaban en las excursiones al museo del Prado. Un profesor vagamente esmerado en contarnos aventuras y desventuras para sacar de la cama a alguna neurona y que algún tipo con bigotillo o tipa con pechos desarrollados años atrás (sin filosofía me di cuenta por mi mismo que pertenecía al primer grupo) profundizara en algún que otro pensamiento abstracto. En concreto ese de que el hombre es libre porque siempre se encuentra ante posibilidad de elección (pero no de erección curiosamente). Te contaban para explicarlo el ejemplo del señor malo que te viene a robar y te apunta con una pistola, la elección es darle los cinco euros de la cartera o que te meta una bala en la cabeza. Situaciones abiertas. La leche pensaba uno porque pensaba poco, es verdad. Y una mierda.

The Jam en plena protesta por la reposición indiscriminada de series ya olvidadas como "Canguros"

Si en algún momento actual el señor malo entra por la puerta de casa, es probable que entre porque yo le abra, pero el tema y tal es que entre. Amenaza porque tiene pistola, y te apunta a la cabeza y te dice: “Te voy a choricear todos los singles de los Jam, pero como yo también estudié filosofía te dejo que te quedes con uno”. Y ahí es donde digo lo de “y una mierda”. No tendría posibilidad de elección, quiero todo, no me puedo desprender de una sola de las partes. Concretamente tengo una época favorita en la que las dudas me asaltan con más agresividad que el hombre malo con pistola: los singles del año 1978. El mismo en el que publican mi disco favorito de los peluquines Mod, All Mod Cons. A saber: “News Of The World”, “Down In the Tube Station At Midnight”, “Bomb In Wardour Street” y “Strange Town”, que la añado al paquete porque aunque se publicó en el año 79 se grabó un poco antes.

Perteneciendo a una época muy particular del grupo, en la que pasan paulatinamente del sonido casi punk a diversificarse en otros estilos en los que Weller siempre se sentiría más cómodo, cada single es muy diferente del resto. El primero de ellos es News Of The World, en el que la canción principal es de Bruce Foxton, amén de la tercera en discordia del single, “Innocent Man”. Situación que creo que no ocurre en ningún 7´´ del grupo. Paul Weller cuela en la cara B la estupenda melodía popera de “Aunties And Uncles”, siendo curiosamente una canción escrita en pleno proceso de transición del peluquín, pues sufre cierta desilusión con las canciones grabadas por el grupo para lo que será el siguiente álbum. Ciertamente este momento de desencanto puede ser motivado por la mala elección de una colcha para pasar el invierno, pero afortunadamente el amigo Weller encontraría el camino en composiciones posteriores. Podría ser uno de mis favoritos si no fuera porque el sólo mencionar eso de un conjunto de tres canciones en las que sólo una es de Paul Weller es casi una herejía.

The Jam en plena protesta por el aumento de las canciones malas de las tiendas de ropa que se oyen incluso en la calle 

El encuentro con dicho camino se encuentra en el segundo single en cuestión: “'A' Bomb In Wardour Street”, imprescindible letra del Paul Weller que le vuelve a situar como la bombilla más clara de todo el movimiento punki de las islas británicas. Si “News Of The World” no había contribuido para bien en la imagen del grupo para la prensa, tampoco lo haría que All Mod Cons fuera presentado con un single que contenía como doble cara A (no existe el término B en los propios créditos) una versión del intocable Ray Davies, pese a que en mi vaga opinión la versión de “David Watts” desmerece muy poco de la original. Menos mal que “A Bomb In Wardour Street” es una canción imponente, llena de rabia y con una letra que no hizo amigos a Paul en la pandilla que lucían imperdibles en los pezones, desmarcándose así de un movimiento en el que se sentía más incómodo que Calatrava con una fachada recta. No citaremos pues desde este punto a The Jam en el punk como tal. Podría ser uno de mis singles favoritos si no fuera porque siempre me interesó más que en los mismos se pudieran encontrar canciones que no estuvieran en el LP.

Tercer 7´´ del lote: “Down In The Tube Station At Midnight”. Ya está, ya se puede decir, Paul Weller alcanza cotas de composición al nivel de los más grandes, y además tan elegante que nadie tendría reparo en llevarle a merendar a casa de una abuela. Canción perfecta en todos los sentidos, letra insuperable, aunando estilos musicales como el Mod Revival y el New Wave de forma elegante y una portada mítica en la carrera de la banda. En la cara B se encuentra una nueva versión MODerna, “So Sad About Us” de Pete Townshend y una composición de Bruce Foxton, “The Night”, canción intensa aunque sin llegar a los niveles de lo que estaban haciendo en las canciones de All Mod Cons. Podría ser uno de mis singles favoritos si no fuera porque no es el único que han realizado, cosa que hubiera facilitado bastante la elección.

The Jam en plena protesta por el aumento de precio del bono bus de diez viajes

Cuarta y última reseña, a modo de bonus porque se ha colado mientras inhalaba los vapores del limpia cristales y porque cuadra muy bien para completar el póker de singles. “Strange Town” es una encantadora canción, que sólo se puede encontrar en formato single, en recopilatorios, en este bloc, en canciones en directo, en tributos, en anuncios de mundos extraños cuando existan anuncios de mundos extraños y en el remake de “La ciudad no es para mí” en caso de que en algún momento se realizara, es decir, en un par de sitios solamente. Todo esto no quita que sea una gran canción, acompañada en la cara trasera del disco por “The Butterfly Collector”, canción tenue y menos luminosa a lo habitual en el grupo.

Afortunadamente, ningún hombre malo no ha querido robarme estos singles, aunque pensándolo fríamente admito que si alguien quiere conseguir semejante material algo de buena persona debe de tener. En cualquier caso ya va siendo hora que deje de filosofar y quitarme de una vez por todas el bigotillo y el pantalón de chándal, que llega el verano y empieza a hacer calor.

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martes, 17 de mayo de 2011

Los Padres de la Criatura: Badfinger


No Dice (1970)

Uno de esos días. Los de levantarse con la pierna izquierda (o derecha según la lateralidad cruzada con la que hayan nacido). No atinas con el despertador, pero sí tu muñeca con la mesilla, el perro se ha comido tus zapatillas y la avería de Gas Natural -que te tiene sin agua caliente desde hace dos días- sigue siendo registrándose como “incidencia”. Eres la misma persona que ayer, pero con rotura de escafoides, unas zapatillas babeadas y una temperatura corporal tan baja que asustaría a la comunidad médica. Y aun así sales a la calle convencido de que el día mejorará. Eres un espíritu inquebrantable, que es parte de las mejores cosas del ser humano y también un motivo por el que las razas alienigenas creadas por Douglas Adams nos miran con desdén. La conclusión es que poseemos una incombustible fe en que todo va a salir bien, incluso cuando el sentido común, la experiencia y un señor con tricornio y vestido de verde nos dice: “por aquí no se puede pasar”. Esto se da en nuestro vida, pero también en la música. Normalmente no se reparará en ello, pero Badfinger es el mejor ejemplo de este comportamiento que se me ocurre.


Si se preguntaban a qué nos referimos en Garajeland cuando hablamos peluquines, lo hacemos
exactamente de ESTO


El grupo del que hablamos hoy se tenían mucha fe, es la única razón para que fueran capaces de dejar un legado tan importante (y en tan poco tiempo) con todo lo que tuvieron en contra. Quizás no sea del todo cierto decir que contaban con elementos en contra. Pongamos que todo a su alrededor se desarrollaba de tal forma que, lo más sensato, sería salir corriendo sin mirar sin llevabas las piernas depiladas. Hagamos una lista: son un grupo de Gales, un lugar donde por mucho que te pongas no puedes escribir mejor que Dylan Thomas, jugar al fútbol mejor que Ryan Giggs o vivir mejor que John Benjamin Toshack. Con esas premisas, a los buenos de Badfinger sólo les quedó dedicarse a la música. Seguimos con las cosas en contra: son uno de los primeros grupos en fichar por el sello Apple de los Beatles (que nacía como una gran idea comunitaria de empresa creativa y acabó teniendo un éxito pareció al Rascapiquilandia europeo), graban un primer disco y resulta ser un fracaso comercial. En sus primeros años tampoco parecía el grupo más estable del mundo (entre 1967 y 1969 cambiaron dos veces de guitarrista y una de baterista). Y este disco tuvo que competir en las listas con el Plastic Ono Band, All Things Must Pass o el Led Zeppelin II (y lo irónico es que colaboraron en dos de ellos...). Así pintaba la cosa.



Badfinger fichó por Apple cuando todavía eran los Iveys, grupo que ya contaba con Peter Ham y Tom Evans en sus filas y que se formó en los albores de los años 60. Tras unas cuantas actuaciones y ya con Mike Gibbins como batería comenzaron a tener cierta reputación como banda gracias a que sus canciones se revelaban como pequeñas perlas cultivadas de la música pop. Sin embargo, no fue hasta que Mal Evans (otro sexto beatle) les vio en un concierto y les fichara cuando comenzó su relación con la discográfica de la manzana, lo que para bien y para mal les cambió la identidad para siempre. Tras la firma, lanzaron su primer single, el fallido Maybe Tomorrow, que alcanzó el top ten en Japón, pero no en Inglaterra o EE.UU. El grupo, por su parte, se encontraba viviendo momentos duros: creían que Apple no hacía bien su trabajo y Ron Griffiths (guitarrista) tenía sus más y sus menos con Tom Evans, lo que acabó con el primero fuera de Badfinger. Pete, comprendió que les faltaba algo a su sonido, lo que me suele ocurrir a mí con el cus-cus cuando no le he puesto el conjunto de especias verdes, y llegóa a la conclusión de que el ingrediente X no era otra cosa que darle a algunas de las mejores melodías de pop de las islas la rasposidad de un buen riff de guitarra eléctrica. Una mezcla ésta del Pop y el Rock que hoy llamamos Power Pop y que nos parece lo más normal del mundo, pero que en esa época casi necesitó de un referéndum tipo "Sí a la 24" para consolidarse. Conviene recordar que en los 60 el Pop y el Rock eran compartimentos estancos excepto si los Beatles decían lo contrario (y en 1969 estaban ya muy ocupados autodestruyéndose).



Ya con la nueva formación (Joey Molland se unió al trío como sustituto de Griffiths) y con el grupo rebautizado como Badfinger ( nombre que viene de Badfinger Boogie, uno de los nombres que los Beatles barajaron para el With a little help of my friends) la cosa empieza a fructificar, primero gracias al single 'Come and Get it' escrito y producido por Paul McCartney. Un número uno que les lleva a grabar su segundo disco, el magnífico Magic Christian Music, una especie de tótum revolútum que incluía canciones de la banda sonora de la peli que protagonizaban Ringo y Peter Sellers, composiciones de los Iveys con nuevas grabaciones del Maybe Tomorrow (que en formato disco no había salido en ningún país anglosajón). Esta práctica, la de meter todo en una cesta y esperar que salga bonito y cohesionado por la gracia de Cthulhu, es el truco que llevan buscando esos magos bromistas que meten tu reloj en un pañuelo, sacan un martillo y muestran una amplia sonrisa mientras proceden con el elemento percutor y tú te das cuenta de que ni es una comedia, ni el mago se llama Splendini.


"Por última vez, que no vamos a tocar Help"


Tras ese disco, el camino de Badfinger parecía encauzado, así que no tardaron mucho en ponerse a grabar su tercer LP, No dice (una expresión originaria de los juegos de dados que viene a decir algo así como: “de ninguna manera”), de nuevo bajo la producción de Mal Evans con portada a lo mata hari y lleno de canciones de toneladas de talento. El nuevo sonido del grupo es identificable desde los primeros segundos de ‘I can’t Take it’, primera muestra de la maestría de Pete Ham como compositor: menos de tres minutos de fundamentos del Powerpop en los que se demostraba que el grupo iba a tener una capacidad casi mística de juntar el brío de las guitarras de Joey y Pete con melodías que rondarán tu cabeza con una facilidad inusitada. Después de este inicio, el disco sigue demostrando sus credenciales con dos canciones que desmontan todas las ideas preconcebidas que se tuvieran del grupo: ya no eran un grupo de baladas o, por lo menos, no únicamente; eran capaces de conjugar sus dos vertientes, como bien demuestra el cambio de 'I Don’t Mind' o 'Love me do', composición de Molland que además de un gran paso para poder diferenciarse de los Beatles (junto con otros detalles como que eran cuatro, melenudos, grababan en su sello y si cerrabas los ojos te costaba distinguir las voces de Tom y Pete de las de John y Paul) es una conexión directa con el nuevo sonido que estaban creando.


Llegamos a 'No matter what', que fue el primer single (tras un par de arreglos en unas nuevas sesiones de grabación dirigidas por el gran Geoff Emerick, ingeniero de los Fab Four). Una muestra majestuosa de cómo una buena canción puede convertirse en lo que marca la diferencia entre un gran disco y una absoluta obra maestra. No creo que nunca haya hecho una lista de todo lo que tiene que tener un canción para que ganarse mi atención, pero les puedo decir que No Matter What tiene todo eso y algunas cosas más de reserva: riffs de guitarra que te atrapan, la conjunción perfecta de tres voces trabajando las armonías eficazmente y un cambio (lo que empieza a partir de "Knock down the old gray wall") que conjuga al mismo tiempo la complejidad y la imposible sencillez de hacer un tema completamente adictivo.


No pensarían que iba a resistirme a los encantos que Google Imágenes y su imparcial buscador

Aunque si por algo pasó a la historia No Dice es por contener la canción más recordada de Badfinger, o mejor dicho, la canción de Badfinger que más conoce la gente, pero que nadie sabe de quién es realmente y que se añade a esa lista de canciones originales que son menos radiadas que sus respectivas versiones ('All Along the Watchtower', te miro a ti) Nos referimos a 'Without you', que alcanzó fama mundial gracias a la excelsa voz de Harry Nilsson (algún día le dedicaremos un algo a ese un borrachín entrañable) y a una versión de Mariah Carey no apta para diabéticos (a la que no dedicaremos ni un minuto más). La canción, que aquí tiene un tono más folk, deja a las claras el talento de la dupla Ham/Evans para componer (la estrofa es obra de Pete, mientras que el estribillo fue aportación de Tom, ya ven, repartido como buenos hermanos). Los siguientes cortes, como 'Blowdyn' son los últimos vestigios de los Iveys con su sonido antiguo, algo que Better Days rompe por completo gracias a un riff que recuerda en estética y sonido a los que Mick Ronson fabricaría para Bowie en esa época. Del mismo modo, 'It Had To me', supone uno de los mejores momentos de Badfinger, una canción que debemos a Mike Gibbins, el batería. De inicio emocionante, es una de esas melodías que parece que va a romper por alguna parte gracias a la interpretación de Pete y al que siempre, y no sé por qué, lo emparento definitivamente con toda la cara B del 1# Record Big Star. palabras mayores.


Final del disco para 'Believe Me' de Tom Evans, una aproximación -en cuanto a sonido e interpretación- a las canciones que John Lennon entregó para el álbum blanco: honestidad ante todo y, en este caso, un estribillo vibrante. Badfinger saben jugar como nadie con el fino equilibrio entre lo delicado y lo directo y Pete lo vuelve a demostrar con 'We’re for the dark', un fantástico mantra tocado por la inspiración de un genio compositivo, la diestra labor de producción de Geoff Emerick ( el sutil arreglo orquestal es una maravilla) e interpretada con una de las mejores voces que ha habido en este estilo musical. Una voz que podía llenar estadios y tocarte la fibra, ser el nexo de unión entre la exquisita educación victoriana y las pelis de golpes de Guy Ritchie.





Decir que Badfinger merecía mejor suerte, no es hacerle justicia del todo. Coetanos y fundadores del Power-pop sin pretenderlo y sin ser conscientes de ello, se les puede considerar a como uno de los padres de la criatura, quizás el menos reconocido de todos y, con seguridad, el de pasado más trágico: Pete Ham y Tom Evans se suicidaron (con unos pocos años de diferencia) por culpa de contratos no pagados y , para más inri, por los derechos de su canción más exitosa: 'Without You'. No sabemos cómo habría continuar su carrera, pero hay seguro dos elementos claves que seguro se repetirían: el talento y la peculiar inconsistencia del ser humano para hacer lo que parece que está destinado. En el caso de Badfinger, contaban con mucho de ambas.

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Vuestro amigo en el tiempo, Tomás Verlein
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viernes, 13 de mayo de 2011

Contacto con Tacto (XIV): Doctor Explosion

Sala El Sol, Madrid, 7 de Mayo de 2011

Una de las normas no escritas de este bloc (en esto nos parecemos un poco a Corea del Norte) es la de apoyar siempre a los pirados (en esto ya no nos parecemos tanto), y aunque esta vez nuestro apoyo se redujera a la mínima expresión en forma del que subscribe, en forma de cuerpo serrano para matizar, seguir las andanzas de un buen elemento del género como Jorge Muñoz-Cobo se hacía tan necesario como la asistencia al concurso anual de chile con carne de Springfield, pues es en el género psicótico en general, y en el músico-garagero en particular donde a los Explosión se les puede considerar algo así como un orgullo patrio.


Si alguien no sabría diferenciar a primera vista un concierto de Mike Oldfield y Doctor Explosión: El primero no usaría calcetines, y el segundo utilizaría su poder poniéndolo en la guitarra.

Habituados como estamos a rendir homenaje culinario previo a cuanto grupo vemos en directo, esta ocasión era especial: primero porque Doctor Explosión son asturianos y permitió honrarles de forma muy sabrosa a base de un buen canapé de cabrales; segundo porque la mayoría de los grupos a los que nos acercamos a ver en vivo son anglosajones, su gastronomía no nos gusta demasiado y acabamos sustituyendo nuestra dignificación particular por elementos de la patria como la morcilla de Burgos o el bocadillo de queso manchego. Tras la ingesta del mejora aliento bajamos las escaleras de la Sala Sol sin tropezar y con ganas de ver como sonaban las canciones del último disco del grupo: Hablaban con frases hechas.


Pertrechado por un pañuelo al cuello un poco de Mari Pili apareció Jorge Explosión acompañado de sus ahora compañeros Pablo en el bajo y Pibli maltratando la batería. Concierto que empezó tocando canciones de una en una y una detrás de otra como no podía ser de otra manera, con muy pocas pausas entre ellas, como debe ser, sólo cortadas en ciertas ocasiones para afinar la preciosa Gretsch de la que se hace acompañar ahora Mr. Jorge. Como mi memoria está muy poco fina en los últimas décadas me resulta imposible realizar un setlist medianamente completo del concierto, si bien es de agradecer que Jorge y los suyos centraran la hora muy larga de concierto en sus últimos trabajos, del estupendo Hablaban con Frases Hechas sonaron “¿Quién quiere lo que tuvo ayer?”, “Liar Liar”, “Nunca estuve allí”, “Te delatas” (rebautizada durante el concierto como “Te dilatas”), “Nada de ti” o la versión garage punkera del “Blue Monday” de New Order, canciones de un disco que ha ampliado las miras de Doctor Explosión a más beat y pop que nunca pero con el garage y el rock and roll por bandera, amén de las chifladas letras del señor Explosión siempre tan de agradecer tras sonar en estos momentos del Spotify un nuevo anuncio de Melendi.


Jorge Explosión tomando aliento para decir de carrerilla las preposiciones, con el "so" y el "cabe" incluidas.

Como la muchachada nunca se queda del todo contenta si no suenan clásicos modernos del grupo, cayeron para el respetable tanto el “Drácula Ye-ye” de Pajares, “Surf Talibán”, “La Chatunga”, “Eres Feo Chaval”, o el “Let’s go to the beach” hasta rozar la euforia colectiva tocando “El Calcetín”, en la cual apareció un calcetín (a tenor de lo visto, usado y del Decathlon) que Jorge no se cortó en colocar en el mástil de la guitarra. Completando la faena sonó una versión de los Plimsouls (creo recordar que era “Lie, Beg, Borrow and Steal”) y un par de canciones de Link Wray, que siempre molan, y si además se hacen entre el público, con toda la sala agachada gritando Comanche, la euforia se desata, y con razón.


No se los pierdan si pasan por su ciudad (están de gira y lo pueden ver en su web), acuérdense de los placeres asturianos, que además de su dieta cantábrica ofrece a uno de los grupos que siempre cumplen en el oscuro panorama musical actual, con pirado incluido. Una oferta casi irrechazable.


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