En primer lugar y antes de entrar en materia, quiero dar las gracias a los seguidores del blog que me han animado a seguir publicando entradas en estas últimas semanas. Entre la ampliación que he tenido que hacer en la tienda para ir colocando los nuevos materiales que van llegando y otras cuestiones, el tiempo y las ganas para escribir se habían reducido bastante, pero he visto con sorpresa y agrado que sois bastantes los que echabais de menos mis batallitas, mis historias y los detalles que voy compartiendo y que nos sirven a todos para tratar de ser mejores pescadores. Gracias por vuestro apoyo, y paso directamente a relatar una salida de pesca de hace unos días, de donde se pueden sacar unas cuantas enseñanzas para próximas aventuras, al menos yo trato de aprender algo de cada salida y cuando lo consigo el día de pesca ya lo considero completo, con independencia de sacar más o menos peces del agua....
Así que después de visitar las playas en las últimas salidas, preparamos una jornada de pesca a los sargos para cambiar un poco de aires y romper un poco la "rutina" pesquera del verano. Son muchos los pescadores que en estas fechas no cogen las cañas de boya aduciendo que en verano no vale la mar para pescar sargos, y si bien les puedo dar la razón en parte, ya que normalmente las aguas están claras y con poco oleaje para la práctica "ideal" de esta pesca, también es cierto que si aplicamos las técnicas y materiales idóneos para su pesca podremos sacar unos cuantos peces del agua sin demasiados problemas. En estos casos siempre me dió muy buen resultado la pesca "al natural", para los que no la conozcais, consiste en pescar con una boya lo más pequeña posible y muy lastrada, ya que en el aparejo no se coloca ningún plomo y es el simple peso del cebo el que hará que vaya navegando y bajando poco a poco hasta el fondo. De esta manera realizamos una presentación casi perfecta del cebo, ya que con un oleaje mínimo se irá moviendo al compás de las olas y las corrientes como si fuese un trozo de alimento arrancado por la mar, de hecho, en la mayoria de las veces que sintamos picada pescando así, el sargo tendrá el cebo ya bien tragado porque cuando empieza a morderlo y probarlo, no notará ningún elemento extraño, ya que al no tener un plomo para mantener tirante la linea es casi imposible que el aparejo se encuentre perfectamente tenso entre la boya y el anzuelo, y como consecuencia de ésto, suelen tragar muy bien y se pierden pocas picadas. Y aunque parezca que si no le ponemos un plomo a la linea el cebo no bajará lo suficiente, sí que lo hace, puede tardar un poco más que cuando la linea va plomada, por supuesto, pero pasa lo mismo que con el macizo, que tampoco va plomado y acaba llegando al fondo tarde o temprano.... si los peces no se lo comen antes, claro....!!!!!!
Con todos estos condicionantes, elegimos como calada un frente abierto a la mar y muy plano, para que cualquier ola por pequeña que fuese se deslizase por la roca y montase algo de rompiente. Además, es una zona amplia y facil de andar, por lo que si los peces dejan de picar en alguna calada (con la mar tan clara a veces se "mosquean" cuando ven salir volando por los aires a sus congéneres y cambian de calada....) podríamos movernos y volver a buscarlos con facilidad. Llevamos navaja fresca y xorra de agua como cebos, y 25 kilos de macizo para poder ir echando en varios sitios a la vez y tener toda la zona cebada, además, al tener varias caladas macizadas es más facil ir metiendo a los peces de unas a otras, sacas dos o tres en un sitio, despues se asustan y se van 50 metros a derecha o izquierda, pero como también está macizado, se quedan y vuelve a empezar el proceso....
La pleamar era a las 3 de la tarde y empezamos a pescar hacia las 11 de la mañana, a la primera varada ya estaba preso y sargo para afuera, los primeros que entraron eran pequeños, de la medida, pero como usabamos anzuelos grandes, del 2/0, no venían muy clavados y volvieron al agua sin mayores daños que un buen susto por vernos las caras tan de cerca, jajajajajaja. Poco a poco fueron entrando peces de más porte, picaban a buen ritmo y hasta entró un buen "perranco", un sargo que pasaba el kilo de largo y que me dió muchos problemas para echarlo a tierra con un 0,18 que estaba utilizando como bajo de linea, menos mal que habíamos llevado la sacadera y el buen estado de la mar nos permitía acercarnos mucho al agua y completar la captura con final feliz...
La marea iba pintando muy bien, a las dos horas de pesca ya llevábamos unos cuantos peces, sin embargo, cuando aún quedaban otras dos horas para la pleamar y nos las prometíamos felices, la mar empezó a cambiar y empezaron a meterse unos golpes de mar de fondo bastante feos, que además de darnos algún remojón (cosa que se agradece en verano y más si el sol está dando con ganas como era el caso...), hicieron que los peces dejasen de picar de golpe. No sabría decir si se fueron o simplemente seguian por allí pero cerraron la boca, el caso es que probamos de todas las maneras posibles y no conseguimos ni una picada más en las últimas dos horas de pesca, sacamos algun otro sargo lanzando unos plomos con las cañas de boya lo más lejos que podíamos, alguno que estaba de paso y se encontraba nuestros cebos, pero en el frente donde estabamos, cero absoluto, es increible cómo un pequeño cambio en el ritmo del oleaje puede hacer que lo que era una jornada con picadas bastante continuas y peces por casi cualquier sitio pueda terminan siendo una tarde de aburrimiento sin una triste picada, ni las bogas hacían acto de presencia.
Así se quedaba la calada cuando entraban los trenes de olas, a primera vista tiene un aspecto estupendo, con buen color y espuma de sobra para que los sargos estuvieran campando a sus anchas por la zona, pero nada, se ve que nos les gustó el cambio de mar y dejaron de comer, seguro que si hubieramos madrugado algo más y hubieramos empezado a pescar un par de horas antes hubieramos hecho una buena marea, pero nos lo tomamos con calma y claro, no nos esperabamos el cambiazo que nos dió Neptuno, al menos algo aprendimos para la proxima vez....
Aquí está mi compi Marquinos probando sin descanso en una y otra calada, yo a esas horas ya estaba más dedicado a tareas de fotógrafo y guardando el material para el regreso al coche, y es que cuando los peces no quieren comer, no hay manera, menos mal que habíamos aprovechado un rato a primera hora antes del cambio de mar y pudimos llevarnos unos peces para casa, si nos llegan a coger los golpes de mar antes de esos momentos, el blanco que nos podríamos haber llevado hubiera sido de impresion, jajajajajajaja.....
Finalmente y como despedida, una foto de los peces ya listos para el viaje de vuelta al coche, jejejejeje, al menos volvimos algo más ligeros que por la mañana, dejamos unos cuantos kilos de macizo, y nos llevamos de vuelta unos cuantos peces y un montón de sensaciones, tanto buenas por las peleas con los sargos de mayor tamaño, como menos buenas por los momentos de aburrimiento cuando dejaron de picar y estabamos buscando los peces por todo el frente sin resultado. Pero así es la pesca, si todo fuese echar un anzuelo al agua y sacar unos peces, acabaría siendo hasta aburrido y rutinario, y perdería ese encanto de la incertidumbre que no tiene precio..... un saludo y buena pesca....!!!!!!!