"También ríen en los charcos los inmundos renacuajos cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó"
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viernes, 3 de julio de 2015

(500) Días con The Smiths


“Resume lo que es sufrir un desencuentro amoroso 
pero desde la óptica masculina no convencional, 
que existe y no es reflejada por el mundo machista en que vivimos. 
Recursos técnicos muy originales y una historia de amor 
con la cual es fácil de identificarse 
si alguna vez sufriste por amor 
(y todos sabemos que sí aunque no quieras confesarlo). 
Todos tenemos un Verano* en nuestras vidas.”

Iván, el Matado.


Un día como cualquiera mi amigo El Matado me hizo una de sus clásicas preguntas “¿Viste la película…” a lo que esa vez agregó “(500) días con ella?”, y yo que la había visto y lo único que me había llamado la atención era la mina y la música (¡el Beatle preferido de ella es Ringo!), le contesté justamente eso.
Qué manera de salirle espuma por la boca a este muchacho. A partir de ahí me volcó encima la perorata que costosamente ahora resumió en apenas un párrafo.
Otro día como cualquiera cayó en casa y volvimos a verla remarcando él esta vez los detalles importantes, a veces casi saltando del sillón y otras con ojos empañados. Debo admitir que tiene varias cosas que rescatar. El que prefiera hacer su propia experiencia ¡que raje de acá! porque voy a mostrar escenas del film (lo que ahora suele llamarse espoilear), basándome en lo que más me gustó del film: la música como medio narrativo.


Dirigida por Marc Webb en 2009, la historia está mostrada desde el punto de vista de Tom (Joseph Gordon-Levitt) y todo su enrosque amoroso con Summer (Zooey Deschanel). Se convierten en compañeros de laburo. Tiene el acierto de mostrar los (500) días de relación en forma no lineal. Arranca por el (488) pasan al día que se conocen (1), de ahí al (290) en que está deprimido, vuelve al (3), al (4), al (8) y de ahí al día (154) cuando le cuenta a su amigo que las cosas no están bien y así irá avanzando y retrocediendo, hilvanando los sucesos, efectos y causas a lo largo de los (500) en que él propuso y ella dispuso.
Es una comedia romántica ironizando comedias románticas, no es la típica historia de amor. Uno de los dos guionistas para desquitarse con su propia Summer (Jerry Beckman), en la frase inicial aprovecha para dedicarle el film y así como a la pasada llamarla perra.

A mi gusto, la mejor escena es la que tiene el tema clásico “There is a light that never goes out” de The Smiths. A los pocos días de conocerse coinciden en el ascensor. La mina escucha lo que él está escuchando en los auriculares, ¡The Smiths!, le dice, agregando que le encanta de Smiths y cantando la parte de la canción que suena:“Morir a tu lado es una manera celestial de morir” y se va... ¡Flechazo!


Al Matado le gustó mucho la divertida escena en que el flaco sale a la vida (¿o a la muerte?) después de haber pasado la noche con la minita. No lo banco en esta, pero lo acepto. El tema es “You Make My Dreams” de Hall & Oates.


En la que si coincido con él es en la escena de la pantalla dividida, que muestra las expectativas del flaco a la izquierda y la realidad a la derecha, como va coincidiendo por momentos y diferenciándose en forma sutil pero crucial también. Y luego cómo una fue conquistando todo el territorio a la otra hasta coparlo todo. Sobre el final hay una buena técnica animada, de las que abundan en el film. La canción es “Hero” de Regina Spektor y habla con desesperanza de desencuentros y traiciones.

Mi personalidad encaja más con la del amigo (Paul) que le da consejos, le dice que no se tiene que enganchar tanto con esa historia, que la mina trata de manipular la situación, a pesar de saber que será ignorado cual Sancho Panza. Lo que si hay que reconocer es que al menos el protagonista va madurando, poco pero al menos avanza hacia una nueva concepción no tan enfermiza. Si quieren repasar las escenas sobresalientes con sus respectivos temas musicales recomiendo esta seguidilla.

"Por un lado quiero olvidarla pero por otro..."
Otra escena: noche de karaoke en un bar, Summer cantó un tema de Nancy Sinatra que no me llega tanto pero Tom cantó el tema clásico de Pixies “Here come your man”. Acá va la escena precediendo al original.

Un tema que pasa desapercibido (tanto que ni siquiera formó parte del soundtrack oficial) es cuando el chabón intenta salir con otra mina para olvidar a Summer y la lleva a ese mismo bar donde habían hecho karaoke. Esta vez, totalmente ebrio por no poder olvidarla sube a cantar uno que me encanta a mi: "Stand By Me (Train in Vain)", tema de los Clash del inmortal disco London Calling. Fueron 20 segundos en el film, pero vale la pena recordarlo con el tema completo.

Cuando el pibe describe lo compatibles que son, hablará de René Magritte (amigo de esta casa) y también habrá un gran chiste sólo para rockeros entendidos y estudiosos: Tom vivió un tiempo en Nueva Jersey y ella... tiene un gato que se llama Bruce.
De todo el soundtrack, y aprovechando que desde hace varias semanas no puedo dejar de escucharlos, yo me quedo con la banda de Morrissey y Johnny Marr (y marche de paso un saludo para el bajista Andy Rourke que cuando lo dejaban la rockeaba). Hace bastante hice una entrada sobre The Smiths, que pasó desapercibida. Dejo otro de los temas que suena en el film, y varias veces, “Please Please Please Let Me Get What I Want”


Como bien dice el Matado, la película tiene buenos recursos técnicos y muy variados, como la traslación de los dibujos (del mundo imaginario de Tom) hacia la realidad del mundo que impone Summer.
Lo peor del film: tendría que haber terminado dos minutos antes. El final casi derrumba todo para los que nos gusta la poesía de lo que no se dice, pero se sobrentiende.

Como diría Ringo ¡Buenas Noches!

PD: se puede seguir al Matado en "El Fuego de Prometeo", su blog de literatura, viajes, historia y reflexión.


*Nota del Matado: El título original tiene un juego de palabras que en el doblaje se pierde: Summer es el nombre de la mina, verano en inglés. El final también juega con esto.

sábado, 30 de marzo de 2013

Los Carnavales Nostálgicos de Fellini

Advertencia: Espacio no recomendable para pochoclos.

Los amantes del buen cine saben que las películas de Federico Fellini desarrollaron una estética propia, que dio lugar al término “Felliniano”. Los personajes fellinianos transitan el mundo real y el imaginario y son criaturas frágiles que están solas, con una existencia insignificante y sólo algún sueño puede salvarlos en una realidad tan cruel y desoladora. La dualidad y ambivalencia fueron marcando sus obras y las distintas lecturas que se pueden hacer de sus films casi siempre dejan una puerta abierta a la interpretación personal del espectador.


Hablaremos hoy de una característica recurrente en sus films: la música presentada como algo natural y onírico. Fanfarrias ambulantes, caravanas espontáneas, música de circo callejera. Recordemos que Nino Rota fue su músico colaborador y al parecer se complementaban muy bien en la elaboración visual-musical, de ahí los buenos resultados. 


Ya en su ópera prima, la agridulce El Jeque Blanco (1951), la desesperación del personaje perdido en la gran ciudad en dos ocasiones es interrumpida por música en forma atropellada y repentina...



I vitelloni (mal traducida como “Los inútiles”,1953) fue bien recibida por estos lares –acá sería algo así como “Los Atorrantes”- tal vez por la empatía con la temática: la ociosidad, el miedo a crecer, el adios a los viejos tiempos por parte de los jóvenes. Todos son seres atrapados en una existencia tediosa y sofocante y la obra se centrará en la elección de vida de las personas. Quedarse o no quedarse, he ahí el dilema.
Casi como un video de Los Auténticos Decadentes, con este film arriba Il Carnevale. Luego de una fiesta, ¿a quién no lo ha perseguido alguna vez una trompeta?





En La Strada (1954) se pinta el mundo de la calle y de los artistas ambulantes tal cual era, acomodándose a esa corriente neorrealista tan típica del cine italiano de la época en donde se mostraban los ambientes y comportamientos de personas humildes como documento de una realidad que estaba ahí y que era muy diferente de lo que el cine hollywoodiense solía mostrar (Cowboys y guerras ganadas). Entre lo ficcional y lo documental aparecerán melancólicas escenas de instrumentos de viento y tristes redoblantes callejeros.





Película melancólica y dramática: timadores que estafan a personas humildes como forma de combatir el Sistema y la moral impuesta. En Il Bidone (“Almas sin conciencia”, 1955) encontramos una pequeña escena típica de Fellini y la música ambulante.





En Las noches de Cabiria (1957) Fellini describe la vida de una prostituta que en lugar de una vida fácil sólo encuentra desengaños amorosos. Su bondad y una cierta ingenuidad la convierten en víctima de sucesivos vividores que se aprovechan de ella. En esta escena (no diremos qué pasó antes y qué pasará inmediatamente) vaga desesperada por un bosque, de noche, donde encuentra un grupo de jóvenes alegres y felices en plena caravana musical.




La dolce vitta (1960): trata de la ambigüedad de vidas en una persona, por un lado la vida superflua, la dolce vita y por otro una vida familiar "normal". La película fue un enorme escándalo con protestas de la jerarquía eclesiástica, de la nobleza italiana. Tiene dos escenas memorables: la de la fontana di Trevi y la escena del falso milagro donde dos niños mienten ante una multitud acerca de una supuesta aparición de la Virgen en las afueras de Roma.
La que seleccionamos es tan sólo un casual trencito rockero.




Las tentaciones del Doctor Antonio -episodio de Boccaccio 70 (1962)-. Trata de un moralista intransigente al que debajo de las ventanas de su habitación le colocan un cartel publicitario gigante en el cual se ve la imagen de una mujer hermosa, que con su sonrisa cautivadora exhorta a tomar más leche. Al mismo tiempo que lucha para que lo quiten, tiene vívidas fantasías sexuales.
Se mezclarán la caravana de festejo de músicos tropicales, la fanfarria militar y el jingle hipnótico de niños cantando que Nino Rota compuso para el film.



De 8 y 1/2 (1963) sólo diremos que cuenta la crisis creativa de un artista, el problema de confrontarse con las expectativas de todos (productores, periodistas, amigos), y también la crisis existencial de un hombre, que se aferra a los recuerdos y a los sueños para soportar el peso de la vida. Una película llena de metáforas, donde lo ficticio y lo real, y el presente y el pasado se entremezclan.
Acá la famosa escena final en que se pone a orquestar la banda. Todo Fellini. Todo Nino Rota. Abstenerse de recordarme a Susana Gimenez por favor.




I Clowns (1971) es el homenaje de gratitud hacia los payasos y feriantes que tanto le han influenciado. Por un lado es un documental de valor histórico y por otro es un film alucinante acerca de la supuesta muerte del circo. Mezcla extraña entre música de carnaval y de funeral.



Roma (1972) Fascinante recorrido por la ciudad de Roma entre el documental y el ensueño mágico de sus imágenes. Fellini aporta su visión particular que, desde el pueblo, se tenía de la capital cuando era niño, la pensión romana, el teatro, los prostíbulos, el bullicio de las calles nocturnas, coches atascados en plena lluvia, focos, bocinazos, gritos y sirenas de policía. Acá la escena del vecindario cenando en plena calle...obviamente con música callejera. ¡Tutti a cena!




Con Amarcord (1973) Fellini recuerda y reinventa su vida en su ciudad natal en la primera mitad de los años treinta. Los protagonistas son su misma ciudad y sus personajes grotescos, recuerdos que se transfiguran en ambos. Como ya el título revela es un amigable y coloquial relato entre viejos amigos con experiencias comunes. Fellini hace un melancólico y divertido retrato de la Italia de entreguerras, controlada por el fascismo y la Iglesia.
El tema compuesto por Rota recorre todo el film. Apto para banda militar, flauta “mágica” y acordeón…




Ensayo de orquesta (1978): Presentado como un falso documental con dosis de caricatura y burla, sobre un ensayo en un viejo oratorio del siglo XIII.
Lo que parece un canto de admiración hacia la música clásica, y hacia la relación de amor entre el músico y su instrumento, y entre los distintos instrumentos entre sí, se transforma en una interesante fábula sobre clases dominantes y sometidas, en este caso entre el director y los músicos, con connotaciones políticas incluidas, sin renunciar en ningún momento al humor.
La música se presenta espontánea a lo largo toda de la película (dura apenas 70 minutos). Seleccionamos una de las escenas surreales.




Y la nave va (1983) también nos embarca en el mundo de la música. Trata de un grupo de personalidades de la alta sociedad europea que lleva las cenizas de una célebre diva de ópera para arrojarlas al mar. Las escenas musicales son numerosas y se dan en forma espontánea. De todas ellas destacamos dos que ponen de manifiesto ese mundo mágico, surreal e insólito de Fellini.




Quedaron afuera algunos films, pero los presentados aquí son los más recomendables a mi gusto. El libro de quejas queda a vuestra disposición. 


sábado, 7 de julio de 2012

VOLVER AL ROCK

La Gran Trilogía de Hollywood desborda de curiosidades, bloopers y anécdotas, en las que esa pequeña pasión que hemos llamado rock dice presente de esta manera:

Se escuchó  un millón de veces que el rock lo inventó el legendario Elvis, y otro millón de veces que fue Chuck Berry (pero que no se le atribuyó el mérito en su momento porque era negro y todos sabemos masomenos cómo estaba el tema del racismo en los 50). La discusión se acabó señores: quien inventó el Rock'N'Roll fue Marty McFly en 1955…y el primo de Chuck puede jurar que así fue.




¿Alguién recuerda como arranca la Trilogía? Marty con una guitarra y un pequeño amplificador en 1985. Pasión que no abandonará ni en 1955 a pesar de estar a punto de desaparecer, ni en 2015 con una mano rota.


Existen algunos detalles rockeros muy bien cuidados. Ese es el caso de los temas que suenan muy de fondo en radios o despertadores. Ahi van "Time bomb town" de Lindsey Buckingham, "Heaven is one step away" de Clapton y "Back in time" de Huey Lewis.


En el 1985 alternativo en que Biff es dueño del mundo suena tema de protesta hard-rockero contra el límite de velocidad "I can´t drive 55" de Sammy Hagar.


A lo largo de la Trilogía hay tres grandes cameos rockers. 1-Cuando Marty y los "Cabeza de Alfiler" hacen pruebas para sonar en una fiesta, el calificador de "The Power of Love" no es otro que el mismísimo autor del tema: Huey Lewis (el del megáfono). 2-El cameo que resulta más curioso es el de 1885. Si se necesita unos descuidados muchachos de barbas largas para hacerlos pasar por descuidados músicos de country, ¡a quién recurrir mejor que a los ZZ Top! que además aportaron a la banda de sonido su tema "Double Back". 3- Needles, el que desafía en una picada a Marty -y que lo había desafiado en 2015 arruinándole la vida-, es el bajista de los Red Hot Chili Peppers: Flea.



Casete, walkman, Van Halen: Tres íconos de los 80.
Tres elementos de ciencia ficción para alguien de los 50... (el tema es un inédito de Eddie V. H.).


La película está atravezada por Michael Jackson: en el café ochentoso del 2015 es quien toma los pedidos al ritmo de Beat It, y Marty lo llevará a 1885 con el moonwalk de sus nikes. Además dirá presente en detalles, como los posters del 1985 alternativo.



"The Power of love" de Huey Lewis fue todo un éxito comercial, llegando a ser nominada al Oscar e instalándose para siempre como "tema para andar en skate con walkman y colgado de los autos”.


*Como bis, un inolvidable detalle rocker del film es la aparición anacrónica de quien les habla, Frodito, en el café ochentoso de 2015 intentando jugar al Wild Gunman y gastando a McFly por tener que usar las manos.



jueves, 2 de diciembre de 2010

CARLITOS NO SURFEA

Vietnam, una aventura psicodélica. Un hombre cuya misión secreta es encontrar a un coronel criminal de guerra a través de un río. Su tripulación es una mezcla de jóvenes rockeros, surfers y cocineros, casi inexpertos en temas bélicos. En el camino, otro coronel al que le encanta respirar napalm y capaz de cualquier cosa con tal de ver surfear a un profesional. Situaciones ilógicas como un espectáculo montado en medio de la selva que incluye conejitas de Playboy o el encuentro de tintes políticos con un improvisado ejército francés. Y el surrealismo, la paranoia y la lisergia que se hacen cada vez más fuertes hacia el final del río, y del film. Hacia el corazón de la jungla y del Apocalipsis.
Sin lugar a dudas, Apocalypse Now es la mejor película anti-bélica. Una obra de arte de Francis Ford Coppola. Una ambientación increíble, una banda sonora que va desde Wagner a los Stones y se adapta perfecto a cada situación. Magia en cada imagen, Poesía en cada frase: "Esta es la verdad... un huevo... lo blanco se va y lo amarillo se queda".

El Buho deja (sin delatar el final) las cinco buenas razones para verla...en su orden cronológico.