Autor: Cari Ariño
Editorial: Ediciones B
Año: 2017
Año: 2017
ISBN: 978-84-666-6118-8
Nº de páginas: 296
De Cari Ariño había leído hace un par de años El latido del tiempo, una novela que me dejó con muy buenas sensaciones por lo que cuando se me presentó la oportunidad de leer su nuevo trabajo, La rueda del olvido, no tuve que pensarlo y acepté encantada la propuesta.
En las primeras páginas de La rueda del olvido conocemos a Alicia, una fotógrafa a quien su novio acaba de dejar plantada a tan solo cinco días de la boda, con lo que su vida se ha desmoronado. Intentando huir de esta situación, Alicia emprende un viaje a Francia para iniciar un proyecto fotográfico sobre el exilio español del treinta y nueve ya que su abuelo materno, Biel, fue uno de los hombres que tuvo que exiliarse en esa época a Francia, desapareciendo durante la Segunda Guerra Mundial. En París Alicia conocerá a Julien, un guía turístico cuyo abuelo Baptiste también llegó a Francia en el mismo periodo y aceptará entrevistarse con ella para contarle su pasado como exiliado. A medida que la relación entre Alicia y Julien se vaya afianzando, iremos profundizando en la historia del viejo Baptiste, entrelazándose presente con pasado para desvelarnos los hechos acontecidos años atrás.
Cari Ariño |
Este tipo de novelas que aúnan pasado con presente siempre son de mi agrado, es una estructura que me gusta encontrar en los libros que leo, y "La rueda del olvido" no ha sido una excepción, en general ha sido un libro con cuya lectura he disfrutado. Y eso que el comienzo de la novela no me convenció al partir Cari Ariño de una situación que para mí ha sido un tanto forzada por ser demasiado casual, con lo que no me ha parecido creíble.
Estructuralmente, La rueda del olvido viene dividida en tres grandes partes que aglutinan los treinta y seis capítulos que contiene la novela. A lo largo de los mismos el relato va alternando entre el pasado y el presente sin un orden definido, siguiéndose ambas historias sin problema y quedando todo bien enlazado. En ambos casos nos encontramos con una narración en tercera persona del pasado y Cari Ariño vuelve a deleitarnos con una prosa cuidada, serena y elegante que hace que la lectura resulte amena a la par que ágil y entretenida. No es un libro que tenga demasiado ritmo pero este sí se mantiene fluido y constante, invitándonos a avanzar por sus páginas con atención e interés por seguir el devenir de los acontecimientos.
Como comentaba anteriormente, son dos líneas argumentales las que se van a ir desarrollando de forma paralela, aunque la situada en el pasado tiene un mayor peso y también resulta más atractiva e interesante. La historia ubicada en el presente tiene por protagonista a Alicia, una mujer que tiene que seguir adelante tras el desengaño amoroso que ha sufrido, buscando refugio en en su trabajo. Es un personaje sencillo y no porque no quede bien definida sino porque es una figura que no destaca por nada en especial, su forma de pensar y actuar responde al perfil de la mayoría de personas que encontramos en la vida real. Alicia será la herramienta que la autora emplee para enlazar pasado con presente y además a su alrededor va a construir un bonito romance que sin embargo para mí no ha acabado de cuajar y ha sido la parte que menos me ha convencido de todo el libro.
Es trasladándonos al pasado donde vamos a encontrar a un personaje con fuerza y carisma que va a hacer que el relato cobre verdadero interés. Se trata de Biel, un hombre al que vamos a acompañar desde niño, cuando la muerte de su hermano gemelo provoque que se sienta perdido y desee abandonar el campo para emprender una nueva vida. Su padre acabará enviándolo a Barcelona para trabajar en compañía de sus tíos y será en Barcelona donde a Biel se le metan ideas libertarias en la cabeza y se haga un ferviente seguidor de las doctrinas anarquistas. A partir de ahí seguiremos las andanzas de Biel, observaremos su evolución y las decisiones que va tomando arrastrado por sus ideales, unas decisiones que puede que para nosotros no compartamos pero que quedan justificadas y eso es suficiente para afianzar la construcción del personaje y dotarle de solidez y coherencia.
Los pasos de Biel y del nutrido grupo de personajes que lo acompañan durante esa época van a venir marcados por los hechos históricos que acontecen en esos años. Y este un aspecto en el que Cari Ariño ha puesto un especial cuidado para acercarnos a lo sucedido desde los años previos al estallido de la Guerra Civil hasta el periodo de la posguerra, poniendo el foco de atención no tanto en los hechos mismos como en la forma en la que los vivieron algunas personas. Y así La rueda del olvido se convierte en una historia que nos habla de este conflicto, de los ideales que unos y otros defendían, del enfrentamiento que esto provocó y de cómo miles de españoles se vieron en la necesidad de huir de su país buscando refugio en Francia, donde fueron confinados en el campo de concentración de Argelés. Aunque he leído varios libros ambientados en la Guerra Civil, este ha sido el primero que aborda el periodo desde esta perspectiva centrada en los exiliados españoles por lo que me ha resultado especialmente interesante leer sobre estos hechos.
No puedo decir que la novela no me haya gustado y, como habéis podido comprobar, tiene suficientes elementos positivos como para recomendar su lectura, pero he de reconocer que en ella me ha faltado algo y, una vez finalizada y haciendo balance, creo que han sido sus personajes los que han provocado que no me haya implicado más en esta historia. Ya he señalado que están bien perfilados, reaccionan con realismo y presentan tanto fortalezas como debilidades que los hacen más creíbles y cercanos, pero en mi caso no he llegado a conectar con ellos y eso ha hecho que no llegase a compartir sus sentimientos ni emociones, dejándome un tanto indiferente su historia, incluso en esa parte final que fusiona el pasado con el presente, que por otra parte desde mi punto de vista ha sido un tanto precipitada.
Resumiendo y a pesar de estas últimas apreciaciones, La rueda del olvido me ha parecido una interesante lectura por la perspectiva que nos ofrece del periodo en el que se ambienta. Una novela con un fuerte componente histórico en la que sin embargo priman las vivencias de los personajes y que merece la pena leer tanto por disfrutar del estilo narrativo de su autora como por acercarnos a la historia que recoge.
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Gracias a la editorial por facilitarme el ejemplar para su reseña