La cosa más profunda que podemos
hacer por nosotros mismos es hacernos a un lado y dejar que el Maestro entre en
nuestras vida. Eso significa que el humano deja de controlar la situación, y
dejamos que la vida fluya a través del Maestro, tu alma, tu divinidad, como sea
que la quieras llamar. Cuando aceptamos al Maestro en nuestra vida, estas
aceptando el regalo más increíble para ti mismo, y tu alfa y omega, está
completo en sí mismo, y no necesita nada más. No tengan miedo de permitir
que algo tan grande, entre a sus vida. En fondo de nosotros, tenemos la necesidad
y el anhelo de estar otra vez frente al Maestro.
Permitan que su Maestro les
indiquen una nueva dirección en sus vida, el los apoyará y les permitirá ser
todo lo que nacieron para ser. Eso los convertirá en lo que anhelan ser en su
corazón divino. Cuando confiamos en nosotros mismos no pueden cometer errores. Hay
veces que nos sentimos tristes como un vacío por dentro, es una sensación
difícil de explicar, pero es algo similar a notar que te falta algo por dentro.
Es como un movimiento de conciencia que las cosas se desmoronan, ese movimiento
que sienten en cierto nivel de conciencia, es el alma, que nos esta diciendo
que esta siendo reemplazada por la sabiduría, del Maestro.
El maestro en mi.
Maestro, concédeme la serenidad
para aceptar las
cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar
las que si puedo,
y sabiduría para
reconocer la diferencia.
El humano y el
Maestro.
Dos puntos de luz que
conectan con gracia y facilidad,
para trascender y ir
más allá del pensamiento.
Para estar en unión,
corazón a corazón con
el Maestro.