¿Quien es "El Pesquín"...?

Hace muchos años empecé a acudir al pedrero con mi padre en busca de pulpos, andaricas y otros manjares que la mar nos ofrecía. Un día le dije a mi padre que eramos pescadores, y él me dijo que no, que eramos PESQUINES. "¿Y cúal es la diferencia?" pregunté desde mi inocencia de niño de 7 u 8 años. "Los pescadores trabajan en la mar, necesitan pescar para ganar dinero, y tienen que hacerlo aunque no tengan ganas, o esté malo el tiempo. En cambio, los pesquines, vamos a la mar simplemente por afición, y no necesitamos coger peces para disfrutar y pasar un buen día de pesca. Podemos ir o quedarnos en casa si no nos apetece, elegir el tipo de pesca que preferimos practicar cada día, podemos soltar los peces cuando queramos porque no necesitamos venderlos para sacar el sueldo... ser pescador es un trabajo muy duro, pero ser un Pesquín es una suerte que te permitirá disfrutar siempre de la mar". Sirva esta reflexión como presentación y para anunciar lo que te encontrarás en este espacio, las reflexiones, relatos y comentarios de un "pesquin", ni más, ni menos...














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lunes, 31 de marzo de 2014

De nuevo con Neptuno como protagonista....

Hola amigos del blog...!!! Seguro que recordáis una entrada de hace unos meses atrás, en la que os relataba una buena captura de mi compañero Marcos coincidiendo con su cumpleaños, como si Neptuno se la hubiera regalado, jijijijijiji.... os dejo el enlace por si queréis recordarlo o por si no lo visteis en su momento...
El caso es que esta semana me toca a mi cumplir años, el viernes llegaré a los "treinta y diez", y en esta ocasión, para no ser menos, nuestro amigo Neptuno se ha acordado de mi y me ha obsequiado con un precioso pez en la mañana del domingo, os dejo una foto para ir abriendo boca y os cuento algo más de la captura, que ya que voy a ser un poco más "abuelo", tengo derecho a aburriros con mis batallitas, juas juas juas.....
Una lubina de "dos botas y pico", jajajajajajaja..... como os decía, la pesqué la mañana del domingo, sobre las nueve y poco de la mañana, había bajado al pedrero sin madrugar mucho para echar unos lances con los artificiales ya que la bajamar coincidía a una hora bastante aceptable y la previsión de mar no era del todo mala.... la verdad que luego la predicción no se correspondía mucho con la realidad, ya que había una mar de fondo bastante mas importante de lo que me esperaba y de vez en cuando entraban series de olas bien gordas, que daban bastante miedo ya que me encontraba en una zona muy brava y había que andarse con ojo para no llevarse un susto. De hecho, de las cuatro echadas buenas que tiene el pedrero, sólo dejaba pescar en una de ellas, y en las quedadas, cuando entraban las olas, había que esperar para no correr riesgos. De todas maneras, la mar tenía buen color y había que intentarlo, ya era tarde para subir el acantilado y buscar más resguardo, así que más preocupado de no mojarme que de buscar buenos lances, me dispuse a mojar los peces un rato. Al segundo lance ya sentí un pequeño tirón que no se enganchó, buena señal, parecía que había algún pez por la zona, aunque la pesca no era nada sencilla, esta era la echada que tenía para intentar sacar algún pez decente del agua.....
Había que acercarse a la punta que se ve a la izquierda, pero cuando entraba la serie de olas, se la llevaba por delante, no era un lugar sencillo para pescar. Hacia atrás ya protegía un poco más, pero claro, cuanto más atrás lanzaba, menos metros ganaba a las olas.... el caso es que iba haciendo algún lance según me dejaba la mar, y se ve que a Neptuno le gustó mi persistencia y se acordó de mi cumpleaños, y envió una lubina que se tragó mi señuelo. Nada más clavar ya vi que era buena, pegó un buen arreón hacia mar adentro buscando calado, y la deje correr un poco mientras daba unos pasos hacia atrás para combatirla desde un lugar seguro, que no era plan de que viniera una ola y acabase yo en el agua con ella.... en cuanto que alcancé la "zona de seguridad", comencé a apretarla muy suavemente, por si acaso fuese muy grande, por suerte ya notaba que era buena, pero sin ser un pepino, ya que la podía acercar si le apretaba la caña y no se quedaba clavada como si fuese un arronche, mejor así, pensaba, ya que cuanto mayor fuese su tamaño, más fácil sería perderla debido a la complicación de la puesta y de los golpes de mar.... poco a poco la fui acercando, pasé un poco de miedo cuando se acercó demasiado a la punta por si acaso el hilo se pudiera rozar con la piedra, estaba con mi vieja caña de 4,20 metros que ayuda mucho en lugares así, pero Neptuno volvió en mi rescate y envió una ola que la empujó hacia el interior de la canal que se ve en la foto, ahí ya pude ver que venía muy bien clavada, con el anzuelo de la cola del pez pinchado en el lateral de la boca, ahí no hay lubina que se suelte porque es una zona de carne muy dura, así que solo me quedaba ir arrimándola poco a poco y meterla con una ola en un pozo que había por la parte de atrás, ahí ya podría bajar a cogerla sin riesgos.....
Ya con la lubina en tierra pude hacerle las fotos de rigor, aún viva y con las aletas erizadas, era un ejemplar precioso, muy oscura por arriba, señal de que llevaba ya tiempo por el pedrero, y con una forma perfecta, ni gorda ni delgada, una lubina muy bien hecha y en forma, la preparamos para la misma comida del domingo en el restaurante de mi cuñada y aprovechamos para reunirnos la familia y compartirla, regada con un buen albariño y una sopa de marisco como primer plato, no os doy más detalles que seguro que si no alguno empezará a chuparse los dedos, jajajajajajaja..... no estaba rica, no, estaba a un nivel superior aún, juas juas juas....
Ya para terminar, la foto con la lubina en la cesta, que no queda tan guapa como en el pedrero, pero también luce bastante, sobre todo brillando al sol de media mañana.... para los amantes de los datos, midió 68 cm y le faltaron 30 gramos para los tres kilazos, lo dicho, no fue un tablón pero es un buen pez, y quedará en el recuerdo como un regalo más de Neptuno en unos días forzosamente especiales, juas juas juas....... un saludo y buena pesca...!!!!!!

lunes, 22 de abril de 2013

Vaquero, no traigas un cuchillo para un duelo a pistola...

Reconozco que pescando al spinning soy bastante bruto. Me encanta buscar grandes rompientes y lanzar mis señuelos a los peores sitios, y para lograr buenas piezas en esas condiciones, no se puede andar con muchas sutilezas, si el robalo es bueno y hay muchas piedras cerca la única manera de lograrlo será apretando y manteniendo siempre el control del combate. Por eso utilizo para éstos menesteres una caña larga, de 4,20 metros, y con bastante acción, de 50 a 120 gramos, que tiene una gran reserva de potencia y permite dominar buenas piezas en las peores condiciones. Una buena "pistola", por seguir la metáfora con la que titulo esta entrada. Lo que no me esperaba es que ayer me iba a sorprender una lubina que estaba mejor armada que yo, y que me dejó totalmente desarmado ante tal demostración de fuerza.... pero empecemos la historia por el principio...
El domingo las condiciones para mojar los señuelos eran muy buenas. El nordeste de los días previos ya había formado olas y espumeros de viento de los que tanto les gustan a las lubinas, y además la marea baja coincidía al amanecer, con un coeficiente bajo que dejaría la calada que tenía en mente en condiciones ideales, con agua suficiente para mantener la rompiente y a la vez el calado justo para manejar los señuelos sin demasiado peligro de dejarlos en las rocas. Así que antes de las 6 de la mañana ya estaba montado en el coche, y a las 7 o algo antes, mis artificiales surcaban las olas en busca de las reinas de la espuma. Al cuarto o quinto lance, en una zona bastante limpia de piedras (como se veía mas bien poco, empecé lanzando en zonas seguras para no arriesgar demasiado el señuelo...) se produjo la primera picada. Era una buena lubina, no había duda, me dió mucho combate y me costó bastante dominarla, por suerte tenía a mi favor el equipo potente del que hablaba al principio, y que no picó en un sitio demasiado malo, así que tras unos cuantos arreones por su parte acabó a mis pies, era la primera pieza del día y aún no había amanecido, empezaba bien la jornada. Una lubina larga y muy delgada, se ve que pasó hambre este invierno, jajajajaja, de unos 70 o 75 cm y que en casa pesó 3,3 kilos, así da gusto empezar la jornada... 
La verdad que la calada presentaba un aspecto fabuloso, estaba seguro que esa lubina no sería la única, y también sabía que en cuanto el sol comenzase a subir por el horizonte las lubinas se volverían más dificiles de engañar porque el nordeste aclara las aguas y aunque la espuma pueda disimular el señuelo, cuanta menos luz haya, mejor para nuestros intereses. Así es que pocos lances despues, una nueva clavada y otro buen combate, la pieza era más pequeña que la anterior pero también se defendía dignamente, aunque enseguida terminó en la red junto a su compañera... otra lubina, también delgada, de algo menos de kilo y medio, perfecta para poner al horno con una buena guarnición....
Entonces comenzó el acto central de esta tragicomedia... ya había un poco más de luz y decidí comenzar a arriesgar un poco más en los lances, así que coloqué mi señuelo entre las dos piedras de la foto, unos 20 o 25 metros más allá... pensaba, ingenuo de mi, que si me picaba una lubina no tendría problemas en apretarla duro y traerla por la canal hasta que librase la zona peligrosa, y despues podría trabajarla sin problemas... a las dos o tres vueltas de manivela y mientras el señuelo aún estaba bien por largo, picada de las buenas y arrancada que no puedo parar. Aún con el freno bastante apretado, el twin power 5000, cargado de powerpro de 0,23 y con bajo de fluorocarbono de 0,43, soltaba hilo sin miramientos. La carrera duró poco, pero ya me dí cuenta que era un robalo de los muy buenos, se había parado (señal inequívoca de lubina grande, normalmente no tienen tanta vitalidad como los ejemplares de 3 - 4 kilos...) y poco a poco y aprovechando la potencia de la caña conseguí acercarlo unos metros, pero entonces vió la piedra de la derecha y volvió a arrancar hacia ella con todas sus fuerzas, y ahí se terminó todo. El bajo de linea no aguantó las afiladas aristas y definitivamente el gran robalo y yo nos separamos, él se quedó con mi señuelo, y yo con el hilo y la cara de poker que hay que poner en esos momentos. Sinceramente, creo que pocas veces me dolió tan poco perder un buen pez, pude disfrutarlo por unos instantes y sólo me quedó el mal cuerpo de que se llevase el señuelo, no por su valor, sino porque espero que no estuviera muy clavado y pueda librarse de él sin mayores daños, una lubina de ese porte y que demostró ser más lista que yo, se merece todos mis respetos y espero que siga navegando para poder encontrarnos en otro duelo... 
Decidí parar unos instantes para tranquilizarme y dejar reposar un poco la calada, y aproveché para reponer el aparejo, entre una cosa y otra, el sol ya comenzaba a iluminar con ganas y las opciones de conseguir alguna buena pieza más se reducían por momentos. Al rato vuelvo a las andadas a ver si suena la flauta y vuelve a picarme la misma lubina, y a los pocos lances, nueva picada, pero esta vez el combate no tenía nada que ver con los momentos anteriores...
Salía del agua la primera minilubina del día, como ya teníamos un poco de luz natural le hice esta foto antes de echarla al agua, no sin antes pedirle que cuando viera a su abuela, le dijese que me debía un señuelo y que otro día volvería a por ella para echar cuentas, jajajajajajaja.... continué lanzando y probando diferentes peces mientras el día iba clareando, y un rato más tarde, otra picada más, esta vez acompañada de saltos acrobáticos fuera del agua, seguro que ya sabeis de qué pez se trataba esta vez....
Un chínfano (Aguja) que volvió por el mismo camino que la lubineta de antes, estaba claro que el momento bueno del amanecer ya había pasado, y sólo una casualidad podría hacerme echar a tierra alguna otra buena pieza.... así que me dedique a probar unos nuevos vinilos a los que les tenía ganas, puse una bobina con monofilamento del 0,30 al carrete (ya que el agua estaba clara, a ver si así lograba disimular un poco el hilo...) y les hice unos cuantos lances, con alguna picada más pero falladas, o eran pequeñas o sólo les mordían un poco la cola y no se enganchaban... o también, que soy bastante inutil con los vinilos y no las clavo bien, jajajajajajaja....
Así fue transcurriendo la mañana, con algún remojón incluído (la rompiente es lo que tiene, que si vale para pescar, lo más facil es que acabemos mojándonos en algún momento...) y con el buen sabor de las dos lubinas que me llevaría para casa, pero con el recuerdo presente de la que se quedó entre las olas, por que será que las que se marchan siempre son las mejores...??? Lo único bueno de perder un pez, es que crea tanta o incluso más afición que lograrlo, y precisamente la dificultad de capturar buenas piezas es lo que hace su pesca tan apasionante...
Así que decidí recoger todo y dar por concluída la mañana, solo me quedaba retratar las dos lubinas del amanecer, que me habían picado entre ver y no ver y con las prisas por no perder el alba no tenían foto, y emprender la vuelta a casa para desayunar con la familia... espero que os haya gustado el relato, y recordad que si estos días veis una buena lubina con un "piercing" de un Montero de 16 cm color verde y plata, ella es la protagonista de esta historia, aunque no haya salido en la foto final.... un saludo y buena pesca...!!!!!

lunes, 8 de abril de 2013

Voracidad sin límites

Hola de nuevo compañeros, este fin de semana volvió a tocar un rato de pesca, tras los sargos de la semana pasada (no he puesto entrada en el blog porque no se que me pasa en el telefono y no me deja descargar las fotos...), esta vez tocaba irse a buscar alguna lubina, para variar un poco. El domingo por la mañana había una tregua meteorológica, y como coincidía la bajamar temprano, me decidí a quitarle el polvo a los trastos del spinning y bajar un rato a algún pedrero en busca de alguna buena lloba para cenar. La prevision de la mar anunciaba una buena quedada, pero no me imaginaba que pudiera estar tan parada la mar, estaba de lujo para coger pulpos y muy escasa para pescar lubinas en la zona que había escogido. De todas maneras, tenía ganas de lanzar un rato los señuelos y hacer un poco de ejercicio por el pedrero, así que no me desanimé y pese a que el panorama no invitaba al optimismo, traté de disfrutar al máximo de la mañana, y puedo decir que lo terminé consiguiendo, aunque con unos invitados un tanto... inesperados....
Este es el aspecto que presentaba el agua, apetecía darse un baño, estaba muy muy clara y se veían todos los detalles del fondo, y las rompientes brillaban por su ausencia, como soy un pescador de spinning mediocre, si no me ayuda la mar un poco, o bastante, más bien, me cuesta mucho lograr buenas capturas, además, para rematar el día, me dejé la caja de los vinilos en el coche (claro, casi no los uso, y sólo me acuerdo de ellos cuando los puedo necesitar y me los he olvidado, jajajajaja...), así que en mi mochila solo tenía señuelos "duros", peces y chivos. Pensé que para pescar nada, me servirían lo mismo, así que enganché a la grapa un pez de 14 cm y empecé a hacer lances, con el agua tan clara era una gozada ver los movimientos del pez desde lejos y probar a darle vida con la caña, estaba empezando a divertirme pese a la ausencia de peces... en uno de los lances, cuando ya tenia el pez a la vista, a unos 10 o 15 metros, veo que una silueta oscura lo viene siguiendo, y ... ¡picada!... estaba preso, era un pez pequeño, pero al menos ya me llevaría para casa una sensación de combate de pesca, aunque la pieza era pequeña y terminó volviendo al agua tras la foto de rigor, aquí os presento la primera captura de la mañana...
Una lubina-bebe que trato de morder un señuelo casi tan grande como ella misma... por suerte no se hizo mucha pupa, y volvió rapidamente a nadar, a ver si nos volvemos a encontrar dentro de tres o cuatro temporadas, cuando ya haya crecido un poco más...
Con los ánimos renovados por la "pieza", continué lanzando el señuelo, probando a dar pasadas cerca de todas las rocas sumergidas que veía, por si acaso sonaba la flauta y sentía algún otro tirón... y al poco rato, de nuevo se repite la historia, frenazo en seco al señuelo y un par de cabezadas, esta vez ya parecía algo mayor lo que se había enganchado, aunque no tiraba como una lubina, o me estaba engañando o lo que tenía al extremo de la linea era otro pez... como no lo tenía claro, lo fui acercando con calma, no es que fuese grande ni mucho menos, pero me tenía bastante despistado, y por si acaso, prefería no forzar lo más mínimo, además, me picó bien por largo, y de esta manera podría disfrutar un poco más de la pieza, jejejejejeje.... este fue el segundo invitado a la fiesta....
Aqui tenemos al pez misterioso, un abadejo de unos 35 cm, no era gran cosa, pero como a mi señora le encantan, pues se lo llevé para darle la sorpresa, hacía tiempo que no pescaba ninguno decente y seguro que para la cena estaría estupendo, jijijijijiji....
La mañana iba transcurriendo mejor de lo esperado, ya había tenido dos picadas logradas, había visto una persecucion más al señuelo (ventajas del agua clara...), creo que era otra mini-lubina, o quizás fuese la misma de antes, que tenía ganas de seguir jugando conmigo, y no me daba tiempo para aburrirme lo más mínimo. Decidí moverme un poco por el pedrero y probar a hacer unos lances en otra zona, no es que estuviera mejor, la mar seguía muy parada para mi gusto, pero ya se sabe, los primeros lances en una zona "nueva" siempre tienen algo de especial, la incertidumbre de saber si hay algun buen pez por la zona, que casi siempre se disipa tras unos cuantos lances sin resultado... este es el aspecto del pedrero donde realizaría los siguientes lances...
No había casi ni rastro de espuma, pero al menos podría acercarme mucho al borde del agua sin miedo a que alguna ola me diera un buen susto, siempre hay que mirar el lado bueno de las cosas... eché de menos no tener algún paseante para poder dar una buena pasada a un par de zonas casi sin calado donde podría estar alguna lubina, pero se quedaron en la caja con los vinilos, lo que yo llamo el "equipo de verano", lo único que hice entonces, fue cambiar de señuelo y probar con uno de mis favoritos, el megabass zonk de 12 cm, y entonces, al cuarto o quinto lance, se repitió la historia de antes, picada, un par de cabezazos y se acabó el combate, adivinais de lo que se trataba...???
Premio...!!!! otro abadejo, esta vez de menor tamaño que el anterior, aunque era otra pieza pequeña que volvería al agua, pues me había dado unos momentos de ilusión efímera, el pequeño Zonk volvía a hacer de las suyas y aunque no era una lubina esta vez lo que había sucumbido a sus encantos, me demostraba otra vez que era un señuelo "pesquin" y seguía sumando puntos a su favor para convertirse en uno de mis señuelos estrella...
Con el sol ya bien alto, sin espuma y la marea ya iniciando el reflujo, empezaba a dudar si sería un buen momento para irme a desayunar a casa o quedarme haciendo algun lance más... y mientras pensaba esta decision, una nueva picada, aunque no lo tenía claro por la escasa entidad de los tirones y el poco peso que traía... y me llevé una buena sorpresa, para que luego digan que algunos señuelos son muy grandes y que los peces no se los van a comer, mirad la ultima pieza del día y comparad su tamaño con el del señuelo, que "solo" es de 12 cm...
 
Con esta tremenda "pieza" di por concluida la jornada, pese al escaso tamaño de las capturas y que todas, salvo una, volvieron al agua, me lo pasé genial, disfruté como un enano viendo los movimientos de los señuelos, las persecuciones de los peces, incluso ví una maragota de tamaño similar al abadejo "grande" que me llevé para casa tratando de "morder" la cola del megabass, menuda imagen, lo estuvo persiguiendo hasta que se metió debajo mismo de la roca donde estaba yo colocado, creo que debía ser su "residencia" y como son peces muy territoriales, no le gustaba la "visita" de mi señuelo y trataba de asustarlo para que se marchase de sus dominios, jajajajajajaja. En fin, un buen día, al principio no pintaba para nada, pero tal vez por eso mismo, pude disfrutar de momentos de pesca que de otra manera tal vez me hubieran pasado inadvertidos.... por esta vez, dejaremos a las lubinas de porte tranquilas, ya habrá momentos para encontrarse con ellas más adelante.... un saludo y buena pesca...!!!!!!
 

martes, 25 de diciembre de 2012

Un poco de pescado para las fiestas...

Hola de nuevo amigos, en esta ocasión os comentaré mi última salida de pesca, el sabado por la mañana, como nos encontramos en fechas navideñas y para no perder la tradición de otros años, tocaba acercarse a la mar a ver qué nos regalaba esta vez, mi señora tenía ganas de lubina y yo de sargo, así que preparé una salida doble, con un poco de spinning al amanecer y despues con el sol ya en alto, darles un tiento a los sargos, a ver si había manera de dar con ellos. La verdad que ultimamente no le presto tanta atención a la pesca como hace tiempo, tengo un proyecto importante entre las manos y me está exigiendo toda mi dedicación, hasta el punto que llegó la noche del viernes, y mientras preparaba los equipos, me di cuenta de que no había ni comprado el cebo, así que tocaría madrugar un poco más y hacer una visita a la ría para aprovisionarnos de algún manjar para los peces...
Antes del amanecer ya tenía unos pocos mejillones y media cesta de quisquilla, era más que suficiente para mis planes, había visto la mar y estaba bastante tranquila, lo que añadía dificultad al reto de conseguir algún pez de buena talla, pero mi moral estaba alta y tenía ganas de probar unas nuevas caladas que había explorado unas semanas atras y me quedé sin pescarlas, aunque la mar estaba muy escasa para las condiciones de las puestas, es zona de buenos sargos y seguro que podría encontrarme con alguno si hacía las cosas bien, además, esta salida la hice en solitario, en parte porque mis compañeros habituales tenían compromisos de trabajo ese sabado, y en parte porque necesitaba pasarme unas horitas en soledad para encontrar esa tranquilidad y paz que no aparece facilmente durante la semana de trabajo y que es tan importante para cargarse las pilas, así que tampoco era plan de hacer demasiados kilometros ni pescar en zonas muy bravas y con más o menos peligro de remojón, cuando voy a pescar sólo, prefiero pecar de exceso de prudencia antes que llevarme un susto y no tener a nadie cerca al menos para avisar... con esta idea en la mente, fui a echar unas varadas con los peces artificiales a una zona proxima que da buenos roballos con la mar fuerte, aunque en esta ocasión, daba pena, no me puse ni el vadeador, no había apenas espumeros en ningún sitio, hice unos cuantos lances por si sonaba la flauta, pero paso lo más lógico, es decir, nada de nada, saqué una mini-lubina de unos 30 cm que intento comerse un pez daiwa de 14 cm (por voracidad que no sea...) y volvió de inmediato al cantábrico para seguir creciendo, a ver si dentro de unos años volvemos a encontrarnos...
Eran poco más de las nueve cuando me asomé al acantilado a echarles un vistazo a las puestas que tenía pensadas para echar la boya, y me encontré este panorama, no diré que era desolador, ya que un mal día de pesca siempre es mejor que un buen día de trabajo, pero viendo el poco golpe del oleaje y la claridad de las aguas, sabía que sería complicado engañar a los sargos de buena talla, esos que ya se pueden poner al horno sin tener que poner demasiadas patatas y guarnición para hacer bulto, jajajajaja. Sin embargo, acepté el desafío, y traté de poner en práctica todos mis conocimientos para intentar pescar unos peces que serían difíciles de engañar. Estuve un rato mirando la mar y ojeando todas las piedras y bajos de las proximidades, mientras que iba pensando en los detalles que podrían marcar la diferencia entre pescar algo o nada. Como me encontraba a unos 15 o 20 metros de altura, tendría que subir a los peces "a piñon", con lo que no podría utilizar un sedal demasiado fino o me arriesgaría a perder cualquier buena captura que hiciera. Así que elegí un fluorocarbono de 0,22 para el bajo de linea, con ese diametro podría colgar sin demasiado miedo peces de hasta 1,5 kilos, y no estaba la mar para que los sargos de más peso estuvieran por la zona, si conseguia subir alguno de kilo, ya me daba por satisfecho... además, y para conseguir que los peces picasen más confiados, decidí que lo mejor sería pescar sin plomo en el aparejo, como yo digo, pescar "al natural", de esta manera, el cebo se mueve totalmente al compás de las olas sin hacer ningun extraño, como cuando va lastrado el aparejo con algo de plomo. Esta forma de pescar también tiene un problema, y es que las picadas suelen tardar más en producirse porque el cebo tarda más tiempo en bajar hasta la profundidad donde se encuentran los sargos, pero una vez que el cebo está en su sitio y a la profundidad adecuada, es un reclamo mortal para los peces, y como no notan ningún peso extraño al picar, suelen tragar mucho más confiados, lo que también era un detalle importante, ya que con las aguas tan claras, tenía que asegurar las capturas y no perder peces para no asustar a los demás que pudiera haber en las inmediaciones.
Con este aparejo comencé a hacer lances por toda la zona, algunas veces veía platear a los sargos en las inmediaciones de las piedras y los bajos, lo que nunca es buena señal, pero poco a poco y a base de tirar la boya bien lejos de las piedras y acercarla poco a poco, para hacer el menor ruido posible, fui sacando algunos sargos de bastante buena talla, comían mejor al mejillón que a la quisquilla, y haciendo una buena bola con un anzuelo del 1/0, el cebo iba bajando pese a no tener ningun tipo de plomo en la linea. Al menos la falta de mar me ayudaba para que la boya no navegase demasiado, si hay oleaje abundante, es casi imposible que baje el cebo sin ayuda de los plomillos, pero con la mar bella no hay problema. La verdad que fue una mañana muy entretenida pese al "blanco" de las lubinas, ya que los sargos cuando la mar esta clara y tienen bastante calado, como es el caso, tienen una defensa muy brava y tiran como condenados, lo que nos hace disfrutar un montón de cada captura, y cuando ya nos topamos con ejemplares proximos al kilo o superiores, las emociones suben de tono....
Al final conseguí mi objetivo, me fui a casa con el cupo cubierto y un par de sargos bien majos para hacer al horno, a la hora del vermú ya estaba en casa con los peces limpios y escamados, y pase una mañana estupenda de sol al lado de la mar y pescando en unos parajes preciosos. Tengo ganas de hacer una salida con mis compañeros habituales, que no pudieron acompañarme este sabado por motivos laborales, a ver si la proxima vez volvemos a encontrarnos con nuestros queridos peces y puedo compartir con vosotros una salida en grupo, donde no faltan las risas y la comedia, incluso a veces nos grabamos algún video, seguro que hay alguna manera de poder colgarlo en el blog y que os riais también un poco de nosotros, intentaré seguir enrredando en blogspot para que este espacio sea cada vez más ameno y entretenido y como siempre, espero que os haya gustado esta aventura, un saludo y buena pesca...!!!!!

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