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miércoles, 4 de febrero de 2015

Javier Márquez - Simon & Garfunkel, Negociaciones y Canciones de Amor


Hace más de veinte años que me regalaron mi primer disco de Simon & Garfunkel, Parsley Sage Rosemary & Thyme, y aún sigo sorprendiéndome de las extraordinarias capacidades como compositor de Paul Simon. Hasta ahora me limitaba a admirar su genio como creador y su afán por evolucionar a través de los años. No sabía nada de su vida personal ni de su intermitente y peculiar amistad con Art Garfunkel. El amigo Mansion tuvo a bien prestarme el libro de la editorial Milenio que vamos a comentar en esta entrada escrito por Javier Márquez, gracias al cual he enriquecido enormemente mi percepción sobre el dúo. Después de terminarlo queda claro para cualquier despistado que Paul Simon es uno de los compositores más importantes del siglo XX y que su trayectoria artística no termina después de la separación del dúo, sino que trasciende incluso a su inmenso legado de los sesenta.

El hilo conductor que se mantiene durante todo el libro es la frágil amistad que une a Simon y Garfunkel a lo largo de los años, viendo como cambia de forma cíclica entre las peleas de egos y la necesidad mutua de volver a verse. Teniendo en cuenta la enorme desigualdad artística entre ambos, sorprende que Paul Simon acceda cada dos por tres a compartir escenario con alguién capaz de diluir su presencia escénica en favor de la nostalgia. Y es esperanzador comprobar también como ese vínculo sobrevive a los años y los vaivenes profesionales.


Después de la separación, a principios de los setenta

El libro ofrece al lector un seguimiento exhaustivo de la trayectoria vital de ambos protagonistas y va encajando las piezas casi sin proponérselo, ofreciendo un marco sólido en el que encuadrar discos, canciones y conciertos ya conocidos. Resulta sorprendente redescubrir muchos temas clásicos del dúo gracias a la nueva información ofrecida sobre ellos, en los que era impensable a estas alturas preguntarnos el porqué de su genesis o qué querían expresar en el momento de su publicación de lo asimilados que los tenemos. Javier Márquez nos desvela también el proceso creativo del dúo dentro del estudio, reivindicando a Garfunkel como parte activa en el acabado final, ya que se trabajaba a conciencia sus partes vocales e imponía arreglos y añadidos orquestales apoyado por el productor Roy Haylee. Por ejemplo, un tema como Bridge Over Troubled Water habría terminado de una forma muy distinta si Garfunkel no hubiera insistido en enfocarlo como un canto a la amistad universal, siendo el épico final in crescendo otra de sus inestimables contribuciones.

El libro aclara también algo tan controvertido como la separación de ambos a finales de los setenta, indicando que Garfunkel fue el principal culpable al centrarse en una carrera cinematográfica con la que intentaba conseguir el protagonismo que nunca lograría alcanzar en la música por sí sólo. Esto desembocó en un marcado desinterés que molestó mucho a Simon durante la grabación de Bridge Over Troubled Waters, ya que Garfunkel llegó semanas tarde e intento imponer su criterio en varios temas que ya se encontraban más que perfilados. Otro aspecto crucial contado de forma magistral es el resurgir de Paul Simon a mediados de los ochenta gracias a su interés por la música africana. Sorprende para bien la humildad con la que un genio de su talla logró introducirse en aquella escena musical tan exótica y la extraña, pero efectiva, forma de grabar un álbum fundamental para la historia de la música como Graceland.

El autor del libro se ha documentado de primera mano hasta el más mínimo detalle y se nota por la pormenorizada descripción de los múltiples conciertos ofrecidos a lo largo de los años. Esta información se encuentra apoyada por la mención de una ingente cantidad de títulos de bootlegs y grabaciones piratas que se encuentra desglosada en las últimas páginas del libro para aquel que quiera seguir profundizando en el legado musical de ambos. Resulta admirable el tesón con el que el autor se ha ido documentando a juzgar por la gran cantidad de títulos que se van desgranando a lo largo de sus páginas.


Old friends, winter companions

Para terminar, me gustaría hacer mención a algunos puntos negativos que no terminan de gustarme. A partir de 1970, las carreras de Simon y Garfunkel en solitario se van alternando intentando mantener una línea temporal que resulte comprensible para el lector, pero en casos puntuales ésto no se consigue. Cuando se habla de la carrera de Garfunkel en la segunda mitad de los ochenta, se hace mención a Graceland en pasado cuando aún no se ha hablado de él en el libro. Resulta un poco mareante encontrar esas incongruencias temporales, aunque reconozco la dificultad de mantener esa consistencia cuando se tienen que describir periodos más o menos largos de dos trayectorias paralelas en el tiempo. Otro lastre del libro es la carrera en solitario de Art Garfunkel. Mucho menos interesante que la de su compañero, en cuanto lees su nombre estas deseando pasar y pasar páginas hasta volver a leer sobre Simon. Entiendo que es necesario ir alternando las carreras de ambos, pero se pierde el interés en varios puntos a riesgo de abandonar el libro varios días y queda la sensación de que Garfunkel es tratado de forma demasiado benevolente. Para terminar este pequeño apartado sobre los puntos negativos, decir que el libro fue publicado en 2004 y por consiguiente termina de forma abrupta cuando ya disponemos de una década completa con más discos de Paul Simon o reuniones del dúo que no se han podido tratar. Quizá ya es hora de una nueva edición con la que hacer los añadidos necesarios para actualizar el libro.

En resumen, nos encontramos ante un libro muy interesante con el que profundizar en la historia del dúo más importante del siglo XX. Además, creo que ésta es la primera vez que leo un libro acompañado de un móvil con el que ir viendo los vídeos y las actuaciones que se comentan en él. Si alguien se anima a leerlo, que aproveche la app de youtube para sacar el máximo partido a la experiencia.

Old Friends by Simon & Garfunkel on Grooveshark

sábado, 25 de octubre de 2014

Simon & Garfunkel - DVD: The Concert In Central Park.


Aunque durante muchos años circuló oficialmente en su versión en VHS, el aquí comentado es la versión en DVD. Y es que estamos ante uno de los conciertos mas famosos de su tiempo. Celebrado el 19 de Septiembre de 1981 en el famoso parque urbano de la ciudad de New York, The Concert In Central Park es un documento imprescindible y un buen reflejo de la grandeza de la música que Paul Simon y Art Garfunkel crearon durante las décadas de los sesenta y setenta. Ante mas de medio millón de espectadores, el dúo repasa las canciones mas relevantes de su repertorio, alguna que otra versión ajena y varias joyas de sus carreras en solitario.

Lo primero que llama la atención es el carisma que desprenden los dos juntos. Art, ataviado de un chaleco negro y vestido de vaqueros es todo expresividad. Paul, siempre mas introvertido, se muestra alegre y mas "hablador" de lo normal. Su look de americana sobre camiseta blanca causó furor en la moda de la época. Hay que recordar que esta actuación supuso la primera reunión en vivo del dúo y ante los ojos de su público desde su famosa ruptura once años atrás y con la salvedad de unas actuaciones conjuntas y benéficas en 1974. Solventadas muchas diferencias personales, la relación que ambos expresan en el escenario es la de respeto y atención mutua. Hay instantes en que se observa cierta camaradería entre ambos a través de evidentes sonrisas y guiños de satisfacción cómplice. Atrás quedaban los años de desencuentro y de distanciamiento.


El concierto en sí se enmarcaba dentro de una serie de eventos de carácter anual en la ciudad de New York. Desde hacía un tiempo venia celebrándose cada año y en el mismo lugar, conciertos de carácter multitudinario (y gratuito) con grandes estrellas de la música en cartel. Gente como Elton John o Barbra Streisand ya habían congregado a multitudes ante el escenario. Pero nada comparado con lo logrado por Paul Simon y Art Garfunkel en esta ocasión. Tanto uno como otro, tenían ciertas reservas respecto a su poder de convocatoria (sobre todo Paul, que había sufrido recientemente el fracaso comercial y artístico en asistencia a sus conciertos con su proyecto de película/disco de One Trick Pony), pero todo temor quedó disipado cuando delante de la pareja se congregaron mas de medio millón de entusiastas seguidores, suponiendo todo un récord para la época. Curiosamente, sería el mismo Paul Simon quien diez años después, superaría ese récord aglutinando a 750.000 personas en su famoso Concert In The Park de 1991.

Los días previos a la celebración del evento (por el que ambos se embolsaron jugosas cantidades de dinero) reaparecieron las tensiones y los viejos fantasmas entre ambos artistas cuando comenzaron los ensayos y la preparación del formato de concierto/repertorio. Mientras la compañía (con el beneplácito de Art) proponía un concierto en solitario de Paul para al final del mismo, salir Art como "invitado estrella" a compartir escena con su compañero en las canciones mas populares del dúo, Simon se negaba en rotundo por considerar que esa opción le otorgaba un cartel de telonero de Art que no estaba dispuesto a tolerar. Ademas, Garfunkel quería un concierto sin arrope externo de percusiones y demás, algo mas puro y escueto como en sus recordados conciertos de los sesenta. Paul, de nuevo se mostró contrario a esa idea, y puso como condición el poder contar con su banda habitual y dotar a la actuación de una instrumentación mas rítmica y rica, como venía haciendo en sus albumes en solitario. Al final tanto la compañía y promotores cedieron, y Paul ganó esa batalla.


Aunque no son pocos los seguidores del dúo que no consideran esta actuación todo lo brillante que debía haber sido, no deja de ser una hermosa puesta en escena a través de un repertorio único y de la mano de dos interpretes irrepetibles. El escenario, muy coqueto, simulaba la azotea de un clásico edificio del centro de New York y tanto las luces ténues como el entorno arbolado dan al concierto un ambiente muy especial. Como señala el mismo Simon en el concierto: "Bienvenidos a un concierto entre vecinos". Ni que decir tiene que canciones como Mrs Robinson, The Sound Of Silence, Bridge Over The Troubled Water o Homeward Bound suenan impecables y bellísimas. Pero quizás, me quedo con las extraordinarias versiones de AmericaScarborough Fair, que sencillamente, me dejan sin aliento. El dúo también incorpora versiones de temas ajenos como el clásico de los Everly Brothers Wake Up Little Susie que versionaban en sus inicios, o una emocionante A Heart In New York, con un Garfunkel en estado de gracia.

Pero lo mas atractivo del concierto para un seguidor de Simon, como quien esto escribe, es la inclusión generosa de varios de los primeros clásicos del repertorio en solitario del pequeño genio de New Jersey. Ademas, en muchos de ellos, acompañado en las voces por el propio Garfunkel, dando a esos temas nuevos e interesantes matices. Entre ellas, American Tune, la ácida Me and Julio Down by the Schoolyard, o la marchosa Late In The Evening. Por supuesto, también hay momentos para que ambos actúen en solitario y mientras Paul se guarda para si la extraordinaria Still Crazy After All These Years, Art nos asombra con una interpretación de April Come She Will abrumadora. El momento mas tenso de la noche lo protagoniza un espectador cuando salta al escenario (no se sabe muy bien a que) mientras Simon canta en solitario el verso "On a cold December evening, I was walking through the Christmas tide, When a stranger came up and asked me, If I'd heard John Lennon had died..." de la canción (ese día estrenada) The Late Great Johnny Ace. Solo con ver la cara de susto de Simon y recordar lo ocurrido a pocos metros de allí apenas nueve meses antes, a uno se le ponen los pelos de punta. En definitiva, un concierto que sigue siendo todo un acontecimiento, incluso, treinta años despues de su celebración.


viernes, 16 de mayo de 2014

5 Obras maestras que dijeron adiós

The Beatles - Abbey Road (1969)



No sé si lo había dicho alguna vez, pero Abbey Road es para mí el mejor álbum de los Beatles. Conociendo la historia del grupo como la conozco, a veces me resulta difícil que pudieran ponerse de acuerdo para combinar sus talentos y crear esta maravilla. Lo único que se podría decir en contra de este álbum con cierta razón es que está compuesto en su mayor parte por trozos de canciones que sobraron de álbumes anteriores, pero este hecho no hace sino enriquecer de ideas un trabajo que parecía abocado al fracaso. Los implicados en el proceso, desde los propios Beatles hasta Geoff Emerick y George Martin, sabían de antemano que iba a ser el canto de cisne de la banda y se aplicaron al máximo en hacer el último disco de los Beatles. Incluso el inconformista Lennon deja sus ideales a un lado para colaborar en algo que le parecía tan artificial como el soberbio medley de la cara B. Harrison se destapa como un compositor a la altura de sus compañeros, mientras McCartney armoniza todas las piezas para la traca final.
by Manuel

Simon & Garfunkel - Bridge Over Troubled Water (1970)



Bridge Over Troubled Water fue la despedida por la puerta grande del dúo por excelencia de los años sesenta. Garfunkel quería dedicarse a su carrera cinematográfica y Simon no sabía hacer otra cosa que componer buena música. Ambos se separaron para reunirse esporádicamente a lo largo de las siguientes décadas, pero Bridge Over Troubled Water quedará para la posteridad como su epitafio escrito con letras doradas. No es mi álbum favorito del dúo (siempre he sido más de Bookends), pero atesora una colección de temas imprescindibles. La canción que da título al álbum es un vendaval de intensas sensaciones conducido por la angelical voz de Garfunkel, The Boxer encierra una trágica historia que se convertiría en uno de sus mayores clásicos y temas aparentemente menores como So Long Frank Lloyd Wright o The Only Living Boy In New York son para mí de lo mejor de su discografía. Una versión de Bye Bye Love y un despropósito como Why Don't You Write Me no pueden empañar una obra magna coronada por una joya como Song For The Asking.
by Manuel

The Doors - L.A. Woman (1971)



En este caso, el fin de The Doors vino derivado de la repentina muerte de Jim Morrison a los fatídicos veintisiete años y tras varios años de consumo de alcohol y excesos varios. A pesar de ello, el último album que grabó la banda permanece como uno de sus mas brillantes esfuerzos dentro de una carrera discográfica impecable. Un album de sonido áspero, crudo, de marcado componente blues en muchos temas, sobresale por la decadente voz de su líder, que ya por entonces estaba dando lo ultimo de si (recordemos que este disco se publicó apenas tres meses de su deceso). Raiders On The Storm, pieza que cierra la colección, es un estupendo epitafio de la carrera de este singular grupo y a gusto personal, uno de esos momentos mágicos que valen por toda una carrera.
by Mansion

The Police - Synchronicity (1983)


En 1983 The Police eran con toda probabilidad el grupo mas importante del momento. Con Synchronicity consiguieron el mayor de sus éxitos comerciales y el himno Everybreath You Take sonó en todas las radios del mundo. A pesar de todo ello, los miembros del grupo ya no se soportaban, sobre todo por el ego desmedido de Sting y su interés por triunfar en solitario, y tras la triunfal gira se separaron en la cima. Solo se reunificaron para la gira de Amnistia Internacional de 1986 y para una lucrativa gira mundial hace unos pocos años. El album Synchronicity me sigue pareciendo uno de sus mejores discos, a pesar de haberlo escuchado centenares de veces. A día de hoy me sigue pareciendo aun mas satisfactorio escuchar, al margen de las piezas redondas como Everybreath You Take o Wrapped Around Your Finger, temas como las dos Synchronicity o piezas mas minimalistas como Miss Gadenko y O My God.
by Mansion

The Smiths - Strangeways, Here We Come (1987)


Johnny Marr intentaba sacudirse el sonido jingle jangle que hasta entonces había caracterizado a las canciones de los Smiths. Quería que Strangeways Here We Come tuviera como referencia principal el White Album de los Fab Four, ya que se sentía atraído por la música desencantada de los últimos Beatles. El quinto álbum de los Smiths fue grabado sin que ellos mismos supieran que iba a ser el último. Aunque su autor tenía en mente romper con el sonido habitual del grupo, Strangeways se aleja muy poco del sonido clásico de los Smiths. Tras la grabación de varias caras B para los singles del álbum, la relación entre Marr y Morrissey comenzó a enfriarse rápidamente. La prensa británica elucubró con la separación del cuarteto ávida de impactantes noticias y actúo como catalizador para que los acontecimientos se precipitaran. Con el paso del tiempo , Strangeways se ha convertido curiosamente en el álbum favorito de todos los miembros de los Smiths.
by Manuel