- Hugo ¿te cuento un chiste al revés?
- ¡ Vale !
- Pues ¡ riete primero !
- Jajajaja...vale, ahora cuéntamelo...
Hugo, cuando tenía cuatro años.
27 de junio de 2013
26 de junio de 2013
MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El poeta de guardia)
Antropocentrismo
“...y es que de nada sirve, creo yo,
encender un Candil cuando no quieres ver.”
William Blake
Ciego más ciego no hay que aquel que, viendo, aplica la mirada al propio ombligo, creyéndose fiscal, juez y testigo, altar, liturgia, dios y reverendo.
Y no hay sordo mayor que quien, oyendo,
no escucha a nadie más que a sí y, consigo a solas, se cree rey siendo mendigo silente consumido por su estruendo.
Cordero que se mira en el espejo
del agua pretendiéndose belleza,
comete, hermoso o feo, la torpeza
de, absorto, no cuidar de su pellejo.
Y si, por suerte, no lo mata el lobo,
Narciso, se ahogará en sí mismo, bobo.
25 de junio de 2013
YO ME BAJO EN LA PRÓXIMA
Un tipo llegó un día a casa antes del trabajo. Según va entrando encuentra extrañas evidencias de lo que parece evidente. Sólo hay luz al fondo del pasillo, en la habitación que comparte con su esposa. ¿Cariño?- pregunta nada más entrar-. Sí, cielo, estoy en la habitación. ¿Y qué hace esta camiseta de chico que no es mía tirada en el salón? Una sorpresa, mi vida, estuve de compras. Ah, gracias, ¿y los pantalones? Venían en el mismo pack. ¿Para qué me has comprado zapatillas de deporte si sabes que no uso? Pues por eso, para que empieces a usarlas. Mientras tanto el hombre se va acercando más y más a la habitación ¿Y los calzoncillos? En el mercadillo, también una oferta ¿Y tu ropa por el suelo? Ay, cariño, es que no te puedes imaginar el calor que hacía en casa cuando he llegado ¿Y qué haces desnuda y sudando en la cama?¿No te digo? pues eso, el calor que hacía cuando he llegado. Ah- sentencia el hombre- estoy cansado, voy a cambiarme de ropa. Al abrir el armario descubre que hay un hombre desnudo dentro. Éste, ni corto ni perezoso, le espeta: ¿Usted se ha creído todo lo que le ha contado su mujer? Pues sí, la verdad- contesta el incauto marido.- Ah, en ese caso, si no le importa, cierre la puerta porque yo me bajo en la próxima.
Tú, votante del PP, eres quien está volviendo a casa, y vas caminando por el pasillo, y te encuentras los recortes, las cospedales, las televisiones de plasma, los gallardones, los wert, las promesas incumplidas...espero que, cuando en las próximas elecciones abras el armario y las urnas te pregunten si has creído a este gobierno, no te olvides de este sencillo chiste, de no ser así será culpa tuya que los demás no podamos bajarnos en la próxima...
21 de junio de 2013
20 de junio de 2013
MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (EL POETA DE GUARDIA)
GERONTANASIA
"Mi resistencia choca contra un silencio higiénico.
Hay excesiva luz y una jeringa llena."
Raquel Lanseros
I
Habrá que exterminar a los ancianos.
Suponen una rémora, un problema
para el sostenimiento del sistema.
(Sólo hemos de salvar de los gusanos
a los de nuestra casta, a los cercanos
a nuestra ideología, esa postrema
doctrina de los dioses que, suprema,
nos da rango de seres sobrehumanos.)
Podríamos vedarles las pensiones
para que pereciesen de hambre y frío,
ahorrando de este modo en inyecciones
letales. Mas del hambre desconfío;
antaño desató revoluciones,
mudando al pueblo en animal bravío.
II
Por tanto, lo mejor será arrastrarlos,
sumisos y engañados, por decreto
a algún lugar ignoto y, en secreto
y con silencio higiénico, matarlos
y, para eliminar pruebas, quemarlos
sin dejar ni un vestigio de esqueleto.
No serán traba el hijo, el nieto inquieto; diremos que acordamos instalarlos
en lugar feliz como agasajo
por toda una existencia de trabajo
en pro del desarrollo nacional.
Agradecidos y ebrios por la euforia,
pronto habrán de olvidarlos; la memoria
es frágil como copa de cristal.
19 de junio de 2013
LAS GRACIAS DE JOSITO
Que dice Josito que ya no se viaja en diligencia. Debe ser que en su barrio la tristeza viaja en AVE. Y lo que es mejor, los féretros se teletransportan y las tareas administrativas relacionadas con la muerte (de un familiar), como el Metro de Madrid, vuelan. Ayer, en una reunión de empresarios, colegas del director de relaciones laborales de la CEOE daban su opinión sobre las desafortundas (en eso hubo acuerdo) palabras del señor De la Cavada, que opinaba que cuatro días por la muerte de un familiar fuera de tu residencia eran demasiados. No pude retener el nombre, pero un hombre de avanzada edad, elegante y con pinta de empresario de los de antes, con voz sostenida por el esfuerzo, soltó una verdad que debería pesar como plomo sobre las modernas conciencias de los empresarios de hoy en día: el empresario quiere siempre que sus trabajadores estén felices. Pero si es un axioma que hasta el más simple de los autónomos conoce: trabajador puteado = problemas. Es lo que tiene la ley de la oferta y la demanda, que cuando llega al extremo en el que la oferta de mano de obra es infinitamente superior a la demanda, el empresario tiende a creerse el sheriff del pueblo, el pistolero más rápido del Oeste, y se llega al temido efecto exprimidor: exprimo, exprimo y exprimo y cuando el currela no puede más, que me den otro que estoy calentito. Y no se dan cuenta de que, obviando la cuestión humana y moral, hay una realidad práctica: si todos los curritos estamos currando de sol a sol y andamos más secos que la mojama...¿quién va a comprar sus productos? Estos nostálgicos del medievo podría quedarse con la parte de la moral cristina que habla de la solidaridad y no del valle de lágrimas, porque parece que vernos a nosotros, los que sacamos adelante sus flamantes juntas generales de accionistas, esos que hacemos que sus consejeros delegados no sepan ni el dinero que tienen, seamos felices les genera un error de sistema. Y volvemos al exprimidor, trabajador que sonría otra vuelta de tuerca, que aguanta más. Estos tipos sueñan con trabajadores como el chino del chiste que va a una oferta de trabajo. El empresario le dice que el trabajo es duro, muy duro, porque se trata de trabajar doce horas al día. A lo que el chino responde: pelfecto, pelfecto, media jolnada, lo que yo buscaba...
14 de junio de 2013
LAS PREGUNTAS DEL PEQUE
- Mamá ¿tú crees en Dios?
- Pues hijo, todavía no lo tengo claro.
- Ah y ¿cuando lo vas a tener claro?
Hugo, cinco años.
- Pues hijo, todavía no lo tengo claro.
- Ah y ¿cuando lo vas a tener claro?
Hugo, cinco años.
13 de junio de 2013
MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (EL POETA DE GUARDIA)
Romancillo de las buenas maneras
En esta patria del Águila,
peinetas y relicarios,
la del toro, la Una, Grande
y Libre pese al candado
que ata cuerpos y conciencias,
si a alguien lo están puteando
y protesta, o es un fiero
terrorista sanguinario
o, como poco, el fascismo
lo tilda maleducado.
Así que, trabajadores
al borde de ser esclavos,
estudiantes sin escuela,
necesitados, parados,
enfermos sin prestación
sanitaria, desahuciados,
pensionistas sometidos
a la miseria, dejaos
de ensuciar la Marca España
con vuestros modales bárbaros
y, en lugar de protestar,
id a rezar el rosario
o, en honor a Andrea Fabra,
meteos por el culo un palo.
En esta patria del Águila,
peinetas y relicarios,
la del toro, la Una, Grande
y Libre pese al candado
que ata cuerpos y conciencias,
si a alguien lo están puteando
y protesta, o es un fiero
terrorista sanguinario
o, como poco, el fascismo
lo tilda maleducado.
Así que, trabajadores
al borde de ser esclavos,
estudiantes sin escuela,
necesitados, parados,
enfermos sin prestación
sanitaria, desahuciados,
pensionistas sometidos
a la miseria, dejaos
de ensuciar la Marca España
con vuestros modales bárbaros
y, en lugar de protestar,
id a rezar el rosario
o, en honor a Andrea Fabra,
meteos por el culo un palo.
12 de junio de 2013
EL EJEMPLAR
Sus manos, preñadas de arrugas y pecas, miles de metáforas de tiempos mejores, reciben el libro temblorosas. La vida se escurre por entre esos surcos, una vida que toca a arrebato pero que cesa con la suavidad con la que la muerte algunas veces regala las despedidas. Sin alardes, sin dramatismos, con la serenidad del deber cumplido. En la portada un título conocido: “Las esquinas del alma”. Habló de ese título con su hijo tantas veces. De las muchas novelas nunca terminadas de su vástago, ésta era la que le despertaba más simpatía. “Tiene fuerza”, le decía para darle ánimos. Pero la vida, esa misma que surca sus manos en forma de riachuelos de piel, es terca. Su hijo jamás logró publicar. En la portada se adivina un paisaje boscoso. Da la vuelta con enorme dificultad. Hay un silencio espeso en la habitación del hospital. Nadie habla, casi ni respiran, esperando, sin más. En la contraportada está la foto de su hijo. Algo más joven, con perilla y el pelo más largo. “En la oficina no me dejan llevarlo largo, papá” se justifica ante la sonrisa picarona. “Hijo…”. No ha dicho nada hasta ahora, pese a los minutos que lleva con el libro en la mano, mitad emoción de ver la primera novela de su hijo, mitad porque reservaba fuerzas, jugándoselo todo a una frase. “Hijo, lo has conseguido…”. Padre e hijo se abrazan con fuerza. No es la novela. O sí. Lo es todo. Es un gracias. Un de nada. Un te lo mereces. Un es por ti. Ese abrazo, que dura largos minutos y al que se unen los demás hijos, y la madre, significa tantas cosas que el silencio es el único lenguaje viable. “Toma, hijo, me pesa mucho…además, ya me leí el manuscrito ¿verdad?”.
Dos días después, las mismas manos que sostenían aquel ejemplar decidieron rendirse de forma definitiva. 90 años de trabajo no son pocos. Se fue en paz, sereno y feliz. Hoy su hijo come con su viejo amigo Igor. No se ven mucho últimamente, y menos con la enfermedad de su padre. Pero su amistad, después de cuarenta años, está a prueba de ritmos vitales.
- Igor, todavía no te he dado las gracias- sobre la mesa, junto a las cervezas, está el libro de la portada boscosa.
- No te preocupes.
- ¿Por qué Javier Marías?- abre inconsciente el libro y lo hojea.
- Pues porque recordé que tu padre no era muy fan, que siempre fue más de J.L.Sampedro ¿verdad? Además, no me gustó mucho en su día.
- ¿Y la portada?
- Bueno, me costó algo más, una caja de botellines y un regalo para el hijo de Ernesto.
- Pues dile que es preciosa. Eso sí, podías haberle dado una foto de este siglo. En la contraportada tengo quince años menos.
- Lo sé, pero era la única que tenía a mano, y ya sabes como es Ernesto, si dejaba pasar el tren lo mismo no nos hacía el encargo, el tiempo apremiaba...Espero que tu padre no se diera cuenta.
- No, murió feliz.
- Me alegro mucho, se lo merecía.
- Sí, se lo merecía.
7 de junio de 2013
6 de junio de 2013
CRISIS EN EL TRASTERO
Reconozco que el Trastero nació como una metadona. La paternidad había sido el hachazo definitivo a mis rutinas literarias. Mi fracaso como escritor encontraba la excusa perfecta: tenía que centrarme en lo importante, leñe, que era padre. Y el Trastero fue un salvoconducto a la legítima pérdida de tiempo en lo creativo. De esto hace ya más de 6 años. 1.500 micros o 1.200 artículos después, estoy agotado. Es una enrome responsabilidad autoimpuesta la de escribir todos y cada uno de los días. Llevada con la ansiedad de un ex adicto, como quien sentía que era la única forma de mantener vivo un talento del que, tal vez ya va siendo hora de asumirlo, carezco. Los primeros meses de andadura los lectores, y que nadie se me ofenda, fueron secundarios. Era una terapia, y como tal, puro eogísmo. Pero después llegaron las visitas. Más y más cada día. 19 mil en el 2007, 22 mil al año siguiente, le siguieron casi 30 mil en el 2009, que fueron menos que los 34 mil del año siguiente, y todavía muchos menos que los más de 62 mil del 2011...y, de golpe, un 2012 con más de 104 mil visitantes en mi rinconcito. Eso eran casi 300 personas al día leyendo mi mundo. Llegado a este punto me di cuenta de que era adicto no a la escritura o al Trastero, sino a sus visitantes. No escribía por mi, sino que lo hacía por ellos, y eso aumentaba mi responsabilidad. Me obligaba a estar despierto, activo, listo, ingenioso...o al menos a intentarlo, todos y cada uno de los días. El Trastero pasó a ser un trabajo más, como mi carrera profesional o las tareas de la casa. Igual de absorvente incluso. Creía que me bastaba con alzar la voz, pero no, necesito que se me escuche. Por eso ahora me siento agotado. Y también muy decepcionado. Y no hay rencor, quizá reproche a mí mismo por no haber sabido mantener el interes de los que alguna vez me leyeron. Este año el número de visitantes ha ido decreciendo, mucho, hasta llegar a un punto en el que ayer, escribiendo, me hice por primera vez esta pregunta ¿para qué? Era un ¿para qué? que escondía un mucho más egocéntrico ¿para quién? Pensar que hace un año podía leer esto 300 personas y, en cambio, hoy no llegaremos al centenar, me pone injústamente triste. Y no lo puedo evitar.
No es un adiós, ni muchísimo menos, no sería capaz de cerrar el Trastero de un portazo. Que no suene a poesía barata, pero el Trastero forma parte de mí y uno no se desprende de un brazo o una pierna así como así. Pero voy a relajarme, a vivir más tranquilo, a no sentirlo como una responsabilidad, una obligación. Quizá escriba todos los días, quizá no, el caso es que hoy no me encuentro con fuerzas de mantener este ritmo...ya veremos mañana.
5 de junio de 2013
LA SORPRESA
Llevaba años con la idea rondándole la cabeza. Pero si no era por una cosa, era por otra. Hasta que por fin este año se han alineado los planetas. Hoy es el cumpleaños de su mujer. Son los cuarenta. Tiene la sensación de que se quieren más que nunca. La vida les sonríe por fin. Esta mañana se ha levantado a la misma hora de siempre. Con la cautela de siempre, sin encender luces, sin apenas hacer ruido, para que ella pudiera seguir durmiendo. Suele tener turno de tarde en el hospital. Ella dice que por ser la novata va a estar unos añitos así. A él no le importa. Trata de esperarla despierto, pero la mayoría de los días, cuando llega, ya está en brazos de Morfeo en el sofá. Esta mañana ha salido como cualquier otro día, ha comprado el periódico, pero en lugar de enfilar la autopista camino de la oficina se ha quedado en el bar de la esquina a hacer tiempo. No quiere asustarla o despertarla demasiado pronto. Últimamente está muy cansada. Por eso la idea de la sorpresa era tan tentadora. Tener una mañana tranquila para amarse sin prisa, sin sueño, sin despertador amenazando. Deja pasar los minutos hasta que decide que ya es prudente poner en práctica la sorpresa. Llega a casa y abre la puerta con sigilo. Si todavía está durmiendo le gustaría que fuera un beso suyo quien la despertara. Se descalza para ser todavía más silencioso. Entonces escucha los gemidos. Primero le parecen lejanos, como si fueran de una película o de una vecina. Después son más nítidos. Es una voz que le resulta familiar, y pide más, y más, y que no pare. Cuando la reconoce el corazón ha convencido a su cerebro de quien es y la erección se disipa de golpe. Después, intercalados con los gemidos de su mujer, escucha una voz varonil y entregada avisando del final del juego. Respira hondo. Se vuelve a calzar y con el mismo sigilo sale de la casa, todavía aturdido. Se monta en el coche y un centenar de kilómetros sin sentido después encuentra un lugar, tan bueno como cualquier otro, para dejar pasar el tiempo. Sentado en el banco de vaya usted a saber que parque se decide a llamar.
-Hola, cariño, felicidades.
-Ah, mi cielo, muchas gracias por acordarte ¿qué tal llevas el trabajo?
-Bien, ya sabes, lo de siempre, los clientes y esas cosas ¿y tú?¿qué tal tu primera mañana de cuarenta?
-Pues nada, lo de siempre, he madrugado, al gimnasio, lavadoras y preparándome la comida.
-Ajá...
- Bueno, cielo ¿me esperarás despierto?
-Haré lo que pueda.
-Te quiero.
-Adiós.
-Ah, mi cielo, muchas gracias por acordarte ¿qué tal llevas el trabajo?
-Bien, ya sabes, lo de siempre, los clientes y esas cosas ¿y tú?¿qué tal tu primera mañana de cuarenta?
-Pues nada, lo de siempre, he madrugado, al gimnasio, lavadoras y preparándome la comida.
-Ajá...
- Bueno, cielo ¿me esperarás despierto?
-Haré lo que pueda.
-Te quiero.
-Adiós.
4 de junio de 2013
EL DATO
Fátima Báñez ha dicho que espera que hoy, que se conocerán los datos de población activa, muchos españoles puedan tener una buena noticia. Es cierto, puede que hoy, justo hoy, cientos de españoles empiecen a trabajar, pero también habrá otros cientos que serán despedidos y, con suerte, no se cumplirá la premisa de José Mota de las gallinas que entran por las que van saliendo. Este ombligismo de escaño, esta parte por el todo politiquera e infantil, me recuerda lo que pienso desde hace años, y es que los políticos viven en un mundo paralelo, donde, por cierto, los cubatas están a muy buen precio. No me imagino, Fati, la ilusión en ese hogar de cuatro o cinco parados esperando al ministro de turno diciendo, eh, que hemos bajado en 600 mil personas el paro este mes. Ahí, gritando, como en pleno gol de Iniesta, oe, oe, oe, oe, oe, 600 mil...No, Fati, el ciudadano tiene un día a día que está lejos de esos datos fríos. Los ciudadanos viven la nómina decreciente, la angustia sombría de perder la casa, el dolor de haberla perdido o la tremenda desazón de estar condenando a sus hijos a un futuro de penurias. El paro tiene una sombra muy alargada, y bajo esa sombra vivimos todos, los que ya están dentro y los que tenemos miedo a terminar a su cobijo. Sabemos que ustedes son mouriñistas a los que les importa más el resultado, la foto, la encuesta, el dato, que el ciudadano medio, pero por favor, no nos lo dejen tan claro. Va camino de ser endémica en el tipo de a pie la sensación de además de cornudo, apaleado. Hoy, y entiéndame lo que le digo, sus datos nos importan una mierda en tanto en cuanto lo que significan para usted. Y es lógico, después de tantos meses con encuestas de población dándole por culo, tenía ganas de que hubiera números que la hicieran sacar pecho, así que si los meses malos salíamos a explicar con días de retraso, esta vez vamos a hablar del dato con premeditación y alevosía. Pero como siempre se alimentarán de ellos los políticos como usted y el tertuliano de turno. El resto seguiremos empleando el tiempo con lo único que sabemos hacer: trabajar. Y si no nos dejan, quemándonos las pestañas hasta perder la dignidad por encontrar espacio en el mercado laboral. No sea tan egocéntrica y tan simple, que nos avergüenza a todos.
3 de junio de 2013
LA LIGA
Ya ha terminado la liga. Y de lo que más se habla es de la Neymarmanía. El marketing y el fútbol siempre han ido de la mano y de no ser por el uno, el otro sería lo que era antes ¿El qué? Pues un deporte. Ahora es un negocio. Muy luminoso, con mucha fanfarria, con mucho partido del siglo, mejores jugadores de la historia, records y demás mandangas televisivas. Hemos dado incluso una vuelta de tuerca más, porque Youtube es el ojeador más cualificado del mundo. Cuatro regates, una chilena, un gol de espuela y media Europa suspirando por un chaval de barrio. El dinero que se mueve es obsceno y puede que hasta inmoral. Cuando ves una ciudad lanzarse a la calle, con la que tenemos encima, porque su equipo sube o baja, o vaya usted a saber qué, me dan ganas de ir yo también y preguntarles si son conscientes de que todos (salvo los dos grandes, parece ser...) tienen deudas con Hacienda. Deudas que llevarían a la quiebra y quien sabe si a la cárcel, a la gran mayoría de los empresarios pequeños en España. Los grandes no, claro, los grandes empresarios son como los clubs de fútbol, tienen bigotes y se libran de todo. El fútbol es un paraíso fiscal que no necesita de transporte. Convivimos con él con toda la naturalidad del mundo. Y entiendo que en los momentos de bonanza aplaudiéramos un regate al tiempo que hacíamos la vista gorda, pero ahora que la tijera es el denominador común, que los equipos de fútbol sigan en ese limbo fiscal es humillante, sangrante y vergonzoso. El precio de las entradas de las final de la Copa del Rey (¡con el estadio lleno!) fueron la cruel metáfora de lo que cuento. Hemos dejado de ser un país de pandereta para ser un país de calzón corto y iphone cinco. Hoy retrasmiten en directo la presentación de Neymar en el Barcelona...que triste...os dejo, que no llego a tiempo para verla.
2 de junio de 2013
1 de junio de 2013
MÁS ALLÁ DEL ÉXODO (El poeta de guardia)
Ave María purísima
“Yo me confieso por esto y asunto
resuelto,
es la ventaja que tenemos los creyentes”.
Federico Trillo
(en relación al asunto del Yak-42)
Federico Trillo, Trillo,
habitual de ese mundillo
de hostias, cura y monaguillo,
tiene torcido el colmillo.
Porque Trillo, Trillo,Trillo,
seguidor de aquel Caudillo
criminal, desde chiquillo
a la fe cogió el tranquillo.
Y si Trillo, Trillo, Trillo,
echa un ochavo al cepillo,
¡manda güevos y frenillo!,
o si es creyente, es por pillo.
Porque, tras cagarla, Trillo
tiene un remedio sencillo:
¡a confesarse y pelillos
a la mar! ¡Qué chascarrillo!
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