Mutable tiempo que llegó.
Todo el invierno esperé, parecía inmóvil para aquel que no me conoce.
Sigo limpiando, despejando, aún no me recupero bien de la neumonía, quedé flaquísimo, desgastado, odio sentirme así, nunca me enfermo, ver que todos los pantalones se me caen y encima, apenado, revuelto por dentro, no tengo apetito y me cuesta dormir, con eso caminamos también, hay que pasarlo.
No tienen una idea la alegría inmensa que es sacar todas las cosas de un familiar que nunca pudo ordenar las suyas y acumula papeles, revistas técnicas viejas que no consulta más, trajes y ropas que no usa hace diez años, clavos doblados de toda especie que si no me hacía cargo estarían ocupando un lugar útil, todo un dormitorio, para nada.
A todos los muebles que le di a mi sobrino Santiago se suman más pertenencias que salen el viernes.
Efectivamente, 8 cajones grandes de ropa para los wichis (aborígenes de la selva chaco salteña) de la provincia de Salta que Wilfred De Santis llevará para allá, cuando los abra se va a llevar una gran sorpresa, hasta ropa de noche de lujo hay.
Pensé que podrían desarmarla y hacer artesanías con ella, pensé que una “india” que tenga contactos con el pueblo, algún día como cualquiera de nosotros tenga una ocasión pública que amerite usarla, ¿por qué no?
A ello agrego almohadas, zapatos, camisas mías que ya no uso. La limpieza me incluye, en muchos sentidos inclusive. Me baño, gracias, no hablo de esa. El agua se queda afuera de la a cual me estoy refiriendo.
Pensaba en cosas que salieron del cuarto de mi hermano que ¡Dios!, que linda lista para el absurdo:
1. Bolsas de colostomía de un ex suegro fallecido, “que las bolsas son carísimas y las voy a vender” (algún día (que nunca llega)), (para ese tiempo los anos serán de resina auto limpiante, se los aseguro, jajaja.
2. Muestras de una viruta para conformar puertas placa. Circa 20 años, ahora las puertas se conforman solas y si no: ¡hay que escuchar los portazos! Joder.
3. Guías de todo tipo que tienen una antigüedad que lo mejor, en vez de llamar a esos teléfonos, es enviar señales de humo a los herederos.
4. Unos treinta cepillos de dientes de hotel alojamiento más sus respectivos pos productos, jabones miniatura, pomos minúsculos con shampoo para lavar el piso, etc. Por suerte no encontré ningún cadáver abrazado al potro esperando con ansiedad una promesa encantadora congelada en el tiempo. Já!
Y no sigo, pero les aseguro, que si nos ponemos a meditar las personas que ocupamos por muchos años una casa, las cargas que vamos adquiriendo, que luego se convierten en arrastre, nos harían limpiar más seguido.
Siempre he enseñado a los pocos alumnos que quise tener y a quienes a mí vinieron por consejo el manos libres: si tenés las manos ocupadas difícil es tomar lo nuevo.
A veces, el que aconseja, se tara y debe practicar la ley por él creada. ¡Albricias!
En todo caso, nuestro defecto familiar, aprovecharlo todo, que no está mal el no desperdicio, pero pasarse de la raya es no vivir, es estar al servicio de las cosas y no éstas al servicio de uno, como es la ley que me ha presidido toda la vida.
Lo estoy ejerciendo no sin dolor, muchas cosas son de mi madre recientemente fallecida y no fue una tarea agradable, se los aseguro, mucho es lo que remueve.
El cemento va secándose en el cuarto reparado, espero la semana que viene contratar ayudante para pintura, jardín y arreglos, lo iba a hacer esta semana pero fueron días fríos y no puedo arriesgarme a ir muy temprano a la mañana a la obra cerca del río de donde lo traeré. Por una estupidez así recaí.
Más allá de todo, seguimos progresando, que en este momento para mí: es mucho.
La sorpresa del blog que tiene tantas visitas por día es el mejor regalo de la semana, trabajo mucho en él para que las personas tengan un lugar de acceso a las ideas que sea positivo, útil, nutritivo.
Como la gente no comenta demasiado, casi nada, puse un contador de entradas, y estoy muy sorprendido.
Les quiero agradecer a todos la atención que me brindan que me dice que el esfuerzo es recibido con interés, eso es un gran aliciente para un maniático del hacerlo todo lo mejor posible como el que suscribe, para un ermitaño con la necesidad de transmitir lo que sabe a quienes juzguen útil algún conocimiento.
Voy a dejar esta casa lo mejor que pueda. Voy a vivir en ella: BIEN.
Si alguien lo hace conmigo en el futuro, quien sea que ame, vivirá bien en la casa del jardín del Té, nunca más será fuente de disgustos.
Eso limpio también, territorios llenos de huellas y cicatrices.