La hora undécima
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Por Valmore Muñoz Arteaga A Antonio Pérez Esclarín Mario Briceño-Iragorry es uno de los pensadores más importantes y determinantes del siglo XX en Venezuela. Su obra está, casi absolutamente, consagrada a indagar el alma del venezolano y de lo venezolano. Un hombre al que, sin la menor dificultad, puedo señalar como un prócer de la venezolanidad. La dictadura de Marcos Pérez Jiménez, tan acariciada hoy por muchos, no solo lo envió al exilio, sino que, además, al no poder frenar su pensamiento activo y rector, mandó a asesinarlo un 8 de diciembre de 1954 en Madrid, donde sufrió como pocos la distancia de su tierra. Cuando regresó del penoso exilio, acariciaba un sueño en su corazón. Soñaba con crear una universidad para hijos de obreros venezolanos, pero, ante el tamaño ciclópeo de su estatura moral, de lo que representaba como intelectual católico, de su transparente vida ética y moral, algunos quisieron aprovecharlo para el escarceo político y postularlo como candidato presiden...