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sábado, 19 de mayo de 2018

Entrevista con Alfonso del Río


Fuente de la foto: twitter de Alfonso del Río
     La ciudad de la lluvia no es la primera novela de Alfonso del Río. En realidad es la segunda. Aunque la primera, Ioannes, se publicó en una editorial pequeña, sin repercusión, y hoy es casi imposible de encontrar. Así que para casi todos los lectores, esta ha sido la primera vez que leían algo suyo. Alfonso es abogado, padre, profesor en la Universidad del País Vasco y en la Universidad de Deusto. Si a eso le sumamos que le gusta practicar deporte, parece imposible que haya sacado tiempo para ser escritor. Con la repercusión que está teniendo La ciudad de la lluvia, es lógico que ahora muchos seamos quienes queramos saber un poco más de él, algo que le sorprende, según confiesa casi entre risas mientras recuerda una anécdota reciente en la que una persona le preguntaba por una actividad deportiva reciente que acababa de realizar ante la perplejidad de quien aún no es consciente de que su nombre está empezando a sonar más allá de su círculo habitual. La siguiente pregunta era lógica:

- Y la notoriedad en las redes, las menciones, los tuits, publicaciones, fotos... cómo lo llevas?
- Lo cierto es que no soy muy activo en las redes, me han tenido que ayudar un poco con eso y procuro ir mirando y hacerme con ellas y responder. Me gusta porque me permite saber qué opinan otros de lo que leen e intercambiar algunas pequeñas impresiones con terceros.
- Imagino entonces lo que ha supuesto que tu libro sea leído en la Yincana de twitter (una iniciativa a la que se apuntan lectores y participan tuiteando frases y pequeñas opiniones del libro elegido hasta finalizar su lectura y que está capitaneada por Kayena y tintaenvena).
- Si te digo la verdad estoy encantado. Me está dando la oportunidad de ver mi libro desde una perspectiva diferente. En mi caso, por ejemplo, desde que escribo la primera palabra de La ciudad de la lluvia hasta que lo doy finalizado pasan diez años. Es mucho tiempo y mucho trabajo para que la novela vea la luz. Luego llegan los lectores y te dicen "me ha durado dos tardes" y piensas; es genial... pero en el fondo también te queda algo de pena porque.. ¿dos tardes? De algún modo te hubiera gustado que les durase más, como si así pudieran disfrutar del libro más tiempo. Es complicado de explicar porque chocan esas dos sensaciones que te gustaría que el lector percibiera.
Ahora han llegado con la lectura en la yincana y, como escritor, estoy encantado porque me perite ir compartiendo cada momento de lectura, cada frase que escriben de la novela porque ha sido especial para ellos es distinta, algunas me sorprenden y todas ellas me están dando una perspectiva nueva de mi libro. Lo cierto es que, como experiencia, está siendo fantástica.
- Hablas de diez años para escribir esta novela, ¿me puedes contar un poco más cómo ha sido este tiempo?
- En realidad yo llevaba tiempo queriendo hacer algo. Era una sensación extraña porque sentía que me faltaba hacer algo que me hiciera sentir mejor, realizado, y no sabía qué era, me faltaba ese algo. Entonces un día escuchas a un escritor decir que escribe no por dinero sino por necesidad y sin pararme a pensar en más llegué a mi casa, crucé la puerta y le dije a mi mujer, con la que llevaba casado aproximadamente un año: ya sé lo que buscaba, lo que quiero es escribir.
Y así fue como empezó todo. De hecho recuerdo que mi primera frase era muy alambricada, algo así como "La neblina de la madrugada no era capaz de soterrar...." Una frase enorme, larguísima. Hoy hubiera escrito "amaneció" o, como en mi novela: "Es de noche". En aquel momento fue una amiga correctora, Amaia, quien me leyó y creyó en mi y en mis historias y me ayudó mucho.
Así es como llego a una primera versión de la novela y la dejo reposar porque al leerla me doy cuenta de que la historia está ahí pero hay algo que le falta y no soy capaz de saber qué hacer para solucionarlo. No estaba satisfecho con ella como lector pero e faltaban las herramientas necesarias como escritor. Es en ese tiempo en el que reposa La ciudad de la lluvia en el que escribo Ioannes.
- ¿En qué momento la retomas?
- En 2014, y ya no la dejo hasta ahora. completo la documentación, me informo a través de personas que conozco y que me dicen, por ejemplo, que para que un personaje tenga fuerza y verosimilitud, necesita una biografía completa, aunque luego no la utilices en la novela.
- Escribes una novela con dos hilos temporales que levan una fuerte marca en la historia, ¿cómo consigues escribir una historia en Alemania en los años cuarenta y que no se convierta en otra historia sobre nazis?
- Mi novela en realidad no es una novela histórica solamente, es una mezcla. aunque es cierto que está ambientada en tiempo pasado. La parte de Alemania necesitaba aligerarla precisamente para evitar eso, que se convirtiera en otra historia sobre nazis, y la única manera que tenía de conseguirlo era convertirla en un hilo más intimista. La visión y opinión de el Extranjero hacia lo que está sucediendo. Esas reflexiones que hace sobre lo inevitable... en realidad no es solo por conocerle, también estaba evitando una novela de guerra más. Porque no era ese el tema.
- Y con Bilbao pasa un poco lo mismo, el año 1983 es una elección valiente ya que, suceden tantas cosas en la ciudad, que corrías el riesgo de que el momento se comiera la trama.
- Sí, el año 1983 es un año clave para saber un poco más sobre Bilbao y sobre España. Uno puede leer la novela y salir conociendo un poco más de la historia, aunque reconozco que no meto mucho porque no quería parar la trama de la novela. Hay que buscar un equilibrio, pero uno no puede escribir una novela en la historia reciente de Bilbao y no elegir ese año, porque es un año que lo tiene todo.
- Hablas de la trama y del contexto, ¿esos son los ingredientes básicos para ti de una novela?
- Una novela está formada por la trama, el contexto o ambientación y los personajes. Todas las partes son importantes y hay que mimar a cada una de ellas.
Ahora parece que muchas novelas escribas "para enganchar" al lector hacen de la trama el elemento más importante descuidando al resto y permitiendo que se coma al contexto y también al personaje. Y se inventan cosas en el contexto y no pasa nada, pero yo le quise dar la misma importancia a todo incluyendo grandes dosis de realidad mezcladas con la trama y otorgando una vida propia a cada uno de los personajes de la novela.
- Esto seguro que te lo han preguntado muchas veces ya, pero, ¿por qué fútbol en una novela negra que no trata sobre fútbol?
- Soy socio del Athletic, pero no por ser un forofo del fútbol, sino porque me gusta esa idea romántica de la costumbre en las ciudades de seguir a su equipo. Son cosas que están metidas en nuestra sociedad y que, muchas veces, unen a la gente más que políticas y banderas. En el año 1983 las gentes de Bilbao estaban divididas y esa victoria del Athletic les unió, no podía no contarlo.
En cuanto a por qué incluir el fútbol, supongo que por esa necesidad de aporta algo. Yo no pertenecía al mundo literario y no había leído sobre un futbolista que hiciera de investigador, además conozco a gente dentro del mundo del fútbol como del Bosque que son personas cabales que se toman el reconocimiento popular que tienen como una responsabilidad y no como un privilegio. Y también quería poner un poquito de este tipo de personas  inteligentes y cabales en mi libro, mi pequeña aportación para la que he contado con la ayuda de del Bosque y Segurola. De todos modos, no es una novela sobre fútbol, como bien dices.
-¿Qué fue primero, la idea de la novela o la fotografía?
- La novela, la fotografía llegó después (pero esto no lo voy a desvelar aquí porque sería contar demasiado de la novela. Sin embargo quien lo haya leído entenderá perfectamente la pregunta).
- Por muchas cosas que hemos hablado me pareces un romántico, ¿lo eres?
- Pues no me lo había planteado, pero supongo que sí. Si quieres escribir un libro con alma, tienes que ser un romántico. Y si escribes porque sientes la necesidad de hacerlo, también, porque esa es la única forma de conseguir que tus letras transmitan algo al lector.
- He leído que donas parte de lo que recibes de las ventas de la novela, ¿me puedes explicar un poco cómo llegas a tomar esa admirable decisión?
- La tomo con mi mujer, como hago todo. Como decía antes, para mí escribir es una necesidad, algo que hago por mí y no por el rendimiento económico que crea que puede llegar a darme. Es evidente que quiero vender el mayor número de libros posible, por llegar al mayor número posible de lectores, pero no quiero depender económicamente de la literatura, porque ello significaría quizás perder esa parte que me aporta ahora escribir y que es cubrir el vacío que yo sentía antes de comenzar a hacerlo. Esa es la parte realmente importante para mí, escribir porque lo necesito, sin una fecha a la vista, sin convertirlo en una obligación. Así que mi mujer y yo nos sentamos y decidimos que una parte sería para el futuro de nuestros hijos y otra iría a Caritas y otros proyectos como la Fundación Síndrome de Down.
- Por último me gustaría saber qué estás leyendo en este momento.
- Estoy leyendo El libro de los Baltimore.

     Tengo que dar las gracias a Alfonso por su predisposición a hablar conmigo ya que en estos momentos está en plena promoción y hay ferias por todas partes con los compromisos que eso supone.
     Y gracias también a todos los que pasáis por aquí.

sábado, 15 de julio de 2017

Entrevista a Sophie Henaff



     Sophie Hénaff nace en Francia en 1972. Es periodista, novelista y traductora. Conocida en su país por su trabajo en la revista Cosmopólitan, publicó su primera novela, La brigada de Anne Capestan, en 2015, recibiendo el premio Arsène Lupin, el Premio Polar y el premio de los lectores de Libro de Bolsillo en 2016. Su segunda novela Aviso de muerte continúa la serie de la ya citada brigada.

- Aviso de muerte es la segunda novela de La brigada de Anne Capestan, ¿le augura una vida larga a esta curiosa brigada?
- Serán al menos tres libros. Quizás más, no estoy segura, pero de tres, sí.
 - ¿Nos puede presentar con sus propias palabras a esta curiosa brigada?
-  Es la brigada en la que la policía se va deshaciendo digamos de sus elementos supérfluos. Todos los  policías con los que ya no quieren trabajar, los arrinconan en esta especie de armario, y se les pide simplemente que se callen y que jueguen a las cartas. Así pues se les deja de lado, se les pone al margen, pero no porque sean alcohólicos o incompetentes, sino porque tienen un rasgo, un detalle en su personalidad que resulta molesto a los demás. Por ejemplo hay un escritor que ha tenido éxito con una serie de televisión y se hizo muy muy rico y eso pone muy nerviosos a sus colegas, sobre todo que en la serie de televisión hable de ellos. Hay otro que está un poco dejado de la do por ser gay y eso fue recibido de forma regular en la policía. Anne Capestan la jefa, que es bastante colérica y tira bastante contra los criminales, y hay otro vinculado al boxeo, un cretino.... y estas son las razones por las que les envían a este destino, a esta brigada.
- La combinación de novela negra y humor empezaba a escasear, ¿cómo se le ocurre recuperar ese enfoque? 
- Ha sido de una forma natural, porque para mi, la escritura y humor están estrechamente ligados. Para mi el humor no es un género, es una forma de escribir, es un punto de vista y, de hecho, yo no me he planteado si humor o no, me plantee si escribía polar o novela blanca, pero no si escribía humor, porque para mi escribir pasa necesariamente por el humor. De todos modos yo no escribo comedia, porque ese sí es otro género y yo no quería escribir comedia. Lo que yo buscaba era incluir humor en una novela policiaca, porque esta es mi forma de escribir.
- ¿No teme ser tomada menos en serio al utilizar el humor en sus novelas frente a la crítica social feroz que realizan otros autores en este género?
- Bueno, en realidad me da igual que me tomen en serio o no. Efectivamente, cuando alguien incluye humor, hay quien piensa que el propósito es menos inteligente o menos profundo, pero yo pienso lo contrario. No me plantea problemas de ego el ser percibida de una forma o de otra. Por ejemplo, René Goscinny con Asterix ha dicho cosas muy interesantes sobre la sociedad y sobre nosotros, como seres humanos, porque somos todos ridículos. Todos tenemos algo ridículo y también es muy inteligente la forma en que Goscinny lo hacía destacar.
- ¿Por qué un grupo de policías desechados de las comisarías normales?
- Lo primero porque me pareció que la idea era divertida y dos, porque me pareció algo emocionante. Y de este modo, decía cosas sobre nuestra sociedad que me interesaban. Realmente es este lado emocionante, conmovedor y divertido el que me permitía decir cosas originales bajo otro ángulo, ya que el polar es un género muy leído, muy visto, en el que se han dicho muchas cosas, y de este modo presentaba una investigación policíaca desde otro ángulo.
- ¿Cómo se le ocurre este enfoque y cuánto tarda en darle forma a la idea?
- Para el primero si que dediqué mucho tiempo ya que lo retomé muchas veces. Lo estuve pensando durante 6 meses, escribí durante 3 meses... y bueno, ¡esto lo repetí hasta en tres ocasiones!, así que me llevó 3 años en total. Pero con el segundo fue diferente ya, estuve 3 meses para escribirlo, 6 para pensarlo... así que un año en total.
- Respecto al personaje de Anne Capestan, si uno se fija en ella se acerca bastante al de una heroína anónima de esas que pueblan las calles, ¿hay alguna inspiración real o ficticia para crear ese personaje? 
- Es ficción, totalmente ficción. No he pensado en nadie para crear a Anne Capestan a partir de esa persona. Pero tras la primera novela, sí que hice ciertas investigaciones sobre la policía, y leí autobiografías de grandes mujeres que fueron policías, y me di cuenta de que el personaje que había creado tenía mucho en común con ellas. Incluso yo le di una dimensión a Anne Capestan que no encontré en esas mujeres sobre las que leí, y es este lado sonriente, voluntarioso..
- ¿Cómo está viviendo el éxito de sus novelas, el Prix Polar con “Poulets grillés”? 
- El Prix Polar... pues lo estoy viviendo muy bien,. Resulta formidable escribir algo y que a gente lo lea. Eso permite seguir escribiendo, es muy motivador y, también estoy contenta en lo que respecta a mis personajes. No es como si fueran hijos, pero sí como amigos muy muy próximos, y todos tenemos ganas de que nuestros amigos caigan bien y cuando pasa es extraordinario.
- ¿Cuáles son sus autores de referencia? 
- Fred Vargas, Daniel Pennac, Tonino Benacquista.. y ante de esos estarían aquellos a los que leí cuando era pequeña. No siempre género polar, claro, también por ejemplo Historias de San Francisco, de Armistead Maupin... que no sé si fue publicada en España
- Sí, lo fue. Y por último me gustaría saber qué está leyendo en este momento. 
- El último de Fred Vargas, he leído también a Elena Ferrante. Leo tanto literatura blanca como polar.

     Me gustaría finalemente dar las gracias a Sophie Hennaf por su amabilidad y su tiempo, y también a todos los que os pasáis por aquí.

sábado, 1 de julio de 2017

Entrevista con Luca D'Andrea


     Luca D'Andrea nace en Bolzano (Italia) en 1979, lugar en el que reside y realiza su trabajo como profesor.  Tiene en su haber la trilogía juvenil Wunderkinde, así como el guión del documental Mountain Heroes sobre el equipo de rescate alpino germen de su primera novela, La sustancia del mal, cuyos derechos han sido vendidos a más de treinta países incluso antes de su publicación. Finalmente se publicó en Italia en el año 2016, entrando directamente 

- En su trayectoria, primero llega la novela juvenil, después el guión y por último la novela adulta, ¿recuerda cómo surge la idea de La sustancia del mal? 
- Bueno,ha sido un descubrimiento lento. Una trayectoria un poco común a todos los que nos hacemos adultos y, poquito a poco vamos viendo lo que forma parte de nuestro ADN. Siempre he sido un gran lector de thriller o, bueno, un cierto tipo de narrativa muy oscura, probablemente porque ahí dentro de alguna parte, hay un lugar muy oscuro, quién sabe, del que nacen las historias.
La idea nace después de la experiencia como documentalista en Socorro Alpino, en las emergencias alpinas que me obliga a revisar mi concepto del bien y el mal, de vida y muerte, de amistad. O sea, lo que forma parte de nuestro código moral. Y me doy cuenta de que quiero hablar justo de eso, no tanto la montaña, que es una parte importante también de la novela, sino más bien la fotografía del momento en el que el código moral de una persona, se rompe.
- Las montañas en su libro son mucho más que un lugar accesorio, ¿cómo decide elegir este entorno y utilizarlo además de esa manera? 
- Bueno, pues primero fue la revisión de esta fuerte experiencia que acabo de contar, y luego yo he nacido en la montaña porque Bolzano es una pequeña población de los Alpes, y además porque creo que la naturaleza , la ambientación, tiene que ser protagonista de alguna manera. Creo, que desde este punto de vista, si vemos los libros de Jeffrey River, vemos que en estos libros Nueva York es casi un ser vivo.
- Las Dolomitas es una zona casi de postal que usted convierte en un lugar con un aire que recuerda a esos escenarios que representaba Stephen King, y me surge una duda, ¿hay algún hecho en el que se basara para construir la historia? 
- Bueno, yo creo que habría que recordar algo. A saber, la composición geológica de los Domomitas es una geología llena de fósiles, que son animales muertos. Es decir que son unas montañas maravillosas, pero también un enorme cementerio. La Garganta del Bettlebarg dentro del libro es extraordinaria, es espléndida porque permite viajar quinientos millones de años en el tiempo , pero de muerte, de especies extintas, y esto es típico de la naturaleza, lo que nos parece bonito, es extremadamente cruel muchas veces, como esas flores tropicales que son preciosas, llenas de colores preciosos y perfumes maravillosos, pero sirven para matar insectos.
Y a partir de eso, y centrándome en la cuestión, yo creo que hay que distinguir entre lo que es la ficción y lo que es la realidad. Yo Nunca lograría escribir un auténtico crimen un true crime como dicen los ingleses, un crimen real. Porque no querría olvidarme de que las víctimas son personas reales, sin embargo las víctimas de mi novela no son personas reales son personajes de ficción. Y la ficción permite desmontar todo sin hacer daño. 
En mi vida, he visto también violencia, por supuesto. Cuando era niño en el alto Adigio, en mi región, y en mi ciudad en Bolzano, y más compretamente en mi barrio de Bolzano había terrorismo separatista, y me acuerdo de niño de las bombas, de las peleas por motivos étnicos que estallaban. Y ya de adulto el trabajo del documental de la montaña, te lleva también a ver la muerte porque el alpinismo es un deporte muy peligroso, la montaña es un entorno hostil. Así que directamente no hay nada de todo esto y luego indirectamente por supuesto me ha influído...
- Las novelas en las que quien investiga no pertenece a la policía son cada vez más frecuentes, ¿cree usted que el lector se siente más cercano a este tipo de personajes? 
- Sí, ciertamente es así. Y también porque no sé cómo es en España pero en Italia la policía no trabaja como la policía americana de las películas, no? ese inspector Callaghan que sigue un caso durante años, no existe en Italia. La delincuencia, desde el punto de vista de la policía, es una serie de trámites burocráticos, y eso raramente  nos lleva a un interrogatoio como el que vemos en televisión. Y la violencia que conocen casi nunca es el del asesino en serie o la delincuencia refinada. Un amigo que es policía, una vez me dijo que el 90% de los casos que se resuelven, se resuelven por la torpeza de los delincuentes. 
- El mal, como concepto, parece importante en su libro, pero también el pasado, ¿da más miedo el pasado o el presente? 
- Bueno, tal vez el presente. Pero simplemente porque si estoy aquí es porque he sobrevivido al pasado.
- Los guiños literarios me hacen pensar que usted es un gran lector, no hay más que fijarse en la profesión y o el apellido del protagonista, ¿Salinger se debe al escritor o ha sido una casualidad? Y aún así,¿quienes son sus escritores de referencia? 
- Bueno, lo raro de esa rara cosa que se llama inspiración y creatividad, es que es completamente irracional. En realidad Salinger se llama así porque el personaje se llama Salinger. Cuando termino el libro, pienso en cambiar  el nombre en un momento dado, pero como Salinger es un grandísimo escritor que me gusta  muchísimo, pienso que Salinger se verá como un homenaje y entonces decido dejarlo así. 
Y luego sí que soy un lector empedernido, pero creo que por cada página que escribes en tu libro tienes que haber leído por lo menos cien libros. Hay muchísimos escritores de referencia que me han influído. algunos los periodistas los han detectado Jo Nesbo, Stephen Kingm pero hay muchos otros como James Ellory. Me gustaba un escritor americano de los 50 Jim THompson, que fue un gran escritor y un gran guionista (aunque bebía un poco demasiado y murió demasiado joven). Pero es difícil encontrar el ADN de la escritura, es mejor que lo digan los demás.
- Y es imposible no preguntar, además, cómo se siente con el éxito obtenido, cómo lo vive a día de hoy que hace precisamente un año desde que comenzara su andadura en las librerías en 2016. 
- Gracias por las felicidades de cumpleaños. 
Bueno fue un shock al principio, como puedes imaginar. Por fortuna soy una persona que está con los pies en la tierra, bien plantados y simplemente he intentado mantener mi vida lo más normal posible. Personalmente soy muy esquivo y por eso no viajo, no me agrada viajar, no hago muchas presentaciones e intento mantener mi rutina normal, prepararme la comida y escribir las extrañas historias que se me  ocurren.
- Y un proyecto de adaptarlo a la pantalla, según tengo entendido, en firme. ¿Nos puede explicar un poco este tema? 
- Bueno en realidad  en cuanto a las serie de tv  soy la última persona a la que se le puede preguntar porque, desde el principio, he dejado claro que no quiero saber nada. yo no soy el guionista, no es mi trabajo y quiero divertirme sobre todo viendo como otra persona o el director van a interpretar y van a contar mi historia. Así que no quiero saber nada hasta que no encienda la tele.
- ¿Está pensando ya en una nueva novela o de momento se deja llevar y disfrutar de las experiencias que le está proporcionando La sustancia del mal? 
- Bueno pues poco antes de venir aquí ha España he entregado mi nueva novela que saldrá en octubre en Italia. Es un thriller construido de forma diferente a La sustancia del mal porque creo que repetirse es muy aburrido y, si yo me aburro, el lector también se aburre Y esto es lo último que hay que hacer, Va a tenerr un ritmo más acelerado, más rápido y tal vez un poquito más oscuro en comparación con La sustancia del mal; porque en esta nueva novela quería mostrar un poco más de luz y, la luz la ves mejor en la oscuridad.
- Por último, me gustaría saber qué libro está leyendo ahora. 
- Estoy leyendo un ensayo que se llama Homo Deus.

     Agraceder a Luca su tiempo, ha sido un placer leer La sustancia del mal, un libro con misterio, giros y ritmo que, desde aquí recomiendo a cualquier lector con ganas de pasar un buen rato. Y, como siempre, gracias a todos los que pasáis por aquí.

     Pd. La próxima semana, este blog permanecerá cerrado por vacaciones. Disfrutad.


sábado, 17 de diciembre de 2016

Entrevista a Victoria Ash

Dice la propia Victoria Ash de sí misma que le encanta bailar, escribir y soñar despierta. Se considera adicta a las sonrisas y a las personas que guardan lo más bonito de si mismas detrás de la piel. Y lo cierto es que detrás de la chica que comenzó escondiéndose detrás de un libro, hay una fuerza creativa que quedó patente ya en su poemario, La culpa es de las musas, al que seguirían los relatos Detrás de la piel, nombre que comparte con su blog. Su último libro de poemas es Besos de nadie, y por ello me he acercado a hacerle una entrevista para que podamos conocer un poco más de esta mujer.

- ¿Quién es Victoria Ash y en qué momento comienzas a escribir poesía?
- Soy una soñadora que piensa con el corazón y que quiere cambiar su pequeño mundo con grandes armas como una sonrisa y un poema. Empiezo a escribir siendo muy pequeña, era una forma de expresar el dolor que sentía y de tratar de entender la vida. Temía herir a mi madre si preguntaba por mi padre -murió cuando yo tenía dos años- y el diálogo interno a través de mi libreta era liberador. Empecé por la prosa y fui evolucionando.
- ¿Es cierto el tópico de que la poesía se siente más que se escribe?
- Yo creo que todo lo que se vive es más intenso en la piel que en el papel.
- Como poeta/poetisa a qué aspiras, a transmitir todo lo que sientes o a hacer sentir a los lectores sus propios caminos en tus palabras.
- Siempre transmitiré lo que siento, sea propio o  no. Porque muchos poemas no nacen de una vivencia en primera persona, sino de una historia cercana o de la imaginación a partir de algo que sí puede ser en esencia personal. Pero el que el lector encuentre su propio camino o una lectura distinta a la mía, lo enriquece. Para eso nace la poesía, en mi opinión. Es tan íntima que mi interpretación, aunque sea la autora, no es la única y, ni mucho menos, la válida. Lo maravilloso de la poesía es que es infinita, nunca acaba porque cada persona la hace suya al sentirla y le da un significado diferente. 
 - La poesía sigue siendo desconocida para muchos lectores que, incluso, la miran con cierto recelo, ¿qué consejo les darías para acercarse a la poesía? 
- Mi consejo es que vayan a algún recital. Ahora se mueve mucho la poesía en los bares. Cercana y descontextualizada creo que puede ser un consumo más amable y puede llegar a personas que habitualmente no leen poesía. Con mi grupo 'Poesía es nombre de mujer' nos ha pasado en muchas ocasiones. Los acompañantes 'obligados' se han acercado a que les dedicáramos el libro porque se habían enamorado de esa poesía, que no tenía nada que ver con lo que ellos creían que era. A veces, solo hace falta librarse de los prejuicios o encontrar la voz que te llena. 
 - Y pese a lo dicho antes, ahora parece que hay una nueva generación de poetas que os desnudáis públicamente en lo privado, ¿a qué crees que se debe este movimiento que ya empieza a percibirse en los catálogos editoriales? 
- Creo que tiene que ver mucho con las redes sociales. Por un lado, por la visibilidad que suponen (aunque entre tantos perfiles ser visible sea precisamente difícil). Por otro lado, porque en la era de las redes sociales y de lo cerca que estamos todos al estar conectados, es la era antisocial... Quiero decir que con tanto mundo virtual hay personas que se sienten muy solas. Yo creo que de ahí nace hablar de lo privado públicamente. Es una forma de saberte humano, de acercarte de verdad a personas que sienten lo mismo, de unirte a alguien por un sentimiento. Teorías de una romántica :) 
 - Tu última obra, "Besos de nadie". Mi lectura ha sido la de una evolución casi compacta de sentimientos, ¿qué es para ti "Besos de nadie"
- Amor. Amor romántico, amor a tus seres queridos y a todos los demás. Amor a los recuerdos que nos hacen ser quienes somos, a las oportunidades -porque la vida es cíclica y siempre vuelve a empezar-, amor propio, amor a una ciudad, a las personas que hemos perdido, amor a soñar. Pero, sobre todo, amor a la vida. Amor a amar. 
 - ¿Qué besos son los que más se recuerdan al final, los dados, los que quisimos olvidar, o los perdidos? 
- Depende del momento se recuerdan más unos u otros. Pero si se trata de no poder olvidar, de que acompañe toda la vida: los perdidos. 
 - Es habitual que se pregunte al escritor de novelas por sus rutinas, sus horarios, sus formas...¿Cómo se escribe poesía? 
- Para mí no se escribe, se siente. Va del corazón al papel sin que lo puedas contener. Simplemente, sientes la necesidad de desahogarte, de expresar algo.
 - Victoria Ash es un seudónimo, ¿verdad? Y esta es una pregunta que muchos lectores nos hacemos cada vez que nos encontramos con un seudónimo, ¿por qué escribir bajo seudónimo?
- Porque, aunque parezca contradictorio, quería verdad en mi poesía. Empecé con seudónimo y sin mostrar mi físico. Ni una foto: solo la de perfil con un libro tapándome la cara. Quería que si alguien reparaba en mis pequeños poemas y decidía quedarse fuese porque realmente le había llegado de algún modo. No quería que empezasen a leerme porque era amiga o familia de alguien o porque parecía simpática o no, fea o guapa. No quería prejuicios. Solo poesía y personas que la sintiesen. 
 - Por último me gustaría que recomendaras un libro de poesía para alguien que no lea habitualmente poemas, y también que me dijeras qué libro estás leyendo en este momento. 
- Mi recomendación es 'Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo' de Elvira Sastre. Ahora mismo acabo de terminar 'El universo de lo sencillo' de Pablo Arribas y voy a empezar 'Irrepetible' de Roy Galán (ambos geniales, ¡así que tres recomendaciones!).

     Muchísimas gracias a Victoria por su tiempo y atención y, como siempre, a todos los que pasáis por aquí. Comentéis o no.

     Bibliografía:
     _ La culpa es de las musas
     - Detrás de la piel
     - Besos de nadie

sábado, 24 de septiembre de 2016

Entrevista a Carlos Soto Femenía


     Carlos Soto Femenía nace en Palma de Mallorca en diciembre de 1966 aunque pronto se muda a Madrid, lugar en el que permanece hasta finalizar sus estudios. Debuta en el mundo literario, amén de relatos premiados en los certámenes Silverio Lanza de Getafe, con el libro La unción que ganaría el Premio Alfonso VIII y publica años más tarde la novela Enemigo innúmero. Ahora lo podemos encontrar en las librerías desde hace apenas unas semanas con su obra El carbonero.
- Han pasado doce años desde aquella primera novela, ¿cómo ves La unción desde la distancia?
- La veo como una novela sencilla, muy sencilla, con las carencias de quien está empezando. Es un libro de comienzos.
- Y sin embargo un punto en común entre ambos libros es ese distanciamiento en el tono.
- Me lo han comentado o he leído como lo decían en algunas críticas los lectores, pero en realidad no era mi intención cuando estaba escribiendo ese distanciamiento. Si se percibe quizás sea porque el personaje es muy fuerte y de este modo alcanza una suerte de equilibrio con la historia.
- Marc, el personaje principal de la historia, es muy carismático y especial. ¿Cómo lo describirías?
- Honesto. Marc es honesto. Es una persona muy directa con apenas contacto humano y tal vez eso hace que resulte tan frontal. Es honesto incluso consigo mismo, de hecho no tiene reparos en reconocer cuál es su futuro, a dónde va abocado, y también en reconocer su lucha en contra de ese destino que parece tener marcado por ser quién es.
- Un carbonero, una figura totalmente desconocida para muchos de nosotros, que parecía vivir ajeno y escondido del mundo. ¿Por qué un carbonero?
- Realmente yo tampoco tenía conocimiento de esta vida. Conocía, claro, las sitjas, pero no había investigado sobre el tema, creo que ni siquiera me había parado a pensar en ellas, hasta que un día me encontré con un artículo en el que un hombre hablaba de su profesión. Era carbonero, hijo y nieto de carboneros y había ejercido su profesión hasta hacía treinta años. Imagina, treinta años y estaba contando una vida que pareciera databa de hace un siglo, pero que estaba ahí al lado. Al descubrirlo no pude evitar tirar de un hilo que me llevó a nuestra maravillosa sierra y los personajes comenzaron a construirse prácticamente solos.
- La sensación de aislamiento que transmite esa vida es brutal, ¿en qué medida afecta eso a tus personajes?
- En todo. Estar ahí arriba tantos meses sin apenas contacto te da mucho tiempo para pensar. Tanta soledad puede volverte loco y uno se acaba refugiando en sus pensamientos que, en el caso de Marc, van invariablemente hacia ese crimen que se cometió y, por supuesto, hacia la venganza. Es el aislamiento el que alimenta la intensidad de esa necesidad de vengarse que tiene Marc y de ahí nacen los deberes que él mismo se pone. Marc entiende que su vida está marcada y dibujada, pero tiene una deuda moral con ese momento de fractura su vida y la de su padre. Porque prácticamente lo pierde todo y es ahí donde la señora gana la fuerza de quien vela por ellos, y también la deuda de Marc hacia la señora. Con el tiempo, Marc sabe que no es responsable de lo sucedido, pero si se ve en la responsabilidad de que no caiga en el olvido lo sucedido, ni esa vida pasada que perdió en un momento.
- Nombras a la señora, que es un personaje mucho más complicado de lo que puede parecer a simple vista.
- Sí, la señora es un testimonio vivo y Marc tiene sentimientos encontrados hacia ella. Por un lado parece una competidora de su madre y, por otro, su familia está unida a ella que siempre estuvo ahí, velando por ellos. Por todos en realidad.
- Un ambiente rural que llega a convertirse casi en un universo cerrado y prácticamente ajeno a todo lo que sucede fuera de él.
- Es que es justo eso, y Marc es quien ha de mantenerlo vivo. Se niega al olvido.

sábado, 7 de mayo de 2016

Entrevista a David Mitchell

Imagen tomada del tw del escritor
     David Mitchell nace en Lancashire, Inglaterra. Estudió Inglés y Literatura Americana en la Universidad de Kent en la que obtuvo un MA en Literatura Comparada. Su primera novela fue Ghostwritten y ya con ella se alzó con el Premio John Llewellyn Rhys para escritores menores de 35 años y finalista del Guardian First Book Award. Sus dos siguientes novelas, Number9dream y El Atlas de las nubes, fueron preseleccionadas para el Man Booker, siendo con esta última con la que alcanzara fama internacional, siendo además llevada a la gran pantalla, mientras que Number9dream se usaría para hacer un corto galardonado con un BAFTA. Su carrera profesional se ha diversificado siempre dentro de la escritura, podemos encontrar novelas como la fantástica Mil otoños, cuentos cortos, artículos e incluso libreros,  pero ahora que su secta novela, Relojes de hueso, ha llegado a nuestro país, parece muy clara su posición relevante en el mundo literario contemporáneo.

- Hay quienes vieron en Mil Otoños un aburguesamiento de su escritura dejando de lado la fantasía.
- Mil otoños tenía que ser una novela histórica por fuerza, no había otra manera de escribirla, por tanto no podía tener fantasía. En Relojes de hueso quería analizar la inmottalidad desde el punto de vista de los mortales, la inmortalidad no existe así que era imposible no acudir a la fantasía. Mi trabajo consiste en hacer realidad cada libro tal y como cada libro quiere ser, lo mejor que pueda. No considero que forme parte de mi trabajo preocuparme por el género literario. Si que es mi trabajo elegir el género y preocuparme por evitar las trampas comerciales y aportar originalidad, pero no lo es preocuparme de si una novela histórica es respetable o una fantástica es menos respetable por eso. El primer principio de mi literatura es la lealtad hacia el libro que todavía no ha nacido.
- Toda novela tiene un número.
- Sí. Esta es la sexta novela, seis partes, seis géneros, seis décadas desde los 80 hasta 2040, seis etapas de la vida. El número seis es de color amarillo intenso para mi.
- Hace varios años, cuando todavía la estaba escribiendo, dijo que Relojes de hueso "tiene algo de fantasía en su corazón y política en la cabeza".
-Sí, curiosamente sigue siendo así. Es raro que con un plan tan a largo plazo para esta novela no lo haya cambiado. Es una descripción muy válida. Tenía que tener cuidado porque cuando hablo de Irak, alguien podría cuestionar la seriedad de mi trabajo. Al fin y al cabo en la parte quinta todo es fantasía, ¿por qué no iba a ser irreal también la crítica a la intervención en Irak?
     La alternativa era escribir un libro seguro, que nadie cuestionara parte alguna de él, que nadie pensara más allá de lo que lee, pero creo que ya hay demasiados libros así.
- Pero curiosamente, New Yorker la calificaba como novela teológica.
- Sobre la teología tiene una cierta lógica. Pero creo que no tenía la teología como leit motiv al escribirla, aunque creo que sí puede verse de esa manera. Quizás esa sea la razón por la que en la última parte se tenga la sensación de que no hay Dios en los cielos y que no hay ayuda para la humanidad. Que no hay una fuerza divina que pueda ayudarnos, aunque en las últimas cinco páginas aparece un barco que es una esperanza.
- Iremos siendo testigos de una evolución narrada con sutileza: la Holly impulsiva del comienzo va perdiendo pasión con el paso del tiempo, pero va ganando inteligencia y templanza; lo más importante de la obra no es el envoltorio (plagado de aventuras, luchas, giros inesperados y sorpresas), sino esa constante transformación de la joven. Casi una bildungsroman.
- Vemos como Holly pasa por diferentes etapas de su vida y en cada una de esas fases representa un arquetipo literario distinto. En la primera fase es una adolescente, una época fascinante, medio niña medio adulta. No me extraña que haya tantos libros fantásticos en los que el personaje se halle en esta fase de su vida. En la segunda fase es la amante, en la tercera es madre, en la cuarta es viuda, en la quinta es una guerrera y en la sexta es una vieja sabia, una especie de druida y también es abuela.
- ¿Fue Holly Sykes la columna vertebral de la novela o eran las diferentes partes las que fueron llamando a la protagonista?
- Solo es la protagonista principal en las partes 1 y 6, en las otras partes es secundaria de lujo. Conque en parte tuve que pensar en ella mucho en sus partes principales y más en la estructura y la trama en las otras.
Con frecuencia me gusta hacer que en mis novelas encajen cosas incompatibles. Cómo puedo hacer que estas experiencias, escenas, pasajes, personajes, y lugares encajen en la novela sin que esta estalle en mil pedazos.
- ¿Por qué parece tan importante para ti escribir en primera persona? ¿Qué tiene la primera persona que no te aporte la tercera, mucho más habitual, a la hora de escribir?
- Porque responde a muchas preguntas. Si empiezo con un personaje y pienso mucho en él... sobre lo que opina acerca del sexo, trabajo, espiritualidad, dinero, las relaciones humanas, experiencias en la niñez, el poder o el lenguaje. Si sé qué piensa sobre esos puntos, sé qué va a hacer y así el argumento se mueve alrededor de él y sé cómo va a responder ante los estímulos externos. Conoceré la relación que tiene ese personaje con sus pensamientos y sus impulsos, de esa manera le conozco interiormente y es esa intimidad la que conforma mis novelas.
     Pero también porque constituye un filtro de la realidad. Si escribo en tercera persona nunca sé qué dejar fuera. Me es más fácil describir algo como lo veo yo que como un narrador omnisciente. Si tuviera que hacerlo nos abría por dónde empezar, o qué importancia dar a cada cosa, a su localización, su historia, su formato. Sin embargo en primera persona, cada uno de los personajes a los que conozco íntimamente sí me dicen qué es lo importante para ellos y qué es lo que tengo que contar.
- ¿Cuánta importancia le concedes al lenguaje a la hora de escribir tus novelas?
- Siempre estoy valorando cuál es la mejor palabra, la mejor frase, la mejor forma de hacerlo.
     Es difícil pero también es un gozo. Soy un fanático de las palabras, soy un empollón de sus formas, sus sonidos y el color de cada una. De su propia personalidad Incluso de palabras que significan lo mismo, según quiénes las usan, y en qué profesiones son utilizadas.
     No me interesa hacer algo más ligero. No tengo disciplina, así que si el trabajo no es un gozo acabo viendo vídeos antiguos de Star Trek. Si intentase escribir algo que no amase, fracasaría estrepitosamente.

     Tengo que dar las gracias a El placer de la lectura, sin quien hubiera sido imposible la entrevista y además no puedo dejar de recomendaros que os paséis por su estupenda web. Aquí está su enlace a la entrevista, completísima y con fotos.
     Además mi agradecimiento a David Mitchell y a todos los que pasáis por aquí.

     Gracias

     Bibliografía:
     -Relojes de hueso
     - Mil otoños
     - El bosque del cisne negro
     - El atlas de las nubes
     - Escritos fantasma

sábado, 9 de abril de 2016

Entrevista a Fernando J. López

Imagen tomada del twitter del autor
  Fernando J. López nace en Barcelona en 1977. Dramaturgo y profesor de literatura publica con 19 años, In(h)armónicos con la que obtuvo el Premio Joven & Brillante y fundó la compañía teatral Armando no me llama. Desde entonces ha estrenado y publicado obras como Tour de force, Saltar sin red o Cuando fuimos dos.
Literariamente ha continuado también su trayectoria, quedando finalista del Premio Ciudad de Badajoz y del Premio Río Manzanares con La imortalidad del cangrejo. En el año 2010 escribió La edad de la ira, novela con la que se clasificó como finalista del Premio Nadal. Su última novela es Los nombres del fuego, una experiencia sobre la adolescencia y la vida más allá de las páginas en las que está impresa.

- Mirando tu trayectoria, lo primero que aparece fue el teatro. Del teatro a la literatura, ¿cómo fue ese paso?
- En realidad he compaginado siempre ambas facetas, pero a veces los textos teatrales se han estrenado antes de que se publicaran ciertas novelas o viceversa. Para mí ambas facetas son tan necesarias como, en cierto modo, complementarias y me permiten abordar la realidad desde dos perspectivas artísticas muy diferentes entre sí.
- La edad de la ira fue tu gran entrada en el panorama literario, una novela que ha sido indicada como para adolescentes, algo que tiene en común con Los nombres del fuego. La etiqueta de novela juvenil no es siempre bien recibida, ¿qué opinas de que se te vincule a este sector lector?
- Me enorgullece ser considerado como autor juvenil, pues creo que es uno de los públicos más difíciles y, a la vez, más importantes. Los libros que más nos marcan, los que de verdad nos convierten en lectores, son los que leemos en la infancia y en la adolescencia, de modo que la labor de la literatura juvenil es esencial en la creación de una sociedad lectora. Por otro lado, La edad de la ira nunca fue concebida como novela para adolescentes y, sin embargo, desde su publicación ellos la han convertido en un long seller que, a fecha de hoy, sigue siendo lectura recomendada en muchos institutos. Ahí me di cuenta de que la etiqueta de juvenil no era más que eso, otra etiqueta de las que inundan el panorama cultural y que, en realidad, la verdadera literatura transgrede y flexibiliza continuamente. No hay libros para jóvenes o para adultos, hay libros que merecen la pena y libros que no merecen la pena, es así de sencillo.
- Personalmente, a veces tengo la sensación de que la mayor parte de los libros dirigidos al público infantil son casi clones. Dime, ¿los jóvenes leen menos o para los jóvenes hay menos opciones en las mesas de las librerías?
- Falta riesgo y capacidad de innovación. Se subestima a los lectores jóvenes y se les ofrece un rango de títulos muy similar entre sí, con un afán comercial que, finalmente, les cansa. También está la literatura con moralina, donde la narrativa naufraga en medio de un discurso obvio y escasamente literario. Por eso, precisamente, estoy tan involucrado con Loqueleo, el sello de Los nombres del fuego, porque su apuesta es clara por una literatura juvenil atrevida, valiente y de calidad, títulos que como esta novela no subestiman al lector, sino que le plantean situaciones complejas, duras y que creemos que deben formar parte de lo que entendemos por literatura juvenil.
- Tu novela tiene un fuerte vínculo con un soporte multimedia, cómo leer Los nombres del fuego?
- Eso cómo siempre ha de responderse de la misma manera: con total libertad. Creo que el lector ha de encontrar su camino hacia cualquier libro y lo interesante de la narrativa transmedia es que ese cómo se multiplica. Se puede leer el libro a la vez que se oye la música de la novela en la web (www.losnombresdelfuego.loqueleo.com) y se curiosea en los blogs de los personajes o en sus cuentas de Instagram. También se puede comenzar desde la web, viendo el vídeo de la novela y conociendo sus historias. O se puede leer la novela de un tirón y comenzar después a bucear en el universo transmedia. La idea es que ese espacio virtual no solo sea un lugar donde seguir leyendo sino, sobre todo, donde seguir creando, de ahí que se permita escribir y enviar materiales en todas las secciones de la web.
- Me gustaría que nos contaras cómo surge la idea del libro y además, exportarlo a una página web, vídeos, música, incluso hay una fotografía del cartel de una película que se emite ahora mismo en el cine y que aparece en la cuenta de una red social de uno de los protagonistas. ¿Cómo se hace algo tan complejo y cuánto tiempo lleva?
- La creación de esta novela ha exigido mucho tiempo y trabajo, tanto en su planificación como en su desarrollo. El hecho de convertirla en transmedia tiene que ver con la valentía de mis editores, que fueron quienes vieron esa opción en esta historia mucho antes que yo. Como se trata de una novela donde se ponen en duda los límites del tiempo y del espacio a través de las dos historias  que la constituyen, mis compañeros lo Loqueleo pensaron que sería posible estirar aún más esos límites a través del universo virtual. Lo hermoso de ese proceso ha sido el trabajo en equipo con un grupo de profesionales magníficos sin los que esto no habría sido posible. Y todos estábamos de acuerdo en que el mundo virtual de la novela debía aunar lo literario y lo social, el ayer y el ahora, de ahí que la actualidad esté presente en espacios como El cine del fuego o el blog de Nico.
- La historia se apoya en ese momento del paso a la edad adulta, de encontrarse y decidir el camino. ¿Crees que olvidamos esos momentos una vez nos asentamos en la vida adulta?
- No lo olvidamos, pero intentamos hacerlo. Es una etapa en la que se sufre mucho porque todo está por hacer y construirse siempre resulta doloroso. Creo que debemos mirar a la adolescencia de frente, buscando reconocernos en quienes fuimos a través de quienes ellos son ahora, no juzgando su realidad con condescendencia o desde nuestra mirada de adultos que ya han superado ( o creen haber superado) sus miedos y complejos. En realidad, seguimos estando muy cerca de la persona que fuimos, pero eso nos haría sentir tan vulnerables que preferimos creer que no es así.
- ¿Qué tiene, además, ese periodo de la vida para que te atraiga tanto?
- Es la etapa en la que todo está por hacer: podemos elegir con qué deseamos soñar y cómo queremos proyectarnos en el futuro. Una vez que esos años pasan y el futuro se vuelve presente no siempre resulta fácil casar las expectativas con la realidad. Eso, sumado a la vivencia vehemente de las emociones propia de la edad, hace que se aun tiempo tan atractivo.
- Supongo,  por lo que he visto en las redes, que has compartido la lectura de Los nombres del fuego con adolescentes, ¿cómo ha sido esta experiencia?
- Estupenda, son unos lectores críticos, llenos de curiosidad y que reaccionan muy bien cuando se les trata desde la honestidad y se les habla -y escribe- de tú a tú. La respuesta a la novela está siendo muy buena y confiamos en que siga siéndolo.
- Tocas temas como la homosexualidad, que tal vez estén más normalizados en la vida adulta que en los pasillos de un instituto, de hecho las noticias indican muchas veces que es así. ¿Cuánto hay en tu libro de reflejo social, de crítica, de ayuda...? ¿Y de muestra para los padres, de recordatorio?
- No es una muestra ni un recordatorio consciente, pero en mis novelas y obras de teatro siempre aparecen temas sociales que me inquietan y que creo que deben ocupar un lugar importante también en la ficción. La literatura ofrece visiones del mundo y, desde la palabra, puede ayudar a modelarlo o, cuando menos, a plantearnos interrogantes. Mi labor como autor no consiste en ofrecer consejos, pero sí en visibilizar situaciones y darles forma narrativa. La novela no tiene que ofrecer respuesta, sino preguntas.
- Además una doble historia que se toca en un punto clave de la vida, ¿fue difícil elegir los tiempos en los que apoyarías tus historias?
- Fue complicado al principio, porque sabía que necesitaba jugar con dos momentos muy diferentes entre sí, pero pronto se atravesó en mi camino la idea de que debía ser el Imperio azteca. Supongo que mi pasión por México y por la cultura mexicana tuvo algo que ver con ello.
- Antes te he preguntado cómo leer Los nombres del fuego, ahora me gustaría que me dijeras por qué leer esta novela. Que dieras un pequeño, mínimo, resumen de lo que es Los nombres del fuego.
- Los nombres del fuego es una novela sobre la búsqueda de nuestra identidad, tan cambiante como el fuego del título y para la que necesitamos encontrar no uno, sino muchos nombres: tantos como los de las vidas que queramos vivir.
- Finalmente, me gustaría saber qué estas leyendo en este momento.
- Ahora mismo estoy con la última novela de Chirbes, uno de mis autores favoritos, París-Austerlitz.

     Muchísimas gracias a Fernando por haberse prestado a aparecer en este espacio y por su predisposición y disponibilidad a la hora de hacerlo.

     Y, como siempre, gracias a todos los que os pasáis por aquí.

     Bibliografía del autor:
     - In(h)armónicos
     - La edad de la ira
     - Tour de force
     - Las vidas que inventamos
     - Lo que no se dice (colaboración con un relato)
     - La inmortalidad del cangrejo
     - El cielo en movimiento
     - El reino de las tres lunas
     - Los nombres de fuego

sábado, 19 de marzo de 2016

Entrevista a Federico Axat

Un momento de la entrevista

     El jueves pasado, delante de una caña y un café doble, por fin pude preguntar al autor de La última salida por todas esas dudas que uno tiene cuando lee un libro que realmente le ha llamado la atención. Así que, sin dar demasiadas vueltas, os dejo un pequeño retrato de Federico, compuesto por el mismo y referido a sus comienzos en la literatura.

Sala de la presentación
     - Soy ingeniero -dice conteniendo una sonrisa -y, cuando terminé la carrera me marché fuera para un proyecto. Una noche, allí en la cocina, hablando con un amigo que hoy sigue siéndolo, le dije, "Voy a dejar todo esto porque quiero escribir". Mi amigo me miró sorprendido con una cara que reflejaba totalmente ese "Estas loco". Y cuando regresé a casa  se lo dije a mi padre que siempre, siempre me ha apoyado en todo, su cara de sorpresa fue casi, casi, la misma. Así comencé, porque yo escribía ya, claro, pero era algo privado, mío, que no compartía. Y, cuando pasado un tiempo terminé lo que era el primer borrador de Benjamín y se lo di a mi hermano le vi cogerlo casi con miedo.
Habíamos acordado no hablar del tema hasta que no lo terminara y, un día que llegué y le vi en las últimas páginas, me hizo un gesto para que esperara en el salón. Allí me quedé quieto, sin moverme hasta que le oí venir. Levanté la cabeza y al ver su cara casi de incredulidad, de tremenda sorpresa con el manuscrito en la mano... esa fue la primera vez que vi en la cara de una persona que le había gustado lo que hacía. Hoy es casi una anécdota que suelo contar, pero nunca lo voy a olvidar.
     - Pero comencemos por el principio, ¿Qué es una última salida, qué es La última salida?
     - La última salida para alguien que se desespera es la muerte, incluso el suicidio. Y así empieza justo la novela, en la búsqueda de una última salida.
     - Y ese principio tan impactante, ¿no era un riesgo comenzar así?
     - En realidad lo que buscaba incluso antes de tener concebida la historia, era un principio impactante. Después de haber escrito novelas con un final sorprendente, tenía muy claro que quería hacer eso: comenzar impactando al lector. Así que me puse a pensar y darle vueltas y rescaté a Ted de un relato que ya existía. En realidad, Ted estuvo 5 años esperando en ese despacho a saber si iba a suicidarse o no.
     - Coges el relato y comienzas la historia, ¿cuánto tiempo te lleva una novela con una trama tan compleja y que, al mismo tiempo, se pueda leer con tanta facilidad, de una forma totalmente lineal?
     - Dos años. Comencé el trabajo de la novela y, entre escribirla, volver atrás, meter una vuelta más aquí y allá y luego releer una y otra vez para asegurarme de que todo quedase bien atado, me ha llevado algo más de dos años. Es importante que el lector no se pierda leyendo tu novela; si el lector se pierde, pierdes al lector.


Imagen de la presentación
     - ¿Alguna cosa que nos puedas comentar de ese proceso?
     - Pues mira, el final por ejemplo, iba a ser diferente (Iba a terminar un poco antes, comento para quienes hayan leído la novela, y quienes no lo hayan hecho aún pueden respirar tranquilos porque no se desvela nada). Luego me di cuenta de que, aunque pusiera ese final, yo sabía que iba a suceder algo más, que lo tenía totalmente claro, así que tenía que ser honrado con el lector y dejarle saber tanto como sabía yo. Y la novela quedó como ha llegado a las librerías.
     - Tu novela está llena de trampas para el lector, zonas de intercambio de teorías, que luego tu te encargas de que queden claras, muchas veces apenas pasadas unas páginas. ¿Te divierte jugar con el lector?
     - Sí, claro. Además me gusta que se formen teorías y luego leer esas teorías o hablarlas, saber que uno pensó tal o cual cosa. Aprendo también como piensan. Y por supuesto que son conscientes, ya en las primeras páginas según iba escribiendo pensaba que, seguramente, algún lector dudaría de lo que estaba leyendo.
     - ¿Y no es peligroso dejar que el lector haga teorías que igual luego no se corresponden con lo que tu relatas? Hablas del principio por ejemplo, un comienzo que ya en sí mismo, podría "dar" para una trama completa.
     - Qué va, es un juego al que todos nos prestamos. Eso que dices del principio, yo no lo pensé. Para mi era la excusa para comenzar la novela como yo quería. Y ha sido después cuando me he dado cuenta de que mucha gente se había fijado en esa parte de la novela y me preguntaba directamente por esa idea.
      - ¿Y qué me dices de la portada del libro?
     - Que me gusta -aquí se ríe abiertamente, como alguien a quien le han preguntado muchas veces por una misma cosa - me gusta que sea en blanco y negro y me gusta la expresión del chico, atribulado, lleno de dudas en su cabeza, de pensamientos diferentes. Y me gusta que sea joven, porque también nos hablan del Ted joven en la novela, ¿por qué no ser él? Es una portada desconcertante en la que se ve el conflicto del chico, y esos dos conceptos están muy presentes en la historia.
     - De la portada al centro, ¿por qué una zarigüella?
     - ¿Y por qué no? A ver, no busqué un animal específico, y no es que sea un animal común en Argentina. Pero es un animal que, si te fijas, mucha gente desconoce cómo es. Y cuando lo buscan en google se encuentran con un bicho relativamente bonito... hasta que bajan un poco con la ruedita y aparece una cosa muy diferente que da un poco de miedo. Se convierte en un contraste terrible.
     - Bueno, y llegas con esta novela, traducciones, proyecto de película, ¿cómo lo vives?
     - ¡Imagina! Para empezar, esta será la primera novela que se publique en mi país. Allí yo puedo decir que soy escritor, pero no están mis libros en las librerías. La verdad que es todo muy emocionante, llegar, el viaje, la prensa... estoy feliz. ¿cómo no estarlo? Ver prensa, encontrar mis novela y a personas que las han leído.¡No sólo esta, también las anteriores! Y que te digan lo que les han parecido, si les han gustado. Encontrarte con alguien que te ha leído y le diga que tu novela le ha gustado es algo que no puede compararse con nada.
     - Por cierto que en esta novela he echado en falta niños, en tus anteriores libros siempre eran parte protagonista de la historia.
     - Pues mira, no ha sido algo premeditado. De hecho no había reparado en ello hasta que no me lo comenzaron a decir; yo no me propuse ahora escribir una historia en la que los niños no fueran importantes. Aunque, si te digo la verdad, cuando escribes una historia, llega un momento en el que es la historia la que te hace escribir a ti, como si la trama te estuviera llevando. Y no tienes muy claros los caminos por los que te va a llevar, ella elige. En todo caso, no ha sido algo premeditado, no es como el principio, por ejemplo.

     A partir de aquí, la conversación giró por derroteros sobre la trama en la que hablamos de narradores, médicos, protagonistas, descripciones más o menos precisas que él quería completara el lector. Hablamos otra vez de zarigüellas, de epílogos y de anécdotas leyendo. Hubo explicaciones sobre guiños en sus novelas a otros títulos o de que Lynch, como no podía ser de otro modo, debía su nombre al famoso director, mientras que Ted había sido el resultado de buscar algo más simple. Pero todo esto, que daría lugar a pistas sobre la trama de la historia, no puede ser desvelado ni siquiera en un epílogo al encuentro. Y recordad: Si alguien viene y os habla de La última salida, no dejéis que os cuenten de qué va la historia. Es más, procurad responder a la altura, habiéndola leído ya.

Entrada a la presentación posterior
      Tengo que dar las gracias a Federico Axat por su amabilidad, así como a la editorial por proporcionarme el encuentro. Ha sido un verdadero placer conocer a alguien con tanta ilusión y entusiasmo en lo que hace. Alguien que, al preguntarle por lo que tenía entre manos... lejos de darme el título de un libro, me dijo que estaba escribiendo. Aunque no conseguí sonsacarle un solo dato más.

     Y gracias a todos los que os pasáis por aquí.

     Bibliografía:
     - Benjamín
     - El aula 19
     - El pantano de las mariposas
     - La última salida
 
     El acceso a cada reseña es pinchando en el título resaltado. Y por cierto, si pincháis AQUI encontraréis un estupendo lugar en el que se sortea La última salida.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Detrás de Puerto Escondido



     "Las primeras oraciones son puertas a mundos."
     Ursula K. Le Guin

     Muchas veces, por no decir la mayoría, no tenemos en cuenta todo el trabajo que se esconde tras una novela. Nos fijamos en si está documentado en los grandes hechos, esos que nos suenan a todos, y también en las labores de corrección y traducción. Pero realmente, la importancia suele estar en los detalles pequeños, y esa es la parte que más trabajo puede dar. Siguiendo esta pista, elegí una novela que está en todas las librerías "Puerto escondido" y decidí buscar tras sus letras. De este modo, me reuní con una persona que estuvo ayudando a la autora a pulir esos detalles que apenas se aprecian pero que dibujan el conjunto. Me puse en contacto con un hombre, vamos a llamarle Jose, al que he dibujado durante unos días como un confidente que me iba a revelar los secretos, os he explicado que estaba oscuro, que llevaba una gabardina y un sombrero de fieltro y también que me esperaba en un coche en una zona mal iluminada de un parking de las afueras. Bien... nos tomamos un café en una terraza.
     Lo primero que me llamó la atención fue la buena disposición a hablar conmigo, de hecho estaba incluso sorprendido de que alguien quisiera preguntarle a él sobre un libro. "Es muy importante que un escritor acuda a una fuente que le pueda proporcionar información de primera mano, así que no podía negarme cuando recibimos la llamada de María." me comentó con una sonrisa antes de sorprenderse al comprobar que mi comentario sobre la importancia a la hora de documentarse iba dirigida a él, por la ayuda prestada, y por extensión a todas las personas que ayudaban a los escritores. "En realidad no me lo había planteado nunca. Supongo que es lógico lo que dices, pero sigo sin ver el mérito a echar una mano cuando alguien pide ayuda." De hecho, se sentía halagado, sobre todo porque afirmó ser "lector de novela, principalmente novela negra, desde hacía varios años". "En realidad -me comentaba -,cuando María se puso en contacto conmigo, fue casualidad que cogiera yo el teléfono. Me comentó que estaba escribiendo un libro y me dio una idea muy por encima de lo que había pensado y me explicó en qué partes podía necesitar mi ayuda. Me fue imposible decir que no." Y eso que tirándole un poco de la lengua terminó por reconocer que sabía de gente que tal vez no hubiera estado tan dispuesta a colaborar, pero lejos de pretender ganar un mérito con ello, se mostraba casi sorprendido. Al cabo de un rato ya me había puesto al día sobre la dinámica de las consultas "ella me iba preguntando lo que necesitaba, muchas veces a niveles de protocolos muy generales, y yo comprobaba siempre cada uno de los casos. Lo cierto es que me sentía responsable por si le decía algo que no fuera del todo correcto o no era lo suficientemente claro al respecto y daba pie a que lo entendiera mal." Una responsabilidad comprensible, ya que estaba hablando con el hombre que proporcionó la pistola a Valentina Redondo, protagonista de "Puerto escondido" que impuso como condición no llevar una pistola de damisela. "Para que te hagas una idea, el otro día me consultó una cosa sobre su nueva novela y cuando me quise dar cuenta estaban esperándome mientras escribía la respuesta ajeno al tiempo que llevaba sentado." Y sí, ahí levanté la cabeza y no pude evitar preguntarle al respecto. La autora ya ha anunciado que está escribiendo la segunda novela, pero tener delante a alguien que puede saber algo implica la pregunta directa. Pero no, no tuve suerte: "Ni siquiera en la primera novela conocía la resolución, siempre se guardaba los detalles y únicamente me preguntaba sobre los procedimientos o detalles que necesitaba saber. Tampoco yo le preguntaba, aunque tengo que reconocer que me impacienté tanto con el resultado que el mismo día que salía a la venta ya estaba comprándolo en formato digital. Nada más salir." Esa parte la comprendemos todos, supongo que cualquiera de nosotros hubiera hecho lo mismo, aunque la autora le regaló un libro en papel, le pudo la urgencia de tenerlo delante. Una urgencia en la que supuse que influía el hecho de querer ver el conjunto, y saber si su ayuda había dado los frutos esperados. "La verdad es que me ha gustado mucho la forma que ha tenido María de tratar a la Guardia Civil, un cuerpo olvidado muchas veces en la novela negra, aunque no tanto últimamente, que parecía centrarse siempre más en el detective o policía, como sucede en la novela norteamericana. Es importante encontrarse con alguien que se preocupa de que algo tan simple como el protocolo para acceder al escenario de un supuesto crimen, siga los pasos adecuados. Y también que sepa lo que sucede cuando parece que no se siguen, ya que no vivimos en un mundo perfecto en el que siempre se pueda seguir a rajatabla lo que pone sobre el papel.Que le interesen las opciones. Las correctas para cada situación. Por eso me gustan tanto, por ejemplo, las novelas de Lorenzo Silva."  Es decir, que no sólo es una persona que ayuda "en la medida que puede", como me aclaró varias veces con una sonrisa, sino que además se fija en los detalles y tiene una trayectoria lectora. Por eso no pude evitar preguntarle por la piratería: "Es muy difícil ponerle puertas al campo y la piratería es algo que hay que atajar. Es un problema real que hay que estudiar para encontrar la manera de encararlo antes de que cause más daños. Que ya los causa."

    Para un lector como yo, no deja de resultar curioso encontrarte con alguien que te cuenta como el escritor cuyo libro has leído, tiene que vencer la vergüenza que supongo, sobre todo en un primer libro, y llamar a puertas que puedan proporcionarle la ayuda necesaria para poder describirnos las acciones que ya tiene en la cabeza. "Cuando María me llamó, ya tenía formada una idea muy general, me dio una línea muy somera para explicarme lo que necesitaba exactamente, pero realmente es muy especial ese momento en el que ves el libro en los estantes de la librería. " "La verdad es que tengo que reconocer que me hace ilusión, que lo compré con ganas y lo leí igual, y acudir a la presentación que realizó fue una experiencia estupenda. En general, todo esto está siendo una experiencia estupenda para mí y la estoy disfrutando. Es toda una oportunidad."  Y es que, efectivamente, ha tenido la gran oportunidad de participar en el proceso de gestación de una novela, y que, tal vez, le haya metido el gusanillo de intentarlo, ya que es un aficionado a la literatura de género: "¿Escribir yo? Qué va (casi entre risas), ni siquiera se me había ocurrido. Una cosa es poder colaborar en la medida que puedo y otra muy diferente es escribir un libro. Sigo admirado y sorprendido de toda la trama tan compleja que tenía esta chica en la cabeza desde el primer momento. Esa capacidad inventiva y la habilidad para hilar las ideas y que, además resultara tan entretenido e interesante. Tengo que decir que me ha gustado muchísimo leer Puerto escondido, y que, de hecho, tengo tantas ganas como cualquiera de saber qué tiene en la cabeza para su siguiente novela."  No sé yo si me fío de estas últimas palabras, porque de algún modo no puedo evitar pensar que algo sabrá, al menos una pequeña parte. Por eso insistí intentando saber qué le había preguntado en las últimas semanas, cualquier cosa, un pequeño resquicio, una grieta... Pero justo en ese momento se acabó la entrevista. Mirando el reloj, se despidió cortesmente con la misma sonrisa que había mantenido durante toda la charla. Supongo que llegado este punto, sólo nos queda esperar.
Y tener mucho cuidado si decidimos hacer reformas en una casa vieja, sobre todo si comienzan por el sótano. No olvidemos que justo así es como comenzó todo...

     Esta vez el formato es diferente, no sólo preguntas y respuestas, sino también impresiones. Ha sido una experiencia estupenda poder asomarme detrás de Puerto escondido y descubrir a una de tantas personas que participan desinteresadamente en la creación de una historia, de mil. Y, para qué negarlo, también me he reído cuando me han presentado a una María nerviosa y casi tímida que se dirigía con sus preguntas al que, en aquel momento, era un completo desconocido. Hoy lo sigue siendo, por eso sigamos llamándole, por ejemplo, Jose.

     Tengo que dar las gracias a esta persona por haberse prestado a hablar conmigo desde el primer momento. Y también por la parte que le corresponde en esta historia ya escrita y en las que estén por venir.

     Y, como siempre, gracias a todos los que os pasáis por el blog.


sábado, 21 de noviembre de 2015

Entrevista a Santiago Álvarez


Imagen: web del autor
   Santiago Álvarez nace en Murcia en el año 1973 y actualmente es director de contenidos del festival de género Valencia Negra. Sus comienzos en la literatura fueron a través de los relatos, aunque también ha dirigido y protagonizado musicales y obras dramáticas ya que otra de sus grandes pasiones es la música. Profesor de Scrivener con quien realiza talleres presenciales, hace poco presentó su primera novela, La ciudad de la memoria, abriendo con ella una saga protagonizada por el detective Mejías.

- Cada vez vemos más novelas negras dentro de nuestras fronteras y el mediterráneo es una localización que comienza a tener un peso en la literatura actual, ¿por qué te decantaste por ambientar tu novela en Valencia?
- Yo soy murciano, y Valencia siempre me ha fascinado. Cuando vine hace 15 años pensé que llegaba a una de las ciudades más modernas de Europa (eso nos vendieron entonces) y me encontré, muy al contrario, con una urbe con profundas huellas del pasado. Se trata de una ciudad de contradicciones y paradojas, lo millòr del mòn pero ahora cercado por la corrupción, una paleta fascinante que funciona como amplificador de lo que somos. Desde entonces siempre quise escribir una historia en esta ciudad y ahora lo he conseguido.
- Seguimos con la novela negra, no sólo como escritor sino también por ser uno de los organizadores de Valencia Negra, ¿cómo ves la salud de este género literario? ¿Crees que es una moda que está empezando a apagarse?
- Vaya por delante que soy de los que piensa que el número de festivales no dinamita la cultura de nuestro país, sino más bien lo contrario. Los festivales suelen funcionar de manera local, y la gente de cada ciudad necesita que le acerquen la cultura, y no solo aquella que se ve en los grandes escaparates. Por otro lado, no aprendemos de, por ejemplo, nuestro país vecino, Francia, donde los festivales son un modelo de cultura, y no una excusa para vender libros que nadie ve, asistir a conferencias de autores desconocidos para el gran público o asistir a un rutinario programa que explora las mismas cuestiones. Debemos trabajar para la animación a la lectura y menos para el show, en nuestro país estamos intentando explotar este caballo ganador que es la novela negra en lugar de perpetuarlo, pero hay alguno que trabajan en ello. Todavía no está muy claro quién ganará.
- Cada novela tiene un momento en el que la historia aparece en la mente del autor, y germina hasta convertirse en una idea. ¿En qué momento nace lo que luego sería La ciudad de la memoria?
- Mi novela nació de un sueño, literalmente. Una noche, soñé que un tipo bajito y enclenque, una mezcla de Woody Allen y Alfredo Landa, se metía en la casa de Geoger (que aparece en El Sueño Eterno) para pelear contra los malos y que de alguna forma salía indemne. Escribí esa misma madrugada tres o cuatro páginas sobre ese personaje antes de volver a acostarme, y eso fue el inicio. Mejías se convirtió, con el paso del tiempo, en el individuo perfecto para transitar entre trincheras, para abordar el pasado, para enfrentarse al peligro de manera descabellada y romántica, es decir, para poder aplicar muchas de las cuestiones que me rondaban por entonces.
- Berta y Mejías son una pareja de protagonistas que se complementan de muchos modos, tanto en las formas como en ideales, ¿de dónde bebe el autor para crearlos, cuáles fueron tus fuentes de inspiración a la hora de construir personajes?
- Mejías nace del cine y esto me sirve para explorar la fina linea que separa a la realidad de la ficción.Se trata de una especie de Alonso Quijano que, tras haber visionado demasiadas películas de género negro de los 40, decide que su modelo de comportamiento es Humphrey Bogart, lo cual provocará un sinfín de calamidades y sincronías. Berta surge como un Sancho Panza moderno, una chica brillante e idealista, una mujer muy alejada del estereotipo de belleza femenina, que es exactamente todo lo que Mejías no es.
- Dijo Amos Oz que era un error buscar al escritor en sus personajes, y no dudo que sea cierto, pero, ¿cuánto queda después de los personajes creados en el autor?
- Pienso igual: transmutarse uno mismo en literatura creo que solo debe interesarle a uno mismo. Los autores debemos buscar cuestiones más ambiciosas y universales. Creo que cada vez que un escritor arma una historia, lo que hace es montar una especie de maqueta del mundo, un universo a escala. Cuando escribimos una historia le estamos diciendo al lector “yo creo que el mundo es así”. Por lo tanto, el autor está impregnado en todo lo que selecciona: los personajes, los ambientes, los temas, pero no de manera autoindulgente, sino ocupado en la creación de cuestiones y dudas que asalten e intriguen al lector. Escribir es una manera maravillosa de intentar ordenar la caótica realidad que nos rodea para intentar mostrar algún tipo de orden que nos dé pistas sobre qué hacemos aquí.
- En un momento dado en la novela se lanza una pregunta sobre el cine, por eso precisamente me gustaría saber qué es para ti el cine.
- ¡Ninguna de mis respuesta dejaría satisfecho a Mejías! El cine y, en general, todo lo audiovisual, han hecho presa en todos nosotros de manera tremenda, muchas veces coartando nuestra capacidad de imaginar, ya que las imágenes nos vienen dadas. La literatura sigue siendo mágica en ese sentido, y deben escribirse novelas que expresen lo que solo puede expresase en prosa. Pero el cine, y sobre todo el cine de los grandes estudios de los años 40 y 50, posee el aroma de lo legendario, del fotograma cincelado entre sombras, de la figura mítica que emerge del celuloide para ofrecernos algún atisbo de verdad. Estas cuestiones quizás emocionen a Mejías. A mí desde luego me intrigan.
- La ciudad de la memoria viene con un protagonista que sí que bucea mucho en la memoria, en el pasado, y lo hace incluso en su forma de ser, ¿es importante para ti no perder la memoria?
- No me acuerdo de quien es la cita, aunque suele decirlo a menudo: “Es curioso el pasado. Camina siempre junto a nosotros”. Es como algo pegajoso, de lo que uno no puede separarse, por mucho que lo intente. Por ello el mejor remedio contra el pasado es perder la memoria. Mejías es un tipo que lucha por recuperar la memoria, tanto la suya en tanto en cuanto ser humano como el recuerdo de las cuestiones terribles que se hicieron. Y es coherente, puesto que él piensa que el pasado brilla con la fuerza de lo auténtico; para él se trata de una apuesta vital. El presente, con sus prisas y sus modernidades es algo frío y caduco, sin pizca de estilo. De esta manera, el mundo entero se transforma en un inmenso decorado donde probar en cada momento, si la vida es una sucesión de escenas, como lo fue en el Hollywood dorado.
- Mejías es un personaje francamente interesante del que he copiado, lo confieso, un montón de frases durante la lectura de tu novela, ¿podrías explicarnos un poco cómo es Mejías?
- Bueno, de todo lo anterior algo debe saberse. Yo suelo decir que es un tipo que vive entre las trincheras de la vida: en lugar de elegir un bando y parapetarse con unos compañeros en un tiroteo infinito y cruel, él elige caminar por esa tierra de nadie, en el fuego cruzado, con una mueca divertida y amaga en los labios, ignorando la prudencia que aconseja tirarse al suelo hasta que todo esto pase. Es una actitud descabella y enfermiza, aunque honesta. Berta le ayudará a no perder del todo el camino.
- Y ya que estamos con Mejías, has comentado que estás escribiendo la siguiente entrega, ¿podrías adelantarnos lo que vamos a encontrar?
- Espero terminar en enero el primer borrador y tener listo para verano de 2016 el manuscrito terminado de la continuación. Encontraremos a Mejías y a Berta en nuevos desafíos, de los que prefiero reservarme su contenido por los lectores. Siempre uso temas enraizados en el pasado, con resonancia en el presente, y profunda y universalmente valencianos. Ese modelo sí que lo repetiré.
- Toda novela negra incluye siempre un fondo de denuncia o de crítica social, ¿qué se expone en este sentido en tu libro?
- Creo que la mejor denuncia social es la que se desprende de la narración honesta en la cual ponemos sobre el tablero narrativo personajes poderosos junto a personajes humildes. Esa es la lucha desde que el hombre es hombre. Intentar ajustar cuentas con la realidad suele salir más, puesto que se nos ve venir. Creo que centrando la narrativa en la cuestiones mas universalmente humanas en un entorno urbano y contemporáneo, aparece esos temas que ahora denominamos “crítica social”, y que en el fondo no es más que otro cliché. Pienso que el único tema de la literatura es la naturaleza humana, y a eso, a investigar quienes somos y porqué hacemos lo que hacemos, dedico yo mis fuerzas en la prosa.
- Y si antes te preguntaba por Valencia Negra, ahora quiero preguntarte por otra de tus pasiones: la música. ¿De dónde sacas tiempo para compaginarlo todo?
- Sinceramente, no lo sé. He hecho musicales, he grabado discos, he hecho obras de teatro y decenas de relatos. Básicamente creo que el secreto es apasionarse por algo, morderlo fuerte y no soltarlo hasta haber separado toda la carne del hueso. Creo que esta no es una vida corta, sin una vida que nos pasa demasiado deprisa porque no dejamos de empujarla. Intentar apasionarse por distintas cuestiones, tener proyectos y realizar sueños nos ayuda a perpetuarnos como seres humanos. Y en el intento estamos… aunque como dice Woody Allen: “Me gustaría alcanzar la inmortalidad, pero, simplemente, no muriendo”.
- Por último, me gustaría saber qué libro estás leyendo en este momento.
- Ahora mismo estoy leyendo “Tras las huellas de Heródoto”, de Antonio Penadés.
- Muchísimas gracias por tu tiempo.
- Gracias a vosotros, ha sido un placer.

     Y gracias, como siempre, a todos los que os pasáis por este blog a diario. O tal vez de forma esporádica.

     Bibliografía:
     - La ciudad de la memoria



sábado, 12 de septiembre de 2015

Entrevista a Antonio Garrido

     Antonio Garrido nació en Linares, Jaén, en 1963. Desde niño sintió pasión por la literatura empujado por sus lecturas de Julio Verne, aunque la vida le llevó por el camino de la ingeniería, su profesión actual. Sus publicaciones se limitarían a lo técnico hasta que publicara La Escribá, El lector de cadáveres y, su último libro, El último Paraíso. Ha obtenido premios como el Prix des Lecteurs Sélection 2010, el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, fue finalista del Prix Fullbert de Chartres y, finalmente, el Premio de Novela Fernando Lara. En la actualidad compagina su profesión como docente en la Universidad con la de escritor, habiendo sido traducidos sus libros a más de 15 idiomas.

- Con tu segunda novela, El lector de cadáveres, ya conociste el éxito. Pero aún así, ¿recuerdas lo que sentiste al enterarte del Premio Fernando Lara?
- Claro que lo recuerdo. De hecho, no creo que lo olvide nunca. Me encontraba sentado junto a mi mujer en un entorno maravilloso como es el patio de la Montería de los Reales Alcázares de Sevilla, incapaz de probar un bocado por los nervios mientras el jurado iba desgranando lentamente los títulos eliminados. Por último, cuando tras quedar solo dos finalistas dijeron mi nombre, me levanté emocionado y me dirigí hacia el estrado donde se iba a proceder a la entrega, casi sonámbulo. Escuchaba aplausos lejanos y destellos de flashes y yo solo pensaba en si sería capaz de agradecer apropiadamente al jurado, al público y a mis seres queridos.
- La Gran Depresión es una época relativamente frecuente en la literatura, sin embargo, la parte de la historia que nos relatas en El último paraíso, es desconocida para una gran parte de la gente. ¿Cómo llegas a ella?
- En efecto, es una historia tan escondida que ni siquiera los propios norteamericanos la conocen. Nadie podría imaginar que en los momentos más duros de la gran depresión, con millones de personas sin nada que llevarse a la boca, el New York Times publicara una noticia en la que se ofrecía trabajo y felicidad para quienes se atrevieran a embarcar hacia la Unión Soviética. Yo tuve la fortuna de conocerla mientras ojeaba un ensayo en una vieja librería de Broooklyn y enseguida advertí la dramática epopeya que se escondía tras aquellos miles de americanos que creyeron en aquel anuncio y lo dejaron todo para buscar el paraíso en la Unión Soviética, sin imaginar que se dirigían hacia su propia perdición.
- ¿Ha sido muy difícil documentarse para esta novela? ¿Cuánto tiempo te ha llevado?
- Ha sido trabajoso a la par que difícil. Cuando comencé a recopilar información encontré el tremendo sesgo que la teñía en función de su procedencia americana o soviética. Afortunadamente durante el proceso de investigación tuve el privilegio de contar con la ayuda del Dr. Boris Shpotov, miembro de la Real Academia de las Ciencias Rusas de Moscú y de la Dra. Graham Deham de la Universidad de Brighampton en Nueva York y responsable del departamento de Estudios Orientales. Ambos me asesoraron sobre los archivos secretos soviéticos y sobre la realidad de las familias que emigraron a Rusia, y de las que muy pocos miembros lograron regresar. En total, empleé un año y medio en recopilar, analizar y extraer la información precisa que me permitió abordar con confianza el proceso de escritura.
- Hablando de documentación, tuve la suerte de asistir durante una de tus presentaciones a un momento que, a la fuerza, debes de recordar. Cuéntanos cómo fue ver que un asistente se levantaba en Santander, y te comentaba que podría haber sido un descendiente de uno de tus personajes.
- No podía creerlo. Había buscado durante años a algún descendiente de aquellos americanos que emigraron a la Unión Soviética de forma infructuosa, y de repente, en aquella presentación un hombre de pelo canoso y acento extranjero me  hizo un par de preguntas curiosas sobre aquella gente. Fue verdaderamente emocionante averiguar que aquel hombre era nieto de uno de aquellos hombres que pagaron con su vida las masacres estalinistas.
- Los personajes yo creo que son el punto realmente fuerte de la novela, los llevas hasta el extremo una y otra vez consiguiendo que sean seres complejos, vivos, ¿es difícil explorar y exponer de ese modo a tus protagonistas hasta conseguir esa sensación de realidad para el lector?
- Sí que es difícil. Quizá sea la parte más compleja, pero es la que proporciona vida y realidad a una novela, la que transforma a meros personajes en seres humanos cercanos, a los que podremos admirar, amar u odiar, de los que aprenderemos o nos compadeceremos. Esa es la parte más mágica de la escritura, y también, la más complicada, porque te obliga a alejarte de estereotipos y profundizar con sensibilidad en el interior de cada uno de los hombres y mujeres que protagonizan esa historia.
- Jack, el protagonista, es un hombre obligado una  mil veces a superarse, un superviviente nato podría decirse, ¿cómo es Jack para ti?
- Jack es un joven ambicioso y trabajador, un luchador que equivocadamente cree que si se esfuerza lo suficiente conseguirá encontrar la felicidad a través del éxito profesional sin comprender que el verdadero paraíso se encuentra dentro de cada uno de nosotros, y que para descubrirlo, es preciso afrontar situaciones que pongan a prueba el verdadero carácter del individuo, Jack, a través de sus confrontaciones con otros personajes, deberá valorar qué es lo que realmente importa en la vida y tomar decisiones vitales que le encaminarán hacia la redención o hacia la destrucción.
- ¿Podrías, para quien aún no se ha acercado a tu novela, dar una pequeña pista de lo que se van a encontrar en El último paraíso?
- Yo creo que el lector encontrará una novela llena de emociones, de situaciones desconocidas pero a la vez cercanas que le harán viajar hasta las vidas de unos personajes que lucharon desesperadamente por encontrar la felicidad. Creo que se contagiará de la fuerza y la honestidad de Jack, que se turbarán con las historias de amor que se sucederán y que se inquietará ante la despiadada acción de los hombres que pusieron por delante sus ideas sin importarles el destino de millones de personas. Creo que su corazón se encogerá y realmente disfrutará más que con una historia auténtica, con una auténtica historia.
- No me gustan nada las etiquetas: tu novela por ejemplo, es histórica, de misterio, tiene amor... ¿serías capaz de clasificarla?
- A mi tampoco me agradan las etiquetas. Casi te diría que las odio por su capacidad para encorsetar y limitar. ¿Cómo clasificarías una vida? ¿Y miles de vidas? Porque de eso se trata. Es cierto que El último paraíso se enclava en un periodo histórico trascendental, pero también lo fueron quienes hubieron de vivirlo y contribuir con sus vidas al legado que posteriormente hemos recibido. Y en esas vidas hubo amores y traiciones, hubo mentiras, suspense, odios y sorpresas. Hubo egoísmo y bondad. Todo eso está en esta novela, a la espera de que el lector lo descubra y lo disfrute.
- El final, del que no voy a hablar en absoluto, creo que tiene una "lección de vida" para el lector medianamente avezado. ¿Eres de los que piensan que siempre se aprende algo en los libros?
- Los libros son maravillosos porque, además de entretener, a veces nos ofrecen algo más. A veces ocultan en su interior esa pequeña chispa que te anima a reflexionar y a preguntarte cosas importantes y me gustaría pensar que esta novela esconde ese punto de profundidad que te pellizca el corazón, que no te deja indiferente. Porque para tocar el corazón del lector, no basta con contar algo. Es preciso tener algo que contar.
- Entiendo que ahora estás sin apenas tiempo para nada, pero dime, ¿te ronda ya alguna historia la cabeza?
- Muchísimas historias. Mi mayor problema ahora consiste en hacer la mejor elección, y en ello espero emplear mi tiempo los próximos meses.
- Por último, como no podía ser de otro modo, me gustaría saber qué estas leyendo en este momento

- En estos momentos estoy terminando Hombres fuera de serie de Brett Martin, un ensayo sobre las series de televisión norteamericanas más apasionantes.
- Muchas gracias por tu amabilidad, aprovecho además para recomendar a quien tenga la ocasión de acudir a la presentación de El último paraíso que no se lo piense.
- Gracias a ti por brindarme la oportunidad de responder a tus preguntas y por tu asistencia a la presentación de Santander. Entonces y ahora, ha sido un auténtico placer.

     Bibliografía:

    - El último paraíso
     - El lector de cadáveres
     - La escriba