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Mostrando entradas con la etiqueta Moreno Moser. Mostrar todas las entradas
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04 marzo, 2013

Hacen falta más victorias así

Kadri, bromeando en el bus
El recuperado Giro del Lazio fue una gran carrera en gran medida por el escenario, pero especialmente por el ganador y como lo hizo. No fue uno de los grandes nombres del pelotón, que ya escaseaban de salida, sino un relativamente anónimo corredor francés de origen magrebí que, tras todo un día en fuga, entró en solitario en la magnífica línea de meta de Roma.

Blel Kadri no tendría que haber estado ahí, y no sólo por esas jerarquías del pelotón. Entró a última hora en el equip del Ag2r ante la enfermedad de Chainel. Se fugó en el km. 53 de la carrera, después de que la carrera saliese de los Foros Imperiales a donde llegarían cuatro horas después, encabezados por una cuádriga de gusto casposísimo.

Era la primera asperidad del recorrido, y lo suyo y lo de sus compañeros Cardoso (Caja Rural), Premont (Crelan-Euphony),  Lightart (Vacansoleil-DCM) y  Timmer (Argos), la fuga del día, como indican sus nombres y palmarés. La fuga consentida, la que casi nunca llega.

Colaborando muy bien, alcanzaron los 8´ minutos de ventaja, con el Movistar trabajando detrás para Valverde. Subiendo a Campi di Annibali, en un tramo empedrado, Kadri soltó al veloz Cardoso y se lanzó a por los últimos 40 km en solitario. Era una empresa factible, porque como expliqué en la previa, era todo bajada, por mucho que se pasase por el tramo más civilizado de la Appia Antica.

En Campi de Annibale también saltaron del pelotón el hiperactivo Nibali -ojalá nunca deje de hacer estas locuras-, Santambrogio (ahora en el Farnese tras su tumultuoso paso por el BMC) y la pareja del Diquigiovanni/Savio Rubiano y Reda, que ha tenido un inicio de temporada muy bueno. Se les unió Cardoso como superviviente de la fuga.

El peso de la persecución fue a cargo de la extraña pareja del Diquigiovanni, a los que nadie ayudó, quizás confiando en que Kadri caería como fruta madura. No fue así para ganancia del ciclismo y, aunque hubiesen llegado, Cardoso es muy rápido e iba muy fresco. Quizás si Nibali hubiese colaborado....Pasando delante del aeropuerto de Ciampino a 15 km.  la ventaja del francés respecto a los fugados era de 45" y de 1´45" con el pelotón, donde Pozzato acababa de volver a entrar y tres Lampre tiraban a tope.

No eran diferencias espectaculares, pero era todo cuesta abajo y Kadri afrontó el pavés -nada que ver con las pietrone romanas que caracterizaban el Giro del Lazio- como un experto y con mucha valentía. El inútil zigzag final por Roma incluso favoreció su aventura. Llegó en solitario a la línea de meta con 37" sobre un pelotón encabezado por Pozzato, que creyó haber ganado, alzando los brazos como veremos más frecuentemente en el ciclismo.

Esto lo digo porque parte del éxito del sábado se debió a que se corrió sin emisoras, eso que aquí en España se llaman pinganillos. Los perseguidores sólo tenían las referencias de las motos, Pozzato (ni casi nadie en el pelotón) se enteró que todavía seguía un hombre por delante cuando se zamparon la fuga y, probablemente, en esos aspectos se fragua gran parte de la victoria de Kadri, pero sobre todo en su valentía de atacar. Porque sólo atacando puedes decir alguna vez en la vida que has ganado tras ir fugado 127 km, los últimos 37 km. en solitario.

Kadri es un corredor modesto en sus resultados (ojo, buen escalador y de 26 años) y en sus origenes. Es de Toulouse y de origen magrebí. Su madre tiene una tienda de ultramarinos en la que colabora de tanto en cuanto, así como sus hermanas. Es fácil imaginar lo extraño que tiene que resultar un ciclista profesional en ese contexto. También los esfuerzos añadidos que habrá tenido que realizar para llegar a poder vivir de la bicicleta.

Su victoria, y también por ser de un francés -sólo Charly Mottet podía decir eso-, reconcilia con un ciclismo menos mecánico, que da espacio a aventuras y locuras como la de Kadri, con una victoria necesaria y en un marco magnífico. Su victoria, por como se ha producido, magnifica una carrera que se hubiese resulto al sprint masivo. Sin duda, será uno de los mejores momentos del año.
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A mí Strade Bianche no termina de gustarme. Me parece una etapa (mala) de Tirreno-Adriático. Este año ha ganado el wonder boy Moreno Moser, el mismo que el año pasado de neo debutó ganando el Laigueglia, después ganó en Frankfurt, la Vuelta a Polonia, y que parece que sube tan bien como sprinta. Apenas lo he citado en este blog porque sus victorias han sido siempre exhibiciones de las que más apestan, ya introducidos en la pista por su delator apellido: hijo del hermano de Francesco Moser, y pariente del otro Moser que iba en 2007 a las concentraciones de Ferrari en Livigno, y que jamás hizo nada. Seguro que en las cenas de navidad en familia dejan la carne muy al dente, con un picogramo de sangre.

Saltó del pelotón a 30 km. de meta, enlazó con Flecha que no le dió ni un relevo -aunque el italiano lo pedía como todo un veterano-, alcanzó a los fugados del día y, en la rampa que da acceso a Siena los dejó clavados. Por detrás, Sagan completó el doblete para el Cannodale, que es como se llama ahora el Liquigas, equipo especialista en coger a jóvenes (Kreuziger y los dos citados) y, en su primer año, hacerlos unos dominadores experimentados.

Merece especial atención el quinto puesto del letón del IAM Saramotins, escapado todo el día y que tuvo fuerzas para aguantar el sprint final entre todos.
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Prólogo de 3 km. en la París-Niza, en una arrabal de París. Un sprint sostenido ganado por un gigantón de la pista fichado para que haga cositas para Turgot en la París-Roubaix. Había más gente entre el público que en todas las otras carreras disputadas hasta ahora. Leyendo las previas a la carrera, no puedo dejar de celebrar que los periodistas hayan caído en la cuenta de algo que se venía verificando desde hace años: las grandes figuras del pelotón, salvo algunas excepciones, van a Tirreno-Adriático.

Hoy la etapa es llana, que en la París-Niza significa espectáculo. En los últimos años, la primeras etapas intranscentes han dado un espectáculo digno de la mejor clásica. Viento, frío y ganas de romper la carrera propician el resultado. Se llega a Nemours, donde el título del fundador de Du Pont, un personaje cuya historia merecería una película.
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Matschiner, azuzado por la sobrevenida ansia holandesa por saber, está últimamente de lo más desahogado en sus declaraciones. Hace unos días dijo que "Boogerd debería dejar de mentir", además de presentar documentos donde se prueba que le pagó 17.000 euros por dopaje, y ahora dice que llevaba a seis deportistas holandeses de "dos deportes diferentes", pero que jamás dirá sus nombres.

Con esos mimbres, en el país de los canales Matschiner suple las funciones de Eufemiano Fuentes. Así, sabiéndose querido, deja migajas y despojos de todo lo que sabe, como que "llevé dos bolsas de sangre a Leinders durante el Tour 2005". Sí, Leinders el médico del Rabobank, pero que después fue el médico del Sky en 2010 y 2011.

Lo más probable es que esas dos bolsas de sangre -por cierto, vaya birria de cantidad, porque al final sólo se quedó una y recibió 1.000 euros por su labor de correo- fuesen para Rasmussen, que en ese Tour voló y estuvo a punto de entrar en el podio -y menuda exhibición en la escapada con Voigt en los Vosgos- hasta que la última crono lo envió al séptimo puesto. Para evitar casos como el Matschiner y su cuentagotas verbal, habría que aplicar severas penas de cárcel para los dopadores: ya verían como cantaba.
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Schumacher, una de las más siniestras creaciones del dopaje, dice que tuvo varias ofertas para ir a un ProTour este año -tenía un montón de puntos UCI- pero que ha preferido seguir en el Christina Watches. El equipo danés, que dice estar en contra del dopaje, también ha fichado a Constantino Zaballa. Seguramente sus relojes atrasen, se estropeen bajo la ducha y propicien reacciones alérgicas en la piel.
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Ayer hubo un election day en Suiza, el país que más usa la figura del referendum. Hubo de todo. A los ciudadanos del cantón de los Grisones se les preguntó sobre si querían la candidatura a los JJ.OO de invierno 2022, a repattir entre St. Moritz y Davos. El 54% que fue a votar se decantó por el NO, la opción más lógica visto lo que mueven unos JJ.OO y lo diminuto de las localidades, aunque les suenen por las cuchipandas y francachelas que la élite mundial monta anualmente ahí.

Ya en 2006 hubo una candidatura suiza, en esa ocasión por parte de la ciudad de Sion. Perdieron a última hora contra Turín -que dista a 150 km. en línea recta- y hubo pintadas por las calles -en Suiza equivale a tumultos y toma de palacios- donde se acusaba al COI de corrupción y de dar una Olimpiadas a la Mafia. El COI tiene su sede en Suiza, a poco más de 100 km. de Sion.

Para Sion no hubo referendum y la minoría expresó su opinión con garabatos; en cambio, cuando se pregunta al pueblo gana la opción más racional. En España ni se plantea el debate. Por eso, ahora y siempre #noaMadrid2020.
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Increíble publireportaje en el Washington Post sobre Dombrowski, the next big thing para los estadounidenses. Ojo a las infografías y el despliegue. Por doquiera dicen que es muy bueno, pero yo siempre lo recordaré como el redneck al que Wiggins quitó la pulsera amarilla en la primera concentración con el Sky....

20 febrero, 2012

El nuevo Quick Step

QuickStep 2012
Apenas ha comenzado el calendario ciclista internacional y el Quick Step (que ahora se llama Omega Pharma, como el Lotto el año pasado, pero para evitar confusiones porque no ha habido ninguna fusión lo llamaré Quick Step) ya tiene ¡trece! victorias (y ¡ocho! segundos puestos) lo que situa al equipo belga entre los mejores de la historia en un inicio de temporada.

Esto no es especialmente bueno, más si tenemos en cuenta que el equipo -a pesar de los notables refuerzos de Leipheimer, Martin y Velits- acabó el año pasado con unas ridículas ocho victorias, cinco si descontamos los campeonatos nacionales (dos ellos en Curaçao). Además, salvo la G-W de Boonen, todas de un nivel paupérrimo. Tampoco es especialmente bueno porque la estadística de los mejores equipos en un inicio de temporada trae a la cabeza los infaustos nombres de la ONCE, el Casino o el Gewiss.

¿Qué ha ganado el Quick Step bajo el nuevo maillot turquesa? Pues nada especialmente destacado, puesto que estamos a 20 de febrero y no se ha disputado ninguna carrera importante. A lo ya comentado del Tour de San Luis (general final y cinco etapas, porque les caído una más gracias al solomillo) se suman dos de las tres etapas de Mallorca con el desconocido Andrew Fenn (21 años, neoprofesional y en su primera carrera con los mayores en Europa: suele ser indicador de que aquí hay ciclista), dos etapas y la general de Qatar con Boonen (que ha obtenido un 15% de sus victorias aquí, es la cuarta vez que gana la carrera), una etapa en Algarve con Ciolek y la general del Tour de Omán con Velits.

Es más: la crono de Algarve se han escapado a Tony Martin porque un perro se cruzó en su camino, algo bastante frecuente en Portugal. Acabó empatado a tiempos con Wiggins, pero el mismo corredor calcula que perdió al menos 5" en el incidente, y también acabó segundo en la general. Aunque no haya podido revalidar su victoria de 2011 (donde toda la atención mediática se la llevó Contador), sus once triunfos del año pasado auguran una temporada brillante.

Dormir con la conciencia tranquila
Como ven, en el Quick Step carburan todas sus grandes figuras salvo Chavanel, que todavía no ha encontrado su terreno. Es más, carbura hasta alguien como Chicchi, que el año pasado no ganó ni una sola carrera, alguien como Leipheimer cuyos objetivos están en julio (90 kms. de crono en el Tour) o un neoprofesional de 21 años. Veremos si este rendimiento espectacular de principio de temporada prosigue en las grandes citas (el duelo de Algarve Martin-Wiggins es todo un prólogo a la París-Niza), o a qué se debe, porque cuando en un equipo que viene de un 2011 tan nefasto se consiguen 13 victorias en un mes de competición, y con corredores tan variados y diferentes, hay que pensar lo peor.

El año pasado el Quick Step se salvó a base de talonario de caer fuera del circuito World Tour, y Lefevre habrá tomado buena cuenta. Si ficha estrellas, que consigan puntos desde el primer día, que para eso tiene las experiencias (inolvidables) de Pecharromán o Juanmi Mercado, o aquella jaimitada de intentar fichar a Pereiro. Y lo que tenga que venir después, que venga.
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Otro equipo que ha empezado como un tiro es el Liquigas, con ocho victorias, cinco de ellas a cargo de Elia Viviani, otras dos referenciadas más abajo y una más de Moreno Moser en el Laigueglia del sábado. El corredor, el último de los de Palú del Giovo (aparte de los Moser a los que pertenece por estirpe, también Gilberto Simoni), ha ganado la prestigiosa carrera -venida a menos, eso sí- con sólo 21 años, la misma edad a la que se impusieron en la misma cita Armstrong y Pozzato. De neoprofesional, y anticipándose a la llegada.
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En el Tour de Omán, Nibali ganó la etapa de montaña donde el año pasado se impuso Gesink. Velits entró pegadito a su rueda, y en la última etapa tuvieron que estar muy atentos a las bonificaciones. Poco más en una carrera donde Greipel se llevó dos victorias, Kittel otras dos y Sagan la que quedaba. La carrera, organizada por ASO, fue publicitada en sitios tan peculiares como los carteles de publicidad de Madrid, que también lleva la francesa JCDecaux. Dudo mucho de que alguien que viese el cartel colgado en Moncloa sintonizase la tele para ver la carrera, pero bueno, ya saben que como pagan los cheques petroleros...
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El Tour del Mediterráneo y Haut-Var, triunfos consecutivos para el desconocido inglés Jonathan Tiernan-Locke, que ha sumado además tres victorias parciales. Cinco victorias profesionales de una tacada. En la carrera con nombre de mar, las otras dos etapas fueron para el joven holandés Kreder del Garmin (Navarro tercero en la general, y Madrazo cuarto, la etapa de montaña sólo tuvo ¡79 kms!).
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Hasta tres veces le pregunta Ezquerro por el asunto. Esa es la actitud.
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Una noticia excelente. Y unas fotografías al mismo nivel.
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Del famoso verde Bianchi a una Bianchi hecha para Gucci: 14.000 dólares de bicicleta. La moda de la bicicleta.