Molto Piu Avanti Ancora!
- El mundo miserable es un estrado
- donde todo es estólido y fingido,
- donde cada anfitrión guarda escondido
- su verdadero ser, tras el tocado:
- No digas tu verdad ni al más amado,
- no demuestres temor ni al más temido,
- no creas que jamás te hayan querido
- por más besos de amor que te hayan dado.
- Mira cómo la nieve se deslíe
- sin que apostrofe al sol su labio yerto,
- cómo ansía las nubes el desierto
- sin que a ninguno su ansiedad confíe...
- ¡Trema como el infierno, pero ríe!
- ¡Vive la vida plena, pero muerto!
André Derain
Jose Gautier Benitez - Nubes que en blanco celaje
bordáis el manto del cielo,
cual aves que alzan el vuelo
sobre el inmenso paisaje,
decidme si en vuestro viaje
lejos, muy lejos de aquí,
llegasteis a verla, y si
respondéis a mi querella,
si estaba pensando en mí,
como estoy pensando en ella.
Ambera Wellmann
Morder el amarillo. Apachurrar el rojo hasta el chorizo, verlo salir como húmedo reptil.
Embarrarse del verde espinacoso la camisa. Hundir los dedos en el blanco para sentir su crema adentro de las uñas.
Embadurnar el lienzo con un azul espeso, gordo, regio; hacer puré violeta en un bote de plástico.
Manchar con el naranja esa esquina inviolable; ver escurrir las gotas del negro sobre el piso. Dar un brochazo hiriente pero suave sobre la superficie tensa.
Deslizar el deseo con un pincel delgado. Escuchar el chasquido íntimo del agua cuando se mezcla con la pintura; mover con un palo el fondo de la lata.
Rascar la arena seca, hacerla repetir su sonido rasposo con la espátula.
Buscar el punto pegajoso del marrón y pellizcarlo. Pintar con la garganta y la rodilla, con el bazo y el páncreas y la lengua y las palmas abiertas.
Después, sentarse a oír a Mozart.
Carmen Villorio
Albert Bierstadt
- Y en el preciso instante del orgasmo intraterreno,
- los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos se estremecen,
- entremolan, estallan
- y el amor de los ángeles llueve copiosamente sobre el mundo.
- Benedetti
Vermeer
Nevada de los cielos, pareciste
la luna trastornada en primavera.
Vi una vez, no sé dónde, una pradera
así, blanca cual tú te apareciste.
En un sueño más sueño aún,
volviste
de nuevo a mí como la mensajera
del último blancor que el alma espera...
Me desperté dos veces, triste y triste.
No sé si desvelada va o dormida
mi esperanza contigo.
Sobrepasa
unas veces, con luz, tu mismo albor,
cuando estoy más despierto que en la vida...
Ya veces es como que me traspasa
la negra sombra de un almendro en flor...
la luna trastornada en primavera.
Vi una vez, no sé dónde, una pradera
así, blanca cual tú te apareciste.
En un sueño más sueño aún,
volviste
de nuevo a mí como la mensajera
del último blancor que el alma espera...
Me desperté dos veces, triste y triste.
No sé si desvelada va o dormida
mi esperanza contigo.
Sobrepasa
unas veces, con luz, tu mismo albor,
cuando estoy más despierto que en la vida...
Ya veces es como que me traspasa
la negra sombra de un almendro en flor...
Juan Ramón Jimenez, Nubes
- Cuanto más alto se sube,
- tanto menos se entendía,
- que es la tenebrosa nube
- que a la noche esclarecía;
- por eso quien la sabía
- queda siempre no sabiendo,
- toda ciencia trascendiendo.
(San Juan de la Cruz)
Caspar David FRIEDRICH
Afuera clareaba
(Y el corazón con nubes llovió hielo en sus venas
Porque la vida es una fiera tan glotona
Que en pleno vuelo le devora las tripas al deseo)
De Tomás Segovia
(Y el corazón con nubes llovió hielo en sus venas
Porque la vida es una fiera tan glotona
Que en pleno vuelo le devora las tripas al deseo)
De Tomás Segovia
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