Yo siempre he dicho que la parte de mi cuerpo que más valoro son mis dientes porque sin duda es la que más cara me ha costado. En mi caso elegir es super sencillo pero en el de algunas estrellas de la canción debe ser muy complicado decidir dónde poner las manos cuando uno se cae de bruces. Que Amy Winehouse tiene una pasta invertida en su cuerpo, aunque le luzca poco, es un hecho, no tenemos ninguna duda sobre que su dentista ha tenido que disfrutar de unos excelentes ingresos desde que la tiene como paciente, su tatuador de cabecera tampoco podrá quejarse y bueno otros profesionales que no declaran sus ingresos también le deben bastante al cuerpo de Amy y su excelente aguante para soportar lo que le echen. Pero a esta lista se suma ahora una nueva adquisición: un par de implantes mamarios que le han salido a Amy por 35.000 libras, colocadas con toda la profesionalidad posible en una clínica de estas que no entran en la seguridad social británica.
Hay que recordar que en el 2003 cuando Amy saltó a la fama con su extraordinaria voz y su estilo propio lucía unas curvas más que generosas, y no solo en la cadera, que también. Pero cuanto más dinero y prestigio ganaba más mala vida se daba y las curvas se fueron consumiendo dejandola por épocas convertida en una uténtico conjunto de piel, huesos y moño. Sus amigos dicen que Amy quiere recuperar confianza en si misma recuperando su antigua figura, para una inminente vuelta a los escenarios
El hecho de que su ex-marido esté saliendo con una stripper, Lauren McDermott, (este chico mira que se rodeada de gente interesante), a la que conoció justo cuando estaba acutando para él (que casualidad, que se fijara en ella ¿eh?), parece que no ha tenido nada que ver. Y eso que decían que igual habían vuelto, Amy y él claro, pero es lo que digo yo, que no hay que fiarse de lo que pone uno en el facebook. Claro que también contribuyó a la confusión que Amy saliera con una camiseta rosa que llevaba escrita la frase: 'Blake's Girl'.
Así que Amy que tiene esa relación tan especial con la prensa y con sus más arriesgados reporteros los paparazzies londinenses, les regaló una sesión de escote mienstra iba a cenar por con Tyler James al CoCottons Rhum Shack And Restaurant. Como buena inglesa aunque hacía un frío pre-invernal lucía un minivestido superescotado con sus habituales zapatillas de ballet.
