Pasad y sentaos, si faltan platos traigo más
Cumpleaños
No quiero bordados de seda
hechos con una paciencia que
supera lo creíble,
ni flores que lanzan su alegre
tristeza
contra mis ojos,
ni perfumes fabricados
en dobles jornadas laborales.
No quiero adornos de oro
porque al extraerlo envenenan la
Tierra,
ni bombones cultivados por manos
lejanas
que no saben de juegos,
ni telas cosidas por
adolescentes.
No quiero regalos
dedicados con tinta de otros
dedos.
Regálame un viaje imaginario
al rincón donde comienza el infinito,
tus palabras para que me apoye
al subir los últimos peldaños del
día,
un sonido que ahuyente mis miedos.
Regálame tus silencios
y el comentario del libro que
leíste ayer.
Chelo de la Torre
(Ángulos, Ed. Nazarí 2017)