No consigue encontrarle el coño con tanta tela. Joder, menuda mierda de vestido, un pastón para esto, piensa ella. Él va levantando tela, y más tela, apartándola a un lado hasta que por fin llega con sus dedos al ansiado destino. No hace falta más, métemela. Está tan excitada que no va a haber juegos preliminares. Se recolocan medianamente hasta que, por detrás y sin demasiada dificultad, la polla entra en el coño; lenta y caliente. La coge de la cintura y empieza a moverse con ansiedad. Los dos tienen prisa por terminar, no pueden alargar demasiado el juego, no es conveniente. Intentan no gemir, por precaución, aunque es inútil, porque los sonidos de sus cuerpos acoplándose son más que evidentes. Ella se agarra a las paredes con la sensación de estar siendo, literalmente, partida por la mitad. Aprieta los dientes, baja la mirada, aprieta el culo rítmicamente contra las embestidas, buscando que la polla llegue hasta lo más profundo de su cuerpo. Con el equilibrio asegurado y en busca de un orgasmo rápido ella misma se acaricia el clítoris, y de vez en cuando le regala una caricia a la polla, que sigue entrando y saliendo con violencia. Con la ayuda de los dedos logra el orgasmo con tremenda facilidad. Me corro, me corro, se susurra a sí misma. Unas intensas contracciones y un leve tic en el ojo ponen fin a la fiesta. Por su parte, claro, porque él sigue el movimiento. Vamos, vamos, tienes que correrte. Saca fuerzas de donde no creía tenerlas para, pese al orgasmo, seguir abrazando la polla con su coño hasta que un gruñido y los dedos en la cintura, como clavos ardiendo, la avisan de que el fin de fiesta será en breve mutuo. Siente con claridad el orgasmo dentro de su cuerpo y como luego el caldo caliente chorrea ligeramente por la cara interna de su muslo. Dame un poco de papel, no puedo salir con la pierna llena de semen. Recuperan el aliento, la compostura y el traje. Se besan, casi por primera vez desde que entraran en el baño. Y se miran el uno al otro la ropa: aquí no ha pasado nada. Salgamos, y ojo, yo primero, que tu hermano me estará esperando para el brindis, ni siquiera ha salido aun la tarta.
31 de agosto de 2009
MICROS
30 de agosto de 2009
23 de agosto de 2009
LA COBERTURA
14 de agosto de 2009
FUNDIDO EN GRIS
13 de agosto de 2009
FLOTAR
MICROS
12 de agosto de 2009
AQUAUNO PRACTICO
Me ha dado por la jardinería. Y uno de los requisitos es el riego automático, que eso de la regadera ya no se estila. Así que visita a Leroy mediante instalé el sábado mi riego automático: el flamante y policromático (rojo y verde, para más detalles) aguauno práctico. De momento no llego a la veintena de plantas, pero la obra de ingeniería fue considerable, más de una docena de codos y recortes del tubo general y después las terminaciones del goteo. Ansioso que soy, incluso con siesta de por medio (prescripción médica) a las doce compraba el material y a las seis hacía la primera prueba. No niego cierta emoción de padre cuando vi salir el agua de los goteos. Quedaba el tema del programador. Compré el más barato y el más sencillo del mercado, tan sencillo es el aquauno práctico que tiene dos botones (el rojo y el verde) y un pilotito que es como el faro del cacharro. Las instrucciones son sencillas: le das al verde, calculas el tiempo, das al rojo y 24 horas después repetirá lo mismo. Hice una prueba y funcionó, pero fue a las seis de la tarde y durante apenas un minuto, no era lo que buscaba. Así que a las once de la noche, hora en la que me gustaría que mis plantitas bebieran, me propuse hacer la reprogramación. Y vino el problema. Según el manual luz verde y roja significa anular. Después al verde y repetir el proceso. Pero no hubo forma, aquello no sacaba una mísera gota. Así que plan alternativo, manual en mano busqué otra reprogramación: programación directa. Rojo y verde, después verde y esperar un minuto…mierda, el cronómetro, bueno, cuento 23, 24, 25… a los 60 segundos debía mantener presionado el botón rojo y al cabo de cinco segundos (otra vez 1, 2, 3…) contar los golpes luminosos, que representan cada minuto. Ahí me veis, afinando la vista y contando, doce, trece. Bien, listo. Me quedaba ver si de verdad había hecho algo. Si el galibo luminoso se enciende una vez cada dos segundos es que hay algo programado, si se enciende dos veces cada segundo es que no. Venga, vamos a ello. Uno, dos…espera, eso son los segundos. Uno…dos…pero leñe, ¿Cuántos segundos han pasado?¿es que este cacharro no está pensado para hombres? Un aparato para hombres debería decir, termine su cerveza, apriete el botón y vaya diciendo sí o no en función de lo que quiera. Abra una nueva cerveza para celebrar que todo ha salido perfecto. Eso sí que es un manual. Había que solucionarlo, porque o contaba luces o contaba segundos, venga, que nadie me ve, vamos con la mano, con la cabeza los segundos, con la mano las luces ¡¡¡ sí ¡!! dos segundos y una sólo galibo luminoso, he programado algo. Pero claro, para el día siguiente, maldita vigilia. Y aquí me tenéis, quince minutos antes, esperando como un nazareno a la salida del cristo, confirmando galibo sí, galibo no, cada dos segundos que lo que hice estuvo bien…digo yo. Pero llegado el momento, sonido celestial de clic que anticipa la apertura mesiánica de las aguas…y no, otro clic cuan beso de Judas me deja a las puertas de la gloria. Bueno, no de la gloria, del Leroy Merlyn, para devolver el fabuloso aquauno práctico…
11 de agosto de 2009
¿NO ES CAPAZ?
MICROS
10 de agosto de 2009
POR BARBA
7 de agosto de 2009
SUBMARINISMO
6 de agosto de 2009
OUTLOOK Y LOS AUSENTES
5 de agosto de 2009
SOUVENIR
4 de agosto de 2009
LAS SERIES DE MI INFANCIA
MICROS
3 de agosto de 2009
EN PLENO VUELO
1 de agosto de 2009
HIJOS DE PUTA
que nos ha dejado inesperada y prematuramente.
Más negro que una noche sin crepúsculos:
Patíbulo en la niebla que reclama
El cobro sin demora de su préstamo.
No alcanzo a comprender porqué motivo,
Mas siempre que me asalta tal suplicio,
Recuerdo desolado aquel incendio:
La tizne en el lamento campesino
Mudando el porvenir en desarraigo
Y en rabia e impotencia extintos sueños;
El ciervo, el alcornoque, calcinados,
Legando a la humareda y las cenizas
El germen contenido en su abolengo;
La inútil persistencia del rocío,
Cambiada su frescura y transparencia
En légamo azabache sin aliento;
Ancianas encorvadas bajo el peso
De tanta muerte súbita en sus lágrimas
Barriendo el vasto hollín de sus adentros…
A veces en la noche un pensamiento
Irrumpe como escoria entre mis sueños:
La vida, igual que el bosque, es una pira;
Mas no ha de renacer tras el incendio.