"Me llamo Natalia Ginzburg. Mi padre, Beppino, ama la ciencia y la naturaleza.
Lidia, mi madre, disfruta en cambio con «el placer de narrar». Tengo tres hermanos y una hermana. Vivirán lejos y me bastará la ficción para saber qué les ocurre. Cumpliré con los ritos: nacer, crecer, reproducirme. Algún día moriré. También escribiré libros. Quizá, incluso, plante el cerezo de aquella primavera triste de Pavese".
Hay libros a los que llego no sin cierto miedo, ya que a todo el mundo parece que le han encantado y siempre se tiene esa presión compartida: el libro por no estar a la altura, el lector por lo mismo. Hoy, finalmente, traigo a mi estantería virtual, Léxico familiar.
Conocemos a la familia de la autora, los Levi. Son una familia extensa, sí, y por lo tanto vamos a conocer a mucha gente. Y lo haremos a medida que la autora los recuerde gracias a un pequeño detonante que hace click en su cabeza. Y hay, como en todas las familias, un poco de todo: el padre que parece que le tienen que echar de comer a parte con esas perlas que suelta, la madre, tan madre eso de quedarse con todo aunque no lo parezca, los hermanos que pelean, ellas que ahorran... como dije es una familia extensa, así que ahora podríamos añadir lo de amigos, primos y demás familia.
El libro, casi un anecdotario, se acerca al lector más por la forma de encadenar los recuerdos, igual que los que cualquier lector tiene de su propia familia, que por la familia en sí que presenta. Además al estar estructurado sin división capitular, se tiene aún más la sensación de estar ante recuerdos vertidos si demasiado orden que ante una novela como tal. Y, por supuesto, la situación política se hace sentir en la novela y en el devenir de la familia, ya que todo sucede en pleno fascismo y pocas familias salieron totalmente ilesas (y además de esas familias no se escribe, no son tan interesantes). Claro que, en el caso de los Levi, el lector se dará cuenta además de la gente peculiar que conocen y que luego será conocida por sus propios méritos, por lo que a veces uno tiene la sensación de que son pocos los vecinos, o algo así, ya que el ratio es realmente elevado. A tener en cuenta además la ambientación, tanto la política que se va volviendo cada vez más oscura a medida que avanzamos, como la propia de la familia, esa de las pequeñas cosas que, para mi gusto, le da gran credibilidad a la novela. Y sí, ya sé que estamos en no ficción, pero eso no significa que siempre me crea las cosas que me proponen los autores.
Ginzburg se aparta en este caso para dar todo el protagonismo a su familia: judíos, antifascistas y residentes en Turín, un grupo de personas a los que el lector no puede evitar ir cogiendo cariño : Giuseppe, Lidia, Gino, Mario, Alberto, las dos hermanas, el primer marido de Natalia, Leone y un tremendo y hermoso homenaje a Pavese.
Léxico familiar es un libro que me ha gustado más de lo que esperaba y, por qué no decirlo, mucho más de lo que parecía cuando comencé a leerlo.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.